miércoles, agosto 08, 2012

Desde mi fe / Vinculados al Padre


Vinculados al Padre
Domingo 5 de agosto, 2012.

Acabo de regresar de El Toro. Una comunidad en donde la Iglesia Cristiana está sembrando y también está regando. La Red de Hombres, de la cual formo parte del liderazgo, se traslada cada quince días, predica el evangelio en células, participa del culto, comparte... es decir, sirve de canal para que la vida del Padre se haga presente.
En el día de hoy un pequeño grupo de la Academia Bíblica de Crecimiento (ABC) tuvo una convivencia, un pasadía. Compartí una palabra que me ha impactado en esta semana. Es una expresión en la parábola del hijo perdido o hijo pródigo: "Volviendo en sí"... es como cuando se sale de una anestesia. Los seres humanos estamos anestesiados por el pecado, la única salida es retomar el camino de regreso a la casa de nuestro Padre. Seguir en el lodo, junto a los cerdos -nuestros cerdos- es el camino de la miseria humana. El Padre hace una fiesta, una celebración por el regreso del hijo que estaba lejano. ¡Tanta misericordia sólo es posible en nuestro Dios, nuestro Padre!
Lo que he visto es un pueblo con una situación económica sumamente difícil, pero sobre todo hambriento de la palabra de Dios. Lo que he visto es esperanza, a veces mezclada con un poquito de anestesia, de lejanía... pero hombres y mujeres que están en camino y que tienen, al igual que el muchacho de la parábola, una actitud humilde: no merezco nada, no tengo nada, estoy dispuesto a recibirlo todo y a agradecerlo...

De regreso, me detengo al culto de la Iglesia Cristiana “madre”. Predica el pastor Rafael Montalvo.

Juan 15:1-9:
«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Ustedes están ya limpios gracias a la Palabra que les he anunciado.
Permanezcan en mí, como yo en ustedes. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco ustedes si no permanecen en mí.   
Yo soy la vid; ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no pueden hacer nada.         
Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.       
Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán.
La gloria de mi Padre está en que den mucho fruto, y seáis mis discípulos.
Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor.          

Una de las cosas que molestan a la gente de la Biblia son los absolutos. Dice: yo soy "la" vid verdadera, yo soy "el" camino... no hay espacio para otras alternativas. El apóstol Pedro dice que no hay otro nombre debajo del cielo dado a los hombres por el que podamos ser salvos... choca con una forma de mentalidad abierta del mundo moderno, que entiende que cualquier camino puede llevarnos a Dios, que lo que importa es buscarlo...son buenos razonamientos, pero la biblia no da espacio para este tipo de razonamiento. No da opciones, no da alternativas.

Dice: Yo soy la vid verdadera... hay otras vides que no son las verdaderas. Y nosotros somos los pámpanos o las ramas insertados en esa vid. Es probable que uno esté insertado en una vid no verdadera, insertado en una religión, en buenas creencias, buenas normas morales, éticas... pero Jesús dice: yo soy la vid verdadera.
Y dice: Mi padre es el labrador... hay un agricultor, un sembrador, que es
Dios. Y dice: toda rama que en mí no lleva fruto lo quitará. Y todo aquel que lleva fruto lo limpiará para que lleve más frutos.
Hay ramas que aunque fructíferas tienen elementos que hay que quitar, que el labrador tiene que limpiar, tiene que podar para (el propósito) que pueda dar más fruto.
Esa acción podadora, limpiadora, duele muchas veces.
Cuando hablamos de fructificar, qué queremos decir? El fruto es lo que la rama está destinada a dar de modo natural. Es lo que se espera de nosotros de manera natural. ¿Cuáles son los frutos que se espera de un cristiano? Que ande en amor, en paz, que no tenga enemistades, que no tenga pecados sin confesar, que manifieste la bondad de Dios, que predique el evangelio, que ayude a los nuevos creyentes a desarrollar su relación con Dios.
Curioso: limpia a la rama que está dando fruto, para qué... para que dé más frutos.
Por ejemplo: si eres impaciente, probablemente pases por situaciones en donde se ponga en evidencia tu impaciencia, y Dios corta la impaciencia y te la paciencia del Espíritu Santo para que more en ti, pero es poda, es doloroso. Te sobrevendrán situaciones incómodas. Si eres soberbio, buscará el modo de que florezca y se manifieste la humildad. A veces no vemos a Dios actuar, sino que vemos su tijera, su machete, su cuchillo y por eso nos perdemos viendo en el plano horizontal (este me hizo, el otro me rechazo) y no vemos a Dios actuando, tratando de moldearnos, limpiarnos, a través de situaciones duras y difíciles.
Romano 8:28-29: Dios tiene el propósito de que seamos como Jesucristo y hace que todas las cosas cooperen para el bien de aquellos que le amamos a él para que esto sea cumplido. El problema es que vivimos en un plano muy natural, a lo lógico, sin ver la mano de Dios en las circunstancias. Hay corazones que se viven quejando y no ven a Dios obrar.
Cuando uno atraviesa por la disciplina, el rechazo, el dolor, el quebrantamiento, mirando a Dios, entonces te aprovecha y darás más fruto todavía.
Permanezcan en mí, y yo en ustedes.
Todo agricultor tiene el propósito de que su sembrado dé frutos. Nadie siembra por que sí. Este fruto no se da independientemente del árbol. Si uno corta una rama y la pone aparte, se pierde la vida. Esa rama fuera del árbol no producirá frutos. Así también nosotros: la vida cristiana no es posible vivirla fuera de Cristo. Es para vivirla en el poder del ES. No es posible vivirla con nuestra propia fuerza, sino sólo es posible vivirla pegados a la vid.

