Vinculados al Padre
Domingo
5 de agosto, 2012.
Acabo
de regresar de El Toro. Una comunidad en donde la Iglesia Cristiana está
sembrando y también está regando. La Red de Hombres, de la cual formo parte del
liderazgo, se traslada cada quince días, predica el evangelio en células, participa
del culto, comparte... es decir, sirve de canal para que la vida del Padre se
haga presente.
En
el día de hoy un pequeño grupo de la Academia Bíblica de Crecimiento (ABC) tuvo
una convivencia, un pasadía. Compartí una palabra que me ha impactado en esta
semana. Es una expresión en la parábola del hijo perdido o hijo pródigo: "Volviendo
en sí"... es como cuando se sale de una anestesia. Los seres
humanos estamos anestesiados por el pecado, la única salida es retomar el
camino de regreso a la casa de nuestro Padre. Seguir en el lodo, junto a los cerdos
-nuestros cerdos- es el camino de la miseria humana. El Padre hace una fiesta,
una celebración por el regreso del hijo que estaba lejano. ¡Tanta misericordia
sólo es posible en nuestro Dios, nuestro Padre!
Lo
que he visto es un pueblo con una situación económica sumamente difícil, pero
sobre todo hambriento de la palabra de Dios. Lo que he visto es esperanza, a
veces mezclada con un poquito de anestesia, de lejanía... pero hombres y
mujeres que están en camino y que tienen, al igual que el muchacho de la
parábola, una actitud humilde: no merezco nada, no tengo nada, estoy dispuesto
a recibirlo todo y a agradecerlo...
De
regreso, me detengo al culto de la Iglesia Cristiana “madre”. Predica el pastor
Rafael Montalvo.
Juan 15:1-9:
«Yo soy la vid verdadera, y mi
Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el
que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Ustedes están ya limpios gracias a la Palabra
que les he anunciado.
Permanezcan en mí, como yo en ustedes.
Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en
la vid; así tampoco ustedes si no permanecen en mí.
Yo soy la vid; ustedes los
sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque
separados de mí no pueden hacer nada.
Si alguno no permanece en mí,
es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan
al fuego y arden.
Si permanecen en mí, y mis
palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán.
La gloria de mi Padre está en
que den mucho fruto, y seáis mis discípulos.
Como el Padre me amó, yo
también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor.
Una
de las cosas que molestan a la gente de la Biblia son los absolutos. Dice: yo
soy "la" vid verdadera, yo soy "el" camino... no hay
espacio para otras alternativas. El apóstol Pedro dice que no hay otro nombre
debajo del cielo dado a los hombres por el que podamos ser salvos... choca con
una forma de mentalidad abierta del mundo moderno, que entiende que cualquier
camino puede llevarnos a Dios, que lo que importa es buscarlo...son buenos
razonamientos, pero la biblia no da espacio para este tipo de razonamiento. No
da opciones, no da alternativas.
Dice:
Yo soy la vid verdadera... hay otras
vides que no son las verdaderas. Y nosotros somos los pámpanos o las ramas
insertados en esa vid. Es probable que uno esté insertado en una vid no verdadera,
insertado en una religión, en buenas creencias, buenas normas morales,
éticas... pero Jesús dice: yo soy la vid
verdadera.
Y
dice: Mi padre es el labrador... hay
un agricultor, un sembrador, que es
Dios.
Y dice: toda rama que en mí no lleva fruto lo quitará. Y todo aquel que lleva
fruto lo limpiará para que lleve más frutos.
Hay
ramas que aunque fructíferas tienen
elementos que hay que quitar, que el labrador tiene que limpiar, tiene que
podar para (el propósito) que pueda dar más fruto.
Esa
acción podadora, limpiadora, duele
muchas veces.
Cuando
hablamos de fructificar, qué queremos decir? El fruto es lo que la rama está destinada a dar de modo natural. Es
lo que se espera de nosotros de manera natural. ¿Cuáles son los frutos que se
espera de un cristiano? Que ande en amor, en paz, que no tenga enemistades, que
no tenga pecados sin confesar, que manifieste la bondad de Dios, que predique
el evangelio, que ayude a los nuevos creyentes a desarrollar su relación con
Dios.
Curioso:
limpia a la rama que está dando fruto, para qué... para que dé más frutos.
Por
ejemplo: si eres impaciente, probablemente pases por situaciones en donde se
ponga en evidencia tu impaciencia, y Dios corta la impaciencia y te la
paciencia del Espíritu Santo para que more en ti, pero es poda, es doloroso. Te
sobrevendrán situaciones incómodas. Si eres soberbio, buscará el modo de que
florezca y se manifieste la humildad. A
veces no vemos a Dios actuar, sino que vemos su tijera, su machete, su cuchillo
y por eso nos perdemos viendo en el plano horizontal (este me hizo, el otro me
rechazo) y no vemos a Dios actuando, tratando de moldearnos, limpiarnos, a
través de situaciones duras y difíciles.
Romano
8:28-29: Dios tiene el propósito de que seamos como Jesucristo y hace que todas
las cosas cooperen para el bien de aquellos que le amamos a él para que esto
sea cumplido. El problema es que vivimos
en un plano muy natural, a lo lógico, sin ver la mano de Dios en las
circunstancias. Hay corazones que se viven quejando y no ven a Dios obrar.
Cuando
uno atraviesa por la disciplina, el rechazo, el dolor, el quebrantamiento,
mirando a Dios, entonces te aprovecha y darás más fruto todavía.
Permanezcan en mí, y yo en
ustedes.
Todo
agricultor tiene el propósito de que su sembrado dé frutos. Nadie siembra por
que sí. Este fruto no se da independientemente del árbol. Si uno corta una rama
y la pone aparte, se pierde la vida. Esa rama fuera del árbol no producirá
frutos. Así también nosotros: la vida
cristiana no es posible vivirla fuera de Cristo. Es para vivirla en el poder
del ES. No es posible vivirla con nuestra propia fuerza, sino sólo es posible
vivirla pegados a la vid.
Clave de la
fructificación
La
clave: permanencia en Dios, vinculación con Dios, esta es la clave, el secreto
de la fructificación.
Es
permanencia en Cristo (no se trata de vida religiosa, congregación...). Cuando
te mantienes unido a Jesús hay vida, hay prioridades, hay una fructificación
que viene de manera natural.
Muchos
cristianos nos hemos quedado vinculados
al servicio, a la forma, a la estructura y nos hemos desvinculado de Jesús.
El camino se va torciendo, nuestros intereses se están yendo a otros lugares y
estamos sólo conectados con lo externo, pero el corazón hace rato que se alejó
de Dios. Cuando el corazón está lejos de
Dios, nos volvemos profesionales de la religión.
Desvincularse
de Dios es la mejor manera de irse. Hay un llamado (Apoc 2): Mira de dónde has
caído, vuelve al primer amor.
En
un parámetro de 0 a 10 de vinculación con Cristo, de permanencia, qué número te
daría..... Si estamos en un número frío, arrepentirnos y volver a esa sencillez
del evangelio.
El
V. 7: Si permanecen en mí, y mis palabras
permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán.
El
orden: querer, pedir, le será hecho, lo conseguirán... El querer: tú quieres
algo, y cuando quieres algo, lo pides. Es
un querer que viene como resultado de mi permanencia en Dios, resultado de mi
vinculación con Cristo.
El
secreto: saber lo que Dios quiere para mi, y cuando lo sé, pedirlo y lo voy a obtener.
Cualquier cosa conforme a su voluntad,
El nos oye.
No
es un asunto de pedir a lo loco, viene de mi permanecer en Dios, de mi comunión
con Dios.
Las
decisiones que voy a tomar como creyentes tienen que ver con mi querer y el
querer de Dios. Jesús mismo decía: sólo digo lo que he escuchado a mi Padre...
En
esto es glorificado mi Padre (v. 8) en que lleven muchos frutos... Cuando
fructificamos
hay gozo en el corazón del Padre.
Cuándo
Dios te mira, ¿qué siente? ¿Siente gozo? ¿Hay frutos o no hay frutos?
Muchas
veces los frutos nuestros que traen gloria a Dios, gozo al corazón de
Dios,
traen tristeza, enojo o rechazo a los hombres. Por andar en fidelidad, rectitud,
integridad, tenemos rechazo, pero estamos trayendo gozo y gloria al corazón del
Señor.
Cuando
llevamos frutos confirmamos que así somos sus discípulos. El discípulo no es
aquel que dice yo creo en Jesús, sino que demuestra por sus acciones, en todas
las áreas de su vida, que cree en Jesús.
2 comentarios:
Don Milton:
Dios es fiel, su artículo refuerza mi fe y mi accionar. Me ha ayudado a profundizar la visión de mi forma de actuar y creer, me hizo focalizar algunas debilidades y convertirlas en fortalezas. Gracias por dejarse usar por Dios.
Un abrazo enorme.
Caroll Francis
Hermano milton que satisfacion fue para mi leer su articulo ya que como nuestro señor llego justoa tiempo para animar en tiempo dificil. te sigas dejando usar del señor todopoderoso.
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