sábado, enero 07, 2012

Red-formando / EL AHORRO



Un cristiano está llamado a regirse por valores cristianos a la hora de invertir, solicitar préstamos, gestionar sus finanzas. Es decir, la manera en que administras tus finanzas no es algo indiferente a tu ser cristiano. Las opciones que tomes, consciente o inconscientemente, te hacen responsable de lo que coseches. Aquí te presento el tema que discutiremos en nuestras células de la Iglesia Cristiana la próxima semana. Cualquier aporte o inquietud sobre este tema del ahorro, te lo agradeceremos. Nos puedes escribir a: tejadamilton@yahoo.com
  
Dinámica para empezar.
Los líderes de células llevarán un dibujo en una hoja con tres círculos, semejantes al semáforo –colores verde, amarillo y rojo, como el de la gráfica-. Después de explicar que trataremos el tema del ahorro, pide a cada persona que escriba su nombre en el círculo en que considera que se encuentra en relación al hábito del ahorro, tanto de modo individual como familiar. Al final, compartirán la razón por la que escribieron su nombre en un círculo u otro.


DESARROLLO:

“El sabio ahorra para el futuro, pero el necio derrocha cuanto obtiene.” Proverbios 21:20
Otro pasaje:
“Bienaventurado el hombre que teme a Jehová… bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para siempre” (Salm 112:1.3).

Años atrás era tonto ser conocido como un derrochador, un centavo ahorrado era un centavo ganado.

Las personas compraban solo cuando tenían el dinero. Ahorraban para lo que querían y se aseguraban de dejar algo para el futuro. El carácter de una persona era juzgado por su habilidad para ahorrar y proteger un conjunto de valores ya fuera dinero, productos ó moral. La gente entendía la sabiduría de “ahorrar para el futuro.”

El principio del ahorro desarrolla una actitud valiosa. Nuestros pensamientos estarán en preservar las cosas, hacer que las cosas duren más tiempo, mantener las cosas en buen estado, y darle más uso a las cosas que ya tenemos. Eso hará que paremos de gastar precipitadamente y nos obliguemos a pensar en la calidad y en el valor del producto, al punto que cambiará nuestro pensamiento de “¿Qué puedo comprar?” a “Gracias Dios mío por lo que tengo.” No es malo pensar en lo que nos gustaría tener, si está controlado por un sistema de valores profundo. Nos ahorraremos mucha frustración si paramos y nos preguntamos a nosotros mismos estas cuatro cosas antes de gastar:

1.      ¿Lo necesito?
2.      ¿Tengo dinero para pagarlo de contado?
3.      ¿Porqué lo quiero?
4.      ¿Cuándo lo puedo comprar?

Hay muchas familias que viven, de cheque a cheque de su sueldo, y otras de los cheques que vayan a llegar o de las tarjetas de crédito. La mayoría de las veces es, porque no han tenido fuerza de voluntad, para saber administrarse y ahorrar. No se dan cuenta o no quieren dársela, que por esos adelantos de dinero, tienen que pagar intereses abusivos. En la familia es muy difícil pasar, de una economía basada en el endeudamiento, a una economía soportada en la virtud del ahorro para el futuro. El ya pagaremos más adelante, pues lo importante es satisfacer nuestros deseos de consumismo, es una política familiar, que casi siempre conlleva malas consecuencias.

Hemos desarrollado una sociedad desechable, de autoservicios y estamos programados para pensar: “Si lo quiero, lo compraré. Me lo merezco ahora. Lo pagaré con la tarjeta de crédito y haré fáciles pagos mensuales.” Luego, gastamos y gastamos, tratando de satisfacernos a nosotros mismos y estar al ritmo de los demás. Tontamente gastamos no solo lo que tenemos sino además lo que no tenemos.

Nos han dicho que prestar dinero ó tener crédito es fácil. Estamos bombardeados con tarjetas de crédito preaprobadas y el crédito ofrece “6 meses sin intereses,” no pago por un año y así muchas otras atracciones. Pero no nos hablan del 37 al 48% de interés, cifras diferentes a lo ofertado inicialmente. Ellos comprometen nuestra capacidad de pago en planes cuyos pagos son casi imposibles de cumplir, causando dificultades que pueden llegar a destruir nuestra salud y nuestros matrimonios.

Aquellos que son sabios ahorran y construyen para el futuro, planean y gastan sabiamente. No se reducen solo a ser consumidores, sino que se convierten en inversionistas y ahorradores. Cuando las cosas se ponen difíciles, ellos sobreviven. Están en paz con ellos mismos, con sus tarjetas de crédito y con el banco.

Nuestro país debió haber practicado este principio de ahorrar y gastar sabiamente y así no estaríamos comprometidos con una deuda externa tan elevada. Dios tiene la manera correcta que funciona.  Si no escogemos vivir de acuerdo a las reglas de Dios hora, muy pronto seremos forzados a hacerlo. No seamos tontos, sino sabios y aprendamos cómo ahorrar para el futuro.

Desde niños
“El valor del dinero se aprende desde niños, cuando se regala al hijo una alcancía, luego se le abre una cuenta de ahorros y se le hace ver que es bueno tener proyectos para el futuro. Y desde pequeños es bueno estimularlos a que hagan sus cosas, tomen sus decisiones, emprendan retos. Hay niños que son vendedores natos y quieren poner un negocio, en lugar de burlarse, se les debería permitir intentarlo y ayudarlos con libros, o contándoles experiencias de otros emprendedores exitosos. Si se equivocan, aprenderán de la experiencia y nosotros, estaremos allí para darles ánimo y volverlos a motivar si se desaniman. Para eso estamos los padres” (Cecilia Chávez Bowen, Psicóloga).

PREGUNTAS PARA CONVERSAR

1.      ¿Por qué te ubicaste en el circulo en que te colocaste? (Brevemente, dos o tres comparten, si es posible, uno por cada color).
2.      ¿Qué tendría que cambiar en su vida y sacrificar, para poder ahorrar un 1% u otra cantidad?
3.      ¿Tiende usted a ser una persona ahorradora o una persona gastadora?
4.      ¿Qué diferencia hay entre ser ahorrador y avaro? (Puede leerse Heb 13:5: “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: no te desampararé, ni te dejaré”
5.      ¿Se puede afirmar que ser ahorrador es contrario de ser generosos?
6.      ¿Por qué un cristiano tiene que diferenciarse del mundo en el tema del ahorro?

Editado y ampliado a partir del tema escrito por John Schrock–Hombre de negocios. / La Red Business Network


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