jueves, diciembre 29, 2016

Elegidas, inocencia y amargura

Uno, dos y tres:
Las elegidas: de la inocencia a la amargura

Anoche vi junto a mi hija la película “Las elegidas”, película mexicana estrenada en Abril de este año (2016), dirigida por David Pablos. No soy crítico de cine, más bien soy filósofo y estudio la conducta humana, por eso puedo y debo hablar en primera persona.

UNO. LA LEY DE CINE.
Al ver este tipo de film me convenzo más de que el cine dominicano puede avanzar y de que una de las clave de ese avance descansa en la calidad de las historias que presente, es decir, del guion.
Esto lo expreso porque he oído diversas críticas a la Ley de Cine, incluso algunas de estas críticas actúan como “caballo de Troya”, es decir, desde adentro. Un ejemplo. Hace cuatro años, René Fortunato expresó que los problemas conceptuales de la Ley hacían difícil que “la cinematografía dominicana pueda alcanzar metas dignas de elogios y difícilmente el cine dominicano pueda lograr suficientes niveles de calidad para competir en el mercado internacional, si no se introducen a tiempo los correctivos que superen estas deficiencias y confusiones" (http://www.diariolibre.com/revista/cine/ren-fortunato-hace-duras-crticas-a-la-ley-de-cine-HPDL346881).
Observaciones como estas y de otros, tanto fuera como dentro del mundo del cine, no deben ser rechazadas en cuanto pueden conducir a mejorar la forma en que es aprovechado dicho instrumento jurídico de desarrollo del cine en República Dominicana.
Sin embargo, soy de los que una industria como el cine no madura en cinco años. Soy de los que piensa que los beneficios intangibles ya comienzan a evidenciarse. La masa crítica de profesionales está en ascenso, la calidad está en una especie de altas y bajas (pero en todo país reconocido por buen cine hay cientos de obras mediocres en el transcurso de un año).
Hace años que considero que quedarse en la protesta, en la agria crítica, sin pasar a la propuesta puede ser bueno, pero es insuficiente.

DOS. LA PELÍCULA, ALGUNOS COMENTARIOS.
Dirigida por David Pablos, “Las elegidas” contiene un drama desgarrador y pone en el tapete dos temas dolorosos: la prostitución de menores y la trata de personas. Los efectos en las relaciones –y es lo que me interesa en estos momentos como parte de mi maestría en Psicología- son devastadores. Un comentarista indicó que se deteriora la voluntad, se desvanece la esperanza y se pierde la esperanza, y creo que tiene razón.
En los comentarios leídos se destaca que se trata de actores jóvenes. Incluso para algunos es su primera actuación. La relación entre dos adolescentes Ulises (Óscar Torres) y Sofía (Nancy Talamantes), se ve rota cuando se presenta a Ulises como alguien que trata de ser parte del negocio de su familia: la trata de mujeres. Para Ulises, Sofía es un amor, alguien de quien se enamora, para la familia es un posible beneficio, una víctima del clan dedicado a esta actividad delincuencial, en la cual también participan las mujeres de la familia.

Las escenas de acercamiento de la víctima a la familia no son escenas naturales. Se repiten. Es el mismo cumpleaños del patriarca el que sirve para esa cercanía que gana confianza con la víctima (y digo víctima porque considero que desde que se inicia el proceso una mujer está siendo manipulada, engañada).  
En términos “técnicos”, me parece lenta por momentos. El sonido no lo considero excelente y la fotografía suele tener una baja calidad en algunas escenas (claro, la opinión de un simple espectador como yo).
Las elegidas ganó cuatro Arieles: Mejor Director, Guion original, Fotografía, y Revelación femenina.
Es una denuncia social en una película que algunos han considerado honesta y que otros han catalogado de “festivalera” (es decir, hecha para festivales).

TRES.  DE LA INOCENCIA A LA AMARGURA.
Llama la atención que nunca se ven escenas de sexo entre Sofía (que es llamada Andrea) y sus clientes. Sin embargo, el proceso de destrucción de Sofía se ve en su rostro, en sus expresiones. La amargura gana terreno, la inocencia está en retirada.
En la cinta se rompe con el maniqueísmo de buenos y malos, de ganan los buenos y pierden los malos.

