jueves, junio 30, 2011

Desde mi estudio / Una cultura empresarial que cambia

Un modelo económico-cultural insostenible

PALABRAS JACQUELINE MALAGÓN EN LA APERTURA DE LA CONFERENCIA: PATOLOGÍA DE LAS ORGANIZACIONES
25 de Mayo, 2011. Hotel Embajador.

Saludos

La Asociación de Industrias de la República Dominicana ha propugnado, desde hace más de cinco años, por un cambio de cultura empresarial y por un cambio de modelo económico. En un mundo que pide a gritos más y mejor educación, nuestros esfuerzos se encaminan por la vía de la capacitación a los recursos humanos que son el capital más valioso de nuestras empresas.

El cambio de modelo económico por el que venimos abogando, supone un cambio en el paradigma con el que hemos vivido sujetos en las últimas décadas. En el mismo, hemos privilegiado el consumo sobre la producción; el endeudamiento sobre el ahorro interno; la reproducción de una estructura estatal infuncional sobre el servicio a los sectores productivos; un imperio de la Ley mediatizado, en donde con cierta frecuencia quienes son encargados de guardarla y fortalecerla proponen fórmulas para vulnerarla.

Ese paradigma está obligado a cambiar porque las circunstancias nos obligan, pero también porque la racionalidad nos indica que es insostenible a mediano plazo y que conduce a graves frustraciones económicas y sociales y cuya consecuencia final puede ser convertirnos en una nación inviable.

Hemos dicho cambio de modelo económico, pero también hemos dicho cambio en la cultura empresarial. Señores, la cultura empresarial dominicana está cambiando vertiginosamente. Las empresas, dentro de los parámetros que permiten algunas circunstancias, andan ávidas en la búsqueda de la eficiencia, pero también buscamos afanosamente que el lugar de trabajo sea un espacio en donde la persona humana sienta satisfacción y pueda crecer laboralmente.

Estamos cambiando porque cada vez más nos orientamos a las exportaciones –especialmente las medianas y grandes empresas-, pero también sabiendo que no podemos llamarnos una nación exportadora mientras las pequeñas empresas no se integren a ese carrusel…

En ese proceso de cambios, es normal que en las empresas surjan desajustes. Esos desajustes pueden ser llamados enfermedades y pueden constituirse en una traba que dificulte el crecimiento e incluso que pueda conducir a su extinción.

Un empresario se caracteriza por ser proactivo, característica fundamental que se manifiesta en su espíritu emprendedor. Es por eso que ante estos desajustes o patologías, es imposible permanecer indiferentes. Sin embargo, no todo remedio, sea este preventivo, curativo o paliativo, es adecuado, por lo que se hace necesario conocer tanto el mal que aqueja a una empresa determinada como las pautas más exitosas para superar dicho mal, no vaya a ser que “el remedio sea peor que la enfermedad”.

Es por eso que este seminario que ha sido organizado por el prestigioso Grupo DELPHIS, ha recibido el entusiástico respaldo de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, a través de su Instituto Dominicano de Excelencia y Competitividad Empresarial, IDECEM. Esta ha sido una magnífica oportunidad para expresarle a nuestros asociados la forma en que nuestras preocupaciones por la situación de sus empresas recibe un apoyo efectivo traducido en esta conferencia que dicta una autoridad mundial en el mundo de las organizaciones empresariales, el conocido Dr. Urarte, de fama internacional. Es también una ocasión para, como suele decirse comúnmente, “poner los puntos sobre las íes”, porque todo empresario –si lo es de corazón- asume con pasión el desafío de superar sus dificultades (incluso aquellas que dependen más del entorno que de su propia empresa) y de entender que es necesaria la voluntad, pero también la dirección correcta. Voluntad que, como nos dice el señor Urarte, si es débil se quedará en los discursos, pero si es fuerte se traducirá en hechos.

Esperamos, pues, que esta conferencia sea para todos una oportunidad para mover nuestra voluntad hacia los hechos en la dirección correcta: empresas competitivas, en un entorno competitivo, y que constituyan lugares en donde trabajar sea un placer. Finalmente, agradecemos a la Lic. Olga Molina, Presidenta de Grupo DELPHIS, la invitación que nos hiciera para acompañarla y ofrecerle nuestra colaboración en el montaje de la logística de esta conferencia que de seguro representará un punto de partida para producir cambios positivos en sus organizaciones. Muchas gracias y que disfruten la experiencia!

