lunes, agosto 04, 2025

Fe más allá de las circunstancias

 FORTALECIENDO NUESTRA FE

Cómo confiar en Dios más allá de las circunstancias

 Predica del Pastor Rafael Montalvo – Iglesia Cristiana / Domingo 3 de agosto de 2025

Estas son seis enseñanzas que nos dejó nuestro Pastor Rafael Montalvo en su predica del domingo 3 de agosto. Gracias a las notas de Yeimy Evangelista Serrano puedo compartirlas con ustedes, organizadas. Gracias, Yeimy.

 Si hablamos de fe, ¿qué personaje de la Biblia nos viene a la mente? Abraham, el padre de la fe. En momentos difíciles, muchos de nosotros necesitamos aferrarnos a las promesas que Jesús nos hizo. La Biblia está llena de promesas, pero con frecuencia olvidamos las cualidades del Dios en quien creemos: Jehová Adonai, Jireh, Rafa, Shaddai…

 La palabra dice: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” Es cierto que, en medio del valle, no sentimos a Dios cerca, pero Él prometió estar allí. Para Dios, crear cosas de la nada es natural. Llama a lo que no es como si fuera. Da vida a lo muerto, como cuando su amigo Lázaro, ya en estado de descomposición, salió caminando tras su llamado. Así también Dios puede dar vida a un matrimonio, una empresa, o a un sueño roto.

 Dios no necesita materia prima. Él provee desde donde no hay. Como hizo con el pueblo de Israel al abrir el mar, Él también abre camino en nuestras situaciones imposibles. Para Dios siempre hay esperanza, porque no hay nada imposible para Él.

 

1.            Abraham: esperanza contra esperanza. “Abraham creyó en esperanza contra esperanza, a fin de llegar a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que se le había dicho: ‘Así será tu descendencia’.” — Romanos 4:18 NBLA. Aunque digas que ya no hay esperanza, aunque pienses que todo está perdido, para Dios siempre hay esperanza. Lo importante es aferrarnos a lo que Dios ha dicho, porque su palabra es poderosa, aunque lo visible diga lo contrario.

 

2.            La fe reconoce la realidad, pero no se limita por ella.Y sin debilitarse en la fe contempló su propio cuerpo, que ya estaba como muerto... y también la esterilidad de la matriz de Sara.” — Romanos 4:19 NBLA. Abraham no ignoró su realidad, pero creyó en la palabra de Dios. La fe no es autosugestión. Es confiar en lo que Dios ha dicho a pesar de lo que veo. Nuestra tendencia natural es mirar nuestras limitaciones, pero si en medio de eso tenemos fe, cambia nuestra perspectiva.

 

3.            Lo que debilita nuestra fe. Las opiniones de los demás. Aunque los demás digan que ya no hay esperanza, Jesús te dice: “No temas, cree solamente.”. Nuestra propia lógica. Cuando enfocamos nuestra mente en las circunstancias visibles, la lógica mina nuestra fe. No negamos la realidad, pero nos aferramos a la palabra de Dios. El desafío es mirar hacia arriba, no hacia dentro.

 

4.            Fe que glorifica a Dios. “Respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeó con incredulidad, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios.” — Romanos 4:20 NBLA. Abraham no se comportó como un incrédulo. Nosotros somos herederos de su fe. A Dios le agrada sobremanera que creamos en Él. Nuestra fe glorifica a Dios. Cuando creemos, incluso antes de ver el milagro, comenzamos a dar gracias por anticipado.

 

5.                 Cómo fortalecer nuestra fe.

·                    Oración. La fe se debilita cuando estamos desconectados de Dios.

·                    Lectura de la Palabra. La fe crece al oír y estudiar la Biblia.

·                    Comunión con hermanos. El enemigo busca aislarnos para debilitar nuestra fe.

·                    Recordar lo que Dios ha hecho. Haz memoria de su fidelidad.

·                    Escuchar testimonios. Nos inspiran y edifican.

·                    Esperar con paciencia. Dios cumple lo que promete.

 

6.            Dios cumple lo que promete. “Estando plenamente convencido de que lo que Dios había prometido, poderoso era también para cumplirlo.” — Romanos 4:21 NBLA

Cuando caminamos con Dios, caminamos con un ser todopoderoso, responsable y amoroso. Dios obra a través de la fe. Nuestra lógica puede no entenderlo, pero la fe nos conecta con lo eterno y nos permite ver lo imposible volverse posible.

