Cerrar y
abrir la comunicación
Estas son pautas que
abren y cierran la muralla que separa a una pareja. Esa muralla tejida de encuentros
y desencuentros, de la historia que cada uno trajo a la relación, del ser
distintos y a veces distantes. Son pautas para cerrar la comunicación, haciendo
más difícil la convivencia. Y pautas para derribar muros y que fluya con mayor
ligereza la palabra, la ternura, el acuerdo, el perdón…
Para
cerrar la comunicación
Pensar que el otro debe pensar igual que
tú.
/ El otro tiene una manera distinta de ver las cosas. Es necesario aprender a
negociar, si escuchan aprenderán a entender la visión del otro. En una relación
de pareja nunca hay una sola razón. Hay que tener ganas de escuchar al otro y
encontrar juntos una solución.
Hablar sin escuchar o escuchar sin hablar. Es frustrante una discusión con una persona que no
dice nada. Cualquier postura cerrada (el que solo habla, el que solo escucha)
afecta la comunicación. La comunicación debe ser abierta, flexible. Saber
escuchar es clave, saber hablar también.
Hablar es la escoba
que limpia los conflictos, aclara los malos entendidos.
No podemos decir que amamos a una persona con la que no nos comunicamos.
Equivocación: muchos aprendimos que hablar es pelear, lastimar, destruir, eso es incorrecto. Hablar es tener la oportunidad del reencuentro, de escuchar lo que el otro siente, de aclararlo.
No podemos decir que amamos a una persona con la que no nos comunicamos.
Equivocación: muchos aprendimos que hablar es pelear, lastimar, destruir, eso es incorrecto. Hablar es tener la oportunidad del reencuentro, de escuchar lo que el otro siente, de aclararlo.
Descalificar lo que siente el otro. No tienes que
entender lo que el otro siente, si pare él o ella algo es importante, entonces
lo respeta, lo escuchar y aunque no lo compartes, le da validez.
Descalificar es
violencia y lleva a la baja autoestima, lo cual convierte a las personas en
tóxicas. Asegúrate de respetar los sentimientos del otro.
Hablar de lo importante en el peor
momento. Para hablar hay que dar espacio. Hagan una cita para hablar, hagan
citas de “novios”, para relajarse, disfrutar de lo que les gusta. La vida tiene
disfrutes y dolores. Y recuerden, a veces tienen conflictos que resolver, pero
ustedes no son un conflicto, son mucho más que eso. Si vemos al otro como el
problema, probablemente nos amarguemos y hasta lleguemos al divorcio.
No verse a los ojos. Siempre que
conversen cosas del corazón, mírense a los ojos. Cuando hables con ella o con
él, mírale a los ojos (ejercicio: hablar con los ojos).
Mirarse a los ojos muestra el corazón. Mírense al hablar, al hacer el amor, al disfrutar de una cena, al ser testigos de las travesuras de sus hijos, para coquetearle, para ser cómplices, para un contacto travieso de amo y compañerismo verdadero.
Mirarse a los ojos muestra el corazón. Mírense al hablar, al hacer el amor, al disfrutar de una cena, al ser testigos de las travesuras de sus hijos, para coquetearle, para ser cómplices, para un contacto travieso de amo y compañerismo verdadero.
Sentir que si reconoces tu error pierdes. Una persona que
sabe decir “lo siento” es una persona con buena autoestima. Reconocer tu error
no quiere decir que te pondrás en el piso para que te pisoteen.
Una persona capaz de
reconocer su error no pierde, gana, porque esto le da la oportunidad de corregirlo
y ser una mejor persona para su vida. Todos tenemos derecho a equivocarnos.
No necesitas ser
perfecto para ser amado, sólo necesitas ser responsable de tus errores, saber
pedir disculpas, y hacerlo mejor la próxima vez.
Cuando tu pareja
reconozca que se ha equivocado, que ha cometido un error, dale las gracias y
reconócele su capacidad de hacerlo.
