lunes, octubre 17, 2011

Un cafecito con mi Dios / Lucha social y voluntad de Dios

Desde lo personal a lo social

Buenos días, Señor. El sábado nuestra iglesia sumergió en las aguas a 21 hermanos. Siete de ellos de la Red de Hombres. A nuestro entender, te dicen públicamente que se comprometen a crecer en su relación contigo. A obedecerte, pero ya no fundamentados en el miedo o hasta en la ignorancia, sino en el amor.
Y aquí es que Tú me pones dos alas de un mismo equilibrio. Por un lado, el Salmo 51 que me habla de mis infracciones y pecados, como persona. Del otro, el Salmo 10, que me habla de las transgresiones y pecados que inciden enormemente sobre nuestra vida social.
He aquí el retrato del "malo social" que hace el Salmo 10 (RV):
* Persigue con arrogancia al pobre
* Bendice al codicioso
* Se sienta en acecho cerca de las aldeas
* Acecha para arrebar al pobe
* Hace caer en sus garras a muchos desdichados.

En la Nueva Versión Española de Schökel y Mateos lo describe como alguien que: oprime al infeliz, se jacta de su ambición, es codicioso, intrigante, soberbio, engañador, practica el fraude, oprime, mata al inocente, arrastra a otros al mal...

Otro aspecto que me muestras, Padre, es que este "malo social" y Tú no se llevan. El "malo" con relación a tí, te desprecia y maldice (v. 3); no te busca (v.4); considera que no le pedirás cuenta (v. 4); no comprende los juicios de Dios y los desprecia (v.5); cree que no será juzgado.... y un largo etcétera que, en definitiva, indican no sólo que su vida es sin Ti, sino que su vida es contra Ti.

Tú, en cambio, no eres indiferente. Ve el proceder del malo (v. 14); ves las penas que causa; la vejación a que somete a sus hermanos, la opresión y la violencia (NVI) y dispones quebrantar el brazo del inicuo...

Un tercer aspecto es el trato que das al débil, al indefenso, a los humildes, a los huérfanos, a los desvalidos. El Salmo 10, en este sentido, constituye un canto de esperanza social. Schökel y Mateos en su traducción lo describen maravillosamente:

"Señor, tú atiendes a los deseos de los humildes,
les presta oído y los anima,
tú defiendes al huérfano y al desvalido"...

Es decir, Dios es el defensor de los pobres, pero más aún: es quien toma la iniciativa contra el malvado.

El salmista guarda silencio sobre cómo Tú harás justicia al humilde, al abusado. Sin embargo, su promesa es clara: Dios hará justicia, pero cómo... es la respuesta que debemos buscar cada día, con la determinación "...que el hombre hecho de tierra no vuelva a sembrar su terror".

Gracias, Señor, por este cafecito.

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