viernes, noviembre 18, 2016

Servicio voluntario y envejecimiento


Envejecimiento, generatividad y servicio voluntario

Milton Tejada C.

Nuestra cultura tiende a ver el envejecer en una perspectiva que se centra en pérdidas. Por lo tanto, en el mejor de los casos, se enfoca en prevenir o remediar las pérdidas que comprometen la salud, el bienestar o la autonomía de las personas mayores. Se preocupa por el impacto en lo laboral y en la generación de ingresos y las consecuencias sobre el sistema de protección social. En esta visión, la vejez implica una retirada de los vínculos sociales significativos. Para otros, llegando al extremo de lo negativo: las personas mayores son una carga que, en una sociedad carente de instituciones sólidas de protección social, no se sabe qué hacer con ellas.

Esto rasca un modo que no siempre es efectivo para la satisfacción con la vida de las personas mayores, que no es suficiente para un “envejecer con éxito” al que todos debiéramos aspirar.

Cambiemos la perspectiva. Necesitamos dar un giro a esta visión. En ese sentido, al preparar mi propuesta para trabajo final de maestría (TFM) en Psicología del Desarrollo Humano, me he preguntado qué enfoque positivo es posible en la realidad de República Dominicana. Mi respuesta, por ahora, es: generatividad y servicio voluntario.

Enfoques del buen envejecer
En un artículo de Feliciano Villar[1], de la Universidad de Barcelona, el autor nos explica el uso de diferentes conceptos: envejecimiento activo, envejecimiento competente, envejecimiento con éxito o envejecimiento productivo.

El envejecimiento activo es un concepto utilizado por la ONU que busca una visión positiva de la vejez y motivar políticas sociales que la fomenten. Según la ONU es “el proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad para promover la calidad de vida  medida que se envejece”. Se espera que este cambio de roles promueve la satisfacción y el bienestar en esta etapa de la vida. Sin embargo, este concepto obvia dimensiones psicosociales importantes y, en el fondo, sigue esta población siendo tratada como “objeto”.

Otro concepto es el de envejecimiento con éxito, con dos visiones, una que yo considero estática y la otra que considero dinámica. En la estática se trata de lograr ciertos criterios ideales en las últimas décadas de la vida, mientras que en el dinámico se busca poner en marcha procesos que faciliten la adaptación de la persona a unas condiciones cambiantes –incluyendo las suyas- a la medida que pasan los años. Esto reivindica lo psicosocial y es un avance sobre el criterio anterior.

Como criterio estático, Villar cita a Rowe y Kahn (1998) estableciendo tres criterios: una baja probabilidad de padecer enfermedades discapacitantes, una capacidad funcional alta desde el punto de vista físico y cognitivo y una implicación activa con la vida. Evidentemente, la debilidad de este enfoque es que sería una minoría la que alcanza estos estándares del buen vivir y la que lo sostiene a lo largo de sus últimos años.

En cambio, como criterio dinámico se trata de alcanzar estados deseados, definidos subjetivamente y dependiendo de condiciones concretas del contexto. En este sentido, envejecer con éxito sería equivalente a sacar el máximo partido de los recursos de los que se dispone en cada momento, pero sin especificar niveles o estados universales que alcanzar. Supera la visión anterior, pero se le critica como limitación que no expresa cuál es la dirección de esas adaptaciones evolutivas, es por lo tanto una perspectiva demasiado general, que requiere de otros conceptos que ayuden a dar contenido y dirección al cambio evolutivo. Es decir, adaptarse no basta.

Diversos autores, nos expresa Villar, han considerado que “una de las claves de envejecer bien está en la integración y participación de la persona en entornos sociales, consiguiendo meta ya no estrictamente individuales, sino centradas en la mejora de la comunidad, en la creación de una riqueza que es también colectiva”. Esta dimensión social de buen envejecer se sintetiza en el envejecimiento productivo que pretende reconocer y hacer visibles las aportaciones de los mayores a la sociedad. Un “hacer algo útil”. Es una perspectiva muy amada de muchos porque permite cuantificar, medir, establecer comparaciones. Además, para las políticas sociales le es más fácil examinar los factores y las estructuras que pueden facilitar o no la integración y participación del envejeciente en este tipo de actividades.

Su crítica: una visión excesivamente economicista del buen envejecer. Obvia lo que estas actividades productivas significan para el bienestar de las personas. Es decir, como lo productivo es la prioridad, no siempre se toma en cuenta si eso productivo genera satisfacción con la vida. No hay un enlace claro entre lo social y lo individual.

La generatividad y el servicio voluntario
Concepto utilizado por Erik Erikson. Sin embargo, ha sido enriquecido e incluso puede decirse que redefinido en algunos de sus parámetros principales, como es el de la continuidad del ciclo generativo desde la mediana edad hasta la vejez. Se define como el interés por guiar y asegurar el bienestar de las siguientes generaciones y, en último término, por dejar un legado que nos sobreviva. Asume así elementos del envejecer activo o productivo con elementos del bienestar, de la autorrealización.

La generatividad puede expresarse a partir de actividades como la crianza de los hijos, el cuidado a otras personas (por ejemplo, los nietos), la formación de jóvenes, la transferencia de conocimientos, la producción de bienes y servicios, la mentorizacion o el compromiso social y la participación cívica y política. Significa contribuir al bien común de los entornos en los que las personas participan (familia, empresas, comunidades, etc).

