sábado, mayo 31, 2025

Buen administrador de tu cuerpo

 LLAMADOS A SER BUENOS ADMINISTRADORES DE NUESTRO CUERPO

Quince de mis amigos y hermanos junto recorridos 6K cada uno = 90 KM.
Otros me esperaron en la meta: mi esposita, mis hijos Juan y Laura,
compañeros corredores... un día de júbilo para mi. Y de confesar
que de hoy en adelante trataré de ser mejor administrador de mi cuerpo.
Dios nos ha llamado a ser administradores de todo lo que nos ha dado. Hoy, que celebro anticipadamente mis 66 años de vida corriendo 66 kilómetros (en conjunto con otros diez amigos-hermanos), afirmo que, sin lugar a dudas, he sido mal administrador de mi cuerpo. Y me arrepiento. Es una afirmación que tomo prestada de Rick Warren, autor y pastor muy conocido. Nota aclaratoria: lo celebro anticipadamente porque tengo en el país a los tres hijos nuestros que viven fuera, pero la fecha real es el 26 de junio.

Por eso, en este sábado de fe y vida, quiero compartirles las reflexiones de este pastor sobre lo que dice Dios sobre nuestro cuerpo. Son cinco verdades que, si las tomamos en cuenta, muchos de nosotros daremos un giro significativo. Aunque pensadas desde la fe, pueden ser útiles para muchos de nosotros.

1.      Mi cuerpo pertenece a Dios. Es propiedad suya, no mía. Yo no lo poseo. Él creó mi cuerpo y espera que lo use como él quiso que se usara. Nosotros nos rebelamos de manera natural contra esta idea. Nuestra cultura nos enseña: “Mi cuerpo es mío y puedo hacer lo que quiera con él”. Pero Dios dice: “No, estás equivocado. No es tu cuerpo, porque tú no lo creaste. Yo lo formé, y te lo presté para que vivas en él mientras estés en la tierra, y espero que cuides de mi creación”.

Todo lo que Dios crea tiene un propósito. Debemos darle la gloria a Dios con nuestro cuerpo así que no podemos compartimentar nuestra vida y pensar que podemos separar nuestro cuerpo y vivir como si solo importase nuestro espíritu.  ¡Dios es dueño de nuestro cuerpo!

2.      Jesús pagó por mi cuerpo cuando murió por mí en la cruz.  En 1 Corintios 6:19-20 nos dice que nuestro cuerpo ¡ha sido comprado! Dios nunca ha creado a una persona a quien no amase. Si quieres saber cuánto valora Dios tu vida, tan solo mira la cruz. Con sus brazos extendidos, clavados a la cruz, Jesús estaba diciendo: “Este es el valor que tienes tú para mí. Así es como te amo. Prefiero morir que vivir sin ti”. Es decir, tienes un valor incalculable.

Si eres tan valioso como para que alguien muriese por ti, ¿no crees que Dios quiere que te cuides mejor? Si comprases un caballo de un millón de dólares, ¿le darías comida chatarra y lo mantendrías despierto toda la noche? ¡Por supuesto que no! Jesús pagó por tu vida con su propia vida, y espera que cuides su inversión.

3.      El Espíritu de Dios vive en mi cuerpo. Cuando le dices que sí a Dios, aceptando por fe lo que hizo Jesús por ti y confiando en que su gracia y su perdón te salvan, entonces Dios pone su Espíritu dentro de ti como una garantía de tu salvación. La Biblia lo dice: “Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios?” (1 Corintios 6:19).

Cometes un acto de vandalismo contra el cuerpo de Dios, tu cuerpo, cuando le privas de descanso y sueño, comes en exceso, le añades demasiado estrés y no cuidas de él.

4.      Dios espera que cuide de mi cuerpo. No soy el propietario de mi cuerpo, sino el cuidador, o gerente, del mismo. Cuidar de mi cuerpo es un asunto de administración espiritual. Dios me dice que un día tendré que rendir cuenta de todo lo que Él me dio, incluyendo mi cuerpo. ¿Estás sacando el máximo partido a lo que Dios te ha dado? Dios no va a evaluarte sobre la base de los cuerpos que les dio a otras personas, sino que juzgará lo que hiciste con lo que se te ha dado.

5.      Dios resucitará mi cuerpo cuando muera. Ahora vives la versión 1.0 de tu cuerpo. Recibirás la versión 2.0 de tu cuerpo en el cielo. La Biblia dice: “Con su poder Dios resucitó al Señor, y nos resucitará también a nosotros” (1 Corintios 6:14). Clave: “con su poder”. No es solo sobre nuestra propia fuerza de voluntad que podemos cambiar. La fuerza de voluntad funciona durante unas semanas, o quizá durante un mes o dos como mucho. Intentar cambiar solo con la fuerza de voluntad es agotador. Puedes mantenerlo un tiempo, pero se siente artificial y estresante obligarte a ser distinto simplemente con la fuerza de voluntad.

Nota MT: Estas cinco verdades apuntan a un tema clave en la gestión correcta de nuestro cuerpo: los hábitos juegan un rol clave, controlan nuestras vidas. Moldeamos nuestros hábitos, y después nuestros hábitos nos moldean a nosotros ¿Por qué persistimos en nuestros malos hábitos? Eso te lo contaré en otra entrega de GRATA VIDA.

Gracias a todos los que me acompañaron en este desafío… fue bonito correr con unos 15 amigos y hermanos… mi gratitud y la seguridad de que “un hombre es uno solo, y es dura la vida, dos juntos caminando avanzan mejor, un hombre sin amigo está sin apoyo, y para sostenerse hacen falta dos”.

 

GRATA VIDA.

 

 

No hay comentarios: