jueves, agosto 30, 2007

Tierra Adentro / Las industrias, como la arepa

Las industrias, como la arepa


A los industriales dominicanos el Gobierno los está considerando “harina” y los ha sometido a “baño María”: fuego por abajo, fuego por arriba, de lo cual posiblemente surja una “arepa” difícil de tragar (porque aunque fue nombrado un Asesor Gastronómico, el Gobierno es en estos menesteres muy mal cocinero).
Reformas fiscales (o incrementos de impuestos); intentos de arbitrios municipales no acordes con las leyes; contrarreforma en el sector eléctrico, conduciendo a una nueva estatización del sistema; trabas en el cumplimiento de lo que la Ley General de Electricidad indica con relación a los usuarios no regulados; un “impuesto” de un 10% a la tarifa que pagan los usuarios no regulados; imposibilidad de establecer la tarifa técnica (o falta de voluntad); imposición de un Seguro Familiar de Salud bajo la conducción directa de la Presidencia –vía el Vicepresidente-, suplantando en mucho el rol del Consejo Nacional de Seguridad Social; dificultades para concluir el proceso de aprobación de la Ley de Competitividad e Innovación Industrial, pese a ser presentada por el mismo mandatario que logra aprobaciones legales en tiempo récord; una tasa de cambio que resta competitividad a las exportaciones y que, por lo tanto, exporta impuestos y crea competencia desleal, y un largo etcétera que cada uno de nuestros lectores puede completar… en fin, como ya hemos dicho: fuego, intenso fuego…

Los estrategas parecen actuar bajo la consigna de que es necesario que cada semana este “fogón” reciba un nuevo “palo de leña”. Para los dirigentes empresariales, se hace agotador su trabajo y tienen que dedicar gran parte de su tiempo a la reacción, al “estar atento a con qué nos vienen esta semana”… la construcción de un aparato competitivo y de una cultura exportadora se hace a contrapelo, cuesta arriba.

Para muestra, prestemos la palabra sobre el tema del Seguro Familiar de Salud, a Marisol Vicens, brillante abogada, quien en su columna de El Caribe comenta el tema y señala que lo logrado no es “ni chicha, ni limonada”.
Afirma que “no sólo se ha violado la ley, los principios democráticos y los compromisos asumidos en el acuerdo, sino que también han lucido indefensos los afiliados del régimen contributivo”. Señala que en diciembre pasado las autoridades entendieron (parecieron entender, creemos nosotros) que las del Sistema de Seguridad Social no alcanzaban para financiar todas las prestaciones del Plan Básico de Salud, por lo que aceptaron su propuesta de iniciar el SFS mediante un plan piloto que estuviera totalmente equilibrado y que fuera un promedio de los planes privados existentes; compromisos adquiridos en el Acuerdo del 19 de diciembre del 2006. Este acuerdo se olvidó y se inventó un “supuesto sistema semiabierto”.
Esta propuesta, según Vicens, “no se ajusta tampoco a las disposiciones de la Ley 87-01, puesto que en el desesperado intento de las autoridades por mantener la promesa de inicio en la fecha prometida, más de 15 resoluciones administrativas han sido dictadas por la SISALRIL, algunas de las cuales son contradictorias con la Ley; lo que ha creado un híbrido que nadie sabe si es “chicha o limonada” o cómo operará”.
“En este frenético ejercicio no sólo se ha violado la ley, los principios democráticos y los compromisos asumidos en el acuerdo, sino que también han lucido indefensos los afiliados del régimen contributivo, a los que se les ha impuesto un nuevo plan de salud, en muchos casos más costoso, sin que entre otras cosas, puedan tener claro quiénes serán los prestadores de salud contratados por sus ARSs a las que estarán afiliados obligatoriamente por un año, cuánto tendrán que pagar de diferencia para recibir los servicios en la forma que los recibían, o cómo podrán evitar dicho pago accediendo vía el nivel de atención primario y quien financiará las atenciones de salud en casos de accidentes de tránsito que el Estado aunque se comprometió a apropiar los fondos, sólo ha prometido cubrir hasta diciembre”, indica la abogada.

Un comentario nuestro:

Durante años se criticó la doble cotización a la que era sometido el empresariado con obligarle a pagar al Instituto Dominicano de Seguridad Social (IDSS) y, a la vez, verse obligado a buscar seguros privados de salud. El Gobierno ha diseñado una estrategia que conduce, parece que sin posibilidad de evitarlo, a una “doble cotización ampliada”. Los trabajadores recibirán un servicio al estilo de muchos servicios “públicos”, es decir, ineficiente, y los empresarios se verán obligados a buscar seguros “complementarios”.
Este camino requiere, sin embargo, para ser enfrentado de un liderazgo empresarial que se manifieste más unido y contundente, menos afanoso de conciliar y de evitar las confrontaciones –que de todos modos busca el Gobierno- (tampoco que vaya al extremo de buscarlas).
Además, hay que saber que no todos los sectores de la “arepa” están sometidos igualmente a intenso fuego, pero sí es el país el que sufre como totalidad productiva o como podría señalar un consultor del que ya todos conocen el discurso: esta estrategia gubernamental no contribuye a la “competitividad sistémica”.

viernes, agosto 24, 2007

Tierra Adentro / Una República paralela

Una República paralela ... (no, prefiero una ciudadanía responsable)

El Gobierno, cabeza del Estado, organiza las instituciones de las Repúblicas. En algunas ocasiones, las iniciativas gubernamentales convierten a las instituciones en organismos inoperantes, que ahogan la posibilidad de sobrevivir de extensos sectores sociales y que, en otros casos, crucifican la iniciativa privada productiva.

Cuando esto pasa, el Gobierno parece estar contra la sociedad. La sociedad comienza a organizar su “República paralela”, su modo de sobrevivir a un gobierno que, aunque legal, comienza a carecer de legitimidad.

Todavía no nos encontramos en el auge de ese proceso. Pero hay señales de transición…

Es una de las explicaciones de los estallidos de protestas lo cual constituyen, desde nuestro punto de vista, una voz positiva en el sentido de que esos sectores se resisten a perder a “su” gobierno. Quieren ser gobernados, pero bien gobernados.

Es una de las explicaciones de las pugnas permanentes que encabeza un empresariado que quiere ser competitivo, pero que compara el contexto productivo en que se desenvuelve con el contexto productivo de otras naciones cercanas.

Y entonces, cuando estallidos sociales y pugnas empresariales se vean ante el fracaso de su reacción, de sus posiciones, ante la impotencia… es posible que la “República paralela” se construya a la vista de todos, con el placer de todos (de casi todos) e incluso con el conocimiento “oficial”.

La dinámica que actualmente hace periférica a la sociedad y al Gobierno su eje central en torno a lo cual todo gira podría ser revertida: la sociedad se organiza y prescinde de su Gobierno (aunque guarde la formalidad).

La aristocracia gubernamental podrá entonces disfrutar de sus castillos, pero será inoperante para el avance social y no será un servicio al pueblo.

Nosotros no deseamos una “República paralela”. Deseamos un gobierno al servicio de la sociedad, en lo cual lo social sea una construcción de un mayor bienestar para todos.

Nuestro gobierno no sólo resulta caro, sino también poco eficiente para estos fines. En lógica económica: ¿Cuánto estaríamos realmente dispuestos a pagar por el servicio que nos brindan?

Y está el otro lado de la moneda…

No se trata sólo del gobierno y el Presidente, se trata del tipo de sociedad “permisiva” que soporta esta dinámica. La sociedad paga indolente la ineficiencia. La reacción de sectores populares y del empresariado se torna insuficiente para revertir la dinámica.

La carencia de una ciudadanía responsable es una pesada carga sobre todos. Responsable en sus denuncias, en sus exigencias, pero también responsable en el cumplimiento de sus deberes.

Con ciudadanos “menores de edad” no es posible un país diferente y sano…

Discutible, sí, pero parece que tenemos los políticos que nos merecemos. La “República paralela” no es la salida... preferimos una ciudadanía responsable.

martes, agosto 21, 2007

Tierra Dentro / Ay, lo dijeron!

¡Ay, lo dijeron! O las contradicciones en torno al Seguro Familiar de Salud (o advertencias al Gobierno, advertencias en saco roto).

UNO. ¡Lo dijeron los empleadores!

Lo dijeron los empleadores: no sabemos si hay o no condiciones para que el Seguro Familiar de Salud entre en vigencia. La dinámica es de exclusión, de negación de la participación, de búsqueda de la fragmentación social. Debe constar…

El Presidente Leonel Fernández y sus estrategias trataron –con cierto éxito mediático- de crear la impresión de que tienen el apoyo del empresariado para la implementación del Seguro Familiar de Salud. Además, de paso, la acción de invitar a destacadas figuras del mundo empresarial a palacio –en conversación privada- podría tener la consecuencia de crear grietas al interior de algunas asociaciones empresariales.

