lunes, agosto 06, 2012

Desde mi estudio / Adiós Chavela, adiós papá


Chavela Vargas y mi infancia

Partió Chavela Vargas. De origen tica, se radicó en México. Para mi muy recordada porque sus canciones –las propias y las que tomaba prestadas a otros- iban en la boca de mi padre al trajinar los dos por el conuco. Las cantaba sabiendo -como me pasa a mi- que no tenía dotes para cantante, pero tenía corazón.
Algunas de sus canciones pareciera como si dijeran adiós, un adiós que no rechazó y que se constituyó un “ya sí, pero todavía no”, propio de la esperanza. Cantaba… “por eso muchacha, no partas ahora, soñando el regreso… que amores simples y las cosas simples las devora el tiempo”, o aquel otro que dice: “Me alejaré de aquí con un dolor dentro de mí: te juro, corazón que no es falta de amor, pero es mejor así…”, o: “Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas, lo mismo que un árbol que en tiempo de otoño se queda sin hojas...”. O esta: La barca en que me iré lleva una cruz de olvido, lleva una cruz de amor, y en esa cruz sin ti, me moriré de frío de hastío.
Aquí comparto con ustedes otros versos, ya no de partida, sino de amor y otras cosas:

                  Probablemente estoy pidiendo demasiado, se me olvidó otra vez que habíamos terminado... se me olvidó otra vez que solo yo te quise….
                  Toda una vida estaría contigo, no me importa en qué forma, ni dónde ni cómo, pero junto a ti...toda una vida!
                  Somos un sueño imposible que busca la noche… somos dos gotas que el viento juntó en el otoño.
                  Noche de ronda, qué triste pasa! Qué triste cruza por mi balcón.
                  Yo no entiendo esas cosas de las clases sociales, sé también que me quieres como te quiero yo…

Adiós, papá… adiós Chavela!

No hay comentarios: