miércoles, marzo 30, 2016

ANJE / El debate electoral

ANJE: UN NECESARIO GESTO DE VALOR
La Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios –ANJE- ha convocado a los candidatos presidenciales a debatir. Tres de los ocho candidatos con los que contamos no asistirán al debate: Danilo Medina, Pelegrín Castillo y Hatuey Dechamps.
Un reporte de Yanessi Espinal (El Caribe) afirma que “de los 19 países de América Latina que tienen gobiernos de régimen democrático (Cuba es socialista y de partido único), la República Dominicana es el único que nunca sus principales candidatos para la Presidencia han realizado un debate frente a las cámaras de televisión. Los cara a cara se han convertido en una tendencia no solo en América Latina sino en todo el mundo, pero hasta ahora no han logrado seducir a los políticos dominicanos”.
En mi opinión no es un tema de seducción. Es un tema de cultura política y la cultura política dominante es la de la exclusión y la de la imposibilidad de ver más allá de las coyunturas (alguno querrá que me explique, pero hoy no puedo explicarme).
“La RD merece un debate electoral” ha indicado ANJE. Cuatro países, según esta institución, han logrado instaurar mediante ley el debate electoral entre los candidatos presidenciales. Esos países son Brasil, Colombia, Panamá y Costa Rica. La Junta Central Electoral es partidaria de que los debates sean por Ley y organizados por esa institución.
Algunos le temen –supongo que por eso no dan una respuesta positiva a la invitación de ANJE- porque todo debate es, por definición, una oportunidad para defender la postura propia y rebatir la postura del oponente. Sin embargo, esto generalmente transforma el debate en una lucha en donde predomina la lógica de la campaña negativa: hacer que el opositor pierda votos. Cualquiera tiene miedo a esto, si esa es la lógica.
Además –y esto es materia para nuestros politólogos- interesa poder establecer quién “ganó” el debate. Es una lógica selectiva y con mucho de subjetividad, pero la subjetividad puede decidir elecciones.

ANJE, que lleva casi 20 años haciendo la misma propuesta, ha dado un paso y un gesto de valor al impulsar el debate con los que estén dispuestos a hacerlo. Respaldo este gesto y espero que se convierta en tradición.

miércoles, marzo 23, 2016

Comunicación / El correo electrónico

Aumente su productividad con el correo electrónico

Por Ramón Jiménez

Las Organizaciones no Gubernamentales u ONGs buscan el modo de ser más eficientes el uso de sus recursos. Un área en la que es posible mejo es el área de comunicación. Un instrumento de esa área -o canal- es el correo electrónico. Cómo usarlo con efectividad? Pedí este artículo hace más de un año  a mi amigo y hermano Ramón Jiménez, ahora viviendo en Canadá.  Lo difundo porque puede ser de mucha utilidad para todos los que hemos hecho de las redes un espacio de influencia.

Ramón Jiménez fue coordinador de
la carrera de Software en INTEC.
Los días de vacaciones pronto llegarán a su fin.  A nuestro regreso al trabajo, nos esperan enormes cantidades de correo electrónico sin leer, el cual quizá no podamos revisar completamente.  A decir verdad, algunos mantienen una relación tensa con su correo electrónico de manera continua, considerándolo una molestia necesaria más que un aliado vital en el mundo moderno.  En este artículo, compartiré algunas ideas que le ayudarán a manejar su correo electrónico de manera más productiva.

Tomando sopa con tenedor

Imagine tener que tomar sopa con un tenedor.  Sería frustrante, ¿verdad?  Pero, ¿culparía al tenedor?  No es una mala herramienta para comer; simplemente, no es apropiada para tomar sopa.  Algo similar pasa con nuestro correo electrónico: inconscientemente, queremos utilizarlo como herramienta de manejo de tareas, lo cual dista mucho de su propósito original y sus capacidades.

Para entender esto mejor, debemos remontarnos a las estructuras del mundo físico que dieron lugar al correo virtual.  Cuando no existían PCs en las oficinas, el trabajo se movía de un escritorio a otro a través de memorandos o notas.  Estos memorandos no eran colocados de manera arbitraria en los escritorios ajenos, sino que se ponían en una bandeja de entrada.  El dueño del escritorio, a intervalos regulares durante el día, vaciaba su bandeja de entrada, procesando los memorandos o expedientes según ameritase cada caso.

