jueves, agosto 31, 2006

Medicinas y mercados

Se necesitan soluciones eficaces, no la imposición en el comercio


Curioso. Financial Time publica un artículo en el que señala algunos elementos de esa disyuntiva que es el comercio de las multinacionales de la medicina, por un lado, y la necesidad de acceso a salud de la inmensa mayoría pobre. El artículo es publicado por el periódico Hoy (ver: http://www.hoy.com.do/app/article.aspx?id=86800) y les invitamos a leerlo:

Como una pesadilla recurrente, el conflicto entre las ganancias de la industria farmacéutica y la de los países pobres, desesperados por la necesidad de tratar enfermedades como el SIDA y la malaria, no acaba de desaparecer. Después de dividir amargamente a la Organización Mundial de Comercio, ahora amenaza con reaparecer en la Organización Mundial de la Salud.

La razón en esta ocasión es la insistencia de Estados Unidos en las conversaciones de comercio bilateral, que los países en desarrollo estén de acuerdo en endurecer las reglas de protección a las patentes. Además de restringir la competencia de fabricantes de genéricos, las reglas, de manera más decisiva, establecerían condiciones más rígidas a la libertad de los países pobres de utilizar licencias obligatorias para superar las patentes e importar medicamentos esenciales que ellos no pueden producir localmente.

Una línea dura en este tema también provocó furor en la OMC, que finalmente llegó a un compromiso que protege la licencia obligatoria a los países pobres. Aunque Washington alega que los artículos en los acuerdos bilaterales son consistentes con el acuerdo de la OMC, asemejan sospechosamente una puerta de salida para darle la vuelta, a instancias de las compañías farmacéuticas de EEUU y sus poderosos aliados en el Congreso.

El uso del poder político e industrial de EEUU para imponer demandas a los socios más débiles es un espectáculo poco edificante; más todavía, porque el propio EEUU jugó con las licencias obligatorias después del susto que provocó el anthrax, y recientemente empezó a aprobar copias genéricas importadas para el tratamiento del SIDA. Dada la rareza de las licencias obligatorias en todo el mundo, la campaña de EEUU parece, además, una exageración.

Dicho esto, hay un problema auténtico en el centro de la disputa. El incentivo de la industria para innovar se debilitaría si la extendida erosión de la protección a las patentes facilitara que los productores de genéricos se tragaran las ganancias. Sin embargo, la defensa moral y práctica de darle acceso a los países pobres a medicamentos esenciales, a un precio que ellos puedan pagar, es igualmente presionante.

La crítica pública ha avergonzado a algunas compañías farmacéuticas occidentales para que aceleren las investigaciones en enfermedades que se encuentran principalmente en países muy pobres y vendan los medicamentos a precios de descuento. Pero los resultados hasta ahora apenas han tocado el problema. Se necesitan otras soluciones. Algunas pueden venir de una innovación más innovadora entre negocios, organizaciones de ayuda y grupos comunitarios, en primer lugar, para mejorar los sistemas de salud y el suministro de medicinas. Los órganos filantrópicos, como Bill & Melinda Gates Foundation pueden contribuir con el costo. Pero la escala del fracaso del mercado también exige un compromiso mucho mayor de recursos públicos, para promover el desarrollo de tratamientos de enfermedades que son particularmente comunes en países pobres, y ayuden por ellos.

Los miembros de la ONU prometieron garantizar el acceso de los países pobres a medicinas esenciales posibles, en asociación con la industria. Es necesario encontrar mejores formas para honrar esa promesa. El abuso de los más fuertes en el comercio con los más débiles no es una de ellas.

(Versión: Iván Pérez Carrión).