sábado, febrero 24, 2024

Cada sábado / Vida práctica: Para establecer reglas en el hogar

Un hogar, un sistema con normas

Queridos lectores y lectoras de Grata Vida:

(Foto: Máximo López Acosta)
Llegan los hijos. Sabemos que debemos crear y fortalecer un ambiente en el cual crezcan y sepan equilibrar libertad y límites. Creemos que es posible -especialmente si nuestros hijos ya alcanzan la adolescencia- establecer acuerdos en torno a diversos aspectos que permitan ese equilibrio y que hagan posible que papá y mamá ejerzan su rol de autoridad a la vez que los hijos tengan certezas con tal de que gocen de estabilidad.

Hoy te escribo de modo general, pues no es lo mismo establecer reglas cuando nuestros hijos son niños pequeños que cuando ya son adultos. Si son pequeños, tienes la oportunidad de formarles en el valor y cumplimiento de las mismas. Si ya son adolescentes, se requiere crear ese sentido de valor y cumplimiento, se requiere su participación para establecerlas y mucha sabiduría para poder implementarlas. 

No olviden: la familia es un sistema. Las reglas no son para los hijos, son para el sistema. Son muy importantes, pues ayudan a crear el sentido de límites.

Sé que muchos que leerán esta entrega no tienen necesidad de estas pautas (no tienen hijos o ya se han ido de la casa). Pueden compartirla con otros a los que sí puede serles útil.

Les propongo que puedan, mediante un "consejo de familia", tratar y establecer reglas en su hogar. Aquí tienes identificadas algunas áreas o aspectos en que conviene establecer reglas:
  • El horario de las comidas
  • El horario de salida y de llegada a la casa
  • Los oficios de la casa los distribuimos así:
  • El orden de las habitaciones le corresponde
  • Las normas sobre la comida son:
  • El lugar para cada cosa se determina así:
  • Nos hablaremos de esta manera:
  • La corrección de unos a otros la haremos así:
  • A la hora de salir y de llegar a la casa:
  • Cuando haya conflictos entre nosotros procedemos así:
  • Para usar algo de otro o de otra o algo común lo hacemos así:
  • Para aceptar amigos o amigas en la casa y fuera de la casa lo hacemos así:
  • El uso de la televisión, de la computadora, del celular lo hacemos así:
  • El tiempo de oración y de nuestra vida de fe lo organizamos así
  • La economía de la casa la llevamos así:
  • El tiempo de diversión y rato libre lo organizamos así:
  • La limpieza de la casa la organizamos así:
  • La relación con nuestros familiares la vivimos así:
  • La aceptación de las relaciones de noviazgo la hacemos de esta manera:
  • Las celebraciones familiares que realizamos:
  • Otras:
Además de identificar las reglas, es necesario que sean claramente explicadas, y que sean obedecidas, aplicando consecuencias cuando no sean respetadas (debe determinarse cómo se procederá cuando alguien de la familia no cumpla las normas que la familia se ha dado)..

No todos estos aspectos son válidos para todas las familias.

El tener acuerdos en el "consejo de familia" no resta autoridad a los padres. Todo lo contrario, la hace más sólida.

Espero que estas pautas les ayuden. Escríbanme indicando aspectos que también considerarían (además de los señalados), experiencias, reflexiones y hasta diferencias con mis planteamientos.

Mi WhatsApp es (809) 519-5584.

Grata Vida para todos.


sábado, febrero 17, 2024

Cada sábado / Quitándonos la máscara de la perfección

Personas imperfectas en una relación imperfecta

Milton Tejada C.
Amigos y amigas:
“Nunca hemos tenido ni un sí, ni un no”, proclaman algunas parejas que aseguran que nunca han tenido conflictos en sus vidas. ¿Crees que sea cierto? Yo no lo creo. Más aún, soy de los que piensa que el conflicto en las relaciones humanas constituye una oportunidad para crecer, fortalecer dicha relación o redefinirla (un conflicto es muy diferente a una crisis). En una conferencia que escuchamos anoche en la Iglesia Cristiana, nuestra amiga Yagna Vanderlinder señala que el matrimonio "es compromiso, sin ponernos la máscara de la perfección". Queridas parejas: la perfección no existe.