Mayo 25, 2011, Santo Domingo.

miércoles, junio 22, 2011

Desde mi estudio / Las organizaciones también enferman

Las organizaciones también enferman

Confianza, comunicación y transparencia, claves para la salud empresarial

Escrito por: MILTON TEJADA C. ( tejadamilton@yahoo.com)
(Publicado en el periódico Hoy, 19 de Junio, 2011).

Las organizaciones, por definición, constituyen un conjunto de personas. Públicas y privadas, multinacionales, nacionales, grandes y pequeñas, al estar formada por personas padecen de diversas patologías.

“Las organizaciones, como las empresas, tienen ciertas patologías. Estas patologías pueden ser de tres tipos (al igual que en las personas): físicas, psicológicas y psiquiátritas. Nos encontramos, por ejemplo, con organizaciones que tienen ceguera o sordera; con organizaciones que tienen anemia o obesidad, nos encontramos con organizaciones tristes, deprimidas, autistas, paranoicas, esquizofrénicas…”, nos indica Marcos Urarte, consultor internacional, quien nos describe en exclusiva para el periódico Hoy esas patologías y nos indica algunos elementos a tomar en cuenta para su superación.

Urarte, del Grupo Pharos de España, fue invitado por el Grupo Delphi y por el Instituto Dominicano de Excelencia y Competitividad Empresarial (IDECEM) y ofreció una conferencia en el hotel El Embajador con la presencia de una amplia representación de diversas empresas.

Demasiado psicópatas sueltos. Urarte mencionó un rosario de enfermedades. Sin embargo, parece estar obsesionado por la sicopatía.

Asegura que “en la inmensa mayoría de las veces, las patologías que nos encontramos son leves y curables, pero siempre hay que tener muchísimo cuidado porque si una organización no va periódicamente y se chequea, lo que le puede pasar es que un catarro se convierta en una neumonía, que una enfermedad se vuelva crónica, que algo acabe en una metástasis”.

Expresa que hoy en las organizaciones “hay muchos psicópatas orientados a resultados”. “Es decir, hemos creado un modelo donde se han premiado los resultados de forma inmediata y esos resultados de forma inmediata han sido recompensados con bonos, muchas veces, al poder han llegado verdaderos psicópatas”.

Explica que un psicópata es una persona más inteligente que la media. “Un psicópata es difícil de detectar”. Si sitúas en la cúpula de todo, en la cima de una organización a un psicópata, y a ese psicópata lo orientas a resultados, los consigue, pero ¿cuáles? Los suyos, no los de la empresa, y uno de los males que encontramos es que se han colocado muchos psicópatas en la alta dirección”.

Remedio sí, prevenir es mejor. Es importante poner remedio cuando una organización muestra alguna patología. Sin embargo, Urarte considera que es mejor prevenir.

“Lo más importante en el fondo de cualquier organización, es que se cuide. Cuidarse significa crear un clima en el que predomine la confianza, que haya un cierto nivel de transparencia, que haya mucha comunicación”, es su receta preventiva.

Asegura que un ejercicio sano en las empresas tiene tres grandes pilares: crear confianza, coherencia y practicar la equidad y la justicia. “Cuando falla uno de esos tres pilares es muy difícil que una organización esté sana”, sentencia.

En ese sentido, dice que es absurdo en las empresas pedir compromiso a los empleados y trabajadores si previamente no se ha generado confianza. “Podemos conseguir que la gente acate, obedezca, pero no podemos pedirles que estén ilusionados, porque para que la gente esté ilusionada hay que generar confianza”, explica.

“Pongo un ejemplo. Te pueden pedir que estés casado toda la vida con tu mujer, no que la quieras, o que sientas pasión por ella, o que seas feliz, es absurdo. Entonces, a veces pedimos en las empresas cosas que ninguno de nosotros a nivel individual cree, y las pedimos a otros cuando nosotros no las aplicamos, es un contrasentido, es decir, las empresas a veces viven en un mundo irreal”, enfatiza.

