domingo, abril 08, 2012

Desde la fe / También soy humano


ÉL CONOCE PERFECTAMENTE NUESTRAS SITUACIONES

Comentario a la quinta frase de las siete pronunciadas por Jesús en la cruz: “Tengo sed” / Hecho en la Iglesia Cristiana por RAFAEL ANTONIO MONTALVO / Semana Santa 2012

En Juan 19:28 y 29 dice lo siguiente:

Después de esto, y como Jesús sabía que ya todo estaba consumado, dijo «Tengo sed», para que la Escritura se cumpliera. Había allí una vasija llena de vinagre. Entonces empaparon una esponja en el vinagre, la ataron a una rama, y la acercaron a la boca de Jesús.”
Jesús había caminado por un buen espacio de tiempo y además un trecho de esta distancia fue cargando una cruz, de manera que es lógico que tuviera sed. Pero lo que llama la atención es que luego de todo este tumulto de cosas que habían pasado, después de tanto dolor y sufrimiento, a estas alturas donde dice que todo estaba consumado, Jesús dijera “tengo sed”. 
Quizás no nos extrañaría escuchar de Jesús frases tales como: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”, “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”, “Dios mío porqué me has desamparado”, pues encajan en cierto modo con la divinidad de Jesús, pero “tengo sed” se sale completamente de lo que esperaríamos en un momento como este. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Qué nos quiere decir Jesús con estas dos palabras? ¿Hacia qué quiere llamar nuestra atención? Creo que El nos quiere decir: “también soy humano…”.

En los evangelios vemos cualidades que muestran la humanidad de Jesús. Al leer podemos darnos cuenta que Jesús comió (es decir, tuvo hambre), estuvo cansando, enojado, tuvo sueño, de hecho nos relatan que una vez durmió tan profundamente que no escuchó la tormenta que azotaba el bote donde andaba con sus discípulos. De manera que vemos claramente un Cristo que además de ser Dios, era humano.

Sin embargo, estar conscientes de que nuestro Salvador quería decirnos en sus últimas palabras que era humano y ver en los evangelios ejemplos de dicha afirmación, nos lleva a preguntarnos: ¿Qué importancia tiene que Jesús era humano? ¿No pudo haber venido como Dios y morir por nosotros siendo solamente Dios?

Esto nos dice varias cosas, de las cuales quisiera resaltar dos. Primero, los padecimientos y dolores sufridos por ti y por mí no fueron bajo un poder sobrenatural que anestesió e hizo que Jesús no sintiera nada. El sintió todos esos latigazos, golpes, burlas, etc., como cualquier humano, y a pesar de todas estas cosas no desistió por amor a ti y a mí.

Lo segundo que quiero señalar es que nuestro Salvador, al cual oramos y con el cual mantenemos una relación, no está ausente de lo que acontece en nuestras vidas. El conoce perfectamente las situaciones por las que atravesamos, las limitaciones y dificultades que vive el ser humano. ¡El nos entiende!

Qué frustrante es cuando intentamos abrir nuestro corazón y explicar nuestros sentimientos o  una situación particular a una persona, pero percibimos que no está captando lo que en verdad queremos expresar, no está fluyendo empatía, como si no se pusieran en nuestro lugar, a pesar de que estamos conversando con un ser humano. Esto mismo se observa en las empresas donde los trabajadores sienten que los altos directivos o incluso sus supervisores directos no entienden lo que sucede verdaderamente en sus departamentos. He escuchado frases como “ellos están en su cueva, no saben lo que se siente estar aquí abajo”, o “es muy bueno dar órdenes y hablar desde la comodidad de una oficina en aire acondicionado, etc., pero no saben lo que se vive aquí”.

Pero nuestro Señor se despojó de su comodidad y se convirtió en uno de nosotros. De manera que podemos estar seguros que El comprende lo que es ser tentado, sentir desánimo, tener hambre, sueño, cansancio, perder un ser querido… todas estas cosas por las que pasamos los seres humanos. El entiende lo que es vivir en una sociedad injusta, El sabe lo que se siente querer hacer las cosas bien hechas (hacer lo correcto) y que la gente y las autoridades te desprecien y condenen indebidamente por esto. El sabe lo que es nadar contra de la corriente. En fin, ¡El nos conoce y nos entiende!

Jesús nos dice en Juan 16:33 “estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. En Apocalipsis 3:21 nos dice: “Al que venciere, le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono.” Nos repite en varios versículos de este último libro las palabras ¨al que venciere… al que venciere¨. De manera que ¡sí se puede! Se puede vivir una vida que agrade a Dios, se puede ser obediente a nuestro Señor a pesar de todas las cosas.

Finalmente, a modo de síntesis, quisiera que de la frase “tengo sed” recordemos estos dos mensajes:

1.      Jesús nos ama tanto que se despojó de su gloria y comodidad convirtiéndose en un ser humano, y sufrió en carne y hueso, sin rendirse, todos los dolores y padecimientos para librarnos de una condenación eterna.

2.      Al vivir como uno de nosotros, podemos estar seguros que nuestro Señor nos entiende y comprende todo lo que nos sucede. Nos reta a vivir una vida que le agrade diciéndonos “confiad, yo he vencido al mundo”.  


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