Discutir para pelear y no saber negociar. Discutir no es
pelear. Discutir es poner en la mesa un conflicto que pensamos diferente,
sentimos diferente, necesitamos diferente, pero debemos encontrar un punto de
encuentro para caminar juntos. En las parejas, como en la vida, todo es una
eterna negociación.
Sacar un expediente de conflictos y
faltas. Los conflictos, como los expedientes, deben tener fecha de vencimiento.
El armar expedientes es una forma de perderte en discusiones interminables.
Aprende esto: problemas de hoy, soluciones de hoy, y si hay un viejo tema que
no hablaste, pero que no puedes dejar o no puedes soltar, entonces habla
específicamente de eso.
Interpretar lo que el otro dice. Ser objetivo y
describir un comportamiento sin interpretarlo es difícil, complicado. Cuando
interpretas el acto del otro estás poniendo algo que procede de ti, no de él, y
que cerrará la comunicación. Hay que hacer
un esfuerzo por describir más que por interpretar.
Decir que otros piensan como tú. Atribuir a otros
que piensan como tú para no hacerte responsable de lo que sientes, dices.
Quieres meter a otros en la discusión (p.e.: “tu mamá piensa lo mismo”). Es un
golpe bajo y solo logra que la otra persona se cierre.
Para
abrir la comunicación:
Empatizar con lo que siente:
Escucho lo que
sientes;
Acepto tu enojo;
Tu dolor es válido
para mí;
Lamento tu tristeza;
Respeto tu miedo.
Reconocer y agradecer. Decir ¡gracias!
Gracias por decirme
linda;
Gracias por el
desayuno;
Qué bien te ves hoy,
me gustas;
Amo cuando haces
esto por mí;
Gracias por la
iniciativa de hoy.
Asumir la responsabilidad:
Quiero que sepas que
reconozco que este error es mío, no tuyo;
Te pido disculpa, no
me di cuenta de mi error;
Asumo la
responsabilidad de esto;
Me equivoqué,
gracias por ayudarme a verlo;
Me comprometo a
prestar atención en esto.
Decir lo que sientes en primera persona:
Me hace sentir
invisible;
Me da miedo que me
mientas;
Me enojo con tu
comportamiento;
Me lastima lo que
dices;
Siento que nada de
lo que hago es suficiente.
No juzgar:
Sé que no hay mala
intención, pero esto me afecta;
Confío en que lo
harás;
Tu comportamiento me
lástima;
No comparto lo que
piensas;
No te juzgo, debe
ser difícil para ti.
Tener una buena comunicación contigo
mismo(a):
Diálogo conmigo y
doy un espacio para observar lo que sientes;
Escribir lo que
piensas y sientes antes de hablar con tu pareja;
Hablar con alguien
capacitado en el tema para entender mejor;
Observar si estás
sobredimensionando lo que pasa.
Observo lo que
permito y genero con mi comportamiento.
Escuchar al otro con verdadero interés:
Sin teléfono, tele,
computadora, etc.
Mirar a los ojos;
Ir acompañado con la
cabeza y comentar algo de lo que dice, no interrumpir;
Escuchar intentando
conocer y comprender su mundo.
Pensar en formas de resolver:
Preguntar qué
necesita de ti;
Proponer soluciones;
Tener claro lo que
tú quieres.
Actitud de que todo
tiene solución;
Actitud de cambio, de
querer moverse.
Bajarle tres rayitas a tu infierno:
Busca sanar tus
heridas, la comunicación no será eficaz si traes una herida abierta;
Hay que tomar tiempo
para cerrar el dolor;
Llorar para
desahogarse y escribir son buenos recursos.
Separar tu historia
de la relación, para no cobrar facturas que no le corresponden.
(Estas idea s fueron
tomadas del libro “Sana tus heridas en Pareja”, de Anamar Orihuela).