Los personajes son solo seres humanos que viven sus circunstancias. El padre que busca a su hija no es presentado como “un hombre bueno”, sino simplemente como un padre que engancha con el dolor de la madre de Sofía y que ofrece una esperanza como hubiese hecho con su hija perdida en esa red de trata.

Es una película violenta. No de esa violencia explícita que vemos en muchas películas comerciales. Sin embargo, la violencia interpersonal no tiene por objetivo hacernos “disfrutar”  de la violencia por la violencia. Es el desgarre del hermano que golpea al hermano tras su intento de “traición” y no puede parar porque el patriarca así lo ordena. Es la expresión de la ira interior de un Ulises que golpea sin piedad, mediante una correa, a su segunda víctima, Marta. Escena en que el hermano juega el papel que su padre jugó en la primera escena: “No pares”.

Ulises, autor del proceso de “enganche” de Sofía crea vínculo emocional con la joven. No pierde la esperanza del rescate. “Una por una”, es el dictamen del padre. La libertad lograda al final tiene dos características amargas: queda presa en el clan y no hay alegría. Es decir, la esperanza ha fracasado.

David Pablo, en una entrevista publicada por Gatopardo señala que “no quería calcar la realidad tal cual, sino reinterpretarla”. A mi modo de ver, la interpreta. El drama emocional es más intenso que el drama social. Y eso sí es de mi interés.



sábado, diciembre 17, 2016

Transparencia, rendición de cuentas y legitimidad



Transparencia y rendición de cuentas en las OSC en República Dominicana

Milton Tejada C.

Resumen de las palabras que presentamos en el encuentro organizado por la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos el pasado 29 de Noviembre con Organizaciones No Gubernamentales de la Región Norte. Nuestro agradecimiento a los directivos de la ACAP.

Transparencia, rendición de cuentas y respeto a los públicos a los que se deben las OSC es cuestión de ética, es cuestión de conveniencia y es cuestión de supervivencia.

 La contribución de la sociedad civil en el éxito de los procesos económicos, políticos y sociales del país ha sido clave. En República Dominicana, las OSC han estado presentes como organizadoras y movilizadoras en la investigación y evaluación de
Parte del público asistente.
situaciones, en el diálogo político e institucional, en la defensa del medio ambiente y su sostenibilidad, en el servicio en diversas áreas (salud, educación, defensoría de derechos) a las poblaciones más vulnerables, en la defensa de los derechos de minorías, en la lucha por la igualdad de género, en la articulación de la participación ciudadana… es decir, en cada tema o espacio en donde la constitución de ciudadanía se ha revelado como fundamental para el logro de los objetivos del desarrollo sostenible, las OSC están presentes.

Esto es reconocido, por ejemplo, en los informes de avance de la Estrategia Nacional de Desarrollo, 2013 y 2014, que contienen una larga lista de acciones y procesos en los que han participado OSC por sí solas o junto a instituciones gubernamentales.

La participación ciudadana es un detonante de los cambios y transformaciones sociales.  Por lo tanto, la excusa de muchos ciudadanos de que no encuentran una organización social  que “valga la pena” es eso, una excusa para el compromiso.

Durante mi exposición.
Sin embargo, las OSC necesitan hacer un alto y reflexionar sobre sus propias prácticas y sus responsabilidades, sobre los puntos que dificultan su accionar como actores del desarrollo.

Martha Smith, especialista en filantropía y responsabilidad social y consejera de fundaciones como Wal-Mart y BBVA Bancomer, señaló que en cualquier país el desarrollo de una nación depende en gran parte de la fortaleza de su sociedad civil organizada.

La transparencia y la carencia de fondos para realizar su trabajo son hoy los principales retos de las Asociaciones sin Fines de Lucro en República Dominicana.

La transparencia adquiere un valor fundamental porque está vinculada a la credibilidad, a la confianza que merecen por parte de la ciudadanía y de otros actores con los cuales interactúan las ONGs.

