miércoles, enero 11, 2012

Desde mi fe / Bernabé, un hacedor de paz



Un ejemplo de pacificador
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5:9), nos indica la Palabra de Dios.
Mañana, jueves, en nuestra iglesia (nos reunimos en el Liceo Unión Panamericana, Paseo de los Periodistas, Miraflores, cerca del Listín Diario), compartiré sobre lo que implica esta bendición en medio de un mundo violento. Hoy quiero compartirles, como una especie de adelanto, acerca de un hombre que podemos considerar como un ejemplo de pacificador: Bernabé. Ideas tomadas (editadas y adaptadas) de “Hacedores de paz”.

Bernabé resolvió exitosamente tensiones y conflictos a diferentes niveles (entre una persona y un grupo, entre judíos y gentiles, entre dos iglesias, entre dos individuos…). Dios no nos dice tanto cómo ser pacificadores, sino que su Palabra nos habla del carácter de un pacificador. Al mirar la vida de Bernabé podemos preguntarnos si tenemos algunos elementos de su carácter que debamos imitar. Entre ellos:

1.     Bernabé fue un hombre que consoló.
Hech 4:36: “Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles”. En varios pasajes de los Hechos Bernabé, a veces solo, a veces junto a Pablo, aparece consolando (Ver Hech 14:22: confirmaba el ánimo de los discípulos).

2.     Bernabé fue un hombre que se regocijó
Hech 11:22.23: Bernabé se regocija al ver la obra de Dios en las vidas de las personas, aun en medio de los conflictos entre judíos y gentiles. Y ese regocijarse es recompensado. Nos dice el verso 24: Una gran multitud fue agrada al Señor.

3.     Bernabé fue un hombre lleno del Espíritu Santo.
Estar lleno del Espíritu Santo es un requisito previo de un pacificador. Bernabé lo recibió en Pentecostés. Esta llenura desarrolla en nosotros un carácter pacífico. En Gal 6:1 nos habla de restaurar a otros con espíritu de mansedumbre, y en Rom 8:6 enfatiza: “porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”.

4.     Bernabé fue un hombre de valor
Cuando todos le sacaban el cuerpo a Pablo, a quien temían y de quien dudaban que fuera sincera su conversión, Bernabé tomó el riesgo de reunir a los discípulos con el antiguo terrorista de la fe cristiana (Pablo – Hech 9:26-27). También mostró valor cuando retornó con Pablo a Listra, donde habían sido apedreados (Hech 14:19-23).

5.     Bernabé fue un hombre de perseverancia
No es sólo valor lo que muestra con el caso de Listra, de donde son expulsados y hasta sacuden el polvo de los pies. Retornan, perseveran en completar la tarea. También exhorta a los discípulos a perseverar en la fe (Hech 14:22).

6.     Bernabé fue un hombre que aceptaba a los otros
A diferencia de muchos cristianos judíos, él no rehuyó a los cristianos gentiles, sino que se regocijó de que Dios los incluyera en su pacto. Pablo luego escribiría, en Rom 15:7: “Por tanto, recíbanse los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios”. Un pacificador siempre debe estar dispuesto a aceptar a las personas como ellos son, pero a la vez exhortándoles a caminar hacia la obediencia a Dios.

7.     Bernabé fue un hombre que supo confrontar.
El verdadero pacificador está dispuesto a confrontar tanto a sus enemigos como a sus amigos. Confrontó, junto a Pablo, a los no creyentes con el evangelio, a los judaizantes con la verdad, y a los hermanos cristianos con interpretaciones bíblicas correctas. El que confronta se expone al rechazo, pero es utilizado por Dios como canal de bendición y sabiduría.

8.     Bernabé fue un hombre sujeto.
Fue responsable y sujeto frente a otros (Hech 4:36-37). Era un hombre de posición, ciudadano romano y poseedor de medios, pero lo compartió todo, negándose a si mismo por una causa más alta. Además, fue sujeto frente a otros, frente a los apóstoles que le enviaron. Efesios 5:21 nos indica que debemos sujetarnos unos a otros.

9.     Bernabé fue un hombre humilde.
Cuando junto a Pablo fue aclamado como si fueran dioses después de curar a un hombre cojo (Hech 14:8-9), ellos corrigieron ese error y dirigieron la mirada al sanador verdadero, Jesucristo (Hech 14:14-18). Es la conciencia de que cualquier éxito en esta obra de pacificar no es mío, sino del Señor.

10. Bernabé fue un hombre de fe.
Finalmente, pero no menos importante, fue un hombre de fe. En Hech 11:24 se dice: “…era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe”. Sólo por la fe en las promesas de Dios estamos seguros de que El estará en medio del proceso de pacificación.

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