lunes, julio 10, 2017

A mi hija, Laura María

A mi hija, Laura María

Querida hija:

Hoy cumples 18 años. "Mayor de edad". 
¡Cuán orgulloso me siento de ser tu padre! Para mi esta es una de las relaciones más bellas que Dios me ha permitido. Te he visto crecer, a veces en silencio admiro tu empeño en aquellas cosas que amas. Tu dedicación, tu amor.

En algunos aspectos eres mi heredera, en otros, mejor que yo, y cuánto me alegro!

Laura, te amo porque sí, y te aseguro que siempre tendrás mi amor y mi apoyo (al igual que el de Ysabel, quien te ama muchísiiimo!).

Quiero decirte que te esperan nuevos desafíos. Que estás entrando a la vida joven-adulta y que esto supondrá cambios en muchos aspectos.

Quiero decirte que siempre será de mucha alegría para mí comer helados contigo, ir al cine, pasear… o simplemente hablar.

Quiero decirte que soy un papá muy dichoso.

Te dejo aquí con un poema que escribí para ustedes en mayo del año pasado y se titula: He sembrado…

A mis hijos Carlos Ariel, Juan Roberto, Luis Reynaldo y Laura María

Lo que había de sembrar
            ya lo he sembrado.
Ustedes, de mi estirpe son
pero tan distintos
transitan su camino conmigo a sus espaldas…
Llevan mi coraje
y algunas de mis angustias.
Llevan la pasión por saber
y la entrega.

Y también llevan
algunas de mis oscuridades
-esas que sabemos y hacemos innombrables-.

Toca a ustedes abrir más luz en estas sombras.
Toca a ustedes no doblegar los hombros
ante el horror de un siglo
que no tiene norte…
(o cuyo norte me aterroriza al vislumbrarlo,
quizás porque no tengo
los lentes adecuados para verlo).
Toca a ustedes abrir nuevos caminos.
Tirar las cargas innecesarias.

Correr hacia sus metas.

Yo, envejeciendo, les miro
con respeto y desde lejos
-a veces les advierto de mi presencia
con un gruñido o un murmullo-.

Y aunque no comprendo
muchos de sus pasos
¡Qué orgullo, que alegría al verles
decididos, honestos,
transparentes, persistentes, valerosos!

Yo, envejecido, he sido solo una semilla
¡Fructifiquen y hagan parir la tierra, su país,
con nuevas rebeliones y caminos
que surgen de sus sueños!

Yo, envejeciendo, puedo decir adiós.

Tu pa,

Milton T.