En definitiva, la transparencia es también un tema de legitimidad. Es por esta razón que vale la pena preguntarse si desde este sector hay esfuerzos por ellas mismas para mostrar prácticas de transparencia en sus ejecutorias presupuestaria.

Ejercicios de rendición de cuentas

Hay diversos canales en que, de un modo u otro, las OSC rinden cuenta. Varios de ellos están vinculados a lo estatal.

Junto a Sarah Julia Jorge, también exponente en el seminario.


Un ejemplo. Alianza ONG ha publicado tres  informes colectivos  de rendición de cuentas. En el primero y segundo informe (2011 y 2013) participaron un total de 30 organizaciones. Este número se incrementó en el tercer informe (2014) al alcanzar 35 organizaciones y se espera que en el cuarto informe a ser publicado este año (2016) un número mayor de organizaciones rindan cuenta a la sociedad dominicana a través de este canal.

Lo novedoso de esta iniciativa no es que nos digan cuántos fueron sus ingresos y sus gastos, sino que indican cuál ha sido la procedencia de los fondos que manejan, cómo los han invertido y, además, cuáles han sido sus áreas de acción o trabajo.


Cuando estas organizaciones hablan de prestación de servicios y asistencia directa generalmente se refieren a intervenciones en el área de la salud y la educación (un vínculo con políticas sociales fundamentales). Al hablar de cabildeo se trata de abogar por causas como igualdad de género, derecho de minorías y inmigrantes, definición de políticas públicas en el ámbito social, entre otros aspectos relevantes para un desarrollo sostenible.

El mismo informe, al presentar los resultados del quehacer de estas OSC por sectores, evidencia la diversidad en que están involucradas: educación/formación; desarrollo comunitario/local; salud; fortalecimiento de la sociedad civil; derechos humanos/justicia; medio ambiente; generación de ingresos; vivienda/hábitat; participación democrática; ciencia y tecnología; prevención y atención de emergencias; recreación y deportes; discapacidad; cultura y comunicación; trabajo basado en la fe, entre otros.

Otro proceso que se ha llevado a cabo ha sido el Monitoreo de la marcha de la Alianza Global para la Cooperación Eficaz al Desarrollo (AOED), en marzo del presente año, el
Las ONGs están presentes en muy diversos ámbitos.
cual involucró a todos los actores
que forman parte de la misma: Gobierno, actores privados, actores de la cooperación y OSC. Se monitoreado el cumplimiento de los compromisos de Busan para una cooperación al desarrollo eficaz, centrados en consolidar las instituciones de los países en desarrollo, aumentar la transparencia y la previsibilidad de la cooperación al desarrollo, mejorar la igualdad de género y apoyar una mayor participación de la sociedad civil, los parlamentos y el sector privado en los esfuerzos de desarrollo. En cierto sentido, puede decirse que fue un ejercicio de rendición de cuentas del Estado de las relaciones de estos actores en función de los objetivos del Desarrollo Sostenible.

Otro esfuerzo en esta dirección es el proceso en marcha para que las organizaciones signatarias del Pacto Nacional para la Reforma Educativa informen, al igual que las instituciones gubernamentales, sobre las actividades que realizan y que contribuyen a la implementación de los compromisos del Pacto. También existen mecanismos que asumen algunas OSC utilizando el internet y la elaboración de Memorias para presentar resultados a determinados públicos prioritarios.

Un ejemplo significativo es el de las veedurías ciudadanas o veedurías sociales[1] hechas o promovidas desde organizaciones no gubernamentales y que tocan aspectos fundamentales de la Estrategia Nacional de Desarrollo. Por ejemplo, en Mayo del 2013, el Instituto Nacional de la Salud (INSALUD) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) presentaron la "Guía de Actuación para Veedores de Salud Sexual y Reproductiva" y la "Estrategia Nacional de Veeduría a las Normas y Protocolos de Salud Sexual y Reproductiva".

En Febrero de ese mismo año, 2013, Alianza Dominicana Contra la Corrupción, ADOCCO, presenta su proyecto de “Veeduría Universitaria”, que tendría como misión observar, vigilar y monitorear la utilización de los recursos de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD.