Nosotros somos del parecer de que el empresariado cometió un grave error cuando en mayo pasado –ante la imposibilidad de que el SFS entrara en vigencia- permitió con relativa pasividad que el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS) fuera suplantado por el Poder Ejecutivo, quien colocó al Vicepresidente Rafael Alburquerque como el encargado de hacer posible que, en 90 días, esto funcionara. El Gobierno, en ese momento, dinamitó la institucionalidad de la seguridad social. Suplantó al CNSS, lo “intervino”, lo dejó inoperante.

Es cierto, plantean voceros empresariales, que hicieron constar en su momento su desacuerdo con el proceder, pero no más. Una constancia. No se pensó, por ejemplo, en un sometimiento de inconstitucionalidad. No se manifestó de modo público y reiterado lo que estaba pasando y, para mayor responsabilidad, el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) pareció paralizarse ante el tema, temeroso de sus internas y propias contradicciones.

Sin embargo, la intervención de ayer de algunas organizaciones empresariales deja constancia de esta dinámica de exclusión y de la responsabilidad que pesa sobre los hombros del Presidente Fernández del éxito o fracaso del SFS, del éxito o fracaso de la atención de la salud de los trabajadores, sobre todo de aquellos que hasta este momento sentían que recibían un servicio –con limitaciones- pero adecuado. Dijeron:

Es lamentable que se trate de dar la impresión de que el sector empleador no está unificado, y que a través de la invitación a un grupo de respetables empresarios para presentarles los detalles del Seguro Familiar de Salud, se quiera violentar la institucionalidad que el empresariado ha defendido durante muchos años.

“Al igual que estos empresarios, las organizaciones empresariales que firman esta declaración, queremos ratificar nuestro apoyo al inicio del Seguro Familiar de Salud y requerimos que el mismo entre en vigencia con las debidas garantías de servicios de calidad para nuestros empleados, que en su gran mayoría hoy cuentan con servicios privados de salud.

“En ese sentido, al igual que estos empresarios, reclamamos que los inconvenientes que han impedido el inicio del Seguro Familiar de Salud estén resueltos y que nuestros sectores estén debidamente informados acerca de las soluciones propuestas por el Estado a los problemas que han detenido su entrada en vigencia.

“Por todo lo anterior reiteramos la necesidad de que la implementación del Seguro Familiar de Salud cumpla con el Principio de Participación de la Ley 87-01, para que sean incluidas en la discusión de este tema las organizaciones que representan al Sector Privado. Por ello el empresariado solicitó la realización de vistas públicas a la Cámara de Diputados cuando se abocaban al conocimiento de la reforma de la Ley de Seguridad Social”

¿Le importa al Gobierno la participación del sector empleador en la consulta y/o toma de decisiones en torno al tema de la salud/seguridad social? Algunos comunicadores pro-gobierno ya no se conforman con el camino de la beatificación del Gobierno, sino que ahora toman el camino de la satanización del empresariado. Deberían los estrategas en comunicación del Gobierno tener mucho cuidado con este sendero que no contribuye en nada al bienestar social y a la gobernabilidad…. Porque no se trata de ángeles y demonios.

DOS. ¡Lo dijeron en el periódico!

Ya hemos dicho que algunos comunicadores han tomado la vía de la satanización del empresariado, presentándolo como aquellos que se oponen a que “los pobres” reciban el bienestar de un fuerte sistema de salud. Perversos serían, en este caso, los empresarios. Claro, estos comunicadores no ven ninguna perversidad en el proceder gubernamental.

Nosotros preferimos apartarnos de este mundo de ángeles y demonios.

Veamos algunos titulares de los periódicos de hoy.

El Día: Empresarios piden garantías para SFS.

El Caribe: Reacción: Insisten en reclamo soluciones del SFS

Listín Diario: Empresarios cuestionan la decisión sobre inicio del SFS

Hoy: Empresarios piden información SFS

Diario Libre: Empresarios piden garantías al Gobierno para iniciar el SFS

Algunos medios, como Diario Libre, dedicaron comentarios de opinión al tema. En este caso, el editorial y el comentario A.M. de Inés Aizpún, parecen recoger muy bien el sentir sobre el tema. El editorial de Diario Libre señala:


El viaje

En una democracia, cada vez que el gobierno impone su voluntad se resiente el proceso.

La democracia no es un fin, es un viaje en el que todos debemos acomodarnos y dar y ceder, y al mismo tiempo, recibir. Desde el momento en que el conductor impone la ruta, la velocidad y las condiciones, cesa la comodidad para los pasajeros.

