viernes, julio 29, 2011

Desde otra óptica / Periodismo y agenda industrial

Anoche la Asociación de Industrias de la República Dominicana entregó el premio al Periodismo Industrial “George Arzeno Brugal”, resultando seleccionados Cándida Acosta y Esteban Delgado en la categoría prensa escrita y digital, y Raquel Awilda González en la categoría Televisión. En esta ocasión Ligia Bonetti de Valiente, presidenta de la AIRD, externo unas reflexiones en torno al periodismo económico que merecen ser leídas y reflexionadas. He aquí sus palabras.

(Saludos)

Premiar a estos tres periodistas ha sido un acto difícil, y lo es porque indudablemente el periodismo económico dominicano cuenta con excelentes profesionales que diariamente hacen gala de su trabajo periodístico, cada vez más motivados por la investigación sobre aspectos relacionados con el sector productivo nacional y especialmente con la industria dominicana.

En esta segunda edición del Premio al Periodismo Industrial George Arzeno Brugal, hemos tenido la oportunidad de evaluar un mayor número de trabajos periodísticos gracias al interés de los periodistas en concursar. Sin embargo, esperamos que en los próximos años podamos evaluar muchos más trabajos, debido a que hemos decidido cambiar las bases del premio para que las candidaturas de los trabajos periodísticos pueda ser propuestos por cualquier otra persona.

Con humildad quiero permitirme algunas reflexiones desde la posición de quienes hemos tenido larga relación con los medios y también con la sociedad a través de ellos.

Los medios de comunicación se han convertido en un instrumento fundamental para influir en el establecimiento de la agenda económica, política y social del país. Es la influencia que permite, en muchas ocasiones, atraer la atención del público y de diversos actores a determinados temas y situaciones. Esa influencia se moldea, entre otros, a través del ejercicio periodístico, tanto en su vertiente analítica como simplemente informativa.

La agenda por la que nosotros los empresarios tratamos de influir, reúne dos condiciones: La de ser interesante, pero sobre todo importante, porque se trata de la posibilidad de generar un mayor bienestar para todos; se trata de entender que la base productiva de la nación necesita recursos humanos con una mayor capacitación y por lo tanto el tema de la educación es muy apreciado por nosotros; se trata de que cada dominicano sepa que necesitamos ser competitivos si queremos crear las fuentes de empleos que requerimos y sobrevivir como economía; se trata de que se comprenda con claridad meridiana que se requiere un cambio de modelo económico que priorice las exportaciones de bienes y servicios… en fin, que se trata de que sepamos que el país es como una casa grande que si sigue gastando más que lo que produce y sigue endeudándose para cubrir el déficit que se origina, la terminaremos perdiendo .

Desde hace algo más de una década hemos iniciado un proceso muy acelerado de apertura de nuestras barreras comerciales. El libre comercio está transformando todo: cultura, comunicación, economía y sociedad.

La AIRD ha reiterado una y otra vez que la inserción con éxito en esta aldea global, de la que hablaba Marshall McLuhan, pasa por el fortalecimiento de una cultura exportadora de bienes y servicios. Nos hemos quedado rezagados con relación a nuestros competidores de la región, pero estamos a tiempo de tomar las medidas que hagan posible recuperar terrenos. La producción industrial es clave en este giro hacia las exportaciones. Necesitamos que los pasos en esa dirección no estén pendientes de las diversas coyunturas políticas que puedan presentarse (como puede ser, por ejemplo, un proceso electoral), pero también necesitamos que se ponga énfasis en aspectos claves como el acceso a financiamiento, el libre transporte de carga, la equidad fiscal con nuestros competidores, la protección ante la competencia desleal y la solución del problema energético.

Pero además debemos ser conscientes de que de nada nos sirve abrirnos al mundo, si no estamos preparados para aprovechar los nuevos mercados, para lo cual es indispensable un verdadero programa de desarrollo y promoción de las exportaciones que no sea un compromiso más que no se cumple, como tantos de los que hemos sido testigo.

Por eso es necesario el convencimiento de quienes ejercen su labor en los medios de que el crecimiento económico y la estabilidad macroeconómica deben ir acompañados de la combinación de empresas competitivas y de un gobierno eficiente; de la plena vigencia de un Estado de Derecho que garantice la seguridad jurídica; de las sanas finanzas del país, incluyendo el equilibrio presupuestal, la transparencia y control de la inflación; de la fortaleza de las instituciones.

