TWITTER TEOLOGÍA O TT
Cinco
maneras en las que Twitter me ha ayudado a ser mejor discípulo de Jesús
Soy usuario de Twitter
desde hace un par de años, aunque últimamente he intensificado su uso. Twitter ha crecido tan rápido en los últimos años que
su influencia desborda su propia infraestructura, ya que en muchas ocasiones
aparece un mensaje de error de que la aplicación está saturada. Es
especialmente interesante cómo está ya
presente en prácticamente todos los medios tradicionales como método de
interacción con el público.
Twitter es una revolución en un sentido. De hecho, creo que
algunos ya no podemos imaginar nuestra vida sin él. Su influencia en las
últimas revoluciones civiles es de sobra conocida, y también en los temas que
se comentan o que abren los telediarios. Cada vez me gusta más, de hecho defendería su uso en los cultos o
eventos cristianos (tiene más ventajas de lo que parece, aunque eso lo dejo
para otro artículo).
Pero quiero entrar en un tema más personal: Twitter me hace un mejor discípulo de Jesús, en parte
porque es mi laboratorio para visualizar el futuro del ministerio, y explicaré
por qué:
1.
Seguir y ser seguido:
Twitter sólo reconoce dos categorías: los que te
siguen a ti, que son tus seguidores, y a los que tú sigues. No hay líderes, sino seguidores (aunque
algunos tienen más seguidores porque se convierten en líderes de opinión).
Pero Twitter
me recuerda cada día que aquí el líder es Jesús, y que yo soy un simple
“seguidor”. Aun cuando Jesús me puede llamar a ponerme en primera línea, la base fundamental de lo que hago es
seguirle a él y hacer que otros me sigan, pero con la idea de que le sigan
a él.
Durante los últimos cincuenta años la iglesia ha
convertido en fetiche una palabra que es difícil de encontrar una sola vez en
el Nuevo Testamento ("líder") y ha pasado por alto una palabra que se
encuentra cientos de veces ("seguidor", "discípulo").
Twitter es un recordatorio diario
de que lo importante no es subir o bajar en tu liderazgo, sino pensar en
términos de seguidores –a quién o
qué estoy siguiendo, y qué o quién me está siguiendo–. El nombre
"cristiano" ("Cristos pequeñitos") fue dado a los creyentes
en Antioquía (Hechos 11:26), porque la gente vio en ellos el Cristo que
seguían.
Pablo dijo: "Sígueme, como yo sigo a Cristo". Ésa debería ser
mi meta y ética con mis seguidores de
Twitter . Estoy en constante
reformulación de la realidad en formas que sean más como Jesús, más llenas de
gracia, de perdón, más amorosas, más humorísticas –y ayudar a mis
"seguidores" para seguir mejor a Cristo–. Estoy en la búsqueda
constante de cosas que podrían fomentar, enriquecer, inspirar, construir,
ayudar, emocionar a mis seguidores. Quiero que mis tweets
(mensajes que se publican) hagan sonreír después de leerlos o sacudir el
corazón y exclamar: "¡Qué
tweet tenemos, Jesús!". En
mi batalla por ser trascendente, Twitter me ha ayudado en ser más centrado con los
objetivos en mi vida.
Para el que nos enseñó a ser "en" el mundo,
pero no "de" el mundo, la pregunta no es: "¿Jesús tendría Twitter ?", sino: "¿Qué tweets enviaría Jesús?". La pregunta que
casi todo el mundo responde en Twitter :
"¿Qué estás haciendo?" ha sido sustituida en mi mente con "¿Qué está haciendo Dios?",
"¿Dónde puedo ver a Jesús?", "¿A qué estoy prestando atención, a
quién sigo?"
Cada día tengo una nueva lista de seguidores y un
número ilimitado de potenciales seguidores recordándome a diario que las
personas más importantes en mi vida no las he conocido todavía, y no me refiero
a ellos, sino a las personas cercanas como la familia, los amigos y los
hermanos en la fe.
2.
Comunicación eficaz:
Si no puedes decir las cosas con un lenguaje
cotidiano, es probable que ni siquiera te entiendas a ti mismo. Y si no tienes nada que decir en menos de 140
caracteres, es que no puedes conectar con el mundo de los nativos digitales
(existen otros mundos, no nos desesperemos). La primera tarea de un misionero
es aprender el idioma, y como misionero en esta tierra, “el sexto continente”
lo llamo junto con mis amigos, tengo que aprender a destilar mi pensamiento en
pocas palabras.
A pesar de la mucha información que hay actualmente a
través de libros y recursos, los grandes pensadores y personas influyentes en
la historia han sido capaces de transmitir sus pensamientos en un tweet
de menos de 140 caracteres. De hecho, esas citas han cambiado muchas
veces el mundo y la cultura.
No había nadie mejor haciendo tweets
que Jesús. Jesús era un maestro
en el laconismo y la inmediatez. De hecho, él siempre estaba
twitteando el evangelio en frases
concisas y fáciles de recordar, e incluso expresó la esencia del Evangelio
en el Gran Tweet : "Amaos los unos
a los otros como yo os he amado".
Sospecho que sus seguidores harían bien RT ( retweet,
réplica de la publicación de otro ) de todo lo que dijo. Si Jesús no hubiera hecho tweets
, en una cultura oral su mensaje se hubiera difuminado. Igual tenemos que
aprender un poco más de la Biblia, de Jesús y del evangelio que del marketing,
y especialmente del “marketing evangélico”. ¡Dios nos libre y hagamos por fin
un “ unfollow ”*!
3.
Lo superficial:
Cuando hablamos de que alguien es superficial, desde
luego no es un piropo, y ésta es la
mayor crítica hacia twitter : su
banalidad, su simplicidad. ¿Realmente necesitamos saber cuándo has
terminado de cepillarte los dientes esta mañana? ¿O qué pasta de dientes usas?
¿Necesitamos ver una foto de tu hijo en el hospital con un tenedor metido en su
nariz?
Pero la vida no
se trata sólo de las profundidades. La vida también se nutre de las
superficies. Dedico muchas horas a entrar en las profundidades de la Biblia, de
la vida, de la pedagogía, de la tecnología y de mil cosas más que me apasionan.
Pero a veces, cuando entras en las profundidades del ser humano, cuando gastas
todas tus fuerzas y energías, tu aire y tu físico en profundizar, puede ocurrir
un terremoto en la vida de uno. Creo que le pasa a muchos poetas, escritores y
artistas. Van tan adentro que no son capaces de salir a la superficie a por una
bocanada de aire. Tal vez ésa sea una teoría de la alta incidencia de
comportamiento suicida entre los artistas y poetas.
Necesitamos una teología de la superficie en
equilibrio con nuestra teología de las profundidades. Necesitamos, a veces, tomar un poco de aire divertido y recordar que
Dios también tiene humor, que también Jesús hizo cosas que hoy consideraríamos
superficiales.
Con Twitter cada
día he aprendido a despertar a las cosas que nunca antes había prestado
atención. Me da las aberturas en las que sumergirme en las profundidades recién
descubiertas.
La vida es un montón de pequeñas cosas. Estas pequeñas
cosas se suman, y Twitter me recuerda
que tengo que estar agradecido por ellas y celebrar los pequeños y sencillos
detalles. Me encanta Twitter porque es un lugar en el cual la
gente puede pensar seriamente sobre cosas triviales. Encuentro belleza en
un mundo roto, hasta el punto de que estoy aprendiendo en lo que se llama la
“conversación global” a ver más allá; detrás de cada perfil, algo aparentemente
superficial, está la profundidad de una persona real, de carne y hueso, creación
de Dios y un tweet no la representa. Así
que, he aprendido a apreciar las cosas más triviales. De hecho, sigo a gente
que refrigera mi pensamiento de vez en cuando con cosas divertidas de sus vidas
cotidianas. Ellas no lo saben, tal vez, pero me ayudan a seguir en la brecha.
