sábado, febrero 27, 2010

Desde mi fe / ¿Logro o éxito?



De qué se trata el éxito verdadero


“Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán” (Proverbios 16:3)

Reflexión compartida por el hermano Bruno Ureña, el 25 de febrero, 2010, en la Iglesia Cristiana, la cual es un esumen del capítulo 6 Ganador en el juego de la vida, del libro “Una vida de alta definición: Cambie lo bueno de la vida por lo mejor de Dios” / Autor: Luis Palau, Casa Creación, 2006. Citas bíblicas NVI.


“Nos encanta ganar y odiamos perder”. ¿Por qué disfrutamos cuando ganamos y nos deprimimos cuando perdemos? Amamos el éxito, lo cual es bueno, natural y le huimos al fracaso, ninguno nos planteamos el fracaso como meta, de hecho Dios quiere que seamos exitosos ni más ni menos.

El éxito verdadero no trata de riquezas, posesiones, estatus social, no es siempre ganar o vencer. El verdadero éxito se trata de agradar a Dios y asociarse con Jesucristo a lo largo de toda nuestra vida.

Efesios 2:10 afirma: “Porque somos a hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”.

Si buscamos la voluntad de Dios, El nos guiará a las obras que ha preparado para nosotros: Estudiar una carrera, ser evangelista, criar nuestros hijos, servir a otros. El propósito no es el logro para nuestro propio bien; es ser exitoso en lo que Dios ideó para que lo realicemos. Entonces si logramos lo que Dios quiere, seremos exitosos.

Con frecuencia nos conformamos con el logro en vez de perseguir el éxito verdadero. La pregunta es cuál es la diferencia? El logro se enfoca en metas y tácticas, mientras que el éxito enfatiza el propósito y la estrategia. El logro es de visión corta, el éxito mantiene una visión de largo plazo, el logro está basado en nuestra persona, el éxito opta por victorias comunitarias. El logro al final deja el corazón vacío y el alma exhausta en busca de más, mientras que el éxito hace crecer el espíritu y deja al individuo profundamente contento y gozoso.

Tenemos el libre albedrío de fracasar o tener éxito, podemos alcanzar y lograr muchas cosas, más sin embargo experimentar grandes fracasos.

Hay muchas maneras de ilustrar el éxito genuino sobre el simple logro, me gustaría compartir sólo 5 de ellas:

Logro Éxito

1. Gana recompensas Trae satisfacción

2. Gana fama Gana respeto

3. Gratifica la carne Contenta el espíritu

4. Logra metas Disfruta el propósito

5. Construye un imperio Construye un legado

Recompensa vs. Satisfacción

1. Jesús dijo: “El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. (Juan 10:10) Nuestro Señor desea que tengamos una vida plena, exitosa, abundante espiritualmente y que la misma se vea reflejada en nuestra conducta y en nuestro testimonio cotidiano.

Fama vs. Respeto

2. El logro puede ganar fama efímera que va y viene de acuerdo a los cambios de la gente, el éxito gana respeto duradero. Cuando hay respeto, se demuestra confianza, lealtad, admiración, sinceridad, honestidad, humildad.

Carne vs. Espíritu

3. El logro nos hace sentir bien y llena nuestro deseo de victoria, pero es efímero. El éxito verdarero implica una gratificación que va más allá de sólo el contentamiento. Cuando se tiene la experiencia del verdadero éxito de ayudar a otros, superar obstáculos, problemas profundos que nos aquejaban por largo tiempo, la alegría, el gozo que se siente no se desvanece, es real y duradero porque son acciones que hacen reir y agradan a Dios.

Metas vs. Propósito

4. ¿Qué beneficios tiene lograr metas que no tienen o sirven a un propósito? Sentimos que Dios nos toca cuando impactamos las vidas de otros, debemos cuidar de lograr muchas metas sin un propósito eterno el día del juicio final esto no contará mucho. Para vivir y disfrutar el éxito al más alto nivel necesitamos tener un propósito eterno. Por fortuna esa es una de las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Imperio vs. Legado

5. ¿Qué nos impide maximizar nuestro potencial? ¿Qué deseamos?, ¿construir un imperio o dejar un legado? Un joven rico y poderoso pregunto a Jesús, “Maestro bueno, que debo hacer para heredar la vida eterna?” (Marcos 10:17) Jesús lo miró con amor y añadió “Una sola cosa te falta: Anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme” (10:21)

Jesús dijo: “Te daré vida eterna y puedes construir un verdadero legado si sólo haces lo que te digo”. No nos conformemos con tener logros si tenemos el potencial divino de disfrutar el verdadero éxito. Jesucristo preguntó: ¿De qué sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se destruye a sí mismo? (Lucas 9:25)

Diez consejos para ser exitoso si obedecemos la palabra de Dios:

1. Nunca nos opongamos a Dios. “De nada sirven ante el Señor la sabiduría, la inteligencia y el consejo” (Proverbios 21:30)

2. Aseguremos que nosotros y Dios estamos caminando la misma senda. “David tuvo éxito en todas sus expediciones, porque el Señor estaba con él”. (1 Samuel 18:14)

3. Observemos que tanto nuestros métodos como nuestras metas honren a Dios. “ Y, mientras vivió Zacarías, quien lo instruyó en el temor de Dios, se empeñó en buscar al Señor. Mientras Uzías buscó a Dios. Dios le dio prosperidad (2 Crónicas 26:5)

4. Procuremos un dominio completo de la Palabra de Dios, La Biblia. “Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche, cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito”. (Josué 1:8)

