jueves, noviembre 07, 2019

Las matemáticas divinas


Dos haciéndose uno: Las matemáticas divinas

Les comparto algunas notas que tomé en nuestro Fin de Semana Inolvidable 2019, con el tema: Dos Haciéndose Uno - Moviendo tu matrimonio del desempeño a la fe. Los expositores, Kent y Michelle Sterchi, nos ayudaron mucho con su claridad expositiva. Probablemente para algunos era un “plato conocido”, pero volver a las fuentes, retomar principios, fortalecer valores, siempre es saludable, sobre todo si queremos un matrimonio lleno del amor de Dios y “a prueba de divorcio”.

Kent y Michelle Sterchi,
los expositores.
En el mundo suele decirse que un buen matrimonio es como las matemáticas: 50 + 50. Sin embargo, la realidad es que debemos ir dispuestos a dar nuestro 100% a cambio de nada (es lo que llamo “amor sacrificial”). Las matemáticas de Dios, por lo tanto, podrían representarse como 100+0, para cualquiera de los dos cónyuges.

Dios une las diferencias para hacer algo más fuerte. Su matemática también puede representarse por lo que humanamente parecería un absurdo: 1+1=1. Somos mucho mejor juntos de lo que éramos por separado.

Mi cónyuge es mi provisión perfecta. Dios manda que el esposo ame, cuide y dirija a su esposa, como cabeza del hogar. Y a la esposa: amar y respetar a su esposo. Y ambos, en mutua sujeción al Señor.

Se trata, por lo tanto, de roles complementarios.

1 Corintios 11:3 el deseo de Dios refleja el orden del matrimonio. Someternos a la autoridad de Cristo, siguiendo su liderazgo, amando a nuestras esposas sacrificialmente y las esposas sujetas al esposo para que cumplamos los propósitos de Dios para el matrimonio.

Es difícil porque hemos recibido imágenes distorsionadas de liderazgo: dominación, abuso… no es imagen del liderazgo bíblico, de ser cabeza. Cabeza es igual a proveedor, protector, amante, desarrollador de…. (es el concepto bíblico).

Ser cabeza es una llamada divina al esposo, para ser un líder-siervo, brindar provisión  protección en el hogar.

Esposas, definición de su misión: llamado divino para honrar y afirmar el liderazgo del esposo, utilizando todos los dones que Dios les ha dado. Sumisión: someterse al rol del esposo.

No es sinónimo de debilidad. No quiere decir que no tengas una voz o que tu opinión no importa (no es la intención de Dios, aunque sí es la definición de nuestra cultur).

La intención de Dios es traer unidad al matrimonio.

El esposo nunca tendrá el derecho de demandar y ordenar la sujeción. La mujer, de modo voluntario, se somete al esposo y él, también de modo voluntario, se somete a Cristo.

Las más de 120 parejas asistentes al
Fin de Semana Inolvidable 2019
Los dos nos sometemos a Cristo. Como esposa, una relación personal con Cristo es clave.

Hombres, tres aspectos específicos de ser cabeza (sometidos a Cristo) resultando en una esposa amada y segura.

Efesios 5:21-25.33.