 

“Según tu fe, te será hecho.” No pongas tu fe en las circunstancias, ponla en lo que Dios ha dicho.

sábado, agosto 02, 2025

Discípulos en la tormenta

DISCÍPULOS EN MEDIO DE LA TORMENTA

Vivimos tiempos difíciles, sentimos que la barca puede zozobrar y cabe preguntarnos: cómo ser fieles en medio del vendaval

 Milton Tejada C.

Nosotros y nuestras familias también sufren los efectos de diversas emboscadas y varios indicadores evidencian la precaria situación en que nos encontramos como sociedad: crece la violencia, se cercena la vida de otros y a los dos días ya no es ni siquiera noticia, nos inundan: el “desapego” emocional de los padres, los matrimonios incapaces de una adecuada comunicación, los adolescentes sin timón y un etcétera que prácticamente nos involucra a todos.

 Sólo pinceladas de un contexto en donde nos preguntamos cómo ser discípulos en medio de este vendaval.

 Te tengo una respuesta a esa pregunta: Lectura de la biblia, meditación, oración y contemplación son pasos que buscan constituirnos en discípulos fieles de Jesús, llegando a asumir su mirada y su corazón ante la vida.

 

LECTURA DE LA BIBLIA

¡Cuántas veces reiteramos que la biblia es la Palabra de Dios para nosotros! Hoy en día millones de seres humanos veneran la biblia, pero no todos la leen con igual intensidad. En Hebreos 4,12 nos dice que la Palabra de Dios discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Es decir, nos dice la cantidad de luz que hay en nosotros. Los cristianos necesitamos de ese discernimiento, necesitamos preparar nuestras lámparas, necesitamos leer la Biblia.

Al orar, debemos leer el texto con la convicción de que Dios nos habla, en actitud de interiorización, de discernimiento de lo que hay en nuestro corazón y en nuestros deseos. Leer y callar para provocar el silencio que nos permita escuchar a Dios.

Te recomiendo empezar la lectura invocando al Espíritu Santo., leer de modo pausado y con atención el texto elegido y guardar un momento de silencio interior, recordando lo leído, masticándolo, comprendiéndolo.

 

MEDITACIÓN O QUÉ ME DICE LA BIBLIA

¿Qué me dice el texto que acabo de leer? Puedo reflexionar cada versículo, ahondar, repetir las palabras significativas y, finalmente, aplicar el mensaje a la vida cotidiana o a mi vida cotidiana.

Para lograr completar este proceso de meditación, detente en el sentido de cada frase. Luego, rumia la Palabra, uniéndola con tu vida espiritual, con tu cotidianidad (tu persona, tu familia, tu trabajo, tu iglesia, tu matrimonio, etc.). con la pregunta de hacia qué valores y promesas del Reino apunta.

 

ORACIÓN

Dios me ha hablado. He escuchado su Palabra. Quiere conversar conmigo y estoy llamado a responder a las interpelaciones de Dios en una actitud de adoración, alabanza, agradecimiento, perdón.

Puedo ampliar el texto con otros textos bíblicos. Para esto podemos utilizar instrumentos como el de las Concordancias, por ejemplo, o un conjunto de textos agrupados por tema. En segundo lugar, responder a Dios con adoración, alabanza, agradecimiento, perdón y, finalmente, formular un compromiso de vida espiritual, en lo externo y con el Reino (“Heme aquí, mándame…”).

 

ADORACIÓN / CONTEMPLACIÓN

La contemplación y la adoración es el paso del discípulo que se hace uno con Jesús, así como Jesús y el Padre son uno. Es ver la realidad con la mirada y el corazón de Dios. Es zambullirse en el misterio de Dios, gustar de Dios.

Este paso nos hace fuerte por colocarnos a disposición del Espíritu Santo y poder proclamar con certeza: no vivo yo, es Cristo que vive en mí…

Elige una frase como síntesis de este momento de oración, como bandera que te anima y que puedes recordar en el camino de ser discípulos fieles de Jesús en medio de la tormenta.

 Y no lo olvides, por fuerte que sean los vientos, Jesús está en la barca.

 

GRATA VIDA.