Este artículo fue publicado hoy en el periódico Listín Diario. Quincenalmente estaremos escribiendo sobre diversos tópicos vinculados con la economía y la sociedad dominicana.
La lucha por un 4% para la educación pública puede dar la impresión de ser una demanda que va en beneficio de los sectores más pobres de la población. Falso. Esta lucha beneficia de modo predominante a los llamados "sectores de ingresos medios" de República Dominicana.
El link en donde puedes leer el análisis:
http://www.listin.com.do/economia-y-negocios/2012/1/24/219261/Una-lucha-de-la-clase-media-o-de-los-ni-ni
ENFOQUE
Una lucha de la ‘clase’ media o de los ‘ni-ni’
El 44% de la población dominicana pertenece a este segmento
Existe la
presunción de que los sectores medios envían -en su mayoría- a sus hijos a
centros privados, de mayor o menor costo.
Milton Tejada C.
Especial para LISTÍN DIARIO
Santo Domingo
Refiriéndose a los jóvenes que ni estudian ni
trabajan, los medios de comunicación le han llamado la “generación ni-ni”.
Similar designación puede hacerse, según la percepción popular, con relación a
la clase media, ya que “ni son pobres, ni son ricos”. Intuitivamente, todos
sabemos que el grupo con tal característica es de gran importancia para la
estabilidad social.
Sin embargo, ¿cómo identificar a la clase media en la
estructura social de una sociedad actual? En un estudio reciente (“Composición
económica dominicana–el estrato de ingresos medios en el umbral del siglo
XXI”), Rolando Guzmán adopta un atajo, y prefiere hablar del estrato de
ingresos medios. Guzmán define al estrato de ingresos medios en República
Dominicana como aquellos que están por encima de la línea de pobreza (medida
establecida por organismos oficiales) y por debajo de dos veces la mediana de
ingreso del país. Por debajo de este segmento se encuentran los “pobres o
desfavorecidos,” y por encima están los “acomodados”.
En ese sentido, el 44% de la población dominicana
pertenece a este segmento de ingresos medios. Aclara Guzmán que en un país de
bajos ingresos, como República Dominicana, el estrato medio en realidad tiene
muy bajos ingresos.
El resto está compuesto por un 33% que está por debajo
de la línea de pobreza y un 23% que tiene ingresos de “más de dos medianas”,
considerándose “acomodados”.
Una lucha del estrato medio
Desde 2010, segmentos sociales significativos
enarbolaron una bandera amarilla: la lucha de un 4% para la educación. Es
necesario señalar que la Ley que asigna el equivalente en el Presupuesto
Nacional a este 4% del PIB data del año 1997 (Ley 66-97) y que plantea un
período de dos años para su entrada en vigencia (es decir, que en 1999 debimos
contar con su aplicación plena). No fue así.
El 7 de septiembre del año pasado los candidatos a la
Presidencia de la República suscribieron un “Compromiso político y social por
la educación”. Uno por uno, los diez candidatos estamparon sus firmas
comprometiéndose, de ser favorecidos con el voto popular en las elecciones de
este año, a cumplir con dicha ley.
La fecha es tan inmediata que apenas habrán pasado
meses de su toma de posesión, puesto que el 4% ha de figurar en el Presupuesto
Nacional de 2013. Incluso aceptaron iniciar un proceso de modo tal que hacia el
año 2030, cuando finaliza la aplicación de la Estrategia Nacional de
Desarrollo, se estaría dedicando el 8% del PIB a este tema.
En algunos segmentos sociales parece existir la
presunción de que se trata de una lucha que beneficia de modo directo, y de
modo especial y mayoritario, a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
Existe la presunción de que los sectores medios envían
-en su mayoría- a sus hijos a centros privados, de mayor o menor costo. Y con
mucha más razón si se trata de “sectores acomodados”.
Observación
Esto, sin embargo, no parece ser la realidad. Guzmán,
en la investigación que hemos comentado, señala: “Un tema de especial interés
en el contexto dominicano es la diferenciación entre los distintos estratos en
términos del tipo de centro escolar al cual asisten.
La presunción usual es que el estrato de ingresos
medios asiste esencialmente a centros privados, y que los centros públicos
están únicamente reservados al estrato desfavorecido. Los datos; sin embargo,
llevan a rechazar ese planteamiento. Concretamente, para 2010 se tenía
alrededor de un millón de niños, niñas y adolescentes del estrato medio que
asistían a la escuela y, entre ellos, alrededor de 72% (equivalente a 717,000
NNA), asistían a centros escolares públicos. Al mismo tiempo, los NNA que
provenían de hogares del estrato de ingresos medios representaban alrededor de
40% de la matrícula en los centros educativos públicos”.
Añade Guzmán un dato que puede parecernos
sorprendente: un 8% de la matrícula de escuelas públicas procede de hogares
considerados “acomodados”. Es decir, el 48% de la población escolar de los
planteles públicos no procede del segmento más desfavorecido de la población.
Esto nos lleva a una afirmación: la lucha por el 4% no
es sólo una lucha de los pobres, sino una lucha del estrato de ingresos medios
en República Dominicana.
Julio Sánchez Mariñez, al comentar el pacto por la
educación firmado por los candidatos presidenciales en septiembre del año
pasado, afirma que si se pretende hacer realidad este compromiso se requiere de
un amplio pacto, una alianza social sostenida del gobierno y la sociedad.
Integrar en ese pacto social del que habla Sánchez
Mariñez a los segmentos medios de la población no significa excluir a los
pobres. El estrato medio está integrado y ha sido, en gran medida, quien ha
liderado la lucha, porque no se trata de “los otros”, los que están por debajo
de la línea de la pobreza, sino de ellos mismos, del segmento medio, los ni-ni
de la economía dominicana.
Este estrato medio, el 44% de la población, deberá ser
parte del pacto en ejecución, no sólo del pacto firmado. Y eso, hasta nuestros
dirigentes políticos lo saben.
El autor es director ejecutivo del
Grupo de Consultoría Pareto.
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