viernes, diciembre 29, 2023

Doce metas del cristiano para el 2024

Pautas para planificar tu próximo año

Hace dos años (2022) compartí estos pensamientos con mi Iglesia Cristiana. No son míos, ya antes los había escuchado de parte del Pastor Rafael Montalvo. Hoy creo que es un día propicio para que revises estas áreas en que puedes trazarte metas en el nuevo año (2024). Compártelo con otros, trabaja con estas pautas… y coméntame cómo te fue.

Déjame decirte que las metas no nacen en el vacío. Están conectadas a un propósito más alto. Por ejemplo, en empresas, grupos deportivos, universidades, etc., las metas departamentales tienen que estar vinculadas a los propósitos de la organización.

¡Para los cristianos mucho más! Nos preguntamos ¿Es esto lo que quiere Dios para mí? ¿Es esto, esta meta, parte de Su plan, de Su proyecto, de Su voluntad para mí? Para los cristianos, las metas no son meramente humanas, de logro personal, sino divinas, son creadas en Dios, de acuerdo a Sus planes y propósitos conmigo. Están vinculadas a propósitos eternos.

De modo que primero debo conocer Sus planes para conmigo. Sintonizarme con el Creador. Ver Sus planes a largo plazo, planes a corto plazo. Y luego establecer Sus metas para mí. Las cosas que Él quiere que yo logre en este nuevo año. Dios tiene un plan contigo, tiene propósitos. Él te ha creado con un propósito. Tú tienes un destino divino. Tu vida no es producto de un accidente.

Dios te amó, te vio, te creó. Aún antes de la fundación del mundo Él pensó en ti. Tú eres un diseño de Dios. No has venido a esta tierra producto del azar. Hay propósitos grandes que Dios tiene contigo. Dios tiene pensamientos de bien para ti. Su voluntad para ti es buena, agradable y perfecta.

Por tanto, no te conformes con establecer simples metas humanas, medibles, alcanzables, realistas. Eres un hombre o una mujer de fe, tus propósitos son más altos que los propósitos terrenales de los que no tienen fe.

Tus metas en Dios sobrepasan los límites humanos, la lógica humana.

Piensa en GRANDE para este nuevo año. Piensa desde la perspectiva de Dios, de lo que Él tiene y quiere para ti. En Dios nuestras metas superan los límites humanos, lógicos. Pero esto no es a lo loco, no es fantasear, declarar, soñar, en el vacío. Sino lo primero es CONOCER los planes y propósitos de Dios para mi vida. Sacar tiempo para escuchar a Dios. Y luego desde la perspectiva divina, establecer metas, planes para este nuevo año.

Te quiero mencionar DOCE ÁREAS que, de seguro, son parte de la voluntad de Dios para tu vida y en las cuales puedes proponerte metas para el 2024.

La manera de implementarlas, alcanzarlas, tiene características diferentes para cada persona, pero digamos que estas son las metas generales de un cristiano para el 2024.

PROPOSICIONES O ÁREAS GENERALES PARA EL AÑO 2024

UNO.

Proponte pasar más tiempo con Dios en este año. Pasa Tiempo con Dios. Orar. Pasar tiempo con Dios cada día. Sacar tiempos para estar a solas. Retiros. Ayunos. Proponte escucharle, conocerle, estar más tiempo a solas con El. QUE ESTA SEA UNA DE NUESTRAS PRINCIPALES METAS.

DOS.

Leer la Biblia. Meditar en ella. Estudiarla. Leerla entera. Que no pase un día sin leer algunos versículos. Sacar enseñanzas, aplicaciones. Varios métodos: Proverbios. Salmos. Evangelios. Cartas. Proponte conocer más de la Biblia. No te quedes como un neófito, como un nuevo para siempre. Decide estudiar temas. Compra libros que te ayuden. Diccionarios, comentarios, etc.

Conoce la mente de Dios a través de la Biblia. Sus planes, propósitos y voluntad para tu vida. Fortaleza, dirección, sabiduría, etc.

TRES.

CongregarseProponte salir de la periferia. Asiste a la célula, asiste a los cultos. Quizás solo vienes los domingos. Comienza a venir los jueves. Quizás no vienes a los Ayunos. Quizás sólo vienes los domingos, pero no asistes a ninguna célula, Etc. Involúcrate. Asiste a las actividades de Redes. Crece en tu participación con el Cuerpo, con la familia de Dios. Tu fe se verá enriquecida, robustecida.

CUATRO.

Proponte invertir tus dones y talentos al servicio de Dios. Al servicio del Reino. Servir. Hay un tiempo en que solo estamos para recibir. Somos como bebes. Pero luego debemos ir creciendo, madurando, pasando a nuevos niveles. Comienza a involucrarte. Cumple con los requisitos del servicio. Bautízate, has la Academia Bíblica de Crecimiento, asiste a una célula, Mantén un buen testimonio, asiste a la Iglesia fielmente. Comienza a servir, a bendecir a otros con tus dones, talentos, habilidades, experiencias. ¡Crece en servicio!

CINCO.

Vivir en santidad. Crece en tu acercamiento a Dios. Proponte crecer en tu relación con Dios. En tu vida pura, santa, de obediencia. Deja que el Espíritu Santo quite las cosas de tu vida que a Él no le agradan. No sigas con los mismos defectos, ataduras, conducta carnal. debilidades del carácter, enojo, orgullo, rencor, pleitos, etc. No te conformes a vivir con los mismos problemas, debilidades, defectos, actitudes. Elementos, cosas del carácter, del temperamento. 

Proponte ser más santo, más puro. Más obediente al Señor. Trabaja en ser la mejor versión de ti mismo que pueda ser posible. A tener más pasión por Dios. Decide cambiar. No te pases un año más siendo de la misma manera. Siendo la misma persona. Pasa a otro nivel en este nuevo año.

SEIS.

Proponte resolver tus conflictos con los demás. No dejes que el sol se acueste estando enojado con otra persona. «Si se enojan, no pequen.» No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo. (Efesios 4:26, 27 NVI). Pide perdón, perdona, toma la iniciativa, no albergues rencor ni amargura en tu corazón. Proponte sanar tus relaciones. Aclarar los malos entendidos, derribar las barreras. Proponte, en cuanto de ti dependa, tener relaciones sanas con todos.

Romanos 12:18 “En cuanto dependa de ustedes, tengan paz con todos los hombres”.

SIETE.

Proponte desarrollar relaciones significativas. Profundizar relaciones. Estamos viviendo una época rodeados de mucha gente, a la vez de profunda soledad. Invierte tu tiempo, tu persona en tener amigos.  ¿Quiénes son tus amigos significativos, cercanos, íntimos? Saca tiempo.

OCHO. 

Invierte tiempo con la familia. Prográmate para compartir con los tuyos. Tanto los cercanos como los lejanos (quizás a través de una llamada, un correo, una visita). Conviértete en un catalizador, el enlace, el motivador, el iniciador. Decídete estrechar lazos con tu familia. Hacer cosas juntos. Planificar salidas, vacaciones. Comenzando con tu pareja si eres casado, luego con tus hijos, etc. Si eres el hijo, toma la iniciativa y motiva al compartir de la familia. Promueve salidas entre tus hermanos. O con tíos o tías. Saca tiempo para compartir con tu familia.

¡Eso le agrada a Dios!

1 Tim. 5:8: “Pero si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo”

NUEVE.

Se generoso en este nuevo añoAbre tu corazón a los demás. No vivas solo para ti. Ábrete a las necesidades de los demás. Aprende a diezmar fielmente, si todavía no lo haces. Aprende a ofrendar. Abre la mano, abre el corazón. Así mismo Dios abrirá Su Mano para ti.

Quizás tienes mucho tiempo en la Iglesia y todavía no has establecido el compromiso de diezmar. De ofrendar. Estas deteniendo bendiciones sobre tu vida y la de los tuyos. Proponte ser un diezmador fiel en este nuevo año.

DIEZ.

Evangelizar. Comparte tu fe. Comparte tu testimonio. Se intencional. Haz una lista y pon desde el principio en tus oraciones y en tu accionar esas personas a las que quieres alcanzar con el Evangelio. Familias, amigos, compañeros de estudios, de trabajo, vecinos. ¡¡HAY UN FUTURO GLORIOSO QUE NOS ESPERA A LOS HIJOS DE DIOS!! ¿Quieres que tus seres queridos disfruten de la eternidad con Dios? 

Estemos abiertos a compartir el Evangelio con extraños. ¡Dejemos de vivir sólo para nosotros! ¡Pensemos en tantas personas que necesitan escuchar el mensaje que tú y yo tenemos!

ONCE.

Convertirnos en padres/madres espirituales de otrosSomos una sociedad de huérfanos. “Hagan discípulos…” nos ordenó Jesús. Busca a alguien o algunos en quienes invertirte. A quienes ayudes a crecer (integralmente). Ayuda a otros a pasar a nuevos niveles. ¡Basta ya de solo recibir! Disponte a dar, a invertirte en otros. Toma la responsabilidad seria de desarrollar a otros…en su carácter, dones, habilidades, darle apoyo, orar, etc.

¿Quién o quiénes son tus hijos espirituales? ¿Para quiénes eres padre o madre, además de hermano o hermana?

Pasar tiempo, escuchar, exhortar, observar, aconsejar, confrontar, animar, amarlos, etc. Mira a tu alrededor y decide invertirte en alguien, ayudar a crecer a alguien. Conviértete en padre, en madre de otros en este nuevo año.

Este es tu año para dar, invertirte en otros, y no sólo para recibir. Dios quiere usarte como canal de bendición para otros. ¿Cómo hacerlo? Orar por otros. Escúchalos, saca tiempo, exhórtales, etc.

DOCE.

Metas de Salud. Proponte tener mejor salud en este nuevo año. Puedes tener más energía, más vitalidad, más entusiasmo. Ejercicios, comida sana, dormir más, ¡Practicar algún pasatiempo o algún deporte ... ¡DESCANSAR!  No estoy hablando de un culto al cuerpo. 

¡DIVIÉRTETE! Planifica tu diversión. Planifica tu descanso. Tus vacaciones. ¡No trabajes tanto! 3 Juan 1:2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.

O como suelo decir a veces: Dios inventó el ocio y el diablo el negocio, no estés tan ocupado en los negocios que olvides trabajar por tu propia salud física.

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Hay metas específicas que sé que Dios tiene para ti. Lugares a donde Él te quiere llevar. Objetivos que Él quiere que tú alcances en este nuevo año. Dios tiene un plan contigo. ¡Un propósito GRANDE! ¡Busca ese propósito! ¡Busca Su voluntad! ¡Busca el cuadro mayor, la perspectiva superior, de arriba! ¡Saca tiempo para conectarte con Dios y escuchar Sus instrucciones para este nuevo año!

Mientras tanto, has tuyas estas Proposiciones y Metas, que ¡SON DE DIOS PARA TU VIDA!

 

RESUMEN:

  1. Pasar tiempo a solas con Dios. Orar.
  2. Leer, meditar y estudiar la Biblia. Pasar Tiempo con la Palabra de Dios.
  3. Congregarse. Asistir fielmente a la célula y a la Iglesia los domingos, jueves, ayunos y actividades especiales. Pasar tiempo con los Hermanos.
  4. Invertir tus Dones y Talentos en el Reino de Dios. Servir a Dios con los recursos que Él nos ha dado.
  5. Vivir en santidad y obediencia, creciendo, siendo transformados y agradando a Dios. Ser librados de las cargas del pecado en nuestras vidas. Vivir para El.
  6. Tener buenas relaciones con los demás. Resolver nuestros conflictos relacionales. Vivir un estilo de vida de perdonar y pedir perdón. No guardar rencor en el corazón. Rom. 12:18. Ejercicio de los 360º.
  7. Desarrollar relaciones significativas. Tener amigos cercanos.
  8. Invertir tiempo en la familia. Pasar tiempo con la familia.
  9. Ser generosos. Ser fieles con los diezmos y ofrendas.
  10. Compartir las Buenas Nuevas de salvación con los demás. Evangelizar. Compartir nuestra fe, nuestro testimonio.
  11. Ser padres/madres para otros. Invertirnos en el crecimiento de los demás. Discipular. Acompañar y ayudar a otros a pasar a nuevos niveles.
  12. Cuidar la salud. Alimentos, ejercicios, pasatiempos, descanso, diversión, chequeos, etc.

 Finalmente….

Busca el modo de concretizar, programa. Una meta sin programación no es más que una buena intención.

GRATA VIDA

Dios les bendiga.

 

miércoles, diciembre 27, 2023

La adolescencia / Una crisis de adultos

La adolescencia, una crisis de adultos
A Carlos, Luis y Juan, quienes todos los días me desafían e incomodan. 
Esta breve nota la escribí en el 2005. Ellos se encontraban en diverso momento
de la "adolescencia". Y como escuchaba hablar de la crisis de la adolescencia, me pregunté: 
¿Crisis de quién? ¿De ellos, de nosotros, de todos?

La crisis de la adolescencia no es sólo una crisis de los adolescentes. 
Esos adultos -nosotros- que hasta ahora parecíamos tan ecuánimes, parece que comenzamos a tambalearnos. Tenemos nuestras concepciones sobre lo correcto y lo incorrecto y hemos cultivado, a veces con esmero, actitudes y prejuicios ante diversas facetas de la vida; hemos establecido un comportamiento preciso y perdido capacidad de adaptación, unos más, otros menos.
De pronto, vienen estos imberbes llamado Juan, Luis, Carlos, Filgia… o cualquier otro nombre que debieron aceptar porque no era la edad ni de las protestas ni de las propuestas. 
Estos imberbes, repito, no sólo asumen una velocidad que nos parece vertiginosa, no sólo avanzan con rumbos que nos parecen poco claros, sino que además nos quitan la alfombra debajo de nuestros pies.
¿Quién se tambalea más fuerte, ellos o nosotros? ¿Quién suele salir con menos lesiones? 
Desafiados a madurar ellos, desafiados a mostrar nuestra madurez, nosotros, estamos abocados a entendernos.
Hoy (2005), yo que gozo con observar las actitudes humanas, no puedo ser objetivo porque estoy metido en el lío, ya que convivo con tres adolescentes y tengo contacto con sus amigos y amigas. 
Este “viejo pasao” no se doblega y asume que tiene un papel que jugar en sus vidas.
Ahora bien.. ¿Qué hemos de revisar si queremos garantizar una convivencia, una relación actual y futura sana?.

sábado, diciembre 23, 2023

Carta a quien cuida a una persona con depresión / 1

Querido amigo, querida amiga de Grata Vida:

Todavía hoy en día muchos dudan de que la depresión sea una enfermedad. Y, además, creciente. Sus raíces son múltiples y no es mi interés tratar con sus raíces y con sus tratamientos. Sin embargo, en mi labor como Consejero me he encontrado con varios casos (diagnosticados y no diagnosticados) de depresión y/o de depresión crónica. Esta carta quiere ser una primera ayuda sobre QUÉ NO DECIR A UNA PERSONA CON DEPRESIÓN. En este caso, soy más bien un divulgador de algunas ideas que leí en un artículo de Isbelia E. Farías (al final, la referencia), aunque con la libertad de editarlas para escribirte a ti, amigo, amiga, de Grata Vida.

Te animo a que nos cuentes tu experiencia en el trato con personas con depresión -o en tu propia vivencia, si es el caso-, puede ser al final del blog o escribiéndonos a nuestro WhatsApp (809) 519-5584.

Muchas de las frases que utilizamos van con buena intención, pero pueden causar daño o malestar innecesarios, evitables. Debes tener claro que la depresión es una condición grave. No pretendamos que con "poner un poquito de empeño", "animándose un poco" o "dando un paseo", se saldrá de ella.

Si en tu entorno hay una persona con depresión, puedes hacerle compañía y ofrecer tu apoyo, sin añadir más dolor. 

Por otro lado, jamás intentes reemplazar la ayuda profesional, psicológica o psiquiátrica, a cambio de tu apoyo. Son dos ámbitos distintos y ambos son necesarios.

QUÉ NO DECIR A ALGUIEN CON DEPRESIÓN:

Algunas de las frases que no debes decir NUNCA a alguien con depresión:

1. “No pareces tener una depresión”
Hay muchos prejuicios de cómo es una persona con depresión y nos convertimos en "expertos", sin serlos. Normalmente se cree que debe ser una persona sin arreglar, triste, llorando de forma constante o sin sonreír. Pero no siempre es así. De hecho, hay muchas personas con depresión que acuden a sus trabajos o publican fotos alegres en sus redes sociales (o como suelen decir en mi campo: la procesión va por dentro). La depresión tiene muchas caras y no todos exteriorizan el malestar de la misma forma.

2. “No tienes motivos para estar triste”
Además de que, en este caso, invalidas las emociones, debes saber que en las causas de la depresión pueden estar implicados factores genéticos o circunstanciales. Además, nunca minimicemos las emociones o restemos importancia al dolor que siente otra persona. 

3. “No valoras lo que tienes en la vida”
Algunas personas poseen éxito, dinero o belleza, pero viven con un vacío interno. El que les vaya bien económicamente o el prestigio social no eximen de padecer una enfermedad como la depresión. Además, y desde el punto de vista de mi fe, hay vacíos de origen espiritual, esa carencia de una relación auténtica con nuestro Dios. El comentario de que "no valoras lo que tienes en la vida" solo podría llevar a que la persona con depresión se sienta culpable al no lograr superar la enfermedad.

4. “Todos tenemos problemas y vivimos con ellos”
No a todas las personas les afectan los problemas de la misma forma. No todas las personas han recibido la misma educación afectiva o de apego, ni dispone de los mismos factores genéticos. Este intento de "consuelo" revela un corazón poco compasivo ante la situación que padece quien sufre de depresión.

5. “Si pones de tu parte, seguro mejoras”
Con esta frase se transmite el mensaje de que si una persona padece depresión es porque no se esfuerza para sentirse bien. Además de la depresión, contribuye a generar sentimientos de culpabilidad. Asume también que, para superar la depresión, basta buena voluntad, lo cual es generalmente falso.

6. “Eres egoísta al pensar tanto en ti mismo/a”
Acusación contra acusación contribuye a hundir más a la persona.
Es probable que un compañero/a o familiar de alguien con depresión se sienta agotado y pronuncie esta frase. Pero, es preferible enfatizar la necesidad de recibir ayuda terapéutica, sin recurrir a estas sentencias que hacen sentir culpa a la persona con depresión, o les hace sentir que son una molestia para los demás.

7. “Hay enfermedades o problemas que son peores”
Aunque para una persona un problema pueda parecer algo sencillo, para otra puede significar una gran montaña difícil de atravesar. Además, cuando una persona sufre de depresión no logra afrontar las situaciones como lo hacía antes.

Además de estas frases, también hay otras como: “¿estás comiendo bien?”, “¿haces ejercicio?”, con las cuales no se considera que la depresión es una condición mental compleja que en muchos casos amerita tratamiento farmacológico y acompañamiento psicológico. 

Puedo decirte que he visto el corazón de tantos hermanos hundidos en estas garras poderosas. Me ha atravesado el dolor de ver a alguien lanzarse a los brazos de la muerte bajo el peso de una depresión crónica... y hay dolores a los que solo podemos acompañar, con nuestra presencia y nuestra oración.

Confiemos que Dios pueda hacer realidad en las personas que sufren depresión aquel verso que dice: "Has cambiado en danzas mis lamentos; me has quitado el luto y me has vestido de fiesta" (Salmos 30:11).

Grata Vida y hasta el próximo sábado en donde, siguiendo a Isbelia, abordaremos el lado positivo de la moneda o cómo hablar y estar con una persona que sufre depresión.


(Editado por Milton Tejada de: Isbelia E. Farías, en Psicopedia).
Contribuido el 1/9/2022 de:
https://psicopedia.org/19600/7-frases-que-no-debes-decir-a-alguien-con-depresion/?utm_campaign=prueba-feed-20220815&utm_medium=email&utm_source=acumbamail

viernes, diciembre 15, 2023

Desde la fe: No te quedes en el desierto

Una nueva etapa: cruza a la tierra prometida

Rafael Montalvo y Rocío Lora
Estamos llamados a abandonar el desierto y conquistar una tierra "que mana leche y miel". Llamados a alcanzar nuevos niveles. Llamados a entrar en la Ola de Dios en nuestra Iglesia (y diría, aunque más difícil: en nuestra sociedad). 
Llamados a salir de la mediocridad en todas las facetas de nuestras vidas. 
Les comparto estas palabras -no mías, sino fruto de una de las prédicas de nuestro pastor Rafael Montalvo-, pronunciadas hace un tiempo en Iglesia Cristiana (notas, por lo tanto, cualquier error en dichas notas es mío). Es un llamado fuerte: cruza el Jordán, conquista lo que Dios tiene para ti, no te quedes en el desierto.

Dios siempre quiere contar con nosotros en la historia. No hay historia sin nosotros.

Hoy te voy a hablar de Josué y el tiempo en que se disponían a conquistar la tierra prometida, el futuro, a entrar a nuevos niveles.

La pregunta que hoy comparto con ustedes es qué necesitamos para un nuevo futuro, qué necesitamos para alcanzar nuevos niveles, qué necesitamos para impulsar cambios en nuestro corazón, en nuestro hogar, en nuestra familia, qué necesitamos para montarnos en la ola del Espíritu Santo en nuestra Iglesia y en nuestra nación…

El pueblo de Israel estuvo cautivo en Egipto alrededor de 400 años. Dios lo sacó de la esclavitud, allí con brazo fuerte, con mano extendida, los llevó a la tierra de Canaán, la tierra que fluía leche y miel, la tierra en la que Dios les había prometido… un futuro mejor.

Para liberarlos, Dios hizo milagros, cosas extraordinarias, atravesaron el Mar Rojo, llegaron al Monte Sinaí en donde Moisés recibió las tablas de la Ley, y luego se encaminaron hacia la tierra prometida, hacia Canaán, llegando a un lugar llamado Cades-barnea.

Moisés, por mandato de Dios, envió doce espías (Números 13:17-30), doce hombres para que exploraran la tierra, lo cual hicieron durante cuarenta días.  

Diez de ellos trajeron un reporte negativo, un reporte de incredulidad, un reporte que contaminó a todo el pueblo a tal punto que el pueblo murmuró, gritó y lloró contra Moisés y Aarón, más bien contra Dios, diciendo: “¡Cómo quisiéramos haber muerto en Egipto! ¡Más nos valdría morir en este desierto! ¿Para qué nos ha traído el Señor a esta tierra? ¿Para morir atravesados por la espada, y que nuestras esposas y nuestros niños se conviertan en botín de guerra?” (Números 14:2-3).

Incluso, pensaron en volver a la esclavitud: “¿No sería mejor que volviéramos a Egipto”, y armaron una rebelión exclamando: “¡Escojamos un cabecilla que nos lleve a Egipto!” (Número 14:4), y mostrando un corazón rebelde, soberbio, desobediente, negativo, incrédulo.

Sólo dos fueron hombres de fe, Josué y Caleb. Dijeron: “La tierra que recorrimos y exploramos es increíblemente buena. Si el Señor se agrada de nosotros, nos hará entrar en ella. ¡Nos va a dar una tierra donde abundan la leche y la miel! (Números 14:7-8), y pidieron al pueblo que no se rebelaran contra Jehová porque el Señor estaba de parte del pueblo… pero ¡qué va! ¡Era un pueblo duro, desobediente, rebelde, sin confianza real en Dios!

¡Cuántas veces nos dejamos ganar por el miedo, cuántas veces somos rebeldes al mover de Dios en nuestras vidas, cuántas veces queremos volver a nuestra esclavitud y todo porque NO CONFIAMOS PLENAMENTE EN DIOS!


No reconocieron su oportunidad

El pueblo tuvo la oportunidad de entrar a la tierra prometida, estaban ya ahí, en el punto, casi-casi, y perdieron su oportunidad. ¡Qué terrible! Todo el mundo es capaz de reconocer una oportunidad cuando ya ha pasado. “¡Ah, esto sí que era algo bueno!”, “¡Oye … por aquí era que teníamos que transitar, era lo mejor camino!”. “¡Cierto, era el mover de Dios en la Congregación y no lo aprovechamos!”. Sin embargo, pocos reconocen una oportunidad cuando está frente a sus ojos. Israel, en ese momento, no pudo ver la oportunidad.

Este pueblo no reconoció el momento de Dios. ¡Qué terrible es esto, que uno viva la vida sin entender lo que está pasando, sin discernir sus momentos! ¡Sin darnos cuenta cuándo es el momento de Dios!

¡Hermanos, abramos bien los ojos, dispongamos nuestro corazón!


Dios los devolvió al desierto.

Complació su miedo. Dios dijo: “Así que diles de parte mía: Juro por mí mismo, que haré que se les cumplan sus deseos. Los cadáveres de todos ustedes quedarán tirados en este desierto…” (Números 14:28). ¡Wao! ¡Qué terrible! ¡Dejarnos dominar por el miedo, por la incredulidad, es quedar tirados como cadáveres, aunque estemos vivos!

Toda una generación perdió una oportunidad (con excepción de Caleb y Josué). Toda una generación murió en el desierto. Los niños, ya hechos hombres y mujeres, fueron preparados para entrar a la tierra prometida.

Josué 1:1-2, cuarenta años después de salir de Egipto, nos describe un momento de transición:

“Aconteció después de la muerte de Moisés, siervo de Jehová, que Jehová hablo a Josué, hijo de Num, servidor de Moisés, diciendo: “Mi siervo Moisés ha muerto, ahora pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel, yo os he entregado, como le dije a Moisés, todo lugar que pisare la planta de nuestros pies”.


Conquistando un futuro mejor

Hoy, leyendo estos pasajes, y sabiendo que estamos en una ola, quiero preguntarme ¿Qué quiere Dios que hagamos para conquistar un futuro mejor, para montarnos en la ola, para llevar mi vida, mi familia, mi iglesia y mi nación a nuevos niveles, para aprovechar la oportunidad que EL nos está ofreciendo?

El pasaje inicia diciendo “Mi siervo Moisés ha muerto…”, es decir… Hermanos, no nos quedemos en el desierto, no nos quedemos anhelando el pasado. Con Moisés se vivieron momentos de éxitos, también de fracasos, de victorias, de derrotas, de bendiciones, de pecados, muchas experiencias quedaron en el pasado.

Quiero decir a esta iglesia y quiero decir a tu vida que Dios hará cosas mayores que las que ha hecho hasta ahora. ¿Por qué? Porque la senda de los justos es como la luz de la aurora: va en aumento hasta que el día es perfecto (Proverbios 4:18).

Esta nueva etapa en nuestra iglesia y en nuestras vidas está preñada de bendiciones de parte de Dios para nosotros, un futuro de más y mayores bendiciones.

No olviden esta expresión: “Mi siervo Moisés ha muerto…”. 

Claro que sí, que hay muchas cosas positivas en nuestras raíces, en nuestro pasado, pero NO podemos vivir aferrados a lo que fue. NO PODEMOS. 

Hay personas que dicen: “Cuando yo estaba chiquito, mi mamá abusó de mí, un tío me maltrató, una persona me marcó, una persona dijo algo de mí, alguien abusó, y por eso yo soy así.” Viven atados a su pasado. Como ese Israel rebelde, atado a las cebollas, a la esclavitud de Egipto. Hermano… ¡Ya! ¡El pasado, pasó, amado hermano! Da pasos hacia una nueva etapa, hacia cosas nuevas que te esperan, y si quieres conquistar un futuro mejor, no puedes mantenerte encadenado al pasado, tienes que mirar hacia el frente. Tienes que escalar a nuevos niveles.

Y no solo lo negativo del pasado, hay también personas que se quedan encadenadas al pasado con cosas positivas, los éxitos del pasado, las bendiciones del pasado, “¡Ah, Dios hizo en el pasado!... ¡Qué lindo cuando éramos novios!”.   “Y cuando mis hijos eran pequeños, ¡Nosotros salíamos!”

Hermano… ¡Ya! Ya los hijos son grandes, ya las cosas son diferentes. No nos mantengamos atados al pasado -positivo o negativo. Pasado que nunca más volverá.

Hay nuevas etapas, nuevos desafíos, no podemos quedarnos encadenados ni a lo bueno, ni a lo malo. Si tú quieres escalar nuevos niveles y conquistar un futuro mejor, tienes que olvidarte del pasado, Dios le dijo a Josué: “Mi siervo Moisés ha muerto…”. Murió Moisés, tremendo líder, tremendo caudillo ¡pero ya!

Lo que Dios tiene para ti, no sé si puedes verlo, no sé si puedes sentirlo, pero lo que Dios tiene para ti son cosas grandes. Es una promesa y está escrita en la Palabra de Dios.

 

Dios cuenta con nosotros

Es Dios quien dice: “A la tierra que yo les doy a los hijos de Israel…”.

Esto nos habla de visión. Nos habla de nuevos niveles. Esto nos habla de un futuro mejor… ¿Tú anhelas, como Josué, llegar a decir “Yo y mi casa serviremos al Señor? En tu relación con Dios ¿Qué tú anhelas? En tu vida personal ¿Qué tú quieres? En tu ministerio, en tu trabajo, en tu familia, en tu negocio, en tu matrimonio ¿Qué esperas?

Porque si no soñamos nada, hermanos, nada vamos a alcanzar.

Ya el desierto es pasado. Incluso lo bueno que tenías hasta hoy, es pasado. Ahora estamos llamados a enfocarnos en una tierra nueva, en un nivel nuevo de nuestro ser cristiano, en un futuro más cercano y obedientes a Dios ¿Qué tú esperas de parte de Dios? ¿Qué sueñas? ¿Qué anhelas?

Dios dice: “la tierra que yo les voy a dar…” una tierra que Dios tenía preparada para ellos. El Señor te dice: “Ahora pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel…” (Josué 1:2).

Es interesante que Dios quiera hacer las cosas, siempre, en coordinación con nosotros. Dios no hace las cosas El solo, ni deja que las hagamos nosotros solos. Tiene una tierra para el pueblo de Israel, dice “Hay una tierra que les tengo, yo les prometí, ahora, levántate y pasa”.

Hay una parte que es responsabilidad nuestra. El Señor dice: “Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pise la plana de vuestros pies(Josué 1:3). Es decir, que en la medida que el pueblo fuera avanzando, caminando, pisando, cada pisada iba a ser territorio de ellos, pero ¡tenían que pisar, no lo iban a tomar manteniéndose a distancia!

Es decir, hay un trabajo que Dios está esperando de parte nuestra, hay un accionar, decisiones que tenemos que tomar, compromiso con el mover del Espíritu en nuestra Congregación. No podemos quedarnos del otro lado del Jordán viendo la tierra prometida. Tenemos que cruzar el Jordán, con la Presencia de Dios delante de nosotros. Pero accionar, comprometernos.

Hermanos, los planes de Dios en tu vida se van a realizar cuando tú camines por donde tienes que caminar, tú vas a recibir las bendiciones de Dios en la medida en que tú hagas las cosas que tú debes hacer, estaremos montados en una ola cuando entremos al mar del Espíritu de Dios y nos dejemos guiar por ese Espíritu, que nos lleva a cosas que hoy desconocemos.

Queridos hermanos, podemos estar seguros de que Dios va delante de nosotros (como iba el arca delante del pueblo de Israel). Dios mismo nos invita a nuevos niveles, a un futuro mejor en nuestras vidas, en nuestras familias, en la Congregación y nos dice que no estamos solos. El Señor nos dice: “A la tierra que yo les doy a los hijos de Israel, Yo les he entregado todo lugar que pise la planta de su pie, nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida, como estuve con Moisés, estaré contigo, no te dejaré ni te desampararé…”.

Todas las cosas que El tiene para ti, todas las cosas que El ha prometido para ti, tú las vas a recibir porque El está contigo donde quiera que tú vayas. El dice: “Yo les doy a los hijos de Israel…” es una obra de Dios, pero es también una obra de nosotros.

Dios está esperando la participación nuestra.

El pueblo, cuando iba a entrar en la tierra prometida, comenzó a caminar. Dios le dijo a Josué que pusiera a los sacerdotes delante, a los líderes delante, y cuando la planta de sus pies tocara la orilla del río Jordán, el río se iba a abrir. 

Lo que nosotros podemos hacer es caminar, avanzar, mojarnos, y el milagro de Dios va a venir, las cosas grandes que Dios va a hacer con nosotros, con nuestra familia, con nuestra congregación, en nuestra nación… ahora pueden parecernos imposibles.

Hay conquistas que son imposibles para nosotros, hermanos.

Vamos hacer nuestra parte, y Dios va a hacer la parte de Él. Es como aquel niño que puso esos 5 panes y 2 peces en las manos de Jesús, y Jesús los tomó y los multiplicó. Dios va a hacer milagros en esta congregación, cosas que no hemos visto, las vamos a ver.

El dice: “Yo les doy a los hijos de Israel…”. Es una promesa de Dios, veremos cosas imposibles para nosotros, realizadas con el poder de Dios, y esto nos habla de su presencia, como le dijo Moisés: Señor, no iré si tu presencia no va conmigo(Éxodo 33:15).

Dios nos llevará de triunfo en triunfo, y la gloria postrera será mayor que la primera, lo que veremos no lo hemos visto antes, pero necesitamos levantarnos y conquistar, comprometernos.

