miércoles, diciembre 28, 2022

Un cafecito con mi Dios / Misericordia

Tanta misericordia sólo en Dios

Hace más de 37 años (27 de marzo, 1985) escribí un pequeño comentario al Salmo 51 que hoy volvemos a compartir, Jesús. Te pido que hablemos un poquito largo de lo que quieres decirme por este Salmo, pero para empezar, permíteme reproducir lo que escribí hace un cuarto de siglo (claro, que mucha agua ha corrido…).

“El Miserere.

Misericordia es tener corazón ante las miserias. Y es una actitud básica para el abandono. Dios, nuestro Padre, tiene corazón ante nuestras miserias. ¿Por qué no tener corazón ante nuestras propias miserias y las miserias de nuestros hermanos? ¿Por qué ser más duros que el Padre? Es una locura (locura humana).

Bondad: Tú, Padre, eres bueno, quieres lo mejor para mí.

Compasión: Del latín compadeceré, padecer-con... porque Tú padeces en mi, puedes borrar mis culpas, puedes arrasar con el león rugiente que llevo en mi interior, con esas alimañas que son el pecado, el delito.

Una condición: me reconozco nada, soy pecador. Te reconozco TODO, eres gratuito…

V. 8: “… crea en mi un corazón limpio” (puro). Eso quiero, Señor, un corazón sincero, limpio, puro.

Quiero sabiduría. La sabiduría de luchar intensamente por cambiar aquellas cosas que aún pueden ser cambiadas, la sabiduría de aceptar  y abandonarme en aquellas cosas que no puedo cambiar. La sabiduría de conocer la diferencia. Y para esta sabiduría, purifícame, lávame, libérame. Hazme una persona abandonada a tu voluntad.

V.10: Y por esto, una persona gozosa, alegre, feliz.

Que no haya heridas del pasado que sangren en mí, que se alegren hasta mis huesos.

V.11: Que desaparezca todo sentido de culpa, porque eres mi Padre, (V. 12) que pueda ser una criatura nueva, en camino a la santidad. Afiánzame, hazme tu hijo y tu apóstol. Ábreme los labios. Acepta este espíritu que se entrega a ti (V. 19), porque Tú eres mi Señor y mi Todo. Eres mi papá que me dices que me amas con un amor eterno, hasta la muerte. Sólo esta locura: la del amor”.

Señor, gracias por este cafecito que hemos compartido y por permitirme leerte un poquito de nuestra relación hace más de 25 años… gracias porque durante ese cuarto de siglo tu misericordia, tu corazón ante mis miserias, nunca me ha abandonado. Gracias por ser mi Padre.

Milton Tejada C.

 

 

No hay comentarios: