13 PAUTAS AL DISCIPLINAR A NUESTROS HIJOS
Como cada miércoles, quiero ofrecerte algunos consejos sobre un área que te permita mejorar la calidad de tus relaciones.
1. Nunca corrija
invadido por el enojo o la ira. Lo único que harás es desahogarte. Probablemente
si esto te pasa tengas que trabajar un tema de dominio propio o autocontrol
para ser efectivo en la educación de tus hijos.
2. Modela con el
ejemplo. Le llamamos coherencia. El ejemplo clásico: no le pidas a tu hijo que no
mientas, si te ve mentir.
3. Cuida tu lenguaje.
Trata de utilizar frases en positivo, evita el “No hagas” o el “no”.
4. Sé consistente. Lo que quieres moldear con la
disciplina no puede depender de tu estado de ánimo. Por ejemplo, si a un
adolescente le estableciste como norma determinado horario en el uso del
celular, no deberías permitirle más porque estás alegre o menos porque estás
enojado.
5. Mantente firme. Es natural que exploremos
límites, que los hijos prueben lo que está permitido y lo que no. Experimentan,
es natural. Para esto es muy importante trabajar el tema de los límites.
6. Ignora los
comportamientos negativos, como las rabietas o los lloros (especialmente para niños pequeños,
menores de seis años). Verifica que no se haga daño, pero trata de ignorar ese
comportamiento.
7. Asígnale
responsabilidades, de acuerdo a la edad, de modo que sea capaz de sentirse útil y de
entender, poco a poco, lo que es ser persona responsable (por ejemplo, cuidar
la pecera, arreglar la cama, mojar las plantas, cuidar el perro, fregar
eventualmente, etc).
8. También de acuerdo a la edad, dale
la oportunidad de tomar decisiones (por ejemplo: la ropa que se pondrá, el platillo que
elegirá en una salida familiar, el lugar de una salida juntos, etc).
9. Cuando tu hijo
esté enojado, no discuta con él, no entenderá tus razones. Espera que se calme y
será más efectiva la comunicación.
10. Realiza actividades con él
que te permitan modelarle algunos comportamientos y valores.
11. Ayúdale
a analizar las situaciones. Siempre que haya oportunidad, ayúdale a encontrar la relación entre
algo que hizo y lo que vino después; ya sea que se trate de algo positivo o
negativo. A veces entender esa relación aún les es difícil, aunque a nosotros
nos parezca obvio.
12. Encargarte de que entienda la relación entre el esfuerzo y la recompensa. No le des todo lo que desee.
Cuando quiera algo, ayúdale a definir una meta para conseguirlo.
13. Déjalo que se frustre. Frustrarse porque algo no le sale a la primera o por no tener todo lo que desea es parte de la vida y no les somos de ayuda si les evitamos continuamente estos sentimientos. La mejor manera de desarrollar en tu hijo la tolerancia a la frustración es precisamente dejar que la sienta y motivarlo a seguir intentándolo o a esperar por algo que quiere (lo bueno, cuesta).
GRATA VIDA PARA TODOS... y concluyo con lo que concluyo: LO BUENO CUESTA.
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2 comentarios:
Gracias Milton, excelente articulo
Muy bueno Milton, muy interesante
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