La idea clave es que la bandeja de entrada era vaciada periódicamente.  Cada persona era responsable de mantener un registro del trabajo pendiente a su manera: con una agenda, con una libreta, con notas adhesivas tipo Post-It…  Pero la bandeja de entrada permanecía la mayor parte del tiempo vacía, lista para recibir nuevas asignaciones o nueva información.

Contraste esto con el uso típico que damos a nuestra bandeja de entrada electrónica: leemos el correo, contestamos según aplique, y vamos acumulando cientos o miles de artículos en la bandeja de entrada.  Con todo, insistimos en utilizarla como un sistema de manejo de tareas, recurriendo a ella para determinar qué tenemos pendiente.  Esto nos ocasiona los siguientes inconvenientes:

     Se nos pierden los correos.  Sabemos que tenemos el correo, pero nos cuesta encontrarlo.  Necesidad de solicitar que nos re-envíen los mismos correos varias veces
     Perdemos claridad del contexto.  Se nos dificulta recordar las asignaciones y compromisos, necesitando revisar una y otra vez los correos por si tenemos algo pendiente.  Si recibimos algo hace tiempo y no nos dieron seguimiento, es probable que lo hayamos olvidado o necesitemos que nos lo envíen de nuevo.  Acumulamos gran cantidad de correos sin leer, y preocupación o ansiedad de que en ellos haya algo importante que no estamos haciendo

Retomando el control de la bandeja de entrada

¿Cuál es la solución?  Muy simple: crear una carpeta virtual en su cuenta de correo electrónico, y hacer el hábito de mover a ella todo mensaje que no necesite acción posterior de su parte.  De ese modo, sólo dejará en su bandeja de entrada aquello que requiere su atención inmediata, y podrá encontrarlo con más facilidad y tener menos inconvenientes como los listados más arriba.  Esto funciona en todos los programas o servicios de correo electrónico.  En mi caso particular, lo utilizo tanto para mi trabajo diario (utilizamos Outlook) como en mis cuentas de correo Gmail (personal) y Outlook Web (académico).  Como resultado de esto, de los aproximadamente 110 a 150 correos que recibo diariamente, mis tres bandejas de entrada oscilan entre 5 a 20 mensajes cada una, y todos siempre están marcados como leídos.  El resto es borrado o movido a una carpeta llamada “Archivo”.

En realidad, la mayoría de los expertos en productividad recomiendan eliminar todos los mensajes de la bandeja de entrada: lo que requiera acción debe registrarse en otro tipo de sistema, idóneo para manejo de tareas, en vez de en la aplicación de correo electrónico.  Pero adoptar un sistema de manejo de tareas y definir un flujo para lograr esto requiere un nivel mayor de compromiso, y más detalles de los que pueden ser cubiertos en este artículo.  Si tan sólo comienza con dejar en su bandeja de entrada sólo aquello que requiere acción, verá una disminución drástica en la cantidad de mensajes que debe manipular a diario, con el consiguiente aumento de productividad y confianza en el uso de esta importante herramienta.

Un temor común de quien inicia esta práctica es que pierda de vista un correo que no requiere acción, pero que tenga información importante, y que luego no lo pueda encontrar.  Actualmente, todos los programas de correo electrónico tienen excelentes mecanismos de búsqueda, que pueden buscar con la misma velocidad y de manera simultánea en todas las carpetas que haya definido y en las que haya colocado sus mensajes.