Aportes que disminuyen

El aporte del Estado a las OSC ha disminuido sistemáticamente en los últimos años, a pesar de que su acción constituye apoyos significativos a la ejecución de políticas sociales a favor de sectores más vulnerables o del empoderamiento social. Por ejemplo, a las ASFL se le asignó el 0.38% del Presupuesto Nacional en el 2008, pero esto fue reduciéndose hasta quedar en 0.32% en el 2013, el 0.325; en el 2014, el 0.308, y en el 2015 cae a 0.297%.

Otro elemento a tomar en cuenta en este tema de la transparencia es la cada vez mayor concentración de asignación presupuestaria en las ONGs registradas bajo el capítulo “Presidencia de la República Dominicana”. La asignación vía este ministerio pasó de 12.7% en el 2008 a 20.1% en el presente año (2015) en términos de recursos, y en términos de cantidad de organizaciones, el 37.5% de las organizaciones que tienen recursos asignados en el Presupuesto lo tienen por esta vía. Este Ministerio no tiene mecanismo de habilitación y, además, puede ser una vía que se preste al clientelismo político y a la falta de institucionalidad. Aquí hay que rascar y rascar con fuerza, porque pica.

Retos de la transparencia y rendición de cuentas

Tal como indicó el informe del Monitoreo del Indicador 2 de la Alianza Global para la Cooperación Eficaz al Desarrollo (Marzo, 2016) “algunos aspectos del entorno legal que deben mejorarse en la implementación: (1) los incentivos fiscales están
José Bretón, José Santiago Reinoso, Sarah Julia Jorge y Milton Tejada C.

establecidos en el artículo 50 de la Ley 122-05. Un reglamento se supone debe facilitarlos. En la práctica, resoluciones lo dificultan y lo hacen casi imposible, especialmente para las ONG con menor desarrollo institucional de menor tamaño; (2) el proceso de habilitación en los ministerios se ha implementado en apenas tres de unos quince ministerios existentes. No se evidencia compromiso para concretizar estos mecanismos que contribuirían mucho a fortalecer la institucionalidad de las OSC, garantizar la calidad del servicio que ofrecen a terceros y las posibilidades de establecer diálogo entre las OSC y los ministerios correspondientes en torno a políticas de desarrollo; y (3) el acceso a los fondos públicos se espera que se haga a través del Centro de Fomento de las ASFL, cumpliendo con los requisitos establecidos en la Ley. Este aspecto todavía requiere ser mejorado y manejado con mayor transparencia e institucionalidad ante las OSC, en temas clave como los mecanismos de asignación y el seguimiento a la rendición de cuentas. El Estado se ha ido fortaleciendo y es necesario ampliar la participación social de las OSC para incluir las academias y los comunicadores para consolidar la democracia dominicana”.

En República Dominicana rendición de cuentas y transparencia constituyen dos polos unidos por un eje: legitimidad. Este concepto es válido tanto para las Organizaciones de la Sociedad Civil como para las instancias públicas.

Los diversos directivos de ONGs consultados expresan que las OSC cumplen con la obligación de rendir cuentas desde el punto de vista fiscal, a pesar de lo cual la imagen pública de las OSC no es buena como conjunto.

Actores políticos y medios de comunicación implementan prácticas de descalificación de las OSC con argumentos tales como que acceden a financiamiento externo o por la naturaleza de su misión. En el caso político, se indica como negativo el hecho del financiamiento externo para aquellas OSC que trabajan con derechos humanos de minorías o hacer labor de vigilancia contra la corrupción o se constituyen en instancias de observación de procesos económicos y políticos, como pueden ser los electorales. En el caso de los medios de comunicación, el descalificativo más común es el de la falta de transparencia en la asignación y uso de los fondos públicos, el que no rinden cuenta, etc[2].

