miércoles, diciembre 27, 2023

La adolescencia / Una crisis de adultos

La adolescencia, una crisis de adultos
A Carlos, Luis y Juan, quienes todos los días me desafían e incomodan. 
Esta breve nota la escribí en el 2005. Ellos se encontraban en diverso momento
de la "adolescencia". Y como escuchaba hablar de la crisis de la adolescencia, me pregunté: 
¿Crisis de quién? ¿De ellos, de nosotros, de todos?

La crisis de la adolescencia no es sólo una crisis de los adolescentes. 
Esos adultos -nosotros- que hasta ahora parecíamos tan ecuánimes, parece que comenzamos a tambalearnos. Tenemos nuestras concepciones sobre lo correcto y lo incorrecto y hemos cultivado, a veces con esmero, actitudes y prejuicios ante diversas facetas de la vida; hemos establecido un comportamiento preciso y perdido capacidad de adaptación, unos más, otros menos.
De pronto, vienen estos imberbes llamado Juan, Luis, Carlos, Filgia… o cualquier otro nombre que debieron aceptar porque no era la edad ni de las protestas ni de las propuestas. 
Estos imberbes, repito, no sólo asumen una velocidad que nos parece vertiginosa, no sólo avanzan con rumbos que nos parecen poco claros, sino que además nos quitan la alfombra debajo de nuestros pies.
¿Quién se tambalea más fuerte, ellos o nosotros? ¿Quién suele salir con menos lesiones? 
Desafiados a madurar ellos, desafiados a mostrar nuestra madurez, nosotros, estamos abocados a entendernos.
Hoy (2005), yo que gozo con observar las actitudes humanas, no puedo ser objetivo porque estoy metido en el lío, ya que convivo con tres adolescentes y tengo contacto con sus amigos y amigas. 
Este “viejo pasao” no se doblega y asume que tiene un papel que jugar en sus vidas.
Ahora bien.. ¿Qué hemos de revisar si queremos garantizar una convivencia, una relación actual y futura sana?.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

I like it! Good job. Go on.
»

Anónimo dijo...

Excelente amigo Milton, coincido con usted, seguimos en esta batalla por formar a los jóvenes con principios y valores, aunque algunos nos den un poco de trabajo no podemos dejar de intentarlo. Tengo por suerte dos hijos maravillosos pero creo que tengo la obligación no solo con ellos dos, sino también con todos los que comparten mi día a día, no tiraré la toalla nunca porque quizás mañana lo agradecen. Un gran abrazo amigo. 🤗

Anónimo dijo...

🖕 Tu amiga cubana.