1.   Amor. Agape. El tipo de amor que Dios tiene por nosotros y por eso podemos tomar la decisión de amar a nuestras esposas. Cristo es nuestro modelo de cómo amar (1 Corintios 13). Es el mandato de Dios para nosotros, hombres. Es un mandato imposible de cumplir en la carne, solo es posible cuando me mantengo muy unido al Espíritu Santo.
2.   Mujer. Primera instrucción: Efesios 5:33: “Esposa debe respetar al marido”. Significa honrar a tu esposo, profunda admiración y tratarlo de modo amable y cuidadosa. Su esposo no necesita merecer el respeto. El respeto es un mandato. La mujer debe respetar a su esposo (hay límites: nada debe resultar en que la esposa peque y nunca la esposa se someterá a conductas de abuso. Un líder-siervo busca no herirla ni disminuirla).
Los hombres necesitan sentirse competentes. Es como si ustedes, mujeres, le dijeran: “tienes lo que necesitas, yo creo en ti”. Mujeres: dejen de ser tan críticas, controladoras… Denle al esposo un lugar seguro, donde pueda vivir su rol como cabeza. Es irrespeto cuando le cuestionamos constantemente o constantemente le corregimos y actuamos como si fuésemos su madre y no sus esposas (Prov 12:4): una mujer irrespetuosa es como cáncer en los huesos…
El liderazgo es su rol y el nuestro es liberar ese liderazgo, cuando la mujer lo respeta da alas al hombre. Cometerá errores. El Espíritu Santo le irá revelando cómo hacerlo mejor. Preguntémonos, mujeres, ¿dónde le quito el bastón a mi esposo en el área de liderazgo?
3.   Hombres. Somos aprendices toda la vida. Estudiamos toda la vida  nuestras esposas (1 Pedro 3:7). Piensa cuidadosamente antes de hacer o decir cualquier cosa. Esta tarea requiere devoción, energía.
Pregúntale a tu esposa sobre qué piensa ella que tú valoras más en la vida. Aprender siempre y continuamente, sus esperanzas, sus miedos, sus gustos, etc.
Mientras más aprenda de tu esposa (con la mente y el corazón), más efectivo será tu amor hacia ella. No hay una manera única. Hay que aprender. Qué cosas la hacen sentirse amadas, qué cosas hace ella que debes valorar.
A veces pensamos que realmente lo estamos haciendo mejor de lo que realmente lo hacemos. Preguntemos: ¿qué te gustaría que haga más, haga menos… qué te haga sentir amada y segura? ¿Cómo puedo orar por ti”. Hombres, oren por sus esposas.
Estudiantes de por vida de nuestras esposas…. Y no hay graduación posible.
4.   Esposas. Ustedes son ayuda. Gen 2:18. Dios las creó para ser la “ayuda idónea”. Encajan para usar sus dones y talentos que son únicos.
No piensen que “ser ayuda” es ser menos. No es lo que Dios quiso decir. Dios es nuestro “ayudador” porque nos trae poder y fuerza y es lo que la mujer debe hacer: traer poder y fuerza al hombre.
Como mujer, tienes el privilegio de ser la mejor amiga de su esposo. La amistad es esencial para un matrimonio saludable. Debemos continuar divirtiéndonos juntos. Debe traer paz, orden a su casa.
Usted “completa” a su esposo apreciando, disfrutando el deseo sexual de su esposo. Responder e iniciar esa relación íntima es saludable.
Mujer, tú puedes ser la fuente de consejería más grande de tu esposo. Ayúdale a llevar su carga, ora por él. Como su ayudadora, dele palabras de verdad, de amor, de ánimo para que sea todo lo que Dios quiere que él sea.
Su esposo lo necesita, vivimos ese rol en obediencia a Dios.
5.   Esposo. Usted es guía. Usted está llamado a liderarla.
Mat 20:24-28. Estamos llamados a ser líderes-siervos en el hogar. Hablar de manera alta, positiva, de tu esposa. Ser líder es un llamado alto.
Ser cabeza se hace amando como Cristo ama y siendo un líder-siervo.
6.   Esposa. Llamada a afirmar. Cuando afirmamos mostramos respeto. Tenemos que ser la fanática número uno de nuestros esposos (Prov 31:10-12). “Todos los días…”. Su esposo tiene la necesidad de sentirse importante. Quiere saber que su vida importa. Las palabras tienen poder de traer vida a ellos.
Pregúntate, mujer, cuáles son las cosas que él necesita escuchar de ti. Agradézcale por ser proveedor, por ser tu protector, por ser el regalo perfecto de Dios para ti.

(Otro tema muy importante que nos trataron los conferencistas fue el de cómo lidiar con los desencuentros, enojos, separaciones en el matrimonio. Lo dejamos para otra ocasión).