Veo las relaciones de pareja como un puente (en realidad, toda relación es un puente) en que cada uno de los cónyuges es un pilar, una columna colocada al otro lado, sostenida sobre distintas tradiciones, costumbres, familias e incluso marco social y cultural. 
En otras ocasiones prefiero describirlas como el conjunto intercesión que nos enseñaron en matemáticas básicas y que, por lo tanto, tienen un espacio común (mayor o menor, pero común) y tienen diferencias (también mayores o menores).
Quiero escribirles hoy a las parejas que nos sostenemos y que buscamos mejorar para establecer una relación satisfactoria para ambos, que nos sabemos carentes y que no renunciamos a la posibilidad que una vez soñamos, que no tiramos la toalla, que sabemos que todo matrimonio es imperfecto, pero no por eso dejamos de buscar crecer (como personas y como pareja). Es decir, quiero escribirles a las parejas que han tenido sí y han tenido no, y permanecen
Les presento seis tips muy importantes para crecer toda la vida en nuestra relación conyugal.

No persigamos lo imposible: seis tips para vivir plenamente lo imperfecto
¿Cuántos hombres y mujeres persiguen un ideal al pensar en un matrimonio?
Una carrera absurda y una aspiración que hace más mal que bien. La perfección no existe. Seguir creciendo con los años, valorar lo logrado, acumular experiencias, aprender, eso sí. La aceptación de que la perfección no existe es el primer paso para que tu matrimonio continúe siendo la experiencia linda, extraordinaria, que puede ser.

Estos seis tips nacen de mi propia experiencia y de la de conocer la experiencia de tantas parejas con las que he tenido el privilegio de caminar un pedacito de su sendero en el amor.

PRIMERO. Comprende que, como seres humanos, nuestro amor puede secarse. No se mantiene inalterable. Es como una plantita que requiere esfuerzo para mantenerlo vivo, necesita ser regada, atendida e incluso en ocasiones mudada de lugar para que florezca, se mantenga verde y viva.

SEGUNDO. El matrimonio no es perfecto, tampoco lo somos las personas que lo componemos. Una vez que acepte esto estarás en condiciones de entender que tu pareja es un ser humano imperfecto, que se equivoca, que tiene miedos, que fracasa en ocasiones y que no siempre te brindará lo que necesitas.

TERCERO. Entiende bien que no somos “almas gemelas”, que ese es un mito, que por muchas coincidencias que tenemos también tenemos un montón de diferencias. Quienes conocen a Ana Ysabel, mi esposa, y me conocen a mí entenderán la comparación en la que afirmo que “Ella es como el arroyo glamoroso y yo soy como el Mar Muerto”. Y qué bueno que es así: diversos, distintos. 
Tenemos que desactivar el mito de la “media naranja”. Cuando hagamos esto en nuestras vidas evitaremos muchas decepciones y frustraciones.

CUARTO. En la boda, expresamos a los novios que sean felices (y, probablemente, ya lo son). El periodista Daniel Arasa nos dice que más bien debiéramos decirles: “Que se hagan felices”, porque la felicidad no viene sola, sino que es el resultado de actitudes, decisiones, conductas, acciones en las que se incluyen entregar, ceder, perdonar, poner ilusión en el terreno común (ese que he llamado conjunto intercesión) a lo largo de toda nuestra vida. “Pretender la felicidad sin poner entusiasmo es como esperar un orgasmo sin haber hecho el amor", expresa un psicólogo, Miguel Espeche. A la vida de pareja hay que ponerle ganas.

QUINTO. Los conflictos son inevitables, por lo tanto, es más útil formarnos y aprender sobre la resolución y prevención de conflictos que aferrarnos a un modelo idealizado de matrimonio.

La Dra. Margarita Mendoza Burgos hace una distinción muy oportuna entre conflicto y crisis, pero sobre todo explica las consecuencias de la no resolución de conflictos en una relación de pareja. “Los conflictos, en diferente forma y medida se dan de una forma más o menos frecuente. Son algo normal en cualquier tipo de relación humana, y con mucha mayor razón lo son en una relación tan estrecha como la conyugal”, expresa. Y nos dice que el mayor error es pensar que el matrimonio sin conflicto (el matrimonio perfecto) existe.

En un matrimonio imperfecto –como el tuyo y el mío- resolver los conflictos puede llevarnos a una separación o al fortalecimiento de la relación. Depende del cómo lo resolvamos o manejemos.

SEXTO. Si, como yo, eres creyente en Jesús como Señor y Salvador, quiero decirte que tu matrimonio no está solo en el mundo. Vivimos en una sociedad que no funciona como Dios quiere y eso, de algún modo, afecta mi matrimonio y el tuyo. No podemos escapar de este ambiente y vivir nuestra relación en una burbuja. Dios obra en ti y en tu relación a través de las circunstancias, formando así tu carácter y llevándote a nuevos niveles en todas tus relaciones. 

Parte de esas circunstancias tienen que ver que soy un pecador casado con una pecadora, o como he dicho más arriba para todos: somos imperfectos. El reconocerlo puede ser una oportunidad, el no reconocerlo puede ser destructivo.

Busca la felicidad de tu esposa, de tu esposa, que la tuya viene por añadidura.

GRATA VIDA PARA TODAS LAS PAREJAS QUE LUCHAN POR SER TESTIMONIO DE ALEGRÍA Y AMOR.


Y NO DEJEN DE ESCRIBIRNOS SUS COMENTARIOS. NOS ALIMENTAN Y EN OCASIONES NOS DESAFÍAN. 
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sábado, febrero 10, 2024

Cada sábado / Pautas para manejar el enojo

¡Estoy enojado y no puedo evitarlo!

Ocho pautas para comprender y superar la ira

Por: Milton Tejada C.

Sí, he sido de “mecha corta”, pero he aprendido a desactivar la mecha. 

No significa que en ocasiones parecería volver a encenderse (tiene que ver con mi historia). Lo que te aseguro es que el aprender a gobernar la ira traerá mayor calidad de vida a ti y a quienes te rodean o como decimos en #GRATAVIDA: Vida y vida en abundancia. Es posible.

Mi querido lector de #GRATAVIDA:

Yo conozco bien cuáles cosas disparan con mayor facilidad mi enojo y también he aprendido a “no tomármelo tan a pecho”. Tú dirás: claro, Milton, después de más de 60 años es normal que hayas aprendido a no tomártelo tan a pecho. Cierto, muy cierto. Tienes razón, pero creo que no tienes por qué esperar tanto tiempo para aprender a tener control sobre el enojo o ira. Creo que puedes evitar el tropezar tantas veces. No tienes que esperar a envejecer y, te aseguro, que hay mayores que también son "explosivos".

Hemos de trabajar para que nuestras respuestas -a partir de nuestras emociones- sean saludables, lo cual es definido como estar consciente de tus ideas y sentimientos y tener el control de tus comportamientos, de manera que estén acorde con la situación.

Esta vez te pido permiso para escribirte un poquito largo -no te enojes conmigo por esa causa-. Vale la pena que leas, reflexiones y tengas presente las pautas que quiero enseñarte, y también vale la pena que puedas compartirme tu experiencia. Aquí las pautas.

Aquí algunas pautas que te ayudarán a comprender y superar la ira:

1º. COMPRENDE CON CLARIDAD QUÉ ES EL ENOJO Y LO QUE EN TI PROVOCA. El enojo es un estado emocional. Puede variar en intensidad: desde una leve irritación hasta una furia o ira intensa. Conduce a cambios psicológicos y biológicos: incremento de la frecuencia cardiaca y la presión arterial, así como de la adrenalina y noradrenalina.

2º. COMPRENDE LAS CAUSAS DE TU ENOJO. El enojo puede ser causado por hechos o estados externos o internos o por combinación de factores. 

Puedes enojarte con personas (compañeros de trabajo, tu cónyuge, tus hijos, un familiar, alguien en la calle). Puedes enojarte por situaciones no directamente vinculadas a una relación con personas como, por ejemplo: un tapón, el incremento exagerado de la factura de un servicio, una música escandalosa pero que no sabe quién la provoca, la basura en frente de tu casa. Puedes enojarte contigo mismo: tus preocupaciones, lo que consideras fue una respuesta errónea, recuerdos de situaciones pasadas, frustraciones y tu manejo de ellas… O, como me acaba de pasar, una combinación de ambas: se “frisó” la laptop y perdí algunos cambios en este archivo (suceso externo) y yo no tuve la precaución de ir salvando lo que hacía (enojo conmigo mismo).