Una buena cerveza es aquella que combina de forma
sutil la espuma y el líquido. Una buena
vida es un baile entre la profundidad y la superficie. Y todo esto me ha
llevado a predicar con más sencillez, con más cotidianidad, con más profundidad.
4.
El espacio común global o la plaza del
pueblo:
Ésta fue una de las razones que en un principio me
convenció para entrar en la conversación en Twitter.
Si estuviéramos en la Edad Media, toda nuestra vida giraría en torno a la plaza
o a un bien común del pueblo. Es el lugar en el cual durante el transcurso del
día intercambiarías saludos con tus vecinos y gente con la que te cruzas -¿Qué
tal el día? ¿Qué almuerzo has tomado hoy? ¿En qué trabajas?- La tecnología
permite múltiples intercambios personales que tienen lugar hoy, excepto que
ahora ya no se limita a una plaza, la gente es todo el mundo, y Twitter es su espacio común global.
Este espacio común me conecta con los demás y me lleva
de forma irremediable a aquello que está candente, lo que es actual. ¿De qué se está hablando en la aldea
global? ¿Cuál es el chisme reinante? ¿Qué estilos de vida promueven las
personas? ¿Qué tipo de cosas ven, leen o escuchan?
Esa multitud muchas veces camina como ovejas sin pastor, buscando revoluciones
que cambien todo, que le den la vuelta a la tortilla, como una especia de
viento de cambio que impulsar. En
realidad quieren a Dios y la presencia de su Reino, pero sin contar con él.
Me gusta pensar en mí mismo un pastor de parroquia en la villa de Twitter. En
el transcurso de mis aportaciones de un día ("publicaciones"), que
son puestas como un bien común del pueblo, trato de encontrar maneras de
alentar a mis “feligreses” para despertar, para hacer revoluciones en el
corazón, ser positivos, ser la luz que brilla, la curación de las vidas…
En esta plaza se demuestra mi fe. Se demuestra si soy
un reflejo de la luz o sólo de mí mismo. Se ve si sigo a Jesús o sólo busco mi
propio RT. Si de verdad me importan mis
seguidores. Si no tengo problemas en que mi universo social esté rodeado de
personas de diferentes razas, clases, continentes e incluso religiones. Si
realmente cumplo con la misión de ser luz en medio de la oscuridad.
5.
La soledad social:
En el fondo soy bastante ermitaño; creo que soy un
ermitaño en el corazón. Twitter se hace para los ermitaños. Me permite estar ausente sin cerrarme a
nada ni a nadie. Me permite, al
mismo tiempo, estar en la distancia y no dejar nunca la clandestinidad. Es
algo extraño, pero es como una gran balanza en la que tú estás en un extremo y
en otro lado el mundo, todos allí. Es
una extraña conexión entre la soledad y la sociabilidad que permite ser anónimo
en grupos.
Por esta razón muchas veces permite generar
conversaciones profundas, porque se pierde el miedo escénico, el miedo a ser
juzgado, catalogado o criticado. Tiene su lado malo, seguro, pero también me recuerda la necesidad de ser empático
como Jesús, de generar confianza, de permitir que la gente abra su corazón sin
miedo porque no voy a juzgarles, como otros hacen, sino que mis tweets serán como agua que sacia su sed,
como refrescos en medio de un oasis, ofreciendo la posibilidad de salir de la
soledad a una familia en Cristo: la Iglesia.
Estas cinco razones pueden explicar por qué de entre
todas las redes sociales varios estudios apuntan a que los usuarios de Twitter son
los más religiosos. Pero para mí, estas son las cinco formas en las que Twitter
ha sacudido mi vida y me ha hecho un mejor seguidor de Jesús.
NOTAS
1. Este artículo es una adaptación personal del original
escrito por Leonard Sweet. En parte lo tomo como propio porque mi experiencia
es muy parecida. Os recomiendo ver su página web http://www.leonardsweet.com/
2. *"unfollow" es la acción de dejar de seguir
en el universo Twitter.
Tomado de: http://www.protestantedigital.com/ES/Xtremojoven/articulo/14563/Twitter-teologia-o-tt
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