El Banco
Central aprobó la instrumentación de la nueva línea de crédito que deberán
poner en marcha obligatoriamente los bancos privados y públicos para financiar
proyectos de inversión. Concluida la reunión de directorio donde se aprobó la
medida, la presidenta de la entidad, Mercedes Marcó del Pont, recibió a
Página/12: “Hay mucha demanda de préstamos para la inversión que no está
cubierta porque los bancos privados ni los contemplan o ponen condiciones
imposibles de cumplir”, expresó la funcionaria. Marcó del Pont destacó que la
medida “hubiera sido imposible sin la reforma de la Carta Orgánica”. Aseguró
que “las entidades van a ganar plata, pero menos que con su negocio más
rentable, que son los créditos al consumo”. He aquí la entrevista difundida por
Perspectiva Ciudadana:
“Existe
demanda y los bancos ni lo contemplan”
–¿Por qué se
tomó la decisión de obligar a los bancos a prestar para la inversión?
–La inversión productiva es fundamental para el
crecimiento económico. La nueva línea de crédito parte de un diagnóstico
objetivo de todo el equipo económico: hay mucha demanda para créditos de
inversión insatisfecha. No va a haber demanda si los bancos exigen a las
empresas que paguen en un año y con tasas del 20 por ciento. Las condiciones
tienen que ser consistentes con su rentabilidad esperada. Hoy los bancos no
prestan para la inversión, salvo esfuerzos esporádicos y honradas excepciones.
Su plan de negocios no contempla esos créditos. Van a tener que aprender a
prestar.
–¿Esa
demanda existe incluso en un escenario de desaceleración del crecimiento
económico?
–Distintas cámaras industriales nos llamaron diciendo
que éste era el instrumento que estaban esperando. Durante la crisis de
2008-2009 el sistema bancario respondió en forma procíclica: sacó, cortó e
interrumpió financiamiento. En ese momento, la política monetaria estuvo al
margen. Ahora buscamos que el sector bancario tenga un comportamiento
contracíclico. Tenemos que desplegar todos los mecanismos de política económica
para minimizar el impacto de esa crisis internacional sobre la economía local.
–¿El sector
privado no presta porque no es rentable?
–La decisión no sólo es coherente con el nivel de
solvencia y liquidez, sino que se va a verificar que es un excelente negocio.
Van a ganar plata, pero menos que con los créditos al consumo y personales. Los
créditos para inversión tienen muy baja mora y, además, atrás de cada pyme que
se atiende hay un paquete de negocios colaterales. Estamos forzando que presten
una partecita de sus fondos a una tasa más baja que la de los préstamos al
consumo. La medida, desde ningún punto de vista, puede generar quebrantos, ni
un descalce de tasas o plazos.
–¿Cuáles son
las principales características de la nueva línea de financiamiento?
–Los bancos deberán prestar para proyectos de
inversión el equivalente al 5 por ciento de sus depósitos privados. La nueva
línea tendrá una tasa de interés fija del 15 por ciento, establecida en un
máximo que surge del promedio de la tasa Badlar [promedio de los depósitos
mayoristas] del mes de junio más 400 puntos básicos, con un plazo mínimo de
tres años. En total son 14.900 millones de pesos. Las entidades deberán aplicar
la mitad del monto a pymes. Estamos trabajando para sacar nuevos requisitos de
encajes [la magnitud de los depósitos que deben mantener inmovilizados los
bancos] donde vamos a premiar a aquellos bancos que presten a más largo plazo y
a pymes. Además, cuando los créditos se acuerden por un plazo más largo a los
tres años, la tasa adicional no va a estar fija y las partes podrán establecer
las condiciones para el período adicional.
–¿Qué
inversiones se financiarán?
–Contemplamos la adquisición de bienes de capital
y proyectos de mayor magnitud. No puede ser para capital de trabajo ni
prefinanciamiento de exportaciones. Cuando una empresa no pueda acceder al
crédito que desea porque excede sus capacidades, se podrán hacer créditos
sindicados. La línea de financiamiento está habilitada para bienes de capital
de producción nacional o importados.
–¿Qué plazos
les dan a los bancos para cumplir con la asignación de créditos?
–Para el 31 de diciembre las entidades tienen que
tener acordados todos los préstamos. En el caso de inversiones que suponen un
único pago, como la adquisición de una máquina, tienen que estar desembolsados
hacia fin de año. En el caso de proyectos de inversión que implican una mayor
complejidad para evaluarlos e implementarlos, tienen seis meses más para su
desembolso, hasta el 20 de junio de 2013.
–¿Cómo se va
a supervisar? ¿Qué sucederá si los bancos no cumplen con esos plazos?
–Vamos a armar un comité de supervisión. Nosotros
tenemos un régimen sancionatorio en la Ley de Entidades Financieras y vamos a
generar otro régimen específico para esta situación.
–¿Sólo los
bancos privados van a tener que prestar en esas condiciones?
–No, los bancos públicos también. Pero los casos
como el Banco Nación, que ya prestan a la producción, van a poder computar esos
créditos como parte de la nueva línea. En total son 31 bancos. Las 20 entidades
públicas y privadas sistémicas que poseen el 92,4 por ciento del total de los
depósitos, a los que sumamos a los once bancos que son agentes financieros,
porque tienen que cumplir este rol de fomento. En cuatro años y medio el Banco
Nación desembolsó 15.400 millones de pesos para préstamos de inversión. Ahora
pedimos que 31 bancos desembolsen un poco menos en un año.
–Usted
destaca el caso del Banco Nación pero, a dos años del lanzamiento, de los
Créditos del Bicentenario todavía no terminaron de colocarse ocho mil millones
de pesos.
–Los créditos del Bicentenario tienen involucrados
directamente solamente a ocho bancos. Tienen un spread muy bajo y deben ser
proyectos estratégicos específicos que apruebe un comité de evaluación. Además
los bancos deben poner en garantía títulos públicos. Hay entidades que no están
interesadas en participar. Ahora tomamos una decisión homogénea: todos tienen
que participar.
–¿Hubiera
sido posible crear esta línea de crédito sin la reforma de la Carta Orgánica?
–Esto era imposible sin la reforma de la Carta
Orgánica. La posibilidad de orientar parte del crédito a necesidades
estratégicas para el conjunto de la economía llegó para quedarse. Con la
reforma en la mano y sabiendo que teníamos esa atribución, los bancos no
tomaron la iniciativa.
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