3º. DIFERENCIA LAS EMOCIONES DE LAS ACCIONES O CONDUCTAS. La Biblia no te dice: no puedes enojarte, no puedes airarte. Si te dice: “Airarte si, pecar no” (Efesios 4:26). Ese pasaje de Efesios nos indica que debemos diferenciar entre la emoción de la ira y las acciones o conductas que tomes a causa de la ira. Tenemos (tristeza, dolor, alegría, ira). Son parte de nuestra naturaleza humana y no son de por si un pecado. Tener ira no es pecado. ¿Estás claro? De hecho, la ira es -generalmente- involuntaria, aunque debes ir conociendo los factores que con mayor facilidad te llevan a ella.

4º. MANTÉN EL CONTROL SOBRE TU IRA. Séneca dijo que la ira era un estado de “locura breve” o momentáneo. Tenemos varios modos de respuestas, conscientes o inconscientes, de respuesta a esta “locura breve”. Por lo menos ten presentes estas tres formas de responder:

El primer modo y la reacción más frecuente -así como también la que más problemas nos causa- es la de actuar bajo el gobierno de la ira. De forma instintiva tendemos a expresar el enojo respondiendo de modo agresivo, especialmente cuando nos sentimos atacados. Por lo tanto, en ocasiones el enojo podría ayudarnos a sobrevivir, pero también podría llevarnos a conductas destructivas y problemas serios con nosotros mismos y con los demás.

En segundo lugar, puedes reprimir el enojo, no expresarlo y luego redirigirlo. En este caso te concentras en algo positivo, dejas de pensar en el enojo, lo obvias, buscando tener conductas constructivas. Sin embargo, no expresar el enojo o exteriorizarlo, quedándote con él internamente, puede ser dañino para ti y algunos expertos afirman que puede causarte hipertensión, presión arterial elevada e incluso depresión.

Además, en lo psicológico, puede llevarte a conductas también dañinas (esa que algunos llaman pasiva-agresiva que es cuando te desquitas indirectamente, no por el motivo real), cinismo y hostilidad. Esto daña tus posibilidades de relaciones exitosas, satisfactorias.

Un tercer modo: la calma interior. Controlas tu conducta externa pero también tus estados internos. Al hacer esto, reduces tu ritmo cardíaco y te preparas para expresar tu enojo con firmeza, pero sin agresividad. Esta es la manera más sana -no la más fácil- de expresar el enojo. Ser firme no significa prepotencia, significa que te respeta a ti mismo y a los demás.

5º. TRABAJA RÁPIDAMENTE SOBRE LA IRA, NO LA DEJES CONVERTIRSE EN AMARGURA, PECADO O UNA CONDUCTA AUTODESTRUCTIVA. La segunda parte de la recomendación de Pablo dice “que no se acueste el sol sobre tu enojo”. No te acuestes enojado. Un ejemplo doloroso: cuando una pareja discute y se va a la cama con esa dolor o enojo y se comportan como dos pistoleros que se han desafiado a un duelo: duermen de espaldas, a veces ni siquiera se dicen: “Buenas noches”, respuestas cortas, cortantes y hasta agrias. Está hablando la ira.

Decídete a tomar control de tu enojo (que esa “locura breve” no te controle). Una primera pauta, observas cómo reaccionas cuando te enojas o enfadas. Observa también que circunstancias, personas o estados internos tienden a llevarte con más facilidad a enojarte. Gritar, vociferar cosas hirientes, articular expresiones destructivas, arrojar o estrellar objetos, golpear o dañar a alguien o a ti mismo, dar puñetazos en la pared… no creo que sean las reacciones que la mayoría de las personas quiere tener.

6º. TOMA CONCIENCIA DE QUE UN CAMBIO PUEDE LLEVAR TIEMPO, A VECES MUCHO TIEMPO. Lo repetiré a lo largo de muchos de mis escritos: la gente no cambia por una de tres razones: No quiere, no sabe, no puede. Asumo que, si te preocupa tu manejo de la ira, quieres cambiar, pero no sabes cómo (el próximo sábado te compartiré pautas para resolver problemas dejando a un lado la ira, no te la pierdas).

7º. RECONOCE CUANDO NECESITAS BUSCAR AYUDA. Recuerda, te dije que hay personas que no cambian porque no quieren, otras porque no saben… pero también en ocasiones no cambiamos porque no podemos. En esos casos es señal de que algo más profundo está pasando (por ejemplo: si tu ira es frecuente, si ignoras los motivos, si el enojo te amarga la vida por largo rato o tiempo, si tienes problema para detenerte). Es el momento de buscar ayuda terapéutica, profesional. Nunca cierres la puerta a esta posibilidad cuando en realidad es una necesidad.