 


viernes, diciembre 08, 2023

Carta a Juan, sobrino de María, la cuidadora

Mi estimado Juan:

Diana, cuidadora y compañera de mi hijo Carlos Ariel.
En la foto, uno de los múltiples momentos en 
que se vio precisada a desempeñar ese papel, 
con amor y con eficiencia. ¡Gracias, nuerita!
La verdad es que admiro a tu tía María. Es su trabajo ser cuidadora de una anciana que tiene varios padecimientos, además de ser cascarrabias. La señora tiene un hijo, pero este vive fuera, y su contribución es llamar de vez en cuando a su madre y enviar dinero (no tanto, el suficiente para sus necesidades básicas). 
María está contratada como "empleada doméstica", pero en realidad es eso y más: es la cuidadora de Francisca, con 90 años, ciega y casi sorda. Lo hace con entrega, con pasión, con responsabilidad.
En María hay necesidad de su trabajo, pero también hay lealtad a Francisca a quien ha servido por más de 20 años. Tú, que vives en esta etapa de ser estudiante en casa de tu tía María, me preguntas: ¿QUÉ PUEDES HACER PARA CONTRIBUIR A QUE TU TÍA NO CARGUE TAN PESADO? 
O la pregunta que muchos se han hecho: ¿Cómo puedes contribuir a cuidar a la cuidadora? Aquí te doy algunos consejitos tomados de allí y de allá y te comparto algo de mi experiencia al cuidar a Ysabel, mi esposita:

Ofrece de tu tiempo para contribuir con el bienestar de María, la cuidadora. El tiempo puede ser para escucharle, puede ser para hacerte cargo un rato de Francisca para que su cuidadora pueda dedicarse a sí misma, hacer diligencias, descansar, es decir: autocuidarse. Es lo que hicieron los padres de Ysabel, mi esposa, cuando, hace casi tres años, al ser operada de un tumor en el cerebro tuvo una prolongada convalecencia de unos seis meses. Cuidaban de ella mientras yo trabajaba o hacía diligencias.

Interésate por María. Quizás este consejo es más para los familiares de Francisca que para ti. La tendencia de los familiares y amigos es a estar pendientes de la persona enferma y olvidamos al cuidador o a los cuidadores. Cuando llamen por teléfono, pregunten a María por su salud, su alimentación. Pregúntenle detalles que la haga sentir que está siendo tomada en cuenta y que están pendiente también de ella.

Dedica recursos a apoyarle o suplir alguna necesidad. En la operación de mi esposita Ysabel agradecí inmensamente el que hermanos en la fe, muy queridos, nos apoyaran con recursos monetarios (incluso amigos ubicados en el extranjero). Nos fueron muy útiles. Ella dejó de trabajar y nuestras finanzas se vieron mermadas. Fue su forma de apoyarnos y suplir algunas de nuestras necesidades. Como cuidador, me sentí bien y me sentí amado, querido.

Otra forma en que nos apoyaron, no monetaria, fue con alimentos (a veces me preguntaban qué necesitan y nos lo hacían llegar), detalles que sabían que agradarían a mi esposa (como, por ejemplo, flores, frutas, dulces). Cuando andes por ahí y puedas pararte en un súper, compra ese algo que María necesita en la casa o algo que, aunque parezca un antojo, ella agradecerá (en mi caso, recuerdo a Claribel, una amiga que nos llevó varias porciones de salmón, algo que yo jamás hubiese comprado, pero que agradecí).

Ora por María. Cuando estás a sola y oras por diversas situaciones, hazlo también por María, tu tía. En ese sentido, recuerdo el mensaje permanente de un grupo de hermanas de nuestra Iglesia: Milton, no solo oramos por tu esposa, oramos también por ti para que el Señor te sostenga. Y así ha sido, el Señor me sostuvo y me sostiene.

Muestra gratitud a María. No importa que esa enferma no sea de tu familia o tu amigo o conocido. Mostrar gratitud hacia el cuidador es una forma de valorizar su compromiso (incluso aunque sea por paga). 

Mensajes de ánimo, positivos para María. Son muy importantes. Durante la convalecencia de Ysabel, mi esposa, los recibí con frecuencia, y eso fue muy importante para mí, el saber que no estaba solo. Especialmente si ves a tu tía desanimada, una palabra de ánimo es un apoyo excelente en esas circunstancias.

Finalmente, si eres amigo, hermano, primo, familia, compañero de trabajo, de un cuidador o cuidadora, estas son cosas que puedes hacer para contribuir a "cuidar al cuidador", maneras de dar pequeños trozos de nuestra vida a favor de la vida de esa persona. Un granito de arena para que no se agoten en el proceso. Cuidar al cuidador es una forma de mostrar amor.

No dudes en responderme, Juan. Yo sé que Dios recompensará tu preocupación y el empeño en pones en cuidar a María, la cuidadora.

Milton T.
Grata Vida



domingo, diciembre 03, 2023

Carta para una amistad que no quería ser amor

Queridos lectores:
Esta carta la escribí en marzo del 2001. En ese momento, había fortalecido mi amistad con Ysabel -hoy, mi esposita- y le había pedido que pasáramos a una relación de noviazgo. Ella me contestó tajantemente: solo puedo seguir ofreciéndote mi amistad. Aquí mi corazón... 

(Marzo, 2001).

Apreciada Ysabel:


Hay un tiempo para cada cosa. Sabiduría de Dios que los hombres no siempre entendemos. El ritmo de las campanas divinas suele diferir mucho del ritmo de nuestras propias campanas, sobre todo si quien tañe es la campanilla de nuestro corazón.
Muchos no nos arriesgamos porque –como expresaba alguien en la película protagonizada por Sean Connery- nos da miedo de triunfar y otros por miedo al fracaso. A tu entender, uno “se da cuenta del tiempo de las cosas”. Dios, de algún modo, nos hace ver si es llegado el tiempo.
A veces me pregunto por mis miedos. Los tengo, pero no son fantasmas. Viven y los reconozco. Tengo, por ejemplo, miedo de no ser un padre que muestre a mis hijos el camino de la ternura, de la justicia, del amor, de la entereza. Miedo, por ejemplo, de ser un amigo a medias, mediocre. Miedo de aceptar la gracia de Dios como si fuera una camisa que puede ponerse y quitarse. Sin embargo, la fuente del valor para vivir la cotidianidad, la alegría, la paciencia, es el propio Jesús. Te decía una vez que creo que, sin proponértelo, me ayudaste a recordar de dónde surge la savia del árbol de mi vida.
Lucas tiene razón: se trata de optar.
Jesús tiene razón: la mejor opción es el amor y la vida.
Yo tengo razón: en el inicio de un camino suele presentarse (a veces, no siempre), un período de tiempo en donde podemos sentirnos confundidos, pero al final, contando con la fortaleza de Dios, nos aclaramos.
A ti, Ysabel, no puedo pedirte más que aquello que me has dado desde tu corazón: tu amistad. Quiero un poquito más, pero parece que “no es tiempo”. Es por eso que me siento en esa etapa gris, donde sé que es posible la amistad y puedo optar por ella –porque, gracias a Dios, me la ofreces y, gracias a Dios, puedo ofrecerte la mía, aunque sea muy pobre-, y donde aspiro a tu amor. Me pregunto: ¿puedo ser simplemente tu amigo? Mientras más te valoro como amiga, más se fortalece y se desarrolla esta semillita que nació no se sabe cómo y que no puede encontrar cuál de tus puertas está abierta a mi reclamo.
Mi querida Ysabel, incertidumbre es el motivo por el cual puede verme a veces aparentemente abatido. Como afirmas en tu última nota: no puedes hacer otra cosa que lo que dicta tu corazón. La paz se la estoy pidiendo al Señor. Mientras tanto, como también puede que me falte algo de prudencia y si te veo, de un modo u otro, insista en el mismo tema (mientras no sepa si las puertas están cerradas o abiertas), quiero pedirte mis excusas, pedirte perdón de antemano. Si en un momento te canso, dímelo, y si todas las puertas también están cerradas, dímelo.

MT

sábado, diciembre 02, 2023

Pautas para elegir pareja

ALGUNOS CONSEJOS PARA ELEGIR PAREJA

Milton Tejada C.
Whatsapp (809) 519-5584

El amor cuando llega es muy ciego y cuando se va es muy lúcido


¿Cuál de estas situaciones es la tuya?
  • Es probable que tengas pareja (o que no desees tener pareja) y entonces estos consejos pueden servirte para aconsejar (redundancia, pero a veces no sabemos qué decir a nuestros hijos o a una persona que está en proceso de elegir pareja). 
  • Es probable que no hayas dado ese paso en tu vida. Estos consejos te servirán de pauta. 
  • Es probable que lo hayas hecho y hayas fracasado (conclusión de un noviazgo, divorciado o divorciada). Estos consejos te permitirán revisar si has fallado en algo y tomarlo en cuenta para una próxima ocasión.
Válidos para todos nosotros, pero especialmente para los jóvenes.

Y arranco.

1º. Haz de saber que es una decisión fundamental para vivir una vida plena, satisfactoria. O como diría nuestro Señor Jesús: para tener vida y vida en abundancia. Si haces esto mal, caminas hacia dolores, amarguras, tristezas. Una vida con dificultades. Por lo tanto, no lo tomes a la ligera.

2º. La primera fase de una relación de pareja generalmente es física en los hombres y psicológica en la mujer. De ahí que muchos digan que “la debilidad del hombre son sus ojos”, y algunos afirman que “la debilidad de la mujer son sus oídos” (en realidad, es más, porque tiene que ver con el trato, con el comportamiento del hombre, aunque las mujeres también valoran aspectos físicos). Es lo que algunos llaman “etapa del enamoramiento”. Es una etapa pasajera, no es el mejor momento para decisiones definitivas.

3º. Hora de poner la cabeza. Muchos se saltan este paso fundamental. La pregunta clave es: ¿Me conviene enamorarme de esta persona? Es el momento adecuado para reflexionar. Es el momento de la lucidez. Por ejemplo, toma en cuenta:

  • Desencuentros serios: “Es que él es ateo y yo cristiana, pero él está a punto de convertirse”. “Es que él quiere vivir en Estados Unidos y yo aquí”. No te engañes pensando que el amor "todo lo puede" y que él/ella cambiará en ese aspecto.
  • Conocimiento: cómo es, sus gustos, su familia, sus límites, su concepto del dinero o bienes materiales.
  • Cómo es el trato que tiene con las personas de mi mismo sexo. A veces lo que nos parece positivo al conocer una persona, puede tornarse en algo que no deseamos cuando tengamos una relación conyugal. Por ejemplo: si a ti te parece que ese hombre es muy sociable, muy amable y cortés con todas las mujeres, considerado, y hasta “muy cariñoso” ¿te parecerá igual cuando tú seas su esposa y lo veas con esas mismas actitudes con sus compañeras de trabajo y amigas?
Es decir: me enamoro, puede que sí, pero además debe convenirme.

4to. Escucha a otros u otras que puedan servirte de consejeros y, de modo especial, al Gran Consejero, nuestro Dios. Consulta, dialoga, comparte la marcha de tu relación de conocimiento con personas que puedan añadir valor agregado a tus reflexiones. No se trata de cómplices, sino de consejeros o consejeras, o líderes probados en la fe que puedan indicarte las pautas que Dios tiene para la relación del hombre y la mujer. Además, y lo más importante como creyentes, pon el tema en manos de Dios, no buscando confirmación de lo que son tus deseos, sino buscando cuál es la voluntad de Dios para ti en esa relación.

5º. Si luego de poner la cabeza, la lucidez, y escuchar a otros, decides seguir adelante porque piensas que, ciertamente, esta es la persona que Dios tiene para tu vida, entonces te doy un último consejo: prudencia. 

Y entonces a profundizar en todos los temas que serán vitales para una vida de pareja plena, con el pleno convencimiento de una clave imprescindible: la presencia de Dios en medio de la relación. 

La Palabra de Dios dice: “Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!” (Eclesiastés 4:12, NVI).

Escríbenos y déjanos tus comentarios o preguntas que trataremos de responder desde nuestro ser consejeros cristianos.

GRATA VIDA PARA TODOS.