domingo, marzo 30, 2025

Ludopatía y quiebra mental y financiera

 Ludopatía: quiebra de la mente, las finanzas y las relaciones

 La bancarrota mental, espiritual y financiera es terrible… pero hay esperanza

 Milton Tejada C.

La ludopatía, o juego patológico, ha dejado de ser vista como una simple conducta impulsiva. Tampoco es una simple categoría moral (como se creyó, durante muchos años, del alcoholismo). Ha sido definida por la Organización Mundial de la Salud desde 1992 como una adicción compleja que involucra aspectos conductuales, fisiológicos y cognitivos, y que puede tener consecuencias devastadoras en la vida personal, moral, espiritual, familiar y financiera de quienes la padecen.

Este trastorno del control de los impulsos lleva a la persona a participar de forma repetitiva y descontrolada en juegos de azar. En muchos casos, el juego se convierte no solo en una obsesión, sino en una vía de escape frente a problemas emocionales, económicos o existenciales.

Una de las características crítica es que quienes la sufren no perciben su conducta como un problema. Incluso peor aún: ven el juego como una “solución mágica” a sus problemas económicos. Es decir, que su conocimiento distorsionado los lleva a creer que la próxima apuesta los redimirá, perpetuando así un ciclo de pérdidas, ansiedad y desesperanza. En el juego no hay redención. Siempre gana la casa y pierde el apostador (el ludópata).

Esta persona desarrolla un conjunto de mecanismos mentales que lo mantienen atado al juego: pensamientos fantasiosos, compulsión por recuperar lo perdido, falta de memoria del daño sufrido, y una constante desconexión de la realidad financiera. La obsesión llega al punto de interferir con sus actividades cotidianas, sus relaciones y su capacidad de razonar con objetividad.

 Un ciclo destructivo

Según la guía “Ludopatía y el manejo del dinero” elaborado por la Fundación Fénix con el apoyo de la Superintendencia de Bancos, el juego patológico se desarrolla en tres etapas progresivas:

1.                 Fase de ganancia: inicia con la llamada “suerte del novato”, que crea una falsa percepción de éxito fácil.

2.                 Fase de pérdidas: al buscar recuperar lo perdido, la persona aumenta sus apuestas y cae en un círculo vicioso.

3.                 Fase de desesperación: surgen las deudas, la ansiedad, el rechazo social, y en algunos casos, actos delictivos para financiar el juego.

 Este proceso suele agravarse hasta desencadenar otros trastornos como ansiedad, depresión, alteraciones del sueño y pensamientos suicidas. Sigo exponiendo algunas ideas muy importantes de dicha publicación.

 Dinero y autodestrucción

La guía también hace un profundo análisis de cómo la ludopatía altera la relación del individuo con el dinero. Aparecen diversas formas de disfunción financiera, como el gastador compulsivo, el trabajador obsesivo, el deudor crónico, el subganador o el codependiente del dinero. Todos estos perfiles comparten una visión distorsionada del valor del dinero, que oscila entre la euforia del gasto impulsivo y la angustia de la escasez autoimpuesta.

Uno de los patrones más destructivos es el del deudor compulsivo, quien vive endeudado permanentemente, pidiendo préstamos para pagar deudas anteriores, sin lograr nunca liberarse. En muchos casos, esta dinámica se convierte en una forma de vida que culmina en bancarrota, deterioro de la autoestima y ruptura de vínculos familiares.

 Hay salida

La guía incluye recomendaciones prácticas para prevenir o tratar la ludopatía. Entre ellas:

                    Evaluar la actitud personal frente al juego.

                    Reemplazar el juego por actividades de ocio sanas y compartidas.

                    Reconocer los signos de alerta: aumento del tiempo o dinero dedicado al juego, irritabilidad al intentar dejarlo, descuido de otras áreas de la vida.

                    Buscar ayuda profesional especializada lo antes posible.

 El mensaje final es claro.

Cuidar la salud mental también implica tener una relación sana y responsable con el dinero. La ludopatía no solo arruina bolsillos, sino que destruye familias, proyectos y vidas. Sin embargo, con conciencia, apoyo profesional y familiar adecuado y compromiso personal, es posible romper el ciclo del juego y recuperar el control.

 Desde el punto de vista bíblico: la esperanza no está perdida

Al aporte de la Fundación Fénix, vamos a sumar un punto de vista bíblico. La ludopatía es una adicción real, con consecuencias graves, pero también hay esperanza.

Aunque la Biblia no menciona directamente la palabra “ludopatía”, sí nos ofrece advertencias claras sobre los peligros de la codicia, el amor desmedido al dinero, y la pérdida de dominio propio, que son componentes esenciales en esta adicción. En 1 Timoteo 6:10 se nos dice: "Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” ((1 Timoteo 6:10)

Al pensar en el ciclo destructivo del juego, recuerdo la frase de Proverbio 28:22 que nos dice: "El hombre ávido corre tras las riquezas, y no sabe que la pobreza le vendrá”, o Isaías 55:2 que nos advierte: "¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?"

Aunque la ludopatía es una enfermedad real y profunda, no es invencible. Hay esperanza para quienes sufren esta adicción, y la Palabra de Dios lo reafirma con claridad. Dios ofrece liberación, sanidad y restauración a todo aquel que decide buscar ayuda y rendir su vida a Él. "Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” ((Juan 8:36), o Pablo que nos indica: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir..." (1 Corintios 10:13).

 Eso sí, es un reto de valientes, sostenidos en el Espíritu Santo: "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7)

 Una decisión valiente y transformadora

Si tú o alguien cercano lucha con el juego compulsivo, recuerda que no estás solo. El primer paso es reconocer el problema y buscar ayuda. La verdadera libertad no se encuentra en un golpe de suerte, sino en el amor, la verdad y el poder de Dios. El Señor mismo te dice: "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré..." (Isaías 41:10)

Cuando cuidas tu salud mental y espiritual, también proteges tus relaciones y tu salud financiera. Y cuando pones tu vida en manos de Dios, nunca estás en bancarrota.

 

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GRATA VIDA

29 de marzo, 2025

 

 

 


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