Este mensaje fue ofrecido por el Pastor Rafael Montalvo en enero del 1992, hace veinte años. Estamos llamados a abandonar el desierto y conquistar una tierra "que mana leche y miel". Dios siempre quiere contar con nosotros en la historia. No hay historia sin nosotros.Josué y el pueblo del Israel se disponían a
conquistar la tierra prometida, el futuro. "Hoy les invito a que nos preguntemos
qué nos espera en el futuro, qué hacer para vivir “conquistando un futuro
mejor”, cuáles son las herramientas que
nosotros necesitamos para conquistar este futuro. Voy a destacar algunos
conceptos de este pasaje bíblico. El pasaje inicia diciendo “Mi siervo Moisés ha muerto…”, es decir, una etapa estaba
culminando y una nueva etapa estaba ahora por iniciar. Con Moisés se vivieron
momentos de éxitos, también de fracasos, de victorias, de derrotas, de
bendiciones, de pecados, muchas experiencias quedaron en el pasado, ahora, Dios
dice: “Mi siervo Moisés ha muerto”…
una etapa ha terminado, todo ha quedado atrás, una nueva etapa se inicia ahora", señala Montalvo.
Conquistando un Futuro Mejor
(Mensaje con motivo de un nuevo año, enero 1992)
El pueblo de Israel estuvo
cautivo en Egipto por alrededor de 400 años. Dios lo sacó de , allí con brazo
fuerte, con mano extendida, una mano de poder y misericordia, para llevarlos a
la tierra de Canaán, la tierra que fluía leche y miel, la tierra en la que Dios
les había prometido… un futuro mejor.
Para liberarlos, Dios hizo
portentos y milagros, atravesaron el Mar Rojo, llegaron al Monte Sinaí en donde
Moisés recibió las tablas de la Ley, y luego se encaminaron hacia la tierra
prometida, hacia Canaán, llegando a un lugar llamado Cades-barnea.
Moisés, por mandato de Dios, envió
doce espías[1],
doce hombres para que exploraran la tierra. Estos hombres, encargados de traer
un reporte, duraron cuarenta días explorando la tierra. Diez de ellos trajeron
un reporte negativo, un reporte de
incredulidad, un reporte que contaminó a todo el pueblo a tal punto que
murmuró, gritó y lloró contra Moisés y Aarón, más bien contra Dios, diciendo: “¡Cómo quisiéramos haber muerto en Egipto!
¡Más nos valdría morir en este desierto! ¿Para qué nos ha traído el Señor a
esta tierra? ¿Para morir atravesados por la espada, y que nuestras esposas y
nuestros niños se conviertan en botín de guerra?”[2],
y pensó el pueblo en volver a la esclavitud: “¿No sería mejor que volviéramos a Egipto”, y armaron una rebelión
exclamando: “¡Escojamos un cabecilla que nos lleve a Egipto!”[3],
hablando por esa boca y mostrando un corazón rebelde, soberbio, desobediente,
negativo, incrédulo.
Sólo dos fueron hombres de fe,
Josué y Caleb. Dijeron: “La tierra que
recorrimos y exploramos es increíblemente buena. Si el Señor se agrada de
nosotros, nos hará entrar en ella. ¡Nos va a dar una tierra donde abundan la
leche y la miel!”[4] y pidieron al pueblo que no se rebelaran
contra Jehová porque el Señor estaba de parte del pueblo… pero qué va, toda la
congregación fue en sentido contrario.
No reconocieron su oportunidad
Dios se enojó con este pueblo.
Un pueblo que tuvo una oportunidad de entrar a la tierra prometida, estaban ya
ahí, en el punto, y perdieron su oportunidad ¡Qué terrible! Todo el mundo es
capaz de reconocer una oportunidad cuando esta ya se ha ido. “¡Ah, esto era
algo bueno!”, “¡Ah, ese era un buen negocio!”, “¡Oye … por aquí era que teníamos
que transitar, era lo mejor camino!”. Sin embargo, pocos reconocen una
oportunidad cuando está frente a sus ojos. La congregación de Israel, en ese
momento, no pudo ver la oportunidad.
En el griego se usa una
palabra que es “kairos”, una palabra que usaban en su oficio los marineros cuando
estaban en su bote, y el viento soplaba.
Era el momento de izar las velas, era el “kairos”, el tiempo de izar las velas
para ir a puerto seguro. Este pueblo no reconoció
el momento de Dios. ¡Qué terrible es esto, que uno viva la vida sin entender lo
que está pasando, sin discernir sus momentos! ¡Sin darnos cuenta cuándo es el
momento de Dios!
Dios los devolvió al desierto.
Complació las proclamas de su miedo. Dios dijo: “Así que diles de parte mía: Juro por mí mismo, que haré que se les
cumplan sus deseos. Los cadáveres de todos ustedes quedarán tirados en este
desierto…”[5].
Toda una generación perdió una oportunidad (con excepción de Caleb y Josué),
murió en el desierto y se preparó a entrar a la tierra prometida los niños que
ellos decían que serían tomados como botín de guerra, ya hechos hombres y
mujeres.
Estamos en el aquí y ahora. Este
pasaje, en el libro de Josué capitulo uno, cuarenta años después, es un momento
de transición: “Aconteció después de la muerte de Moisés, siervo de Jehová, que
Jehová hablo a Josué, hijo de Num, servidor de Moisés, diciendo: “Mi siervo
Moisés ha muerto, ahora pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este
pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel, yo os he entregado,
como le dije a Moisés, todo lugar que pisare la planta de nuestros pies”.[6]
Conquistando un futuro mejor
Josué y el pueblo del Israel se disponían a
conquistar la tierra prometida, el futuro. Hoy les invito a que nos preguntemos
qué nos espera en el futuro, qué hacer para vivir “conquistando un futuro
mejor”, cuáles son las herramientas que
nosotros necesitamos para conquistar este futuro. Voy a destacar algunos
conceptos de este pasaje bíblico.
El pasaje inicia diciendo “Mi siervo Moisés ha muerto…”, es decir, una etapa estaba
culminando y una nueva etapa estaba ahora por iniciar. Con Moisés se vivieron
momentos de éxitos, también de fracasos, de victorias, de derrotas, de
bendiciones, de pecados, muchas experiencias quedaron en el pasado, ahora, Dios
dice: “Mi siervo Moisés ha muerto”…
una etapa ha terminado, todo ha quedado atrás, una nueva etapa se inicia ahora.
Quiero decir a esta iglesia y quiero decir a tu
vida que lo que pasó en el año 2006 quedó atrás. Ahora tenemos un nuevo desafío
en el año 2007, y las cosas que Dios va a hacer serán mayores que las que hizo el
pasado año. ¿Por qué? Porque la senda de los justos es como la luz de la aurora:
va en aumento hasta que el día es perfecto[7].
Cada día que pasa nosotros debemos tener una
mejor relación con Dios, debemos ser mejores profesionales, tener un mejor
matrimonio, una mejor familia, administrar mejor el negocio, cada día que pasa
debemos ser mejores en todos los aspectos. Todo ha quedado atrás, una nueva
etapa se está iniciando y el año 2007 está preñado de bendiciones de parte de
Dios para nosotros, por eso quiero hablar sobre conquistar un futuro mejor.
Nosotros, al igual que el pueblo de Israel,
tenemos un futuro mejor, un futuro de más y mayores bendiciones. Israel había
sido esclavo en Egipto, pero lo que Dios
le tenía por delante era la gloria, una tierra de bendición, una tierra de la
que manaba leche y miel.
Hay muchas personas que viven aferradas al
pasado, viven aferradas a cosas negativas, a lo que ya fue, diciendo: “Cuando
yo estaba chiquito, mi mamá abusó de mi, un tío me maltrató, una persona me
marcó, una persona dijo algo de mi, alguien abusó, y por eso yo soy así.” Viven
arrastrando su pasado. ¡Ya! ¡El pasado, pasó, amado hermano! Tienes que
superarlo, tienes que pasar a una nueva etapa, cosas nuevas te esperan, y si
quieres conquistar un futuro mejor, tienes que terminar con ese pasado, no
puedes mantenerte encadenado al mismo, tienes que mirar hacia el frente.
Hay también personas que se quedan encadenadas
al pasado con cosas positivas, los éxitos del pasado, las bendiciones del
pasado, “¡Ah, Dios hizo en el pasado!... ¡Qué maravilla!... ¡Yo quisiera esto
del pasado!... ¡Qué lindo cuando éramos novios!”. Y
cuando mis hijos eran pequeños, ¡Nosotros salíamos!” ¡Ya! Ya los hijos son
grandes, ya las cosas son diferentes. “¡Ah, que cuando la gasolina estaba a 100
pesos…!” . Se mantienen atesorando un pasado que ya nunca volverá.