Al abordar el aspecto de la coherencia, Urarte simplifica: Coherencia es, en el fondo, practicar con el ejemplo y, en segundo lugar, “que mis hechos corroboren mis palabras”, y añade: “Estamos cansados de ver organizaciones que dicen que lo más importante son las personas y después, todas sus acciones van absolutamente en contra”. Eso es incoherencia. En esa dirección, Urarte considera clave el tema de los valores de la organización.

Prácticamente todos los gestores y consultores coinciden en señalar que una empresa tiene que definir valores y que esos valores definidos deben ser compartidos. Sin embargo, Urarte tiene un atrevimiento: es necesario intentar contratar personas que tengan valores similares a los de la organización, la misma tendencia o, “como mínimo”, que no sean contrapuestos. “Tiene que haber una cierta lógica entre tus valores, tu ética personal y la ética de la organización”, indica.

Círculo virtuoso de sanidad. “Buscar sanidad” puede parecer un concepto religioso o espiritual. A Urarte le gustan las paradojas. “Creo que la mejor inversión que uno puede realizar es la generosidad”, señala y entonces habla de los elementos que ha de tener un círculo virtuoso.

“El círculo virtuoso en la empresa parte de asumir que cuanto más felices sean tus trabajadores, más comprometidos estarán con el trabajo, mejor realizarán su trabajo, más valor le darán al cliente, el cliente estará más satisfecho, será más leal y ganaremos más dinero, este es un círculo virtuoso que puede resumirse en decir que cuanto más felices sean tus trabajadores, más dinero vas a ganar”.

Señala que se gana más con una palmada en la espalda que con una patada y que “con trabajadores cabreados, insatisfechos, cuesta ser una empresa rentable y sostenible”. Es importante la sanidad de la organización como sistema. En ese sentido, Urarte, citando el libro de Philip Zimbardo titulado “El Efecto Lucifer – El porqué de la maldad”, explica que algunas organizaciones están marcadas por esta tendencia, porque son sistemas enfermos.

“El ser humano puede llegar a tener un comportamiento malvado por una de tres cosas. En unos predomina la disposición, gente intrínsecamente mala. Son muy pocos, pero existen. En otros, la razón es situacional (ante ciertas situaciones, todos podemos tener un comportamiento malvado, podríamos ser capaces de cualquier cosa explica). La tercera razón, la que interesa, es la sistémica”, señala.

En este caso, una organización que funciona como un sistema propicio para el mal, facilita el mal. “No es que una manzana podrida daña el resto, es que en un cesto podrido, cualquier manzana que pongas terminará podrida”, dice haciendo uso de la sabiduría popular.

“Hay organizaciones que son cestos podridos, entonces, mientras el cesto esté podrido, no podremos hacer nada, cualquier profesional que entre se acabará pudriendo o saldrá antes de la putrefacción, hay que cambiar el sistema”, concluye Urarte.

Las claves

Patologías de las organizaciones

Miopía: Falta de capacidad para reconocer con antelación cambios en el mercado, falta de contacto con la realidad y el entorno.

Esquizofrenia:

Comportamientos divergentes y contradictorios entre lo que se dice y hace. El discurso y la realidad no coinciden.

Estrés:

Trabajo constante a un ritmo frenético; la tensión permanente. Se vive al límite de las posibilidades.

Paranoia:

Preocupación excesiva y enfermiza por el entorno y los competidores.

Asma:

Organizaciones que se asfixian (por falta, por ejemplo, de recursos financieros o de personal cualificado).

Artrosis:

Escasa capacidad para hacer frente a los cambios que se producen en el entorno.

Depresión:

Una sensación de desánimo generalizado; la falta de impulso o de energía para afrontar las actividades diarias o también los retos del futuro.

sábado, junio 18, 2011

Desde mi estudio / “Basura 0”: ¿Es posible?

“Basura 0”: ¿Es posible?

Hace unas semanas el alcalde de San José de las Matas, Jorge Luis Bisonó (Yoryi), nos contacto para que le apoyáramos en la difusión del lanzamiento del Programa “Basura 0”.