5. Oremos por el éxito. “Señor, ¡Concédenos la victoria!”. (Salmo 118:25)

6. Pasemos el tiempo que sea necesario para obtener cualquier destreza que pueda requerir. “Si el hacha pierde su filo, y no se vuelve a afilar, hay que golpear con más fuerza. El éxito radica en la acción sabia y bien ejecutada”. (Eclesiastés 10:10)

7. Busquemos un consejero sabio y pidamos consejo. “Cuando falta el consejo, fracasan los planes, cuando abunda el consejo, prosperan”. (Proverbios 15:22) “Los pensamientos son frustrados donde no hay consejos, mas en la multitud de consejos se afirman.” ( Versión Reina-Valera)

8. No deambulemos, diseñemos un plan. “Los planes bien pensados: ¡pura ganancia! Los planes apresurados: ¡puro fracaso!” (Proverbios 21:5) “Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto a la pobreza”. ( Versión Reina-Valera)

9. Entreguemos nuestros planes a Dios. “Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán”. (Proverbios 16:3)

10. Realicemos que en ocasiones Dios puede tener una idea diferente a la nuestra acerca del éxito.

“El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor.” (Proverbios 19:21)

Cada uno de nosotros tenemos un rol en la vida y terminaremos como personas exitosas o fracasadas, todo dependerá de nuestras decisiones. Jesús dijo: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”. (Lucas 10:27). Todos jugamos el juego de la de la vida y Dios es el árbitro, la decisión es nuestra estamos con Él o sin Él.

Jueves 25 de febrero del 2010

domingo, febrero 14, 2010

Desde mi estudio / Manía de leer entre líneas

No se sienten servidos

Tenemos la manía (tarde o temprano alguien habría de darse cuenta) de “leer entre líneas”. Esta semana la confrontación Gobierno-Empresario se trasladó al tema de la competitividad de la industria nacional. El ministro de Industria y Comercio se despachó con una explicación muy simplista sobre las razones por las cuales la industria nacional carece de competitividad y, como esos postres envenenados de películas de terror, esbozó su propia teoría de la conspiración al hablar de que hay grupos empresariales que son una retranca para el desarrollo económico y por los cuales el gobierno ha tenido que tomar determinadas actitudes.

(Un paréntesis que puede no ser leído: la palabra “ministerio” proviene del latín minister, que significa sirviente, se aplica tanto a los “servidores de Dios” como a los funcionarios públicos, y se diferencia de esclavo, porque el ministro o servidor tiene voluntad propia. Sin embargo, se supone que esa voluntad y la energía que genera se encuentra al servicio o disposición de un propósito que corresponde al bienestar de aquel que es servido).

Ni cortos ni perezosos, los industriales responden. El tema de la administración de los acuerdos comerciales sale a flote. No es el grueso de la declaración empresarial, pero al parecer es el punto que más molesta a quienes iniciaron la confrontación, de modo que en una nota publicada en Diario Libre, la Dirección de Comercio Exterior del Ministerio de Industria y Comercio hace una “reafirmación” de su compromiso de servir con eficiencia y pulcritud en su función de administrar los acuerdos comerciales (no sé por qué cuando me hablan de reafirmación viene a mi memoria unas trágicas actividades dentro de un trágico proceso en el año 1963: los mítines de “reafirmación cristiana”).

Y es esta “reafirmación” la que hoy pretendo leer entre líneas (siguiendo, claro, lo publicado en Diario Libre):

· Hace alusión a los valores de “eficiencia y pulcritud”, “eficiencia y transparencia”, lo que no se responde es ¿eficiente para quién? Evidentemente, el sector industrial considera que no ha sido eficiente como mecanismo defensivo del aparato productivo nacional y que, en diversas ocasiones, parece colocarse como un “árbitro” entre las partes de los acuerdos, cuando en realidad es un “representante” y un “ministro” (no por el rango, sino por su llamado a servir) de la producción nacional. No es juez y parte, es simplemente parte… y lo reconoce al hablar de que es la institución llamada a defender los sectores productivos frente a los socios extranjeros, pero ¿lo hace con eficiencia, como alega? ¿Qué pasa que los empresarios dominicanos no se sienten defendidos?

· En comunicación he hecho uso de lo que se conoce como “la ventana de Johari” para explicar que todas las instituciones, inclusive la DICOEX, tienen un “área ciega” que los otros conocen y ella misma no conoce. Sólo una dinámica y adecuada comunicación puede reducir esa área ciega y mejorar el nivel de satisfacción de “los otros”. Claro, si se adopta, como parece ser, la posición de “ellos y nosotros”, entonces la confrontación es inevitable y la cooperación un mito.

· Es curioso que la DICOEX ponga su confianza en un encuentro que sostendrá con el sector privado el 4 de marzo para explicar sus responsabilidades frente a los acuerdos comerciales “de manera que puedan sacarle el mejor provecho a los mismos”. Lectura entre líneas: es que los empresarios no saben, hay que enseñarles, educarles, informarles…. Pobrecitos.

· Además ¡Un encuentro hará más fructíferas las relaciones! Esta es una visión existente en muchas personas que ponen su confianza en los eventos. Los eventos son importantes, sí, pero lo más importante son los procesos.

· “Manifestó que su cliente principal es el sector productivo nacional” (Diario Libre), el cual no se siente servido. Formulo aquí un axioma que a muchos cuesta entender: en comunicación lo importante no es lo que diga o exprese el emisor, lo importante es lo que entienda o perciba el receptor (para usar categorías tradicionales). Y el receptor de los servicios de la DICOEX está percibiendo que no es servido.

· Finalmente, creo que el Ministerio de Industria y Comercio podría simplemente tratar de colocarse en los zapatos del sector industrial… quizás entonces comenzará a entender que “todo punto de vista es la vista desde un punto”.

¡Perdón por un domingo entre líneas!.