Ya eso pasó, hermanos. Hay nuevas etapas,
nuevos desafíos, no podemos quedarnos encadenados ni a lo bueno, ni a lo malo.
Si tú quieres conquistar un futuro mejor, tienes que olvidarte del pasado, Dios
le dijo a Josué: “Mi siervo Moisés ha
muerto…”. Murió Moisés, tremendo líder, tremendo caudillo ¡pero ya!
Lo que Dios tiene para ti, no sé si puedes
verlo, no sé si puedes sentirlo, pero lo que Dios tiene para ti son cosas
grandes. Lo siento en el Espíritu. No se trata de mentalidad positiva, de mensaje
positivo, es promesa y está escrito en la Palabra de Dios.
Dios cuenta con nosotros
Es Dios quien dice: “A la tierra que yo les doy a los hijos de Israel…”. Esto nos habla
de visión ¿qué tú espera para este nuevo año? ¿Cuál es tu visión? ¿Cuál es tu
sueño para este nuevo año? Esto nos habla de un futuro mejor, de metas, de
objetivos, de dirección, de propósito… ¿Con qué tú estas soñando este nuevo
año? En tu relación con Dios ¿qué tú anhelas? En tu vida personal ¿qué tú quieres?
En tu ministerio, en tu trabajo, en tu familia, en tu negocio, en tu matrimonio
¿qué esperas? Porque si no soñamos nada, hermanos, nada vamos a alcanzar. No
podemos ser como aquella persona que toma un arco y una flecha, la tira y donde
cae la flecha hace el círculo y le dibuja la diana, y dice: “ahí era donde yo quería
llegar…”. Ese es un tonto.
“Mi siervo Moisés
ha muerto”… Es pasado. Ahora tienes que enfocarte en el futuro. ¿Qué tú esperas de
parte de Dios para este año? ¿Qué sueñas? ¿Qué anhelas? El dice: “la tierra que yo les voy a dar…” una
tierra que Dios tenía preparada para ellos. ¿Cuáles son las cosas que Dios
tiene para ti en este nuevo año? Jehová dice: “Ahora pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la
tierra que yo les doy a los hijos de Israel…”[8].
Es interesante que Dios quiera hacer las cosas,
siempre, en coordinación con nosotros. Dios no hace las cosas El solo, ni deja
que las hagamos nosotros solos. Tiene una tierra para el pueblo de Israel, dice
“Hay una tierra que les tengo, yo les prometí, ahora, levántate y pasa”. Es
decir: hay una parte que es responsabilidad del ser humano. El Señor dice: “Yo os he entregado, como lo había dicho a
Moisés, todo lugar que pise la plana de vuestros pies”[9].
Es decir, que en la medida que el pueblo fuera avanzando, caminando, pisando,
cada pisada iba a ser territorio de ellos, pero ¡tenían que pisar, no lo iban a
tomar manteniéndose a distancia!
No es que tú quieres un matrimonio con Dios y a
la distancia vas a conseguir una mejor relación con Dios, tienes que caminar,
accionar, tomar decisiones, trabajar, tener actividades con un propósito. No es
un activismo, no es andar en círculo, debes pensar: “Esto es lo que yo quiero, voy a caminar en pos de lo que quiero para
obtenerlo”. Es decir, hay un trabajo que Dios está esperando de parte tuya,
hay un accionar, decisiones que tú tienes que tomar. Debes pasar de la
contemplación a la acción.
Hermanos, hay personas que piensan que lo planes
de Dios en mi vida se van a cumplir de todas maneras. Esto tiene envuelta una
parte que es verdad y otra que constituye una zona gris, dudosa… ¿por qué?
Porque los planes de Dios se van a cumplir en tanto tú te alinees con la
voluntad de Dios, los planes de Dios se van a realizar en tu vida cuando tú
camines por donde tienes que caminar, tú vas a recibir las bendiciones de Dios
en la medida en que tú hagas las cosas que tú debes hacer.
Es decir, las cosas no van a suceder automáticamente,
Dios te ha llamado con un propósito, te ha colocado en un lugar específico, te
ha bendecido con dones y talentos, te ha rodeado de personas, y Dios quiere
cumplir su voluntad en tu vida, pero ese plan no se va a concretar de manera automática,
se necesita la participación tuya, el involucramiento voluntario tuyo.
