jueves, abril 28, 2011

Salarios y calidad educativa - Miguel Ceara-Hatton

Siempre he sostenido que el eje de transformación del sistema educativo dominicano está en el personal docente, el cual es el factor permanente dentro del sistema educativo. Se puede mejorar el currículo, la infraestructura y los materiales, sin embargo, si simultáneamente no se cambian las condiciones materiales, se capacita y dignifica a los maestros y maestras, quienes son los que manejan la cotidianidad de la escuela y del proceso de enseñanza, el sistema educativo dominicano seguirá mostrando resultados pírricos. Hoy ser maestro o maestra de escuela pública no es valorado y sin embargo ellos tienen bajo su responsabilidad una parte importante del presente y futuro de la sociedad dominicana. Son quienes siembran una parte significativa de los valores de los futuros ciudadanos y ciudadanas así como los proveen de habilidades básicas para el desempeño en la vida.

La poca valoración que hace el Estado Dominicano de la función de los maestros y maestras de escuelas públicas se refleja en los magros salarios que paga, lo cual obliga a trabajar más de una tanda en detrimento de la calidad. Veamos.

Los salarios de los maestros

Hay que distinguir entre el salario de base y el salario promedio el cual incluye los incentivos. El salario de base en 2010 para el nivel de la básica de una tanda (la mañana) es de RD$6,746 y el salario base de un director de básica es RD$7,585. El salario promedio que recibe un maestro de básica es del orden de RD$10,120, el cual no cubre el costo de la canasta básica del 20% de la población más pobre, el llamado primer quintil de ingreso, que cuesta RD$10,407.

Para poder cubrir el costo de la canasta del segundo quintil, que es un estrato social menos pobre se necesitan RS$15,005 o para cubrir el promedio de los cinco quintiles (desde los más pobres a los más ricos) se necesitan RD$23,042.65, un maestro o maestra tendría que trabajar dos tandas para recibir un salario promedio de RD$20,240.

En el nivel de la educación media el salario de base es RD$8,141 y de un director gana RD$8,684. El salario promedio es de RD$11,237 y por dos tandas RD$22,475. Es decir, con una tanda apenas cubre la canasta básica del primer quintil y con dos tandas (mañana y tarde) cubriría la canasta del segundo quintil.

La consecuencia

Los bajos salarios promedios que recibe un maestro o maestra los obliga a trabajar más de una tanda para conseguir un ingreso que le permita cubrir la canasta básica del primer quintil y apenas cubriría el costo de la canasta del segundo quintil. Dos tandas (dos tarjetas) significan que los maestros y maestras tendrían que trabajar entre 8½ y 9 horas frente al estudiantado, a eso hay que agregarle que hay que preparar clases y corregir exámenes, entre otras actividades. Además si es mujer tiene la responsabilidad del trabajo doméstico (una tercera jornada de trabajo). En estas condiciones es casi imposible cumplir con los horarios de clases para cada tanda, lo cual explica en parte los pírricos resultados de calidad del sistema educativo dominicano.

A nivel nacional el profesorado de la escuela pública tiene en promedio 1.57 tarjetas. En 19 provincias del país tienen más de 1.6 tarjetas por maestro que son precisamente las provincias más pobres, es decir trabajan más de una tanda. Por otra parte, el 75% del profesorado son mujeres y en 18 provincias la proporción de mujeres docentes es aún mayor (ver cuadros anexos).

En resumen, la relación entre el bajo salario, la necesidad de trabajar más de una tanda para que el personal docente pueda llevar una vida digna y la carga adicional que tienen 3 de 4 docentes por su condición de mujer, explican en parte la mala calidad de sistema educativo. Entonces, es claro que los recursos si tienen que ver con la calidad educativa. Se necesita un mayor presupuesto para pagar mejores salarios y reducir la cantidad de tandas por docentes, al tiempo en que se extienden las horas de clases. Ese es un desafío del Estado Dominicano.

