VOLVIO EN SI…
“Volviendo en
sí, dijo: “¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de
pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado
hijo; hazme como a uno de tus jornaleros” (Lc
15:17-19).
·
Una de las más bellas
ilustraciones del AMOR MISERICORDIOSO de Dios.
·
Dos hijos que no entendían
el corazón
compasivo de su padre (el de la iglesia y el que está fuera);
·
El hijo menor:
o
Sentado entre los cerdos,
cansado, sucio, hambriento y olvidado de todos.
o
Los tiempos de fiesta y
parranda han terminado. La desesperanza asoma por todas partes. No hay nada que
hacer (CUÁNTAS
VECES ESTE ES NUESTRO RETRATO).
·
En este momento: VOLVIO EN SI
(como cuando nos pasa la anestesia después de una operación). Es decir, durante
un tiempo:
o
No estaba consciente de lo que estaba aconteciendo en
su vida (¿LO ESTAS TU?). Es exactamente lo que hace el pecado: nos adormece, nos anestesia, no
nos permite entender la necedad de los caminos que hemos tomado.
·
Entonces, UN PRIMER PASO,
es ver lo errado que ha sido nuestro camino, lo bajo que caemos cuando nos
alejamos de la casa de nuestro padre, cuando pecamos, cuando hacemos algunos
tollos que solemos hacer en nuestras vidas, es decir, cuando nos alejamos de
Dios.
·
UN SEGUNDO PASO: el camino hacia la recuperación sólo
es posible retornando a su casa. El bien y la salud para nuestras
vidas sólo se encuentran si estamos en una relación con nuestro Padre.
o
EL ARREPENTIMIENTO no sólo
es ver lo errado y equivocado que hemos estado, sino INICIAR UN VIAJE que nos lleve de nuevo A LA COMUNIÓN y
a la intimidad con Dios. Este viaje nos hace levantarnos de la cama, del lugar
en donde hemos estado anestesiados.
·
UN PASO EQUIVOCADO: Al
estar frente al padre, el muchacho comete un error: quiere indicarle al padre cuál es el plan: “hazme como uno de tus
jornaleros”.
Reconocemos el mal que hemos hecho, primer paso.
Nos acercamos al Padre, segundo paso….
Pero…. Siempre hay un pero: nos acercamos con nuestros proyectos, con nuestras soluciones, con
nuestros planes…
DIOS no necesita tus proyectos, tus planes, tus soluciones. EL tiene sus
propios métodos, eficaces y certeros, pero tienes que dejarle hacer. El dispondrá
lo mejor… no tú. Si tienes que hacer
algo, EL te lo dirá. Si no nos dice nada, disfrutemos de los besos y abrazos
que te ofrece, sabiendo que en la casa de nuestro padre, siempre seremos
bienvenidos.
(Texto adaptado de: Shaw, Christopher: Alza tus ojos - Encuentros diarios del líder con Dios - correspondiente al 5 de agosto).
No hay comentarios:
Publicar un comentario