De la angustia al gozo
Milton
Tejada C.
Dios
mío, Dios mío…
¡¿Por
qué me has abandonado?!
Se
reparten mis ropas y mis zapatos,
Grito
toda la noche en la sala de los enfermos,
Me
desespera la soledad en el asilo de ancianos,
Agonizo
día tras día buscando un trabajo,
Lloro
en la cárcel, en las celdas oscuras,
No… no
tengo esperanzas en este orfelinato,
Nadie
se acerca a mi
Todos
me huyen y me rechazan…
Mi vida
no tiene sentido tras esa violación,
Y la quiebra
me ha hecho pensar
Que
escondes tu rostro de mí…
Se
burlan de mis palabras
Y les
ha parecido que seguirte es de locos…
He
perdido a mis padres
Mi
matrimonio, un desastre…
No hay
reposo en mis huesos
Mi alma
se encuentra desbastada
Mil
demonios me acechan de noche y de día…
Soy
gusano y no hombre,
Oprobio
de los hombres
Despreciado
por todos
Menean
la cabeza, como diciendo:
Que
basura humana es…
Yo que
confié en ti, mi Dios,
Hoy me
rodean para matar toda mi esperanza
Como
león rugiente que busca a quien devorar
El
pecado me agobia
La
maldad me cerca
La
soledad me desespera…
Por
qué…por qué… por qué me has abandonado?
(Cambio a gozo):
Oh, no…
tú estás cerca,
Y te
apresuras a socorrerme
Libra
mi alma del infierno
Y mi vida de las garras del maligno,
Cargaste
sobre tus hombros todos mis pecados,
Ahí en
la cruz, sólo y desamparado
Ocupaste
mi lugar
Por
eso, Señor, yo te alabo y te adoro.
Los que
te seguimos, cantamos acción de gracias,
Padre, tú
no desprecias al afligido,
al que
sufre ,
Al
angustiado,
al
rechazado…
Al
varón de dolores… tú no lo desprecias…
Tu
propósito cumpliré
Y los
que buscan al Señor
Al ver
mi testimonio
Te
alabarán
Porque
tú gobiernas mi vida
Hoy soy
un hombre nuevo
Que te
sirve de corazón…
Gracias,
Señor…
Gracias,
porque en este dolor y esta angustia
Tu vara
y tu cayado me sostienen…
En
medio de este sentido de abandono
Tú estás
conmigo…
No
estoy solo,
Porque
en tus manos… en tus manos, en tus manos,
Padre…
encomiendo mi alma.
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