PAUTAS PARA
PADRES SANOS
Las pautas que
vamos a compartir entran dentro de la tercera función del ser padres:
cuidar,
proveer y educar/formar. Este rol tiene un punto final. Nos
“jubilamos” de esta función o rol. Con tiempo limitado, aprovechémoslo
trabajando por su estabilidad emocional.
PRIMERA PAUTA:
HAGAMOS DE NUESTROS HIJOS PERSONAS
EMOCIONALMENTE ESTABLES.
Estabilidad emocional es fundamental para el éxito
en la vida. Es preciso que nuestros hijos puedan identificar, nombrar y
expresar sus emociones de modo sano. Y aquí algunos consejitos:
1. EMPATÍA. Si uno de nuestros hijos nos habla de algo que le
preocupa escuchemos y atendamos hasta que encuentre el equilibrio emocional. Es
decir, tengamos empatía. Coloquémonos en su lugar. Esto no solo se puede, sino
que se debe enseñar. Y para ello es importante no solo lo que decimos,
sino lo que hacemos.
2.
GESTIONAR LAS
EMOCIONES. Los niños tienen que aprender a
autorregular sus emociones. Aprender significa que son enseñados. En una primera
etapa esas emociones son reguladas desde fuera, es decir, sus padres
contribuimos enormemente a regularlas. Para lograr esto, tengo que autorregularme
yo, gestionar mis emociones. Es una forma de enseñar que esto requiere mucha
paciencia.
Por
lo tanto, los padres estamos llamados a: conocer las emociones, reconocerlas,
validarlas, aprender a gestionarlas…. ¿Las conoces? Y un punto clave, a su
nivel y el tuyo, reflexionar. Y darle una narrativa, un relato, una
explicación, a su nivel y a su momento.
Algunos
tips para ayudarnos a gestionar correctamente las emociones:
a.
Diferenciemos entre
necesidades y deseos. Tenemos que diferenciar entre necesidades
y deseos, y más todavía: entre lo que yo creo que son sus necesidades y las que
son necesidades reales para su desarrollo. Menciono algunas:
b.
Seguridad y la
protección. Nuestros niños necesitan
desarrollarse en entornos de seguridad y de protección. Somos los responsables
de que suplan esta necesidad.
c.
Autonomía. Todo tiene su momento. La autonomía se va
construyendo poco a poco. Cuando el adolescente se autorregula a sí mismo tiene
mayor autonomía que el niño, que todavía no gestiona sus emociones.
d.
Descodificación: Explicarles a los niños lo que está ocurriendo o
lo que ha ocurrido. Es contar el cuento de lo ocurrido, es darle un relato. Una
narrativa. Una historia.
e.
Necesidad de ser
vistos. Por ejemplo, cuando decimos que un
niño tiene una baja autoestima, hay que revisar un poquito si esta necesidad ha
sido satisfecha (ser respetado, confiar en ellos, tomarlos en cuenta),
reconocerlos.
f.
Ser explícito en el
cariño a nuestros hijos. No hay que darlo
por hecho. Tienen necesidad de que seamos explícitos. Y en cada edad y hasta
para cada niño es diferente la forma en que esto sucede.
g.
Aprendamos a
legitimar en el 100% de los casos las emociones de nuestros hijos. Implica que yo permito que mi hijo no solamente
experimente la emoción, sino que la pueda expresar. Siempre dentro de unos
límites.
No les demos categoría moral (no son
buenas ni malas, simplemente son). El punto clave está en enseñarles a
gestionarlas, no a negarlas. Las emociones no se pueden criticar porque yo
no las he elegido, mis hijos no las han elegido, simplemente surgen. Es más,
Dios nos hizo con ellas.
¿Qué opinar de una madre o de un
padre que ante la rabia que siente su hijo le aconseja: “Pero no llores, que no
es para tanto”? Lo que para ti parece una tontería, para tu hijo puede ser
un gran problema. El no espera que tú lo trates como tontería. Para él o
ella no es una tontería.
h.
Estimule la
autoestima de su hijo. Los niños comienzan a desarrollar
su sentido del yo desde que son bebés, cuando se ven a sí mismos a través de los
ojos de sus padres. Sus hijos asimilan su tono de voz, su lenguaje corporal y
todas sus expresiones. Sus palabras y acciones como padre tienen un impacto en
el desarrollo de su autoestima más que ninguna otra cosa. El elogio de los
logros, aunque sean pequeños, hará que los niños estén orgullosos; permitirles
que hagan cosas por sí solos los hará sentir que son capaces y fuertes. Por el
contrario, los comentarios denigrantes o las comparaciones negativas con otros
niños los hará sentir inútiles.
Un elemento importante en estimular
la autoestima es reconocer las buenas acciones. Elogie
algo todos los días. Sea generoso con las recompensas: su amor, sus abrazos y
elogios pueden hacer maravillas y suelen ser suficiente gratificación. Pronto descubrirá
que está "cultivando" en mayor medida el comportamiento que desearía
ver.
(Notas tomadas de aquí y de allá, con el convencimiento de
que hijos emocionalmente estables están preparados para la vida y vida en abundancia).