Esto significa que las OSC en República Dominicana enfrentan muchos retos en la mejora de su propia eficacia del desarrollo y la rendición de cuentas. El entorno se muestra propicio. La articulación de prácticas interasociativas mixtas en torno a los Principios de Estambul es un desafío que se ve favorecido por la existencia de espacios democráticos.



1.    Las OSC están llamadas a cumplir la rendición de cuentas exigida por el Estado. Sin embargo, se requiere esforzarse en establecer estándares que sean significativos no sólo desde el punto de vista financiero, sino también de resultados (relativos a la eficacia de su acción) de modo que la inversión de todo tipo que realizan se vea justificada ante los ojos de sus diversos públicos objetivos.
2.    Las OSC pueden sumarse a las iniciativas en curso, como la de Alianza ONG, promoverlas y difundirlas entre sus públicos directos. Se requiere también que las instancias que organizan estas iniciativas, como Alianza ONG, realicen un mayor esfuerzo para que sus resultados lleguen a la opinión pública y para que aquellos analistas que dan seguimiento al tema también den seguimiento a la evolución del mismo a través de los años.
3.    Un tema clave es el de los estándares comunes. En una civilización de la eficacia las OSC no pueden obviar este tema. Tanto gobiernos como agencias internacionales desearían poder comparar resultados. La lógica de inversión-resultados ha permeado todo quehacer institucional, es necesario trabajar para que esa lógica se aparte de la gestión de las ONGs en República Dominicana.
4.    Sin embargo, en la creación de estos estándares desde las propias ONGs, sería conveniente tomar en cuenta la diferenciación en desarrollo institucional de las ONGs, dada que a algunas no cuentan con los recursos humanos suficientes para ceñirse a algunas normativas sugeridas en otros países.
5.    Está pendiente una discusión amplia sobre qué significa recibir fondos públicos. Para algunos, muchos de los fondos de organismos internacionales son también fondos públicos. Otra arista de este aspecto, es el financiamiento de algunas OSC vía el 5% de la Renta Neta Imponible, lo cual se hace difícil en República Dominicana, pero deben considerarse como fondos públicos para aquellas OSC que están recibiendo fondos por esta vía, ya que se trata de impuestos dejados de ingresar al fisco por una disposición impositiva.


1.    El establecimiento de estándares comunes para la rendición de cuenta, más allá de lo financiero, facilitaría a las ONGs su labor de evaluación y de planteamientos de nuevos proyectos. En ese sentido, el Centro de Fomento de las Asociaciones sin Fines de Lucro podría encabezar, junto al Consejo, el establecimiento de estos estándares. Esto no sustituye las iniciativas desde las propias ONGs, sea como instituciones individuales o como colectivos.
2.    Es necesario que la rendición de cuenta no se agote en una formalidad sin seguimiento ni consecuencias. Desde la Cámara de Cuentas de la República Dominicana se ha reiterado en diversas ocasiones el no cumplimiento de la rendición de cuentas de OSC que reciben fondos públicos, pero no se han reportado las consecuencias de esta carencia.
3.    Se acepta como importante la rendición de cuentas de los fondos públicos recibidos, pero igualmente importante es la transparencia en la asignación de dichos fondos de modo que las OSC y la sociedad como tal sepan en base a cuáles criterios un gobierno asigna determinadas cantidades a determinadas instituciones. En los últimos dos años se ha avanzado al publicar los Términos de Referencia, pero este aspecto debe ser fortalecido, de modo que la legitimidad también se fortalezca y que la desconfianza en la asignación disminuya.


                                                                      


[1] . Veeduría social entendida como un proceso de participación en donde la población demanda y exige responsabilidad en el cumplimiento de los compromisos, competencias y funciones del gobierno y de instituciones privadas que actúan en el espacio público.
[2] . Aunque no es objeto de este informe, los relatos publicados en los medios generalizan lo que pueden ser casos particulares. Esto no significa que las OSC no deban prestarle atención.

viernes, noviembre 18, 2016

Servicio voluntario y envejecimiento


Envejecimiento, generatividad y servicio voluntario

Milton Tejada C.