Dios nos llamó a mí y a mi esposa a ser pastores
en esta congregación, pero ¿qué sucedería si comenzamos a desviarnos del
camino? ¿Ya por eso la iglesia se va a destruir y desbaratar? No, esta es la
obra de Dios, Dios va a levantar a otras personas para que estén aquí al
frente, porque su plan va a continuar, ahora no va a continuar con mi esposa y
conmigo, pero Dios va a seguir con su plan. Sin embargo, no va a seguir con su
plan necesariamente contigo si tú no te alineas con su voluntad, sus planes y
sus propósitos, y haces lo que te corresponde hacer.
Dios quiere hacer muchas cosas en tu vida, en
tu familia, en este año 2007, te lo aseguro, lo siento en mi espíritu, en mi corazón.
Sin embargo, no lo va hacer sin tu
participación, sin tu entrega, sin tu dedicación, sin tu compromiso. No estamos
solos. El Señor nos dice: “A la tierra
que yo les doy a los hijos de Israel, Yo les he entregado todo lugar que pise
la planta de su pie, nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida,
como estuve con Moisés, estaré contigo, no te dejaré ni te desampararé…”.[10]
No habrá un segundo de este año 2007 (no quiere
decir que no te vas a sentir solo, en momentos dados, es posible que nosotros
no sintamos a Dios en algún momento, pero eso no quiere decir que no esté ahí a
nuestro lado) en que Dios te desampare. Todas las cosas que El tiene para ti,
todas las cosas que El ha prometido para ti, tú las vas a recibir porque El está
contigo donde quiera que tú vayas. El dice: “Yo
les doy a los hijos de Israel…” es una obra de Dios, pero es también una
obra de nosotros.
Dios está esperando la participación nuestra.
El pueblo, cuando iba a entrar en la tierra prometida, comenzó a caminar. Dios
le dijo a Josué que pusiera a los sacerdotes delante, a los líderes delante, y
cuando la planta de sus pies tocara la orilla del río Jordán, el río se iba a
abrir. Lo que nosotros podemos hacer es
caminar, avanzar, mojarnos, y el milagro de Dios va a venir, las cosas grandes
que Dios va a hacer con nosotros, con nuestra familia, con el templo…
Hay conquistas que para nosotros, hermanos, son
imposibles. Sin embargo, hay cosas que nosotros sí podemos hacer, vamos a hacer
nuestra parte, y Dios va a hacer la parte de Él. Es como aquel niño que puso
esos 5 panes y 2 peces en las manos de Jesús, y Jesús los tomó y los multiplicó.
Dios va a hacer milagros en esta congregación, cosas que no hemos visto, las vamos
a ver en este año. Es por eso que queremos iniciar el año con la búsqueda de la
presencia de Dios.
El dice: “Yo
les doy a los hijos de Israel…”. Es una promesa de Dios, veremos cosas
imposibles para nosotros, realizadas con el poder de Dios, y esto nos habla de
su presencia, como le dijo Moisés: “Señor,
no iré si tu presencia no va conmigo”[11].
Hablamos de respaldo espiritual, de acompañamiento divino, de dependencia de
Dios, hermanos.
Este es el año de la búsqueda de plenitud, pero
también es el año de buscar a Dios con más intensidad, de apartarse de la
corrupción, del pecado, santificarnos y purificarnos para Dios, porque lo que
Dios quiere hacer es algo grande, Dios nos llevará de triunfo en triunfo, y la
gloria postrera será mayor que la primera, lo que veremos en este año no lo
hemos visto en años pasados, pero necesitamos levantarnos y conquistar,
accionar.
Esfuerzo, valentía y
obediencia
Dios le dice a Josué: “¡Esfuérzate, y se valiente! Porque tu repartirás a este pueblo por
heredad la tierra de la cual jure a sus padres que daré a ellos… ”[12].
Esfuerzo implica un empleo enérgico de las fuerzas físicas, intelectuales o
morales, venciendo dificultades para lograr un fin. No pienses que las cosas te
van a caer del cielo de manera automática, no pienses que vas a tener una mejor
relación con Dios de manera automática, no pienses que vas a conocer más a Dios
de manera automática, no pienses que vas a tener un mejor matrimonio, una mejor
familia de modo mágico, que vas a ser un mejor profesional, un mejor negociante
o empresario, estudiante, de manera automática.