Otras personas sienten inquietud con mover todo a una sola carpeta, y prefieren establecer una jerarquía de ubicaciones para correos de distinta naturaleza o procedencia.  En mi opinión, esto es innecesario; la colección de carpetas aumenta en cantidad y complejidad muy rápidamente, complicando su gestión.  El mecanismo de búsqueda a que hago referencia más arriba lo hace innecesario.  Después de todo, usted probablemente ya ha venido manejando todos sus mensajes en una sola carpeta: la de entrada...  Despeje ésta última, dejando sólo aquello que amerita su atención inmediata, y mueva     


Siempre motivo a las personas a estudiar y aplicar técnicas de manejo personal de tareas y productividad, pero sé que esto tiene un costo, y el beneficio no se obtiene de inmediato.  No obstante, le animo a adoptar el sencillo hábito que he descrito en este artículo.  Le será fácil, y verá resultados casi de inmediato.  Idealmente, los frutos obtenidos le motivarán a ir más lejos en su tarea de ser cada vez mejor administrador de sus tareas y su tiempo.

sábado, marzo 12, 2016

Las ONGs, Estado e institucionalidad

ASFL, Estado y debilidad institucional

Los cinco revelan en su informe debilidades estatales que no contribuyen a la fortaleza institucional de las ONGs

Milton Tejada C.

Mucho se habla de las Asociaciones sin Fines de Lucro (ASFL) que reciben financiamiento del Gobierno. Se las suele acusar en paquete. Se habla de la “tajada” que reciben del Presupuesto Nacional. En los medios, suele escribirse reiteradamente de su falta de transparencia al no rendir sus informes a la Cámara de Cuentas –a lo cual están obligadas por mandato de la Ley-. Incluso hay quienes escriben sobre el enriquecimiento de personas que viven a costa de esos recursos. En una palabra (y repito, en paquete) al parecer son organizaciones con una débil institucionalidad.

Sin embargo… parece ser que el Estado –ese que aporta los fondos que reciben ellas- no tiene nada que ver con esa débil institucionalidad. ¿Hasta dónde es el Estado –sin complicaciones teóricas: el Gobierno- juega su rol en fomentar la institucionalidad de las ASFL, en establecer el marco regulatorio claro y obligar a su cumplimiento de modo que esta institucionalidad sea cada vez más una realidad para estas instituciones de servicio?

Alianza ONG, el Instituto Nacional de la Salud (INSALUD), Fundación Sur Futuro, Centro de Solidaridad para el Desarrollo de la Mujer (CE-MUJER) y Fundación para el Desarrollo Social Integral (FUNDESI) –los cinco- representan a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en el Centro Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones sin Fines de Lucro (CASFL), elegidas por las propias organizaciones.

Al cumplir su primer año de representar a las ONGs en el CASFL, estas cinco organizaciones rindieron un informe que contribuye a darnos respuesta a nuestra pregunta.

En el CASFL, a noviembre del 2015, se encontraban registradas 6,926 organizaciones. El informe de los cinco revela:

1º. El Centro no cuenta con un registro nacional de habilitación como manda la Ley. No es su responsabilidad. Previo al registro en el Centro, se supone que las ASFL deben realizar su proceso de habilitación en el ministerio correspondiente. Se supone que para recibir recursos estatales han de estar habilitadas. Sólo tres de los trece ministerios cuentan con este mecanismo de habilitación (los ministerios de Salud Pública, Educación y Medio Ambiente). Sin embargo, se siguen transfiriendo recursos a través de todos estos ministerios, consten o no con mecanismos de habilitación. Debilidad estatal, debilidad institucional.

2º. Es labor del Centro recomendar al Poder Ejecutivo la inclusión de ONGs en el Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos de la Nación, de conformidad con el procedimiento de solicitud de aportes mediante contratos de servicios, convenios de gestión, apoyos a programas y proyectos de dichas asociaciones.

En mayo del 2015 el Centro, por resolución, estableció los términos de referencia para que las ONGs presentaran sus solicitudes de asignación de recursos en el Presupuesto Nacional del 2016. Esta convocatoria estuvo abierta durante 60 días, desde el 16 de junio al 17 de agosto del 2015.

Los cinco indican en su informe que detectaron un conjunto de incongruencias. Los recursos, explican, fueron “dirigidos prácticamente a las mismas organizaciones pese a que un órgano de control como la Cámara de Cuentas ha informado sobre la existencia de organizaciones que reciben recursos del Estado y no han entregado sus ejecuciones presupuestarias”. ¿Cómo es posible que esto suceda? Este comportamiento es debilidad estatal que conduce a debilidad institucional de las ONGs.