Ya quedaron atrás –hace más de 50 años- los tiempos en que la agenda del país la establecía una persona, Trujillo. También quedaron atrás los tiempos en que un pequeño grupo de medios de comunicación servía de portavoz a las causas sociales, pero también marcaba la pauta de la agenda al influir sobre los tomadores de decisiones. Ahora los medios son diversos, numerosos, la opinión pública se construye con múltiples influencias, la manipulación mediática cada vez más es cosa del pasado, la democracia en la información es cada vez más posible.

En ese sentido, el papel de ustedes, los periodistas, es contribuir en el establecimiento de la agenda social, pero están obligados a hacerlo desde la humildad de quienes saben que son canales para diversas causas, posiciones, propuestas. Aun con el poder de la palabra y la imagen, no deben ser los esclavos de ella, sino los servidores, en una relación tan rica y compleja que sólo aquel periodista con sincera vocación, sabría equilibrar. Además, ustedes, que ejercen su función desde los medios son los servidores de nuestra sociedad, por lo que deben rehuir plagarse a determinadas posiciones intransigentes. En fin, que en ustedes, mejor que en nadie, debe ser real eso del “interés común” que tanto pregonamos.

Están llamados a tener conciencia de la responsabilidad que significa que los ciudadanos no tienen ante sí la realidad como tal, sino una realidad de segunda mano, las de ustedes, que informan de hechos y situaciones. Saber que, además, ustedes no sólo señalan hechos, sino que lo seleccionan y hacia ellos dirigen nuestra atención.

Traducir la economía

Para muchos, el mundo de la economía es árido, pesado, no se entiende. Sin embargo, descansa sobre sus hombros la responsabilidad de “traducir la economía”: hacerla entendible a todos sus lectores y televidentes, evitar que se desencanten de las secciones económicas, facilitar que el público comprenda que las cuestiones económicas son muy importantes para su bienestar, pero que además pueden ser tan interesantes como el deporte, la farándula o la moda.

En ese sentido, les exhorto a que siempre mantengan su atención en cómo escriben o producen información. A diferencia de determinados profesionales de la economía, no tienen que esconderse detrás de tecnicismo para evidenciar que saben de qué están hablando o informando.

Su mayor desafío es, entonces, cómo hacer que el periodismo económico sea más comprensible, más llano, más directo, sin que pierda precisión, claridad, permitiendo que la gente conozca con claridad que es “esa cosa” de la economía, más allá de la inmediatez de sus dificultades cotidianas.

En la AIRD sustentamos nuestra relación con los medios en un conjunto de principios que consideramos fundamentales: transparencia, accesibilidad, veracidad, diversidad.

En nuestro Código de Ética Industrial, establecemos nuestro criterio de que consideramos “la libertad de expresión como un derecho fundamental inminente en la vida democrática y valida el importante rol de los medios de comunicación en su ejercicio”.

Además, en este mismo Código hemos indicado que “es de interés comunicar las posiciones del Sector Industrial, a través de la AIRD y otras asociaciones afiliadas, de manera coherente y cohesionada. No obstante, en caso de que existan puntos de vistas encontrados sobre algún tema de opinión pública en particular, se respeta el derecho y oportunidad de cada miembro a expresar y fundamentar su punto de vista a la comunidad”.

Es decir, en el ejercicio del periodismo industrial fomentamos y apoyamos la libertad de prensa. Es por todo este conjunto de razones que les expresamos nuestro agradecimiento por ejercer con libertad el periodismo económico. La libertad, especialmente en esta faceta del periodismo, es fundamental. Con libertad puede haber buen o mal periodismo, pero sin libertad siempre habrá mal periodismo.

Hoy reconocemos a Cándida Acosta, Esteban Delgado y Awilda González porque el jurado pensó, de alguna manera, que supieron “traducir” parte del quehacer industrial para sus lectores. Cada uno de ellos colocó el tema industrial como parte de la agenda de la que hablamos, sirviendo así a la sociedad. Gracias.

Reiteramos nuestra esperanza de que este premio constituya un instrumento que permita el acercamiento de los periodistas a la problemática industrial, de forma tal que sus trabajos reflejen un real conocimiento de los cambios y las políticas que el país debe poner en práctica para hacer frente a la globalización y los desafíos del entorno nacional e internacional.

Esperamos que ustedes, amigos periodistas, nos acompañen en estos temas relevantes no sólo para nuestro sector, sino también para el país y que sirvan de voz de y para cada una de las miles de pequeñas, medianas y grandes industrias nacionales que emplean cientos de miles de dominicanos, que creen en el desarrollo y crecimiento de nuestra República Dominicana.

Muchas gracias.

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