En el caso del seguro familiar de salud, lo que se le ha pedido a unos pasajeros es que paguen por la guagua completa sin protestar y hagan lo que mande el chofer sin reclamar. El pasaje lo comienzan a cobrar en unos días y se desconoce la ruta, las paradas y si la guagua tiene gasolina para hacer completo el viaje.

No solamente eso, sino que el conductor se buscó a unos señores que no viajan en guagua para que le digan a los pasajeros que todo va a salir bien. Ojalá.


Inés Aizpún trata el tema en forma de preguntas y respuestas, de un modo conciso:


Cinco preguntas


1. ¿Se han opuesto alguna vez los empresarios a la entrada en vigor de la Seguridad Social? No. A lo que se han opuesto las asociaciones empresariales es al desequilibrio financiero, a la politización del sistema y a la falta de garantías de la prestación de servicios a los trabajadores.

2. ¿Era necesario llamar a los grandes nombres del empresariado a Palacio? Sí y no. Sí, porque el fracaso del diálogo obligaba al Gobierno a dar un golpe de efecto, echarle la culpa a alguien. No, porque ni siquiera se les dijo a qué iban. Era una invitación "personal" que evidenció, sencillamente, que el secretario de Trabajo y el Vicepresidente no supieron hacer sus deberes. El Presidente tuvo que acudir en su ayuda. Ahora, curiosamente, la responsabilidad del resultado es toda de él. Ni siquiera de los empresarios que salieron en la foto ni de los que fueron malintencionadamente "afuereados".

3. ¿Entrará en vigor el 1 de septiembre? Sí, pero eso no quiere decir que nos debamos alegrar por ello. Se ha roto el diálogo y el tripartismo. Se ha despreciado la institucionalidad. Se ha cambiado una ley crucial con la aplanadora de la mayoría en el Congreso. Se ha encarecido el sistema. Se ha politizado el proyecto. Se han pasado por alto tratados internacionales de los que el país es signatario.

4. ¿Necesitamos Seguridad Social? ¡Claro que sí! ¿A cualquier precio? Probablemente no. Hay que pensar que si el sistema, tal como lo impondrá el Gobierno, no tiene el respaldo ni de los empresarios, ni de los médicos, ni de las clínicas… es que no está maduro. Y en estos temas, a mayor consenso, más probabilidad de éxito. Fernández se lo ha tirado a la espalda pisoteando, de paso, a unos cuantos gremios. Arriesgado.

5. ¿Por qué los legisladores se han autoexcluido del sistema? ¿Por qué los legisladores peledeístas no se integran al proyecto que defiende el Presidente por encima de todas las voluntades? ¿Por qué habrían de necesitar otro?

Tierra Adentro / Camino a otra crisis....

Signos de una crisis

Nos preguntamos si no avanza, agachada en el escenario electoral, una crisis de carácter económico-social.

En abril del año pasado -2006- vimos que el Gobierno dominicano se encaminaba hacia una nueva reforma fiscal o, más bien, impositiva. Funcionarios como Temistocles Montas y Vicente Bengoa se empeñaron en desmentir tal percepción. Claro, estábamos en tiempos de elecciones y más que como parte del equipo que conduce el Estado se manifestaron como políticos en busca de votos. El tiempo nos dio la razón. No sólo hicieron una nueva reforma fiscal –la tercera en dos años y medios- sino que la misma tuvo un costo oneroso para diversos sectores productivos (tanto que han tratado de enderezar el entuerto a menos de seis meses de torcido el rumbo).

Hace unas semanas, el director del semanario Clave nos advierte de la probabilidad de que el país vaya camino a una crisis, la cual no califica, pero indica que “las exportaciones bajaron, las importaciones siguen subiendo. Los ingresos del Estado en los últimos años crecieron un 160%, algo poco visto en un país con las condiciones de la República Dominicana.
El 70% de los ingresos del Estado proviene de impuestos indirectos, que los paga la población como consumidor final. Sólo el 30% de los ingresos proviene de impuestos directos.
Las regulaciones al sistema financiero se fortalecieron luego del 2003, pero se redireccionó el crédito y en la actualidad el 60% va al consumo y no a la producción para las exportaciones. El Banco Central está pagando más de 35 mil millones de pesos anuales de intereses por certificados ¿Hasta dónde crecerá esa burbuja?
La deuda externa sigue creciendo. Cada mes el Congreso Nacional aprueba préstamos para proyectos en marcha, como el Metro, que al final no sabemos cuánto debe el país por ese moderno sistema de transporte. Generalmente los créditos de exportación o préstamos para pago a suplidores son onerosos”
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En medio del teatro electoral… ¿Avanza agazapada la crisis?