Sábados de fe y vida
ALGUNOS
TIPS SOBRE LAS TAREAS ESCOLARES DE NUESTROS HIJOS
La infancia debería ser un tiempo de descubrimiento, juego y aprendizaje gozoso. Sin embargo, en muchos casos se convierte en una etapa marcada por la sobrecarga escolar. En muchos casos, el exceso de tareas roba a los niños un derecho fundamental: el derecho al tiempo libre y a una vida equilibrada.
Para muchos niños queda poco espacio para el descanso. Nuestro ritmo frenético parece también traspasarse a los niños, obligándoles a vivir bajo presión constante y con escaso margen para el disfrute (que no significa tener tiempo para las pantallas, tema que ya hemos tratado).
El problema no es la existencia de los deberes en sí mismos, sino su
cantidad, su falta de adaptación y el escaso respeto por la diversidad de
ritmos y capacidades. Para un niño con dislexia o con déficit de atención,
por ejemplo, los deberes tradicionales pueden convertirse en un tormento que
afecta no solo a su aprendizaje, sino también a su autoestima.
Más que una prueba de disciplina, los deberes deberían ser un recurso
creativo, flexible y razonable. Proyectos de investigación, actividades
prácticas o lecturas escogidas libremente pueden resultar mucho más
significativos que páginas enteras de ejercicios repetitivos.
Leyendo un libro titulado “Cómo sobrevivir a los deberes de tu hijo”, extrajimos los siguientes tips propios para nuestra cultura:
Tips para padres
1.
No
midas la valía de tu hijo por la cantidad de deberes hechos. La responsabilidad
se mide por la actitud, no por el número de páginas completadas.
2.
Convierte
la casa en un espacio de aprendizaje vivo. La cocina puede ser un laboratorio
de matemáticas, y el parque un aula de ciencias.
3.
Evita
las comparaciones. No digas “tu hermano lo hace más rápido” o “tus compañeros
ya terminaron”. Cada niño tiene su propio ritmo y capacidad.
4.
Mantén
una relación de respeto con los maestros. Expón tus inquietudes con argumentos
claros y ofrece propuestas de mejora.
5.
Defiende
el derecho al tiempo libre. Recuerda que jugar, descansar y pasar tiempo en
familia son aprendizajes tan valiosos como los académicos.
6.
Enseña
a tu hijo a reconocer sus límites. Anímalo a decir “ya es suficiente” cuando la
carga escolar lo sobrepasa.
7.
Apoya
el aprendizaje autónomo. En lugar de supervisar cada detalle, ofrécele recursos
para que encuentre sus propias soluciones.
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