3º. Los cinco afirman también que hicieron una revisión aleatoria de las nuevas instituciones incluidas por primera vez en la asignación presupuestaria del Estado para el año 2016 y verificaron que no se observaron algunos artículos de la Ley 122-05. Es al Gobierno a quien correspondía que se aplicara adecuadamente la Ley en este caso. Si no la aplicó adecuadamente, podemos afirmar que se trata de debilidad estatal, debilidad institucional.

4º. También indican los cinco que no formaron parte de las recomendaciones hechas por el Centro al Poder Ejecutivo y que tampoco recibieron informaciones elementales sobre el monto, las organizaciones, el mecanismo de elaboración de la propuesta hecha por las autoridades del Centro. Una debilidad de la conducción del centro que es una debilidad estatal, debilidad institucional.

5º. La Ley 61-13 sobre voluntariado en República Dominicana estableció un plazo de dos años para que fuese elaborado el reglamento para su aplicación. Han pasado los dos años y el reglamento no se ha elaborado. Debilidad estatal, debilidad institucional.

6º. A partir de la segunda mitad del 2015, el CASFL no ha vuelto a sesionar. Los representantes de la sociedad civil no habían sido convocados, reduciendo sus posibilidades de aportar al Centro. Esta falta de una dinámica interna formal es debilidad estatal que lleva a debilidad institucional.

Cuando miramos las debilidades de estas organizaciones que son las ONGs puede que estemos en lo cierto. Y hay que evidenciar dichas debilidades. Sin embargo, no olvidemos que muchas de ellas pueden ser corregidas si se superan las debilidades estatales.

viernes, marzo 04, 2016

ONGs, entre críticas y reconocimientos

ASFL, entre críticas y reconocimientos

Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), también conocidas como Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) son objeto, con frecuencia, de críticas a través de diversos medios de comunicación e incluso por los propios medios en sus editoriales.

A modo de ejemplo, recuerdo un artículo y un editorial publicados a principio de febrero de este año en El Caribe. Con sentido crítico el periodista Martín Polanco publica un artículo titulado “¿Qué hacen las ONGs con el dinero que les entrega el Estado?” en el cual afirma que las Asociaciones sin Fines de Lucro (ASFL) tienen una importante “tajada” (sic) del Presupuesto General del Estado (que es de la nación, digo yo) que asciende a 1,598 millones 694,360. Para información de Polanco: esto equivale, aproximadamente, a 0.30% del Presupuesto de este año y una primera pregunta de análisis crítico que valdría la pena hacerse es qué recibe el Estado a cambio. Estoy seguro –porque hemos hecho el ejercicio- que cuando haga el análisis se dará cuenta del buen negocio que es para el Gobierno estas pírricas asignaciones presupuestales (la modo de ejemplo: ¿Cuánto recibe el Instituto Dermatológico y cuánto, en cambio, entrega en servicio a la ciudadanía en un área de salud que debe ser responsabilidad del Estado?).

Otro elemento en que el análisis de Polanco no profundiza es sobre el e rendición de cuentas. Informa que el 38% de las ASFL u ONG “no habían entregado ningún informe que indique a dónde fue a parar el dinero otorgado por el Estado ni qué se hizo con él”. Eso es lamentable, muy lamentable. Sin embargo, más lamentable es que el Gobierno, teniendo estos informes en la mano, reincide en asignar fondos públicos a instituciones que no cumplen con sus deberes legales. Incluso, en los corrillos de las ONGs, muchas comentan “siempre son las mismas” (lo cual no es enteramente cierto, pero algo hay). Entonces en el análisis también cabe la pregunta por qué el Estado no cumple con su obligación de exigir la rendición de cuentas y proceder de acuerdo a lo establecido por la Ley cuando una institución, sea cual fuese, no cumple con esta obligación.

En el artículo no sólo se cuestiona el incumplimiento por parte de ese 38% de ASFL, lo cual tiene validez, sino que también se lanza un cuestionamiento indeterminado sobre aquellas que sí cumplen con esta obligación de rendir un informe financiero a la Cámara de Cuentas. Dice Polanco que “entregar al menos una información sobre la cuestión no significa que esas ONG cumplieron cabalmente en lo establecido en la Ley 122-05”. No da elementos que justifiquen sus dudas. Lo que establece la Ley 122-05 lo abordaré en alguna ocasión, si la vida me lo permite.

Al día siguiente, El Caribe en su editorial “Rendir cuentas” parte del artículo de Polanco. Su posición es de mayor equilibrio que el análisis del artículo hasta ahora comentado. A modo de resumen, el editorialista señala que el rendir cuenta es un deber de todos, que “se dice” que algunas asociaciones “sin fines de lucro” (sic) “son administradas como empresas particulares, como medios de vida para sus “dueños” (también entre comillas), que el dinero proveniente del Estado debe tener un destino cierto para lo cual hay que presentar resultados y, en posición crítica ante el Gobierno, que aunque rindan cuenta “tampoco hay seguimiento ni fiscalización efectiva de lo gastado”.

Este tipo de dinámica informativa se da en los distintos medios del país. Las ONGs no han sabido salir, como colectivo, de ese manto de desconfianza y de juicio “en paquete” que de cuando en vez y de vez en cuando se realiza sobre ellas. Y es bueno que los medios sean críticos, muy bueno, como lo fue Polanco en El Caribe. Es un llamado de atención al que deben prestar atención las ASFL. Sin embargo, también es bueno que se reconozcan los aportes de esas instituciones… y es lo que creo que, quizás sin proponérselo, hace Diario Libre.

Un reconocimiento a las ASFL

Algunas de las nominadas este año 2016
(Publicada en Diario Libre).
¿Qué tienen en común Daisy Acosta, David Ortiz Arias, Juan Oviedo, Soraya Lara, Arisaura Salcedo, Iván Reynoso, Yovanka Zapata, Pedro Martínez, Máximo Miñoso, Liset López, Hostos Rizik Lugo, Luis Amauris De los Santos, Yohanna Pérez, Esteban Polanco, Silvia Pichardo, Silvia Callado Dumit, Gisell Eusebio, José María Guerrero, Cristina Francisco, Daniel Sánchez Rodríguez, Oscar Villanueva, Giralda Busto, Monika Despradel, Juan Ovidio Coronado, Xenia Gell y Ruth Ocumarez? Tienen en común algo que puede que muchos no conozcan, pero otros muchos sí: fueron nominados, junto a otros, en el concurso de Diario Libre "Hombre y Mujer del Año”, por la labor que desarrollaron en el 2015.

Pero también tienen otro elemento en común que puede que a simple vista nos pase desapercibido. Todos se destacaron por sus servicios a la sociedad a través de una Asociación sin Fines de Lucro, desde la cual han trabajado mostrando su compromiso con una u otra causa. La Asociación Dominicana de Alzheimer (ADA), El Fondo para la Niñez David Ortiz, la Fundación Oviedo, el Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (PACAM), Techo República Dominicana, Fundación Ciudad de Fe, Fundación “Pedro Martínez y Hermanos”, MIVOS, Caribbean Women Foundation, Fundación Alimentando Ángeles, Centro Cultural Narciso González, Fundación Pasos de Vida, Federación de Campesinos hacia el Progreso, Caminante Proyecto Educativo, Fundación Pasitos de Alegría, Fundación Fisell Eusebio Life Transformer, Fundación Futuro Cierto, MODEMU, Fundación una Voz para la Infancia, Fundación Quiéreme como Soy, Fundación Fénix, Fundación Nido para Ángeles, Fundación Mediccop, Voluntariado Jesús con los Niños y Corazones Anaranjados… son algunas de las organizaciones vinculadas a los nombres de los nominados por Diario Libre. Organizaciones que realizan una labor meritoria (porque aunque el medio de comunicación reconoce a un hombre y a una mujer, estos hombres y mujeres son personas de equipos, de instituciones).

De modo que las ASFL tienen el desafío de rendir cuentas, de ser transparentes, de ser cada día más eficaces en sus objetivos con la poca ayuda que reciben de parte del Estado y la cada vez menor ayuda de organismos internacionales que nos califican de “país de renta media” y por eso quedamos fuera de determinada cooperación. Los medios tienen el desafío de seguir siendo críticos, pero cuidado con las descalificaciones de paquete porque este ejemplo de Diario Libre demuestra que no es posible hacer paquete cuando hay tanto compromiso.