No es un invento de Bisonó. Es un programa que se ha intentado aplicar en diversas latitudes, en unas con más éxito que en otras, pero también en unas con más alcance que en otras. Es decir, es un programa de alcance internacional. San Francisco (EEUU), Canberra (Australia), Kamikatsu (Japón), Halifax (Canadá), Nueva Zelanda, son algunos ejemplos. En la ciudad de Usurbil en España lograron ir de un 28% a un 86% de reciclaje en 7 meses. Australia cuenta con territorio de sobra para seguir enterrando su basura, sin embargo han tomado la decisión de Basura Cero, porque sus ciudadanos entendieron que se obtiene mucho más beneficio reciclando este recurso que enterrándolo o quemándolo.

Pero… en qué consiste un programa “Basura Cero”. Los ciudadanos dominicanos, acostumbrados a que los ayuntamientos se hagan cargo de la basura que generamos (las personas y las empresas) es posible que imaginemos que se trata de un esfuerzo para que nuestra ciudad esté “totalmente” limpia de basura.

No se trata sólo de eso. Bisonó (Yoryi) explicó que el programa es una orientación para todo el municipio que consiste en la reducción progresiva de la disposición final de los residuos sólidos urbanos por medio de la adopción de un conjunto de medidas orientadas a la reducción en la generación de residuos, la separación en origen, la recuperación mediante reutilización, reciclaje y compostaje y la orientación para favorecer un consumo amigable con el medio ambiente. Es decir, se trata de que menos basura llegue a los vertederos o cementerios y de que, a la vez, el espacio urbano sea más amigable para todos.

Sin una ciudadanía, individual y corporativa, responsable, esto no es posible.

Un programa “Basura Cero” supone, por lo tanto, elementos de logística, pero sobre todo es fundamental la conciencia ciudadana, la responsabilidad social de las empresas que generan desecho de todo tipo, la incorporación de las organizaciones sociales… y de los políticos que han de entender que el espacio urbano del que nutren su influencia y poder tiene más permanencia que sus efímeras gestiones.

"Basura 0” no es sólo un programa para hacer del municipio un espacio más limpio, sino que es también una oportunidad para que todos los que viven en San José de las Matas asuman su responsabilidad con el medio ambiente.

¿Qué es Basura Cero?

Basura Cero es el nombre de los planes que se han adoptado en varios lugares del mundo y que apuntan a disminuir gradualmente la basura llevada a los vertederos, estableciendo metas concretas para lograr un 100% de desvío. Esto se logra a través de la reducción, reutilización, reciclaje y compostaje.

Implica modificar los métodos de producción para reducir la generación y peligrosidad de los residuos y la utilización de materias primas en esa etapa, así como fabricar productos más duraderos, con menos sustancias tóxicas y que permitan una reutilización o reciclado más fácil al final de su vida útil. Otro requisito básico para lograr Basura Cero es la separación en la fuente de los materiales reciclables (plástico, vidrio, cartón, etc.) de los materiales compostables (grama, hojas, comida, etc.). En el programa de basura cero, los componentes que llegan a la basura son analizados para ser eliminados del mercado, substituidos o implantar un método de reciclaje que los incluya.

Como parte de la estrategia “Basura Cero” se asume que hay una responsabilidad en el productor, llegando a plantear que son los productores (especialmente las empresas industriales y agroindustriales) quienes tienen que hacerse cargo de los impactos ambientales asociados a sus productos, en todo el ciclo de vida de los mismos.

En República Dominicana no hay un programa todavía eficiente en esa dirección y mucho menos políticas municipales, de modo que la iniciativa de San José de las Matas debe ser apoyada como un piloto de lo que pudiera ser un futuro amigable con el medio ambiente, especialmente el medio ambiente urbano.

¿Es esto posible? Depende de los ciudadanos, individuales y corporativos, de San José de las Matas, de lo contrario, será un programa más que sirvió para propaganda de los políticos que dirigieron el Municipio en un período determinado. Ojalá que no.

viernes, junio 17, 2011

Desde mi fe / La actitud del que combate en nombre de Dios

LA ACTITUD DEL QUE COMBATE EN NOMBRE DEL SEÑOR

Milton Tejada C.

