“No tengan miedo”.
“¡No tengan miedo!” Es el mensaje que se da tanto a
los pastores que son testigos del nacimiento, como a las mujeres que son
testigos de la resurrección.
Los pastores eran hombres simples, sencillos, como
tú y como yo. La Palabra de Dios en Lc 2:9-10 dice que “…la gloria del Señor
los rodeó de resplandor; y se llenaron de temor, pero el ángel les dijo: No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán de alegría para todo el
pueblo”.
En otro
episodio, se trata de mujeres llenas de dolor y de incertidumbre. Estaban
perplejas porque el sepulcro estaba vacío. Se asustaron. Tuvieron miedo. El
ángel les dijo: “No tengan miedo; sé que ustedes buscan a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí,
pues ha resucitado…” (Mat 28:5).
El mensaje es clave: no tengan miedo. La noticia es clara: el que nació en Belén venció, resucitó. No hay que tener
miedo. Cristo venció. Tú puedes vencer.
Simplemente
en el 2012 no tengas miedo.
Hoy
quiero decirte que ese es mi deseo, ese es mi compromiso, ese es mi anhelo
profundo para mí: sueño con ver en el 2012 un Milton sin miedo, una Iglesia sin
miedo, cristianos sin miedo. No hay nada que temer, nada puede hacernos el mundo.
Jesús, cuyo nacimiento hemos recordado y al que hemos aceptado como nuestro
Salvador y Señor, nos ha hecho hijos del Rey.
Quiero
decirte que ser cristiano no es para cobardes. No estamos llamados a pasarnos
el 2012 teniendo miedo de enfrentar esas situaciones personales que sabemos que
debemos superar. Debemos entender que nuestro Dios es un Dios de orden, que lo
que inicia quiere llevarlo a feliz término, que también me está llamando a mí y
a ti a organizar nuestras vidas:
- Ese perdón que hace años debimos dar;
- Ese paso de casarte con la que es tu mujer y a la que amas y ante lo que has buscado excusas para no hacerlo;
- Ese desorden en tus finanzas;
- Esa falta de una relación adecuada con tus padres o con tus hijos;
- Esa amargura fruto del divorcio;
- Esa culpabilidad por un hecho que ya es de tu pasado y que ya Jesús ha perdonado…
Quiero
decirte que ser cristiano no es, tampoco, para gente cómoda, que lo quiera
coger suave y simplemente pasarse el 2012 calentando un banco, sin compromiso
alguno.
¡No
tengas miedo, no seas cómodo, permite que Dios dirija tu vida!
No
tengamos miedo de ser sal y luz. No te conformes con ser un cristiano del
montón, de sólo el culto de los domingos, de rituales. Son importantes, pero no
son suficientes para conquistar la tierra prometida.
Jesús
conoce nuestro corazón. Jesús sabe que su llamado nos puede llenar de miedo,
que a veces preferimos las cosas de este mundo. Jesús es tan consciente de esto
que El mismo, ya no el ángel, dice a las mujeres: “No tengan miedo, vayan y
digan a mis discípulos…”
A veces me pregunto ¿Por qué tenemos miedo? ¿Por qué a
veces buscamos la iglesia como un refugio cómodo en lugar de verla como el
lugar del reto, de compromiso, aunque tengamos que huir de la tranquilidad del
sillón casero que nos adormece?
La
felicidad, la bienaventuranza no es para los cobardes que se refugian en lo
cómodo y huyen del compromiso y que no se disponen a ser las manos y los pies del
Señor en medio de un mundo de dolor.
Los que
se dejan vencer por el miedo, los que no aceptan la seguridad que Jesús nos da
de que estará con nosotros hasta el fin del mundo, no verán la gloria de Dios.
Sólo los valientes arrebatan las bendiciones del Reino de Dios. ¿Surge en ti
algún rasgo de valentía? ¡Déjalo crecer!
Quiero
decirte que al aceptar al Señor El te dio una identidad nueva. Ya no eres el
hombre o la mujer perdida, sino que eres santo, apartado para Dios. Hijo del
Rey, no tienes por qué temer.
En este
2012 te invito a no tener miedo a lo nuevo. Las mujeres y los pastores no
sabían de qué se trataba, pero aceptaron el llamado del Señor a no temer.
Acepta hoy ese llamado: sé valiente, no tengas miedo.
No
busques solamente la religión del posible gozo interior. No busques la religión
que te tranquiliza sin mostrarte tu responsabilidad y compromiso con el Señor
en medio de este mundo. No vengas a esta Iglesia a “sentirte” cómodo y sin
compromiso. A escuchar al pastor o algún predicador o líder dándote palabras
sabias, pero que no transforman la manera en que te comprometes.
Esta
Iglesia no es para cobardes, ni para gente cómoda. El Señor nos ha llamado a
romper con esas actitudes, con esas respuestas.
Son cosas
que debemos dejar atrás, que debemos ordenar y colocar en su lugar, y el Señor,
en este 2012, simplemente te está diciendo: no tengas miedo, yo he vencido al
mundo, tú vencerás.
Si no
temes, si confías plenamente en el Señor, si renuncias a la comodidad y te
comprometes, te aseguro que verás la gloria de Dios.
¡No
tengas miedo!
Que Dios
nos bendiga y nos dé un espíritu de valentía y compromiso es mi deseo.
Para
todos, mi más ferviente ruego: no tengamos miedo, esforcémonos y veremos la
Gloria de Dios en nuestras vidas, en la vida de esta Iglesia, en esta sociedad.
En el
2012, no tengamos miedo, Cristo venció, nosotros venceremos.
Que Dios
les bendiga.
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