Cuando hablamos de esfuerzo hablamos de una
mayor intensidad. Necesitamos hacer un esfuerzo más intenso, mayor, para poder
obtener un resultado diferente. Es tonto pensar que vamos a recibir un
resultado diferente haciendo las mismas cosas, es tonto pensar que vamos a
tener una mejor relación con Dios si sigo haciendo las mismas cosas que el año
pasado. Es tonto pensar que voy a tener una mejor relación con mi esposa, con
mi familia, si yo sigo las mismas cosas que no están dando el resultado
esperado.
Aun más. Le dice a Josué: “Sé muy valiente”. Valentía
tiene que ver, con enfrentar peligros y obstáculos, es la persona que se
atreve, que se lanza. Cuando leía la Biblia, siendo nuevecito en los caminos
del Señor, leía estos pasajes por primera vez y pensaba que la tierra que Dios
iba a entregar a su pueblo era una tierra deshabitada, que estaba lista,
preparada para que ellos fueran a poseerla. Sin embargo, cuando seguí leyendo,
me di cuenta que esa tierra estaba habitada, y que ellos tenían que pelear y
desalojar la gente que estaban ahí, que eran unos idólatras, unos paganos,
corruptos, tenían que desalojar, pelear, conquistar…
Jehová tiene tanto territorio para nosotros,
hermanos… pero si nosotros no nos lanzamos, si no nos atrevemos, si no somos
valientes, si no nos arriesgamos, no lo vamos a conquistar. En este año Dios va
a mostrar oportunidades delante de ti, pero si no eres valiente y te lanzas y
das el salto y tomas esas oportunidades, se van a ir. Las bendiciones que Dios
tenía para ti se van a ir, el tren se va, si tú no lo aprovechas en el momento
en que se detiene, el tren se va, la guagua[13]
se va y te deja.
Se dice que el cobarde y el valiente sienten la
misma dosis de temor, la diferencia es que el cobarde no se atreve y el valiente
sí se atreve.
En este nuevo año tú vas a recibir muchas bendiciones,
respuestas a tus oraciones, nuevas conquistas, un futuro mejor, pero necesitas
ser valiente, esforzarte, hacer la parte que te corresponde, dice: “Esfuérzate y se valiente porque tú repartirás
a este pueblo por heredad la tierra de la cual jure a sus padres que la daría a ellos”[14].
Dios te ha colocado en una posición de
liderazgo, eso es lo que Dios le está diciendo a Josué: tú repartirás… eso
implica trabajo, es un gran privilegio, pero implica una gran responsabilidad.
Sin embargo, también experimentarás victorias y satisfacciones que uno siente,
porque dice, “Tu repartirás”. Es decir, lo vas a realizar, Dios aumenta tu círculo de influencia,
en tu familia, en tu trabajo, en tu escuela, en la universidad, dentro de tus
hermanos, te ha colocado dentro de un círculo de influencia, para que tú los guíes
a una nueva tierra, para que tu lo guíes a la tierra prometida, para que los guíes
a un futuro mejor, para que conquistes nuevas cosas de parte de Dios para ellos
y para ti.
“Solamente
esfuérzate y se muy valiente para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi
siervo Moisés te mando, no te apartes de ella a diestra ni a siniestras, nunca
se apartará de tu boca este Libro de la Ley, sino que de día y de noche
meditarás en él”. ¿Con qué propósito? “Para
que guardes y hagas conforme a todo lo en e que está escrito”[15].
Esto nos habla de obediencia, nos habla de valores, en tu caminar ahora en este
nuevo año, necesitas obedecer al Señor, necesitas tener claro cuáles son tus
valores, los valores bíblicos, los principios del Reino de Dios, cuáles son las
cosas que tú tienes que obedecer, por cuáles caminos tienes que andar.
No vas a alcanzar tus objetivos dañando o
pisoteando a la gente. Necesitas actuar apegado a valores, necesitas agradar
Dios. Dice su palabra: “Si Jehová se
agradare de nosotros, El cumplirá su propósito en nosotros”[16].
Dios dice a Josué: “No seas rebelde, cuídate de cumplir con mi palabra, pon a
Dios en primer lugar”. Es decir, es necesario que establezcamos con claridad
cuáles son nuestras prioridades, que organicemos nuestras vidas estableciendo
un correcto orden de prioridades, en el cual Dios tiene que tener el primer lugar.