Tarjeta por docente en algunas provincias 2009-2010

Provincia

Tarjetas / Docente

La Altagracia

1.79

El Seibo

1.75

Samaná

1.68

Azua

1.67

Elias Piña

1.64

Monte Plata

1.64

Santiago Rodriguez

1.63

Hato Mayor

1.63

San Juan

1.62

Monte Cristi

1.62

Baoruco

1.62

Pedernales

1.62

Barahona

1.62

San Pedro de Macorís

1.61

Peravia

1.60

Puerto Plata

1.60

San Jose de Ocoa

1.60

Maria Trinidad Sanchez

1.60

San Cristóbal

1.60

Fuente: Elaborado con información del MINERD


Docentes por sexo en algunas provincias

Provincia

Femenino

Masculino

Total

Peravia

80.28%

19.72%

100.00%

Monte Cristi

78.77%

21.23%

100.00%

San Cristóbal

78.64%

21.36%

100.00%

Santo Domingo

78.49%

21.51%

100.00%

La Romana

78.28%

21.72%

100.00%

Duarte

77.74%

22.26%

100.00%

La Altagracia

77.65%

22.35%

100.00%

Monseñor Nouel

77.23%

22.77%

100.00%

Dajabón

77.06%

22.94%

100.00%

Samaná

76.72%

23.28%

100.00%

Independencia

76.65%

23.35%

100.00%

Sánchez Ramírez

76.49%

23.51%

100.00%

Monte Plata

76.20%

23.80%

100.00%

Hato Mayor

75.73%

24.27%

100.00%

Hermanas Mirabal

75.60%

24.40%

100.00%

La Vega

75.59%

24.41%

100.00%

El Seibo

75.54%

24.46%

100.00%

San Pedro de Macorís

75.50%

24.50%

100.00%

Fuente: Elaborado con información del MINERD

lunes, abril 25, 2011

De otros: Empleo, institucionalidad, decencia y transparencia

El economista Miguel Ceara Hatton expresa lo que considera deben ser las cuatro prioridades de cualquier gobierno que surja de las elecciones venideras. Pregunto a mis lectores, a su modo de ver: ¿cuáles serían las prioridades?

Empleo, institucionalidad, decencia y transparencia

Miguel Ceara-Hatton

Si me preguntan cuáles serían las prioridades para cualquier gobierno que surja de las elecciones venideras diría que hay 4 grandes prioridades:

1) Empleo de calidad. El empleo es el mecanismo principal que tienen las personas para participar de la actividad económica, para incorporarse a los beneficios del crecimiento económico. El modelo de desarrollo económico en Dominicana ha fallado para crear empleos estables con un ingreso digno. Para revertir esta situación se necesitan de políticas deliberadas que fomenten la pequeña y mediana empresa, que faciliten créditos, que mejoren el nivel educativo de la población, que ajusten las actividades como el turismo hacia uno más incluyente de mayor oferta, entre otras políticas.

2) La institucionalidad. El gran déficit de la sociedad dominicana es la debilidad de las instituciones y el débil Estado de derecho. Esto influye en el empleo porque la falta de instituciones se traduce en que los negocios rentables son los de alto riego (a veces ilícitos o dependientes de los vínculos con el gobierno de turno). La falta de instituciones permite que se transgredan las normas de convivencia y no pase nada. La ciudadanía vive sin protección a merced del poder (económico, social e institucional) y tiene que recurrir cada vez más a las salidas individuales. Ello corroe la cohesión social y genera desencanto en la población.

3) Decencia. Muchos dominicanos y dominicanas “de a pie” aspiramos a vivir con dignidad y honradez. En teoría los gobiernos representan los intereses ciudadanos, pero cada día se hace más evidente que representan los intereses de los grupos que secuestran Estado. No hay confianza en las instituciones, ni en los gobiernos. Muchos ciudadanos, sino es que la mayoría, siempre tenemos la duda sobre lo que está detrás de cada acción del gobierno y de sus funcionarios. La gran mayoría de estos actúan sin lealtad a la ciudadanía, retuercen leyes, la constitución, se benefician de manera personal del Estado, ya sean a través de negocios, fundaciones y otras formas de apropiarse de lo público. Muestran riquezas inexplicables y actúan como si lo público fuera privado. Hemos llegado al punto de que aunque hagan las cosas bien siempre queda la duda. Hay que reconstruir la confianza en el Estado y en la política.

4) Transparencia. La falta de institucionalidad y de decencia conduce a la falta de transparencia. Si bien ha mejorado la información público, no se sabe lo que hacen los ministerios. No publican la información ni rinden cuentas. La transparencia tiene muchas facetas, desde conocer con una formula clara y precisa el precio de la gasolina cada viernes en la tarde, hasta las compras y las formas de contratación del Estado, la nómina pública, el uso de recursos públicos en campaña política. El Presidente tiene una fundación que nadie sabe cómo se financia, los candidatos del gobierno llenan el país de afiches y anuncios y no le explican a la población de donde sale el dinero. En definitiva tiene que haber transparencia para tener confianza en las instituciones y en el gobierno.

En resumen, aquel gobierno que se comprometa y actúe para crear empleos productivos y de calidad, institucionalizar el país, gobernar con decencia y transparencia se habrá “casado con la gloria” y habrá contribuido a la transformación de esta sociedad.

20/04/2011