viernes, marzo 14, 2025

Siendo casados ¿Es posible la amistad con una persona del otro sexo?

 Sábado de fe y vida:

HOMBRES Y MUJERES… ¿AMIGOS?

Hace un par de meses pedí a un grupo de amigo que me respondieran una simple pregunta: “¿Es posible la amistad entre un hombre y una mujer que son casados (los dos o uno de los dos) con otra persona, o, dicho de otro modo: la amistad heterosexual? Si la crees posibles ¿Qué parámetros consideras necesario observar?”. Gracias a todos los que me respondieron.

Prometí escribir al respecto y hoy cumplo esta promesa.

“Depende” fue la respuesta más común. Y ese “depende” se refería a elementos como:

  • ·         El nivel de sabiduría y dominio propio que tengamos;
  • ·         En algún momento puede generar confusión;
  • ·         Con respeto es posible (tanto al amigo como al esposo/a);
  • ·         En conocimiento de la pareja;
  • ·         Evitando malos entendidos;
  • ·         Integridad, estableciendo límites, sin equívocos;
  • ·         Entendiendo que la amistad principal es tu esposo/a;

 Respeto a quienes dicen tajantemente NO, pero creo posible la amistad entre un hombre o una mujer casados. Sin embargo, todos los consejos que recibí en las respuestas, son válidos.

 Una sana amistad entre hombres y mujeres se basa en respeto mutuo, confianza y límites claros.

 Una amistad sana entre hombres y mujeres debe basarse en el respeto mutuo, donde cada persona valore la individualidad del otro sin imponer y mucho menos portar expectativas románticas.

 La comunicación abierta y sincera es clave para evitar malentendidos, así como establecer límites claros que protejan la comodidad de ambas partes en lo emocional, físico y en la convivencia.  Esta comunicación también debe existir con un pareja o cónyuge, pues de lo contrario puede abrirse una puerta a la sospecha y a los malos entendidos.

 Es necesario asegurarse de que no haya segundas intenciones que puedan generar confusión. Para que la amistad sea genuina, es fundamental que surja de intereses compartidos y no de una atracción disfrazada de amistad.

 Además, es importante que en todo momento el amigo o amiga respete profundamente tu relación con tu pareja, evitando conflictos.

 Un criterio claro: si una amistad con una persona del otro sexo pone en riesgo tu matrimonio, esa amistad debe redefinirse y, probablemente, cortarse.

 Evitar la dependencia emocional también es esencial, pues la amistad no debe suplir una necesidad de afecto lo cual es propio de una relación romántica. Jamás una amistad puede tornarse posesiva o demandante.

 Hay circunstancias que contribuyen a una sana amistad, pero hay otras que la perjudican. No debemos tener puertas abiertas a algo que no sea estrictamente amistad.

 Muy importante también que aprendamos a escuchar la voz de nuestra cónyuge, que nos alerta o que también nos indica si se siente cómodo o cómoda, o no, con la amistad que llevemos con determinada persona.

 En fin, es complejo, pero posible.

 Por otra parte, la amistad es imprescindible en el matrimonio. Muchos matrimonios son infelices no porque les falte amor, sino porque les falta amistad.

 Finalizo con una de las numerosas respuestas que recibí: “Creo firmemente en que la amistad sincera es no solo posible, sino enriquecedora para ambas partes.  Es la propia persona que está llamada a establecer los límites para que esa relación de estrecha amistad no se convierta en algo más y vaya en su detrimento. Éxitos en tu empeño de profundizar en las relaciones hombre-mujer, pareja, padres…”.

 Grata Vida.

No hay comentarios: