viernes, julio 08, 2011

Desde mi estudio / Unas palabras ante las ONGs

Palabras de Milton Tejada con motivo de la presentación de la investigación “Impacto Socio-Económico de las Asociaciones sin Fines de Lucro en RD, 6 de Julio, 2011.

(Saludos)

Pedro Francisco Bonó, uno de nuestros sociólogos más certeros, externaba que “en el país existe una honda creencia, una opinión arraigadísima de que el Gobierno lo sabe, lo hace y lo puede todo. Los males y los bienes vienen del Gobierno. Si hay que remediar algo, se pide que el Gobierno lo remedie; si el trabajo no vale, se pide que el Gobierno lo haga valer; si el azúcar baja de precio, se pide que el Gobierno la haga subir”…

Esa “honda creencia”, esa “opinión arraigadísima” subsiste hoy, pero paralelamente mostramos pautas de conductas socio-económicas que constituyen respuestas a la ausencia de un Estado en áreas como la educación, la atención en salud, la lucha contra la marginalidad y la pobreza, el desarrollo micro-empresarial o la energía eléctrica… tal parece que, al referirnos al gobierno, hiciéramos gala de aquel cantar que dice “ni contigo, ni sin ti tienen mis males remedios, contigo porque me matas, sin ti porque me muero”.

En el caso del estudio que Alianza ONG presenta hoy y que tiene carácter exploratorio, permítanme resaltar algunos elementos que deben cuestionar nuestros paradigmas sobre estas instituciones y que apuntan a algunos retos para este sector:

· De acuerdo a los parámetros existentes, las ASFL tienen un bajo nivel de formalización. No significa una “informalidad”, porque es probable que muchas ONG funcionen en base al trabajo voluntario y no tengan registro en la seguridad social o en impuestos internos. Sin embargo, este es un desafío que deberán asumir estas organizaciones. A mayo del 2010, de 4,251 organizaciones registradas en el Centro de Fomento, 579 tenían registros en la Seguridad Social, equivalente a un 13.62%.

· La Ley 122-05 reconoce que “los incentivos, estímulos y beneficios que el Estado ha establecido para las asociaciones sin fines de lucro o para quienes las favorecen, a través de donaciones, son insuficientes y no guardan relación con la importancia de los aportes que las organizaciones de promoción humana y desarrollo social han hecho al país”. Sin embargo, hoy, a seis años de aprobada esa Ley, esos incentivos no sólo son insuficientes, sino que también disminuyen relativamente.

· Las ASFL tienen la desgracia de ser vinculadas a grupos fantasmas buscadores de prebendas políticas, lo cual parece que ha sido una práctica común, sustituida por el famoso “barrilito”. Cabe preguntarse si no sería más eficiente que los legisladores en lugar de autoasignarse esos fondos, procedieran a entregarlos a las ASFL de acuerdo a lineamientos estratégicos diseñados por el propio Gobierno.

· En campos como el micro-crédito, la salud, la educación, muchas de estas instituciones han mostrado una eficiencia similar a las más eficientes instituciones del sector privado con fines de lucro. En ese sentido, el sector empresarial dominicano, que hace unos años empezó a hablar de responsabilidad social corporativa, debería establecer alianza con estos canales, en el entendido de que sólo una sociedad sustentable –a lo cual contribuyen mucho las ASFL- hará posible la ganancia para las empresas.

· Finalmente, quiero reiterar que este estudio tiene carácter exploratorio y que es necesario, por lo tanto, una investigación interdisciplinaria, a fondo, que involucre tanto a las propias ASFL, como a instituciones gubernamentales, academia, instituciones del sector privado empresarial, entre otras…

Quiero agradecer a Alianza ONG por confiar en nosotros. Agradecer también a los que y las que con sus puertas abiertas contribuyeron con sus planteamientos, posiciones, informaciones… puertas abiertas que hicieron y hacen posible que el conocimiento, un proceso que es permanente, se amplíe y tenga utilidad para todos y todas.

Muchas gracias.

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