viernes, abril 13, 2012

Desde la fe / Ante la lotería

Hace unos años, miércoles y sábados los enlazaba con un rito obligatorio: pararme en una banca a jugar la “lotto”. Hoy me siento liberado de tal atadura. “No gastaba casi nada, 25, 50 pesos…”, suelo explicar minimizando lo que hacía, pero la verdad es que más allá del valor monetario, cabe la pregunta de mis motivaciones ¿Por qué jugaba? Si tú eres aún de ellos, ¿por qué lo haces? Escudriñar el corazón es fundamental para los cristianos. Aquí les presento este artículo de Juan Francisco Martínez, publicado en Protestante Digital…. es como si yo lo hubiese escrito.

La fiebre de la lotería

 Da la impresión de que las personas creen que el dinero les traería algo que falta en sus vidas y este “algo” les daría felicidad. 

Al estar escribiendo esta nota se anunciaron los números ganadores de la lotería “Mega Millions” de los Estados Unidos. Ya se sabe que a lo menos una persona ganó el premio y es posible que habrán varios ganadores. También se sabe que el valor del “premio gordo” superó el valor de US$640 millones, haciéndolo el premio de lotería más grande en la historia del mundo.
Como siempre pasa cuando crece tanto una lotería, muchas personas que nunca comprarían un boleto lo están haciendo en esta ocasión. Por supuesto,  la probabilidad de ganar el premio gordo es tan bajo que es más probable que lo “parta un rayo” o que muera en un accidente automovilístico a que compre el boleto ganador. Sin embargo, mucha gente hizo colas largas para comprar su boleto.
 
La pregunta que siempre se hace en este tipo de situación es: ¿qué harías se ganaras el premio? Los medios de comunicación social han entrevistado a muchos que hablan de comprar vehículos, casas, dejar trabajos o comprar algo que nunca han tenido. Casi todos hablan de hacer cambios profundos en sus vidas.  Da la impresión de que las personas asumen que el dinero les traería alguno que falta en sus vidas y que conseguir este “algo” les daría felicidad. Y tristemente, por lo general, son las personas pobres las que son más propensas a comprar boletos con dinero que necesitan para vivir, esperanzados de poder salir de su pobreza.

 Para algunos cristianos comprar la lotería va en contra de su entendimiento del evangelio y de lo que Dios espera de los creyentes. Pero sospecho que muchos de nosotros secretamente quisiéramos ganar el premio. Tal vez hasta hemos orado y hemos prometido dar la mitad de lo ganado a la obra del Señor, si Dios nos permitiera ganar… Pero Dios no parece contestar.

 La lotería hace suscitar muchas preguntas. ¿Por qué quiero ganar el dinero? ¿Qué asumo necesitar para ser feliz? ¿Será que el deseo de ganar refleja una indisposición a creer que Dios siempre provee lo necesario? ¿Será que mido el éxito y la felicidad por la cantidad de dinero que tengo?

Al fin y al cabo,  la lotería me invita a soñar lo que podría ser. Pero también me puede quitar la paz y el contentamiento. Querer lo que no necesito, fácilmente me impulsa hacia el materialismo, a creer que las cosas son de valor profundo y también a creer que la felicidad la voy a encontrar en lo que no tengo.

 Siendo que la posibilidad de ganar la lotería y la posibilidad de encontrar el boleto ganador tirado en la calle es casi igual, no compraré un boleto. Pero si me lo encuentro tirado… ¿lo tomaré como voluntad del Señor? 


1 comentario:

comprar loteria dijo...

A mi me gusta comprar loteria porque pienso que algún día me tocará... Si siempre pensaramos en las probabilidades de que nos tocara, la vida sería más aburrida, ¿no?

Saludos,
Luis