viernes, marzo 30, 2012

Otra óptica / Encuesta Industrial


Ligia Bonetti de Valiente:
Elementos críticos son elementos de oportunidades
 (Palabras de presentación de los resultados de la II Encuesta de Coyuntura Industrial - 29 de Marzo, 2012).
Cuando a mediados de diciembre del año pasado presentamos la Primera Encuesta de Coyuntura Industrial, señalamos que la Asociación de Industrias de la República Dominicana estaba convencida de la necesidad de seguir fortaleciendo en nuestra membresía dos elementos culturales: una cultura exportadora y una cultura de medición de resultados.
 Estos primeros meses del año han sido intensos en ambas direcciones. Por un lado, todo el sector industrial –incluyendo las zonas francas- ha estado inmerso en la celebración del Segundo Congreso de la Industria Dominicana, el cual concluirá con un acto el próximo 18 de abril del presente año y en el que se presentarán propuestas y posiciones en distintas áreas: 1) Política comercial y exportaciones; 2) Fomento empleo formal; 3) Capital humano e I+D+i; 4) Infraestructura; 5) Encadenamientos productivos; 6) Financiamiento y 7) Apoyo institucional al sector manufacturero.
 Este proceso ha contado con la participación activa de cientos de industriales a lo largo de toda la geografía, de representantes de las instituciones públicas, de los partidos políticos, de las academias, de grupos de consultoría y hasta de los medios de comunicación que han estado dando cobertura a encuentros y posiciones.
 En cuanto a la cultura de medición de resultados, hoy le presentamos los resultados de la Segunda Encuesta de Coyuntura Industrial. Les ofrece información de primera mano sobre el comportamiento de algunos indicadores que pueden ayudarnos a entender hacia dónde vamos como sector dentro del marco de la economía dominicana y la economía internacional, qué cambios se perciben a fines del 2011 y algunas tendencias en relación a las expectativas sobre el futuro inmediato del sector.


Algunos resultados
 La primera Encuesta de Coyuntura reflejó una ligera desconfianza del sector al ubicar el índice de Confianza Industrial en 48.4 puntos (50.0 significa neutro, más de 50.0 significa que el Indice es positivo). En esta segunda Encuesta ese índice se incrementó ligeramente y pasó a ser ligeramente positivo al ubicarse en 50.7. Dicho de otro modo, así como en la primera encuesta este índice fue ligeramente negativo, en esta segunda encuesta este índice es ligeramente positivo.
 El Índice de Clima Empresarial (ICE) se ubicó en la primera encuesta en 47.6 mostrando entonces alguna desconfianza de los industriales con respecto al rumbo de la economía. A diferencia del anterior, este índice no logró ubicarse en terreno positivo y se quedó en 49.4 puntos.
 A pesar de los esfuerzos que se han desplegado y de que las exportaciones se incrementaron en el año 2011, dos tercios de las empresas encuestadas no exportan o las exportaciones representan menos del 20% de sus ventas totales. Esto nos indica que la creación de lo que hemos llamado una “cultura exportadora” es todavía un terreno en donde tenemos que trabajar mucho los empresarios, el gobierno y las instituciones que, como la AIRD, busca definir estrategias de crecimiento para el sector.
 El margen de operaciones se mantiene negativo, aunque mejoró ligeramente. El margen operacional -definido por la diferencia entre los ingresos y los costos directos  de producción sin incluir los gastos administrativos de ventas y financieros-  indica un saldo de opinión de los empresarios para el cuarto trimestre de 2011 de -31.7 puntos, mejorando en 3.1 puntos con respecto al tercer trimestre. En este sentido, el 44.4% de los encuestados manifestó que el margen de operación fue malo y solo un 12.7% lo calificó de bueno. El sostenido aumento de los precios de los insumos de origen nacional e importado muy por encima de los precios de venta pudiera estar incidiendo en el saldo negativo del margen operacional.
 Otro tema importante es el empleo y la apreciación si se ha incrementado o no. El saldo del nivel de empleo comparado con igual trimestre del año anterior fue de -4.8 puntos. De esta manera el 4.8% y 25.4% de las empresas manifestó que su nómina era mucho menor que el año anterior, en tanto que el 22.2% afirmó que fue mayor y 1.6% mucho mayor. La encuesta nos revela que el saldo negativo registrado fue determinado por la reducción del empleo verificado en las grandes empresas. Las medianas, por el contrario, experimentaron un crecimiento en su empleo.
 En cuanto a restricciones para la producción, la más importante para los empresarios consultados lo constituye en la actualidad el incremento del precio de los combustibles, ya que el 77.8% lo señaló como un factor negativo, seguido por el incremento del costo de materias primas con 76.2%, luego por el incremento del costo de suministro de energía eléctrica con 68.3%, después por el bajo nivel de actividad económica interna con 66.7%, el poco poder adquisitivo del consumidor con 63.5% y el incremento de la competencia de importaciones con 60.3%.

 Por tamaño de empresa, se evidencia que los obstáculos al crecimiento presentan variaciones según el tamaño de la empresa. Así el precio de los combustibles incide más en la microempresa (100%)  mediana (80%) y pequeña  (72.7%). El incremento de costo por materia prima es mayor en las grandes (78.8%), la micro (75%), la pequeña (72.7%). Mientras que el costo de suministro de energía eléctrica, el impacto es mayor en la micro (75%), las grandes (69.7%) y las medianas (66.7%).

 Tomo estos aspectos de los resultados que en breve les presentaremos porque quiero transmitir un mensaje clave: a pesar de las dificultades, de los balances que no son todavía francamente positivos, de las múltiples trabas con la que tropieza la producción de bienes en el país, el sector industrial está convencido de que tenemos grandes oportunidades de convertirnos en estandartes del desarrollo económico y social del país.
 Los elementos críticos son, pues, elementos de oportunidad. Sin embargo, para que las dificultades y aspectos críticos se conviertan en oportunidad se requiere que el sector privado y el sector público vean las exportaciones, la generación de empleo de cada vez mayor valor agregado, el incremento de los niveles educativos, la recuperación de niveles de seguridad adecuados en la sociedad… como un esfuerzo conjunto. 
No podemos realizar ese esfuerzo solos, pero puedo decirles que la celebración del Segundo Congreso Industrial Dominicano es un ejemplo de cooperación entre el sector público y el privado. La encuesta reveló, por ejemplo, que la mayor parte de las empresas dominicanas todavía sigue dedicando más de tres cuarta partes de su producción al mercado interno. Es una situación que hay que superar. Se requiere internacionalización, y esa internacionalización tiene un nombre: exportación, sea en forma de bienes o, como ha sido en algunos casos, explorando la posibilidad de producir también en otros países.
 Ahora la coyuntura nacional parece estar dominada por el discurso político-electoral. En el fondo, todos los dominicanos anhelamos la preservación de la democracia. A nuestro entender, la mejor garantía de una democracia sólida se sustenta en la capacidad de los sectores productivos de la sociedad de generar suficientemente empleos dignos, como para garantizar bienestar social y desarrollo económico sostenible. El sector industrial es clave en una estrategia de este tipo.
 Quiero aprovechar la ocasión para reiterarle nuestra gratitud a los medios de comunicación del país porque ustedes han hecho posible que los más diversos sectores de la vida nacional aportemos a una agenda común.
Muchas gracias.

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