Querida hija:
Hoy cumples 18 años. "Mayor de edad".
¡Cuán
orgulloso me siento de ser tu padre! Para mi esta es una de las relaciones más
bellas que Dios me ha permitido. Te he visto crecer, a veces en silencio admiro
tu empeño en aquellas cosas que amas. Tu dedicación, tu amor.
En algunos
aspectos eres mi heredera, en otros, mejor que yo, y cuánto me alegro!
Laura, te
amo porque sí, y te aseguro que siempre tendrás mi amor y mi apoyo (al igual
que el de Ysabel, quien te ama muchísiiimo!).
Quiero
decirte que te esperan nuevos desafíos. Que estás entrando a la vida
joven-adulta y que esto supondrá cambios en muchos aspectos.
Quiero
decirte que siempre será de mucha alegría para mí comer helados contigo, ir al
cine, pasear… o simplemente hablar.
Quiero
decirte que soy un papá muy dichoso.
Te dejo aquí
con un poema que escribí para ustedes en mayo del año pasado y se titula: He sembrado…
A mis hijos
Carlos Ariel, Juan Roberto, Luis Reynaldo y Laura María
Lo que había
de sembrar
ya lo he sembrado.
Ustedes, de
mi estirpe son
pero tan
distintos
transitan su
camino conmigo a sus espaldas…
Llevan mi
coraje
y algunas de
mis angustias.
Llevan la
pasión por saber
y la
entrega.
Y también
llevan
algunas de
mis oscuridades
-esas que
sabemos y hacemos innombrables-.
Toca a
ustedes abrir más luz en estas sombras.
Toca a
ustedes no doblegar los hombros
ante el
horror de un siglo
que no tiene
norte…
(o cuyo
norte me aterroriza al vislumbrarlo,
quizás
porque no tengo
los lentes
adecuados para verlo).
Toca a
ustedes abrir nuevos caminos.
Tirar las
cargas innecesarias.
Correr hacia
sus metas.
Yo,
envejeciendo, les miro
con respeto
y desde lejos
-a veces les
advierto de mi presencia
con un
gruñido o un murmullo-.
Y aunque no
comprendo
muchos de
sus pasos
¡Qué
orgullo, que alegría al verles
decididos,
honestos,
transparentes,
persistentes, valerosos!
Yo,
envejecido, he sido solo una semilla
¡Fructifiquen
y hagan parir la tierra, su país,
con nuevas
rebeliones y caminos
que surgen
de sus sueños!
Yo,
envejeciendo, puedo decir adiós.
Tu pa,
Milton T.
No hay comentarios:
Publicar un comentario