“El Gobierno central, en vez de seguir manejándose
como un país rico al que le sobra el dinero y pensar en crear más impuestos
para cubrir sus necesidades actuales, lo primero que debe es redefinir cuáles
son sus verdaderas necesidades y objetivos, luego cuantificarlas y después determinar
las estrategias a seguir para cubrir esas necesidades, partiendo de lo
siguiente: 1) Eliminación de gastos innecesarios y reducción de gastos
necesarios; 2) Estrategias para buscar dinero e incrementar los ingresos que
cubran los gastos necesarios”, señala Barnichta Geara en este artículo
publicado en el Listín Diario.
No más impuestos pero sí corrección
Edgar Barnichta Geara
Especial para LISTÍN DIARIO
La próxima reforma fiscal que requiere el país, además
de basarse en una reducción del gasto público que se refiera a los gastos
exagerados e innecesarios, la corrupción, los subsidios, la deuda pública y las
pensiones, también debe referirse a una reforma tributaria que no aumente los
impuestos ni sus tasas, pero que corrija las graves distorsiones fiscales y
administrativas.
El Gobierno central, en vez de seguir manejándose como
un país rico al que le sobra el dinero y pensar en crear más impuestos para
cubrir sus necesidades actuales, lo primero que debe es redefinir cuáles son
sus verdaderas necesidades y objetivos, luego cuantificarlas y después determinar
las estrategias a seguir para cubrir esas necesidades, partiendo de lo
siguiente: 1) Eliminación de gastos innecesarios y reducción de gastos
necesarios; 2) Estrategias para buscar dinero e incrementar los ingresos que
cubran los gastos necesarios.
Desde el punto de vista recaudatorio, es decir sin
tomar en cuenta lo justo o no de nuestro sistema impositivo, el país cuenta con
suficientes impuestos y altas tasas para lograr buenas recaudaciones, sin
necesidad de crear nuevos tributos ni subir los existentes.
Sin embargo, en la actualidad nuestro sistema de
recaudaciones tributarias adolece de graves distorsiones que impiden una
recaudación eficiente de los impuestos vigentes, como son: 1) Muchas exenciones
que carecen de sentido lógico y fiscal, tanto en el Itbis como en Renta y en
los impuestos patrimoniales; 2) No indexación o actualización de algunas tasas,
como las placas y los peajes; 3) Graves deficiencias legales y administrativas
que permiten la desigualdad tributaria y la evasión, en especial por la falta
de control e información sobre los contribuyentes, el informalismo y la poca
retención en la fuente.
Además, como las amnistías fiscales solo conllevan a
favorecer a los evasores a costa de los que pagan, entendemos que crear nuevos
impuestos o aumentar las tasas de los existentes solo ocasionará que los que
están pagando paguen más y que aquellos que nunca pagan sigan siendo
privilegiados.
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