Es la historia de David y Goliat

El pueblo dominicano está llamado a ser parte del Pueblo de Dios… tenemos la confianza de que Dios no sólo salva personas, también salva naciones… y oramos y ayunamos y nos esforzamos diariamente por incorporar cada día a más dominicanos al ejército de los salvados…. Al ejército del Dios viviente, como dice la Palabra…

UNO.

PRIMERO, HABLEMOS DE LOS FILISTEOS Y DE GOLIAT, ENEMIGOS DEL PUEBLO DE DIOS.

Desde antes de la aparición de Sansón hasta la época de los reyes israelitas, los filisteos fueron los principales enemigos de Israel. Su deidad principal era Baal. Un pueblo poderoso y con una cultura avanzada. Guerrero, infundía temor al ejército de Saúl. Además, tenía a Goliat, un “campeón”, un guerrero temible, que provocaba espanto en los soldados de Israel…. Y no había quién se atreviera a pelear con él.

Goliat era un “gigante”…

Al igual que Israel que tenía de frente, en contra suya, a los filisteos… el pueblo dominicano tiene enemigos poderosos, gigantes que le amenazan … Goliat que les desafían, pecados inmensos que les impiden obedecer con confianza absoluta al Dios Altísimo y lo llenan de miedo y de gente que, como los soldados de Saúl, se dan por vencido antes de luchar…

Quiero preguntarles… cuáles son los “gigantes” que tenemos como pueblo delante de nosotros…

DOS.

HABLEMOS DE NUESTROS MIEDOS, TEMORES, FALTA DE OBEDIENCIA…

El pueblo de Israel estaba paralizado. Goliat salía día tras día a desafiarlo. Si un hombre, uno solo, le vencía, los filisteos pasarían a ser esclavos de los israelitas.

El rey Saúl había prometido un premio a quienes se decidieran al combate. Riquezas.

Esto, sin embargo, no era suficiente para animar al combate.

“Al oír lo que decía el filisteo, Saúl y todos los israelitas se consternaron y tuvieron mucho miedo” (1 Sam 17:12).

La Biblia señala que los israelitas, cuando vieron a Goliat, huyeron despavoridos (1 Sam 17:24). Hombres sin honor. Filas desanimadas, empezando por su cabeza visible, el rey Saúl.

El miedo, el temor, la vacilación, la cobardía, la falta de compromiso, hicieron de ese ejército un montón de cobardes.

¿Qué pasó para que el enemigo ganara esta batalla en el espíritu de la tropa de Israel?

Les doy una respuesta: la falta de fidelidad y de obediencia a Jehová hizo que Saúl y su ejército vieran la realidad con ojos humanos y no con los ojos de Dios.

Saúl desobedeció a Yaveh cuando le pidió exterminar a los amalecitas, de tal modo que Jehová declara:

“Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto en pos de mi y no ha cumplido mis palabras” (1 Sam 15:10). Es decir: porque desobedece.

Es una expresión humana: a Dios le pesa nuestra desobediencia, el que no cumplamos su Palabra…. Pero le pesa sobre todo porque es el camino de nuestra perdición. Saúl quiso “comprar” la gracia de Dios con sacrificios, con holocaustos.

El profeta Samuel le señala a Saúl:

“Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1 Sam 15,22).

A nosotros, como cristianos y como dominicanos, hay un conjunto de cosas que a veces nos llevan a ver la realidad, los gigantes que quieren combatirnos, con miedo, con terror, con desánimo…

Los cristianos vemos los problemas más grandes de lo que son por comodidad, preferimos la comodidad al carácter.

Los cristianos vemos estos gigantes como terroríficos porque buscamos la solución en nuestras propias fuerzas.

Vemos estos problemas como enormes porque pensamos equivocadamente que estas cosas –corrupción, crimen, narcotráfico, delincuencia, adulterio, etc.- no tienen nada que ver con el Reino de Dios, y esas cosas, mis hermanos, son las enemigas del Reino de Dios.

No nos ocupamos de estos problemas porque pensamos que la salvación es un tema individual, y nos olvidamos que Dios, aunque te llama a ti y a mí, también llama a pueblos, a Congregaciones, a familias….

