miércoles, mayo 03, 2006

Desde mi estudio / Competencia desigual


Una competencia desigual

Las autoridades, de modo implícito, y el Grupo Pareto, de modo explícito, señalan con claridad qué país gana con el DR-CAFTA: Estados Unidos.
Hasta ahora los Estados Unidos se comportaron –en apariencia- como el hermano mayor que concedía condiciones especiales para el comercio a sus vecinos más pequeños. La Iniciativa para la Cuenca del Caribe es un ejemplo. Hace unos años que ya no importa mantener una máscara de humanismo –a los europeos les queda mejor-. Y en el caso dominicano esa “falta de humanismo” no es sólo de Estados Unidos, cuenta con la indiferencia, la lentitud, la falta de previsión y de visión, de nuestras autoridades.
En esta ocasión, las autoridades hacen una reconocimiento implícito de nuestras limitaciones e incapacidades. Piden a la UE ayuda para preparar las economías caribeñas ante una firma de acuerdo de libre comercio. Es un reconocimiento de que los sectores productivos nacionales no están listos para abordar esta nueva apertura de nuestra economía. Sin embargo, dicho reconocimiento no se da con los Estados Unidos.
Julio Ortega Tous logró que se demandara de los 25 miembros de la UE un compromiso firme de apoyo financiero para la integración comercial, diferente y además paralelo al fondo de apoyo regional de Cotonou.
La nota reseñada por Diario Libre (2 de Mayo) habla de “altos costos de la integración” para los productores de los países del Caribe… es un reconocimiento implícito de que se necesitan ajustes: energía a menor costo, convergencia de la industria nacional con las zonas francas, eliminar trabas a la competencia, incluso interna (caso de la Ley 158, en la que la interpretación de la DGII favorece las importaciones sobre la industria nacional), y un largo etcétera que ya los industriales conocen.
Desde otro ángulo, vía el análisis económico, el Grupo Pareto nos indica quién sacará ventaja de la “libre competencia” que es el DR-CAFTA, aunque no nos indica por qué y cómo disminuir esa ventaja que, para muchos, es “lo mejor que nos puede pasar” y es “inevitable” (Ver Clave Digital). Sólo en el primer año, el incremento del comercio arrojaría un saldo favorable a EEUU de 101 millones de dólares (además del saldo que ya tiene).
Además, el estudio expone las limitaciones que implican el haber fundamentado nuestras exportaciones industriales en las zonas francas. Hoy, el 92% de las exportaciones industriales provienen de zonas francas (y este modelo está en “jaque”, no sabemos si “mate”). Más aún, los datos indican que el país destina el 87% de sus exportaciones a EEUU, mientras que en Centroamérica este porcentaje sólo alcanza el 57%, señalando que la dependencia centroamericana del mercado norteamericano es menor.
Y vale decir que si el saldo en el acuerdo de libre comercio con Centroamérica –economías que tienen más similitud con la nuestra- ha sido tremendamente desfavorable para el país, no puede esperarse menos del intercambio libre con Estados Unidos, economía muchas veces superior a la nuestra (en productividad, en competitividad).
El análisis de Pareto, reseñado por Clave Digital (02 de mayo de 2006), parece reiterar lo que ya muchos saben: esta competencia es entre un atleta en el uso pleno de sus facultades físicas y mentales y un disminuido motriz, con las reglas del primero, en la cancha del primero y los árbitros del primero… los resultados son previsibles.

Milton Tejada C.
tejadamilton@yahoo.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

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