8º. OTRAS PAUTAS QUE PUEDEN AYUDARTE. El método de resolución de problemas o conflictos puede serte útil, pero existen otras pautas que puedes asumir y te ayudarán a una respuesta constructiva. Estas ideas podrían traerte calma:

 Haz ejercicio físico: camina, corre, nada… en ocasiones constituyen una excelente forma de mejorar nuestro humor, disminuir los sentimientos negativos y reducir las posibilidades de depresión.

Haz ejercicios respiratorios. Aprende a calmar tu corazón en base a ellos. A veces bromeo con mi hija Laura y decimos: “WhatsApp…..” en forma lenta (lo sacamos de una película). Practica el relajarte, se aprende.

Escribe, expresa por escrito lo que sientes, lo que piensas, lo que te hizo enojar. Externalízalo de ese modo, si es que ese modo se te facilita (no te fuerces si no es un modo fácil de comunicación para ti). También podrías dibujar.

Habla de tus emociones y tus reacciones o conductas con alguien en quien confíes.  Y cuando lo hagas, utiliza “yo” para describir cómo te sientes. No se trata de acusar, sino de entenderte. No es lo mismo decir: “Tú eres una desconsiderada”, que decir: “Me siento desconsiderado”.

 No guardes rencor. El rencor amarga, es una carga emocional que nos prepara para iras mayores. Perdonar es bueno, sobre todo, para ti, aunque también para la persona perdonada (incluso en ocasiones es bueno perdonar a quien no se va a enterar de ese perdón).

Trabaja en desarrollar un sano sentido del humor, aprendiendo incluso a reírte de ti mismo, pero sin sarcasmo puesto que esto hiere sentimientos. El humor sano tiende a reducir las tensiones.

Apreciados lectores:

Las experiencias y las inquietudes que me comparten sobre el crecer como personas, como parejas, como padres, como cristianos, me enriquecen y me desafían a continuar aportando para que se cumpla el propósito de Jesús: tener vida y vida en abundancia. Escríbanme a mi WhatsApp  (809) 519-5584 o en este mismo blog.

GRATA VIDA.

 

 


sábado, febrero 03, 2024

Cada sábado / Carta a padres sobreprotectores

 Qué hacer para no ser un padre sobreprotector

Estimados papá, mamá:

Te voy a contar lo que me contaron.

Es probable que seas una madre o un padre sobreprotector, hiperprotector o súper protector  y ni siquiera te des cuenta. Debes saber que sobreproteger es, a mediano y largo plazo, desproteger, hacerlos incapaces de afrontar con sus propios recursos las más diversas circunstancias que se le presentarán cuando ya tú no estés "para resolverles".

Muchos padres confunden la protección natural con una hiperprotección. Es decir: son padres super o sobreprotectores sin darse cuenta. Hoy comparto contigo algunos indicios de si eres o no eres un padre sobreprotector y también algunas cosas que puedes hacer para superarlo, en caso de que entres en esta categoría.

Aquí, para empezar, algunos indicios de que ponen al desnudo a un padre sobreprotector:

1. La primera, si tenía ya un plan trazados para las vidas de tus hijos antes de que nacieran, esta idea de que “el niño será médico, será abogado, será no sé qué…”, ya todo diseñado.

2. La segunda, si les ayuda con los deberes o se los hace por sistema (es decir, regularmente). La escuela ha de ser un espacio del alumno. Si, de repente, tienen a mamá o papá todo el día que si el niño, la niña, que si el pollo, que si no le gusta la ensalada, no le pongas ensalada, que si este profesor no va bien. Es lo que una experta llamó "padres helicóptero" que se pasan mucho tiempo revoloteando sobre la vida de sus hijos y son capaces de correr velozmente ante la menor dificultad que ellos enfrentan.

3. La tercera, es si ha excusado alguna vez a su hijo con la famosa frase: “No, mira, es que tiene una baja tolerancia a la frustración”. Y entonces te empeñas en crear un ambiente en donde "no se frustre" porque "no puede soportarlo" y le hace mal, según tu criterio.

4. La cuarta, sería si habla en plural, hoy en día se ha normalizado el hablar en plural de los hijos. Hoy en día: “hemos ganado”, “hemos perdido”, “hemos aprobado”, “hemos suspendido”, “nos hemos enamorado” … O sea, la unión con el hijo es tal que ya somos una misma persona. Esto provoca que el niño se sienta libre de responsabilidad.

5. Si discrepa a menudo con los maestros o guías de tus hijos en espacio como la escuela, la iglesia, el equipo de deporte, etc.

6. Si sales de viaje con tu esposo o esposa y a pesar de que lo dejaste con personas responsables tiendes a llamar frecuentemente para "saber cómo está" y llenas de instrucciones a la persona que quedó a cargo.

Si contestamos afirmativamente a estas cuestiones, no vamos bien.

¿Qué podemos hacer para revertir esta tendencia y no ser padres sobreprotectores?

Tan importante como determinar si eres un padre sobreprotector, es saber qué puedes hacer para superar esta tendencia. Te aseguro que no te será fácil, pero al final saber que tu hijo será una persona autónoma, independiente, capaz de valerse por sí misma, vale la pena.

1. El primer consejo es relajarnos. La educación es un proceso a largo plazo y cosas que hoy tú estás diciéndole a tu hijo que no te hace ni caso, pues igual de aquí a cinco años te hará caso. Relájate. No esperes que las cosas se cocinen como en el micro-ondas. 

2. Confiar en nosotros, confiar en nuestros hijos, ellos pueden hacer muchas más cosas de las que nosotros nos creemos y también quieren. Pensar que un eje fundamental de la educación es el carácter. Formar un hijo es formar un carácter. Hijas e hijos que no tengan miedo a los desafíos, empáticos, capaces de colaborar, que se desafían a sí mismos. Es decir: carácter.

Las escuelas pueden ayudar, las iglesias pueden ayudar, pero los que están en mejor posición y de quienes es la responsabilidad fundamental de formar un carácter es de los padres.

Algo que leí esta semana decía que buscaba formar en sus hijos buenas personas, porque los conocimientos quizás no duraran para siempre, pero el ser buenas personas sí.

3. Educar a nuestros hijos en la valentía. La sobreprotección no ayuda a los niños a superar sus miedos. Hay que educar la valentía, la empatía, la resiliencia y hay que empezar a dejar que los hijos hagan cosas por ellos mismos. No grandes cosas, sino cosas pequeñitas o pequeñas, de acuerdo a su edad.

4. No convertir a los niños en un altar. Hemos pasado del culto a los ancestros, a los antepasados, al culto a los descendientes. Antes  en las casas había las fotos de los abuelos, los bisabuelos, los tatarabuelos… ahora en muchas casas no hay ni un ancestro. Ahora todo son los niños. Los niños haciendo mil cosas o dibujos de los niños. O sea, realmente, es una veneración al niño. De ahí al "síndrome del emperador" no hay más que un paso.

5. Es necesario seguir poniendo límites. Parece un tema pasado de moda. Muchos niños y niñas no conocen la palabra "NO" en sus hogares. En muchos hogares se confunde autoridad con autoritarismo y se tiene la idea de que la familia es una democracia (incluso, en la que si alguien ha de ceder han de ser los padres). La familia no tiene que ser una dictadura, pero hay una jerarquía. En la parte de arriba estamos los padres porque somos los adultos responsables que hemos decidido traer a esos niños al mundo para educarlos con unas normas. Y las normas son los límites.

Poner límites es enseñarles lo que está bien. Para poner límites no hay que estar enojados, sino convencidos. Al poner límites de modo saludable los estamos ayudando a fortalecer el control de sus impulsar y aprenderán a actuar de acuerdo con su voluntad y pensamiento y no por imposición ajena.

El constituirnos en padres sobreprotectores debilita a los hijos, los vuelve frágiles. Le estás dejando sin recursos. Son niños con una inflada noción de ellos mismos, pero por otro lado son muy inseguros porque sin mamá o papá no se ven capaces de hacer nada. Y eso es una combinación explosiva.

No los sobreprotejas, solo guíalos para que aprendan por sí mismos.

Para nosotros son muy importantes tus comentarios en este blog o escribiéndonos a nuestro whatsapp (809) 519-5584.

Grata Vida para todos.