Mi esposa, Ana Ysabel, le tocó dirigir la palabra a la congregación cristiana a la que asistimos. Su tema: Nunca es tarde para empezar. Dos personajes biblícos utilizó como ejemplos: Abraham y Noemí (en realidad el libro de Ruth bien podría llamarse el libro de Noemí). Aquí les comparto lo que Ysabel nos dijo anoche, 31 de diciembre.... del 2011.
Nunca es tarde para empezar
2 Timoteo 1:7
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de
poder, de amor y de dominio propio”.
Esta noche quiero compartir de una palabra con la que El Señor habló a
mi vida hace unos días y que me sirve de título para esta reflexión: esa
palabra fue: Nunca es tarde para empezar.
No importa las cosas que hayan pasado en nuestras vidas en este año y en
todos los años que han pasado antes, Dios nos dice en esta noche que se puede
comenzar de nuevo, que siempre podemos empezar otra vez. Hay muchos pasajes en
la biblia que nos enseñan de hombres y mujeres que volvieron, más de una vez, a
recomenzar en el Señor.
Una de esas vidas es la de Abraham, el cual ha sido llamado Padre de
multitudes, ejemplo extraordinario de fe, y llamado nada más y nada menos como
"el amigo de Dios".
Abraham nació en Ur, Ciudad Caldea, donde vivió con su padre y sus
hermanos y se casó con Sarah. Siendo esta su nación y su lugar seguro Dios le
llama a comenzar en otro lugar y lo lleva a Mesopotamia, luego a Canaán, luego
a Egipto, poniéndolo a llevar una vida nómada.
Se imaginan lo que era que luego de establecerse en un lugar, Dios le
decía ahí no es, muévete a otro lugar, vamos a comenzar de nuevo. Pero Abraham
lo hacía porque conocía y le creía a Dios.
La biblia nos dice que Dios hizo
una Alianza, un pacto con Abraham,
prometiéndole la tierra de Canaán para él y para sus descendientes, los
cuales serían tan numerosos "como el polvo de la tierra". Pero había un pequeño problemita, cuando Dios
hizo este pacto con Abraham ya él era un hombre de avanzada Edad, tenía
alrededor de 75 años, y su esposa Sara no había concebido hasta entonces,
parecía que no podían tener hijos.
Al pasar los años y ver que no nacía el hijo prometido comenzaron a
inquietarse y quisieron darle una
ayudadita a Dios. Adelantándose a los
planes del Señor Sarah incito a Abraham a tener un hijo con su esclava Agar, lo
cual hizo y nació un niño que fue llamado Ismael. Al hacer esto Abraham, el amigo de Dios,
pecó, se equivocó, no espero el tiempo de Dios, se precipitó y por eso mucha
amargura y dolor a su vida y a toda la humanidad.
Pero Dios amaba a Abraham, como nos ama también a nosotros, y aunque
este PECÓ le dio la oportunidad para
empezar de nuevo, y 13 años más tarde
Dios cumplió su pacto con Abraham dándole el hijo de la promesa el cual fue
llamado Isaac. Tenía entonces Abraham
100 años. Dios cumple lo que ha
prometido en su tiempo, no en nuestro tiempo.
Es probable que en este año Dios, así como a Abraham, te haya dado una promesa para recibir algo
que anhelas y ya termina el año y aun no ves nada; o tal vez te has apresurado
para darle una manita a Dios y te has equivocado; quizás has cometido errores
que te hacen sentir lejos de Dios; tal vez te has apartado de El o te has
killado, como dicen los jóvenes, con el Señor, talvez has pecado y hecho cosas
que no agradan a Dios: pero en esta noche
Dios te dice, que a pesar de todo eso, hay tiempo para empezar de nuevo, para
volver sobre tus pasos, para arrepentirte, para cambiar de dirección y recibir
lo que El tiene para ti porque nunca es tarde para empezar.
Otro ejemplo: Noemi, la suegra de Ruth.
Nos cuenta la biblia en el libro de Ruth, que un hombre de Belén de Judá
llamado Elimelec fue a vivir en los campos de Moab, con su mujer, Noemí, y sus
dos hijos Majlón y Quelión.
Estando en tierra extranjera murió Elimelec y sus dos hijos tomaron por
mujeres a dos moabitas, pero al cabo de 10 años ambos hijos también murieron.
Noemí de repente quedo sin nada, sin esposo, sin hijos y sin patria. Decide
regresar a su pueblo y con ella va Ruth una de sus nueras que no quiso
dejarla..
Que cuadro más triste, Noemí que había salido de su país con su familia,
con sueños y esperanzas de una vida mejor, ahora regresa, sola, derrotada; ella
misma declara su desesperanza cuando regresando al pueblo le dice a los que la
conocían: No me llaméis Noemí; llamadme Mara, porque el Todopoderoso ha hecho
muy amarga mi vida. 21 Yo me fui llena, pero Jehovah me ha hecho volver vacía.
¿Por qué, pues, me llamáis Noemí, ya que Jehovah me ha afligido y el
Todopoderoso me ha abatido?
Aun cuando en momentos pueda parecer que las cosas nos salen mal, que lo
hemos perdido todo, Dios siempre tiene nuevos comienzos y no importa la edad,
la condición social, el lugar, la circunstancia, nada de eso importa porque
tenemos un Dios poderoso que puede cambiar nuestro lamento en danza.
Y eso fue lo que hizo el Señor con Noemí, pues un pariente cercano
desposó a Ruth su nuera y tuvieron un hijo el cual, según dice la biblia,
restauraría y sustentaría a Noemí en su vejez. Dios honró a esta mujer, la
restauró y le dio un nuevo comienzo.
Si has sufrido pérdidas materiales o familiares este año, si te ha faltado la fe, si has
permitido que la amargura y la desesperanza te inunden, si has menguado tu fe,
si te has apartado de Dios, si has dudado de que El esté ahí, si te has sentido
solo y abandonado. Esta noche Dios te dice, nunca es tarde para empezar, puedes
comenzar a confiar en El nuevamente, a depositar tus cargas, a esperar, puedes
comenzar a creerle nuevamente. El puede y quiere restaurarte al igual como lo
hizo con Noemí.
Y Si aún no has abierto tu corazón para dejarle morar, no es tarde para
empezar, abre tu corazón ahora e invítale a ser tu Señor y si ya lo habías
hecho antes pero te has enfriado o te has apartado, vuélvete a El ahora y
recomienza tu relación con El.
En Jeremías 31:3 hay una palabra de amor de Dios para ti y para mí en
esta noche víspera del año 2012: ¨Con amor eterno te he amado; por tanto, te
prolongué mi misericordia.
Esta es una noche de comienzos porque Amados Hermanos y amigos, en DIOS
NUNCA ES TARDE PARA EMPEZAR.
4 comentarios:
Es una reflexión inspiradora, de mucho provecho para mí. Al igual que le pasó a Noemí, más de una vez he pensado que acaso debo cambiar de nombre en el desvelo de esperar la misericordia de Dios
Esta es una palabra para todos los tiempos. Hoy en un momento de desesperanza y confusión, se que Dios proveyo palabra para levantar mi espíritu.
Amén! Qué hermosa reflexión! Muchas gracias por compartir. Que Dios nos aumente la fe y nos (me) ayude a interiorizar esa gran verdad 🙌 Dios le bendiga mucho amada Isabel💕
Amen, cuan grande es su amor y sus sericotdias son para siempre.
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