Nuestra cultura tiende a ver el envejecer en una perspectiva que se centra en pérdidas. Por lo tanto, en el mejor de los casos, se enfoca en prevenir o remediar las pérdidas que comprometen la salud, el bienestar o la autonomía de las personas mayores. Se preocupa por el impacto en lo laboral y en la generación de ingresos y las consecuencias sobre el sistema de protección social. En esta visión, la vejez implica una retirada de los vínculos sociales significativos. Para otros, llegando al extremo de lo negativo: las personas mayores son una carga que, en una sociedad carente de instituciones sólidas de protección social, no se sabe qué hacer con ellas.

Esto rasca un modo que no siempre es efectivo para la satisfacción con la vida de las personas mayores, que no es suficiente para un “envejecer con éxito” al que todos debiéramos aspirar.

Cambiemos la perspectiva. Necesitamos dar un giro a esta visión. En ese sentido, al preparar mi propuesta para trabajo final de maestría (TFM) en Psicología del Desarrollo Humano, me he preguntado qué enfoque positivo es posible en la realidad de República Dominicana. Mi respuesta, por ahora, es: generatividad y servicio voluntario.

Enfoques del buen envejecer
En un artículo de Feliciano Villar[1], de la Universidad de Barcelona, el autor nos explica el uso de diferentes conceptos: envejecimiento activo, envejecimiento competente, envejecimiento con éxito o envejecimiento productivo.

El envejecimiento activo es un concepto utilizado por la ONU que busca una visión positiva de la vejez y motivar políticas sociales que la fomenten. Según la ONU es “el proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad para promover la calidad de vida  medida que se envejece”. Se espera que este cambio de roles promueve la satisfacción y el bienestar en esta etapa de la vida. Sin embargo, este concepto obvia dimensiones psicosociales importantes y, en el fondo, sigue esta población siendo tratada como “objeto”.

Otro concepto es el de envejecimiento con éxito, con dos visiones, una que yo considero estática y la otra que considero dinámica. En la estática se trata de lograr ciertos criterios ideales en las últimas décadas de la vida, mientras que en el dinámico se busca poner en marcha procesos que faciliten la adaptación de la persona a unas condiciones cambiantes –incluyendo las suyas- a la medida que pasan los años. Esto reivindica lo psicosocial y es un avance sobre el criterio anterior.

Como criterio estático, Villar cita a Rowe y Kahn (1998) estableciendo tres criterios: una baja probabilidad de padecer enfermedades discapacitantes, una capacidad funcional alta desde el punto de vista físico y cognitivo y una implicación activa con la vida. Evidentemente, la debilidad de este enfoque es que sería una minoría la que alcanza estos estándares del buen vivir y la que lo sostiene a lo largo de sus últimos años.

En cambio, como criterio dinámico se trata de alcanzar estados deseados, definidos subjetivamente y dependiendo de condiciones concretas del contexto. En este sentido, envejecer con éxito sería equivalente a sacar el máximo partido de los recursos de los que se dispone en cada momento, pero sin especificar niveles o estados universales que alcanzar. Supera la visión anterior, pero se le critica como limitación que no expresa cuál es la dirección de esas adaptaciones evolutivas, es por lo tanto una perspectiva demasiado general, que requiere de otros conceptos que ayuden a dar contenido y dirección al cambio evolutivo. Es decir, adaptarse no basta.

Diversos autores, nos expresa Villar, han considerado que “una de las claves de envejecer bien está en la integración y participación de la persona en entornos sociales, consiguiendo meta ya no estrictamente individuales, sino centradas en la mejora de la comunidad, en la creación de una riqueza que es también colectiva”. Esta dimensión social de buen envejecer se sintetiza en el envejecimiento productivo que pretende reconocer y hacer visibles las aportaciones de los mayores a la sociedad. Un “hacer algo útil”. Es una perspectiva muy amada de muchos porque permite cuantificar, medir, establecer comparaciones. Además, para las políticas sociales le es más fácil examinar los factores y las estructuras que pueden facilitar o no la integración y participación del envejeciente en este tipo de actividades.