La Palabra también nos señala el propósito de
esta obediencia, de este orden correcto de prioridades: “Para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas, porque
entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien”.[17]
Esto no quiere decir que no tendremos desafíos
y retos ¡claro que sí! Pero cuando andamos en obediencia a Dios, El hace prosperar
nuestros caminos. Es una promesa que nos habla de bendiciones, de prosperidad y
de éxito integral, éxito en todas las áreas de tu vida: en tu vida personal, tu
relación con Dios, tu vida familiar, tu trabajo, tu vida ministerial, en todo
lo que tú hagas, todo lo que tú emprendas, serás bendecido por Dios.
¿Por qué Dios le dice a Josué “No temas ni
desmayes”? Porque El sabía los obstáculos, los retos, los problemas que iba a
enfrenar Josué. El sabía que era posible el temor, ese sentimiento de inquietud
que provoca la necesidad de huir ante alguna persona o cosa, evitarla o
rechazarla, por considerarla perjudicial. El temor nos paraliza, impide que nos
lancemos, impide que alcancemos las cosas que Dios tiene preparadas para
nosotros. En nosotros, miedo “al qué dirán”, miedo a la vergüenza, temor al
fracaso, hay tantos temores, temor a hablar en público, temor a compartir un
testimonio, temor a enseñar… El Señor te dice: “No temas, no debes temer a nada
ni a nadie”.
Dios le dice a Josué que no desmaye. El
desmayar tiene que ver con perder el valor o el ánimo, abandonar o acobardarse.
Muchos de nosotros somos excelentes para iniciar cosas. El problema no es
iniciarlas, el problema es llevarlas al final. En ese sentido, la palabra de
Dios hoy para ti es: “Nunca te rindas”.
En este nuevo años no te rindas, no te des por
vencido, no desmayes, no abandones, orando por tus hijos, orando por tu esposo,
por tu esposa, orando por tu familia, orando por el negocio, no abandones,
continua hacia delante porque vas a ver lo prometido… que no conoce al Señor
algunos de tus familiares, sigue orando, sigue clamando al Señor, no desmayes,
no te acobardes, no abandones, no te detengas.
El tema no es iniciar. Este país está lleno de proyectos
iniciados y no culminados. Y la Biblia dice que el que comenzó la buena obra,
la perfeccionará, la terminará, la llevará a su culminación[18].
Dios pide, de nuestra parte, que no desmayemos, que no abandonemos, que
continuemos hacia delante, porque Jehová, tu Dios, estará contigo donde quiera
que vayas.
Dios no te dejará ni un solo día, ni un solo
segundo de este año 2007, donde quiera que tu vayas Dios estará contigo; en
cada proyecto, Dios estará contigo, no te dejará, no te desamparará, por eso
dice la Biblia, que somos más que vencedores[19],
por eso en este nuevo año vamos a conquistar un mejor futuro, una mejor relación
con Dios, una mejor familia, un mejor trabajo, un mejor negocio, porque Dios estará
con nosotros todos los días, donde quiera que vayamos y en lo que sea que
emprendamos.
El desafío, hermanos, es conquistar un mejor
futuro, te esperan grandes cosas de parte de Dios, pero esto no va a caer de
manera automática. Tienes que olvidarte del pasado. Moisés ha muerto. Mira hacia
el frente, esfuérzate, sé valiente, pisa la tierra, camina, acciona, ora, ayuna,
y Jehová va a estar contigo donde quiera que vayas todos los días de tu vida.
[1] . Cfr. Núm. 13:17–30.
[2] . Núm 14:2-3.
[3] . Núm 14:4
[4] . Núm 14,7-8.
[5] . Núm 14:28.
[6] . Jos 1:1-2, Versión RV 1960.
[7] . Cfr. Prov 4:18
[8] . Jos 1:2 (Versión RV 1960).
[9] . Jos 1:3 (Versión RV 1960).
[10] . Cfr. Jos 1:3-5 (RV 1960).
[11] . Ex 33:15
[12] . Jos 1:6
[13] . Palabra que se usa en
República Dominicana para designar un autobús.
[14] . Jos 1:6
[15] . Jos 1:7
[16] . Num 14:8
[17] . Jos 1:8
[18] . Filp 1:6
[19] . Rom 8:37
1 comentario:
Excelete debems definir nuestros sueños y alinearlo conforme a la voluntad de Dios.
Es increible Gracias a Dios por esta palabra y gracias a Rafael y a usted Milton por su trabajo
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