Para estas breves palabras, interesa la generatividad “comunitaria” que implica nutrir y cuidar a otros, establecer vínculos entre el yo y las otras personas. Se presenta así la generatividad como un conjunto de intereses, objetivos y actividades de relevancia para las personas mayores que llenan de contenido y orientación este proceso vital. “El buen envejecer supondría aplicar de manera eficiente las amplias capacidades que se conservan en la vejez para conseguir metas con sentido como las que propone la generatividad”, nos señala Villar.

En este sentido, considero clave valorar el servicio voluntario como un espacio en donde es posible articular el desarrollo social y comunitario con el desarrollo individual, en los envejecientes.

Esta es una propuesta que puede interesar a las Asociaciones sin Fines de Lucro en República Dominicana. Se requiere, en muchos casos, potenciar la generatividad vía el compromiso voluntario con una causa por la vía individual, capacitando a las personas, a partir de procesos educativos, para que puedan desempeñar sus nuevos roles sociales y, en segundo lugar, se requeriría que las ONGs fuesen capaces de modificar algunos de sus contextos de participación para abrirlos a las contribuciones de los mayores y favorecer que puedan implicarse en estas instituciones.

Es un cambio cultural que nos aleja de los estereotipos negativos, e implica también un cambio político –y de políticas sociales- (aunque por el momento me enfocaría más en lo micro-político, es decir, lo que se puede hacer desde dentro de las organizaciones).

Llegado a este punto, leo un “Catálogo de oportunidades de voluntariado en organizaciones de la sociedad civil de República Dominicana”, un primer y tímido esfuerzo de Alianza ONG con el apoyo de la Unión Europea y Gente como Tú. La autora, Maritza Pérez Domínguez, define el servicio voluntario como “el conjunto de actividades de bien común o interés general coordinadas por personas físicas o morales, pública o privadas, como expresión del espíritu altruista y la participación solidaria, realizadas sin recibir beneficios económicos, remuneración ni cualquier otra forma de contraprestación”.

En la información recopilada se presentan “oportunidades de voluntariado” en 60 organizaciones de la sociedad civil dominicana, en áreas tales como servicio a la juventud, educación, salud, cuidado de envejecientes, desarrollo comunitario, medio ambiente y reducción del riesgo de desastres, multidisciplinarias, niñez, cultura de la paz.

Brevemente se hace una descripción del perfil de esas 60 organizaciones y de los proyectos que precisan voluntarios.

El desafío para estos proyectos, con relación al tema que nos ocupa, es cómo favorecer el voluntariado de personas mayores, de modo que sean una contribución al quehacer institucional, un aporte a la sociedad, pero también generen satisfacción individual. Hacer esto significa que estas organizaciones estarán impulsando micro-cambios en las políticas del buen envejecer.



[1] . Villar, Feliciano: Hacerse bien haciendo el bien: la contribución de la generatividad al estudio del buen envejecer, Información Psicológica No. 104, Julio-Diciembre, 2012. Pp. 35-56.

jueves, noviembre 17, 2016

ONGs y redes

Comunican las ONGs?
Claro que comunican! Qué tan eficiente son? Cómo lo hacen? Utilizan los canales que están a su disposición como lo son las redes sociales?
El siguiente es un breve ejercicio con seis organizaciones no gubernamentales y sus cuentas en twitter, una de las redes más populares en República Dominicana cuando de comunicación institucional se trata (no la única, no la más adecuada para determinados fines, pero muy seguida por líderes de opinión y jóvenes).
Tomamos un período de casi 18 meses y establecimos su crecimiento tanto en términos de cantidad de seguidores como de personas o instituciones a las que siguen.
En cuanto a seguidores, su crecimiento fue de 39.32% al pasar de 7419 al 28 de junio del 2015, a 10,336 al 17 de noviembre del 2016 (es decir, hoy). La mayor parte de este crecimiento fue aportado por la Cruz Roja Dominicana, seguidos de Pastoral Juvenil y Alianza ONG.
En la categoría "siguiendo", el crecimiento fue menor, con un 27.30%, porcentaje liderado con los aportes de Pastoral Juvenil y Alianza ONG. Contrasta con Cruz Rojas Dominicana, en este renglón apenas creció 11.51%.

Actividad:

  • Sirve Quisqueya: su último twitter fue del 13 de abril del presente año. Es decir, siete meses sin uso.
  • Alianza ONG: El día de ayer. Muestra actividad frecuente.
  • Cruz Roja Dominicana: El día de ayer. Muestra actividad frecuente vinculada a su labor e ilustrada con imágenes.
  • Pastoral Juvenil: El día de ayer. Seguimiento a una actividad, motivación a la participación.
  • Red Nacional de Jóvenes: El día de ayer. Sus twitter parecen ser el resultado de su vínculo con su cuenta en Facebook.
  • Servicio para la Paz. Su última actividad fue del 12 de Noviembre, 2016. Con más de cinco años, apenas tiene 830 twees colocados. Actividad esporádica.

Este es sólo un breve ejercicio matemático y de observación. Sin interpretación alguna. Sin embargo, cuando hablamos de públicos, una institución debe preguntarse primero cuáles son sus públicos, cuáles los canales por los que puede "conversar" con ellos. Es twitter un canal adecuado y conveniente para estas ONGs? Lo utilizan como canal de interacción o de "comunicados", de modo tradicional?
Haga usted ejercicio con su propia institución, inquietese, pregúntese, verifique su efectividad y eficiencia y, sobre todo... comunique.
La comunicación es la madre de todos los intangibles.