Su crítica: una visión excesivamente economicista del buen envejecer. Obvia lo que estas actividades productivas significan para el bienestar de las personas. Es decir, como lo productivo es la prioridad, no siempre se toma en cuenta si eso productivo genera satisfacción con la vida. No hay un enlace claro entre lo social y lo individual.

La generatividad y el servicio voluntario
Concepto utilizado por Erik Erikson. Sin embargo, ha sido enriquecido e incluso puede decirse que redefinido en algunos de sus parámetros principales, como es el de la continuidad del ciclo generativo desde la mediana edad hasta la vejez. Se define como el interés por guiar y asegurar el bienestar de las siguientes generaciones y, en último término, por dejar un legado que nos sobreviva. Asume así elementos del envejecer activo o productivo con elementos del bienestar, de la autorrealización.

La generatividad puede expresarse a partir de actividades como la crianza de los hijos, el cuidado a otras personas (por ejemplo, los nietos), la formación de jóvenes, la transferencia de conocimientos, la producción de bienes y servicios, la mentorizacion o el compromiso social y la participación cívica y política. Significa contribuir al bien común de los entornos en los que las personas participan (familia, empresas, comunidades, etc).

Para estas breves palabras, interesa la generatividad “comunitaria” que implica nutrir y cuidar a otros, establecer vínculos entre el yo y las otras personas. Se presenta así la generatividad como un conjunto de intereses, objetivos y actividades de relevancia para las personas mayores que llenan de contenido y orientación este proceso vital. “El buen envejecer supondría aplicar de manera eficiente las amplias capacidades que se conservan en la vejez para conseguir metas con sentido como las que propone la generatividad”, nos señala Villar.

En este sentido, considero clave valorar el servicio voluntario como un espacio en donde es posible articular el desarrollo social y comunitario con el desarrollo individual, en los envejecientes.

Esta es una propuesta que puede interesar a las Asociaciones sin Fines de Lucro en República Dominicana. Se requiere, en muchos casos, potenciar la generatividad vía el compromiso voluntario con una causa por la vía individual, capacitando a las personas, a partir de procesos educativos, para que puedan desempeñar sus nuevos roles sociales y, en segundo lugar, se requeriría que las ONGs fuesen capaces de modificar algunos de sus contextos de participación para abrirlos a las contribuciones de los mayores y favorecer que puedan implicarse en estas instituciones.

Es un cambio cultural que nos aleja de los estereotipos negativos, e implica también un cambio político –y de políticas sociales- (aunque por el momento me enfocaría más en lo micro-político, es decir, lo que se puede hacer desde dentro de las organizaciones).

Llegado a este punto, leo un “Catálogo de oportunidades de voluntariado en organizaciones de la sociedad civil de República Dominicana”, un primer y tímido esfuerzo de Alianza ONG con el apoyo de la Unión Europea y Gente como Tú. La autora, Maritza Pérez Domínguez, define el servicio voluntario como “el conjunto de actividades de bien común o interés general coordinadas por personas físicas o morales, pública o privadas, como expresión del espíritu altruista y la participación solidaria, realizadas sin recibir beneficios económicos, remuneración ni cualquier otra forma de contraprestación”.

En la información recopilada se presentan “oportunidades de voluntariado” en 60 organizaciones de la sociedad civil dominicana, en áreas tales como servicio a la juventud, educación, salud, cuidado de envejecientes, desarrollo comunitario, medio ambiente y reducción del riesgo de desastres, multidisciplinarias, niñez, cultura de la paz.

Brevemente se hace una descripción del perfil de esas 60 organizaciones y de los proyectos que precisan voluntarios.

El desafío para estos proyectos, con relación al tema que nos ocupa, es cómo favorecer el voluntariado de personas mayores, de modo que sean una contribución al quehacer institucional, un aporte a la sociedad, pero también generen satisfacción individual. Hacer esto significa que estas organizaciones estarán impulsando micro-cambios en las políticas del buen envejecer.



[1] . Villar, Feliciano: Hacerse bien haciendo el bien: la contribución de la generatividad al estudio del buen envejecer, Información Psicológica No. 104, Julio-Diciembre, 2012. Pp. 35-56.