A veces parecen darnos “tres pito” la miseria, la injusticia, el hambre, la falta de vivienda y educación, las condiciones desastrosas en que viven muchos dominicanos porque pensamos que el Reino de Dios no es cosa de este mundo… y el Reino de Dios, mis hermanos, está en medio del mundo, vive entre nosotros…. Porque estamos en el mundo, aunque no somos del mundo…. También lo está el reino del mal… porque las victorias de estas cosas negativas que mencionamos son victorias del mal y no se trata de carne, sino de potestades, de principados, de maldad…

Fue Jesús quien dijo, mis hermanos, “No he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz sino espada”… y es que un cristiano no puede estar en paz con el mal, es un guerrero del Señor, es un guerrero contra el mal.

Mi pregunta… ¿Qué cosas hoy te impiden ser un guerrero cien por ciento contra el mal, contra el reino de las tinieblas? ¿Obedeces plenamente al Señor o, por el contrario, como Saúl, te reservas un poquito para ti, porque no es para tanto? Dejo esa pregunta en tu corazón…

¡Sacudámonos, hermanos! Estamos en una guerra pero tenemos la palabra cierta de Dios: en Jesús somos más que vencedores… esforcemos y seamos valiente!

TRES.

LA ACTITUD CORRECTA

De pronto, un muchacho enviado por su padre para abastecer de alimento a sus hermanos, aparece en la escena. Es David.

Oye el desafío de Goliat.

Y a ese ejército tambaleante, lleno de miedo, David lo con unos ojos diferentes, con los ojos de Dios:

“¿Quién se cree este filisteo pagano, que se atreve a desafiar al ejército del Dios viviente?” (1 Sam 17:26).

Y le dice a Saúl:

“¡Nadie tiene que desanimarse a causa de este filisteo! Yo mismo iré a pelear contra él”.

Cuando se enfrenta a Goliat, le declara:

“Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado. Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo echaré los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel. Todos los que están aquí reconocerán que el Señor salva sin necesidad de espada ni de lanza. La batalla es del Señor, y él los entregará a ustedes en nuestras manos” (1 Sam 17:45-47).

He aquí los elementos que David nos señala y aporta hoy:

o Va en nombre del Señor, el Dios de los ejércitos de Israel

o Es el Señor quien entregará a este gigante en sus manos y al ejército de los filisteos.

o “Te mataré y te cortaré la cabeza”

o “Todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel”

o “La batalla es del Señor”, “El Señor salva sin necesidad de espada ni de lanza”,

Cuando hablamos de nuestros problemas y de los problemas que padece este pedacito de tierra que se llama República Dominicana ¿lo hacemos con la fe de David?

Al enfrentarnos a nuestros gigantes ¿Lo hacemos en nombre del Señor o de nuestras propias y tambaleantes fuerzas?

Al obtener victorias ¿La atribuimos al Señor o nos damos bombo diciendo: yo hice esto, yo hice aquello?

Cuando enfrentamos un problema, una situación que proviene de las fuerzas del mal… negociamos y la combatimos a medio o, por el contrario, afirmamos como David: “Te mataré y te cortaré la cabeza” en nombre del Señor…

¿Vivimos sabiendo que la honda, la piedra, son nuestras, pero que la batalla es del Señor y que El salva sin necesidad de espada ni de lanza, para que todo el mundo sepa que hay un Dios?

Estas son las actitudes que la Palabra de Dios, hablándonos de David y Goliat, quiere enseñarnos hoy.

Somos guerreros, soldados del Ejército de Dios…

Estamos llamados a obedecerles, estamos en guerra y la cobardía y la falta de compromiso es una victoria para el enemigo y una derrota para nosotros.

Somos parte de un país al que queremos para Dios… una tierra que queremos que se salve como nación.

No hay gigantes invencibles, la batalla es del Señor… batalla que supone trabajo, oración, ayuno, estudio…

Batalla que, en este año, significa para esta Iglesia que cada uno de los que estamos aquí traeremos otro dominicano o dominicana a esta Iglesia, a esta “columna” del ejército de Jehová…

Terminemos con una oración y, luego, pidiendo a Jehová, con todos nuestros pulmones, que sane nuestra tierra…

(Corito final: Sana nuestra tierra…).