Clave de la fructificación
La clave: permanencia en Dios, vinculación con Dios, esta es la clave, el secreto de la fructificación.
Es permanencia en Cristo (no se trata de vida religiosa, congregación...). Cuando te mantienes unido a Jesús hay vida, hay prioridades, hay una fructificación que viene de manera natural.
Muchos cristianos nos hemos quedado vinculados al servicio, a la forma, a la estructura y nos hemos desvinculado de Jesús. El camino se va torciendo, nuestros intereses se están yendo a otros lugares y estamos sólo conectados con lo externo, pero el corazón hace rato que se alejó de Dios. Cuando el corazón está lejos de Dios, nos volvemos profesionales de la religión.
Desvincularse de Dios es la mejor manera de irse. Hay un llamado (Apoc 2): Mira de dónde has caído, vuelve al primer amor.
En un parámetro de 0 a 10 de vinculación con Cristo, de permanencia, qué número te daría..... Si estamos en un número frío, arrepentirnos y volver a esa sencillez del evangelio.
El V. 7: Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán.   
El orden: querer, pedir, le será hecho, lo conseguirán... El querer: tú quieres algo, y cuando quieres algo, lo pides. Es un querer que viene como resultado de mi permanencia en Dios, resultado de mi vinculación con Cristo.
El secreto: saber lo que Dios quiere para mi, y cuando lo sé, pedirlo y lo voy a obtener. Cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye.
No es un asunto de pedir a lo loco, viene de mi permanecer en Dios, de mi comunión con Dios.
Las decisiones que voy a tomar como creyentes tienen que ver con mi querer y el querer de Dios. Jesús mismo decía: sólo digo lo que he escuchado a mi Padre...
En esto es glorificado mi Padre (v. 8) en que lleven muchos frutos... Cuando
fructificamos hay gozo en el corazón del Padre.
Cuándo Dios te mira, ¿qué siente? ¿Siente gozo? ¿Hay frutos o no hay frutos?
Muchas veces los frutos nuestros que traen gloria a Dios, gozo al corazón de
Dios, traen tristeza, enojo o rechazo a los hombres. Por andar en fidelidad, rectitud, integridad, tenemos rechazo, pero estamos trayendo gozo y gloria al corazón del Señor.
Cuando llevamos frutos confirmamos que así somos sus discípulos. El discípulo no es aquel que dice yo creo en Jesús, sino que demuestra por sus acciones, en todas las áreas de su vida, que cree en Jesús.

2 comentarios:

Solo digo dijo...

Don Milton:
Dios es fiel, su artículo refuerza mi fe y mi accionar. Me ha ayudado a profundizar la visión de mi forma de actuar y creer, me hizo focalizar algunas debilidades y convertirlas en fortalezas. Gracias por dejarse usar por Dios.
Un abrazo enorme.
Caroll Francis

Unknown dijo...

Hermano milton que satisfacion fue para mi leer su articulo ya que como nuestro señor llego justoa tiempo para animar en tiempo dificil. te sigas dejando usar del señor todopoderoso.