sábado, febrero 03, 2024

Cada sábado / Carta a padres sobreprotectores

 Qué hacer para no ser un padre sobreprotector

Estimados papá, mamá:

Te voy a contar lo que me contaron.

Es probable que seas una madre o un padre sobreprotector, hiperprotector o súper protector  y ni siquiera te des cuenta. Debes saber que sobreproteger es, a mediano y largo plazo, desproteger, hacerlos incapaces de afrontar con sus propios recursos las más diversas circunstancias que se le presentarán cuando ya tú no estés "para resolverles".

Muchos padres confunden la protección natural con una hiperprotección. Es decir: son padres super o sobreprotectores sin darse cuenta. Hoy comparto contigo algunos indicios de si eres o no eres un padre sobreprotector y también algunas cosas que puedes hacer para superarlo, en caso de que entres en esta categoría.

Aquí, para empezar, algunos indicios de que ponen al desnudo a un padre sobreprotector:

1. La primera, si tenía ya un plan trazados para las vidas de tus hijos antes de que nacieran, esta idea de que “el niño será médico, será abogado, será no sé qué…”, ya todo diseñado.

2. La segunda, si les ayuda con los deberes o se los hace por sistema (es decir, regularmente). La escuela ha de ser un espacio del alumno. Si, de repente, tienen a mamá o papá todo el día que si el niño, la niña, que si el pollo, que si no le gusta la ensalada, no le pongas ensalada, que si este profesor no va bien. Es lo que una experta llamó "padres helicóptero" que se pasan mucho tiempo revoloteando sobre la vida de sus hijos y son capaces de correr velozmente ante la menor dificultad que ellos enfrentan.

3. La tercera, es si ha excusado alguna vez a su hijo con la famosa frase: “No, mira, es que tiene una baja tolerancia a la frustración”. Y entonces te empeñas en crear un ambiente en donde "no se frustre" porque "no puede soportarlo" y le hace mal, según tu criterio.

4. La cuarta, sería si habla en plural, hoy en día se ha normalizado el hablar en plural de los hijos. Hoy en día: “hemos ganado”, “hemos perdido”, “hemos aprobado”, “hemos suspendido”, “nos hemos enamorado” … O sea, la unión con el hijo es tal que ya somos una misma persona. Esto provoca que el niño se sienta libre de responsabilidad.

5. Si discrepa a menudo con los maestros o guías de tus hijos en espacio como la escuela, la iglesia, el equipo de deporte, etc.

6. Si sales de viaje con tu esposo o esposa y a pesar de que lo dejaste con personas responsables tiendes a llamar frecuentemente para "saber cómo está" y llenas de instrucciones a la persona que quedó a cargo.

Si contestamos afirmativamente a estas cuestiones, no vamos bien.

¿Qué podemos hacer para revertir esta tendencia y no ser padres sobreprotectores?

Tan importante como determinar si eres un padre sobreprotector, es saber qué puedes hacer para superar esta tendencia. Te aseguro que no te será fácil, pero al final saber que tu hijo será una persona autónoma, independiente, capaz de valerse por sí misma, vale la pena.

1. El primer consejo es relajarnos. La educación es un proceso a largo plazo y cosas que hoy tú estás diciéndole a tu hijo que no te hace ni caso, pues igual de aquí a cinco años te hará caso. Relájate. No esperes que las cosas se cocinen como en el micro-ondas. 

2. Confiar en nosotros, confiar en nuestros hijos, ellos pueden hacer muchas más cosas de las que nosotros nos creemos y también quieren. Pensar que un eje fundamental de la educación es el carácter. Formar un hijo es formar un carácter. Hijas e hijos que no tengan miedo a los desafíos, empáticos, capaces de colaborar, que se desafían a sí mismos. Es decir: carácter.

Las escuelas pueden ayudar, las iglesias pueden ayudar, pero los que están en mejor posición y de quienes es la responsabilidad fundamental de formar un carácter es de los padres.

Algo que leí esta semana decía que buscaba formar en sus hijos buenas personas, porque los conocimientos quizás no duraran para siempre, pero el ser buenas personas sí.

3. Educar a nuestros hijos en la valentía. La sobreprotección no ayuda a los niños a superar sus miedos. Hay que educar la valentía, la empatía, la resiliencia y hay que empezar a dejar que los hijos hagan cosas por ellos mismos. No grandes cosas, sino cosas pequeñitas o pequeñas, de acuerdo a su edad.

4. No convertir a los niños en un altar. Hemos pasado del culto a los ancestros, a los antepasados, al culto a los descendientes. Antes  en las casas había las fotos de los abuelos, los bisabuelos, los tatarabuelos… ahora en muchas casas no hay ni un ancestro. Ahora todo son los niños. Los niños haciendo mil cosas o dibujos de los niños. O sea, realmente, es una veneración al niño. De ahí al "síndrome del emperador" no hay más que un paso.

5. Es necesario seguir poniendo límites. Parece un tema pasado de moda. Muchos niños y niñas no conocen la palabra "NO" en sus hogares. En muchos hogares se confunde autoridad con autoritarismo y se tiene la idea de que la familia es una democracia (incluso, en la que si alguien ha de ceder han de ser los padres). La familia no tiene que ser una dictadura, pero hay una jerarquía. En la parte de arriba estamos los padres porque somos los adultos responsables que hemos decidido traer a esos niños al mundo para educarlos con unas normas. Y las normas son los límites.

Poner límites es enseñarles lo que está bien. Para poner límites no hay que estar enojados, sino convencidos. Al poner límites de modo saludable los estamos ayudando a fortalecer el control de sus impulsar y aprenderán a actuar de acuerdo con su voluntad y pensamiento y no por imposición ajena.

El constituirnos en padres sobreprotectores debilita a los hijos, los vuelve frágiles. Le estás dejando sin recursos. Son niños con una inflada noción de ellos mismos, pero por otro lado son muy inseguros porque sin mamá o papá no se ven capaces de hacer nada. Y eso es una combinación explosiva.

No los sobreprotejas, solo guíalos para que aprendan por sí mismos.

Para nosotros son muy importantes tus comentarios en este blog o escribiéndonos a nuestro whatsapp (809) 519-5584.

Grata Vida para todos.



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante el tema
Muchas veces los padres le hacemos tanto daño a los hijos sin darnos cuenta y cuando salen al mundo están llenos de temores y confunden muchas veces todo lo que le dimos en el hogar

Anónimo dijo...

Conozco algunos casos de madres superprotectoras, que han castrado así las posibilidades de desarrollo de sus hijos.

Anónimo dijo...

Excelente, hace un tiempo he vecino conversando con mi esposo si éramos padres sobre protectores... vimos que si ahora con más claridad veo que lo somos. Gracias por este blog mi hermano Milton.

Anónimo dijo...

Resalto el punto de "hablar en plural". Lo observo en muchos padres y ciertamente es como si se estuvieran "embolsillando" el desarrollo de su hijo.
Mayormente he apostado a dar autonomía y dando al mismo tiempo la seguridad de que sepan que estoy y estaré ahí para sostener. De esta forma puedo confirmar lo valioso que ha sido y la ganancia en tranquilidad que se puede tener luego con el adolescente y el adulto.
Gracias . Un excelente artículo para hoy día.

Anónimo dijo...

Excelente !

Anónimo dijo...

Me encanto el articulo muy atinado, y ahora mismo es lo mas comun en nuestra sociedad