Cándida Acosta es una periodista que ejerce en el Listín Diario. El "corre-corre" del diarismo no permite siempre el análisis, la interpretación, la reflexión... pero en esta ocasión Acosta nos brinda un ejemplo de lo que significa "parar en medio de la prisa". Casi a modo de ensayo -y publicado originalmente en Listín Diario- nos entrega algunas respuestas a la pregunta de si está la economía dominicana preparada para un salto al desarrollo?
Retos presentes y futuros de RD
Población. El crecimiento
poblacional de la nación dominicana está estimado en 11.1 millones de personas
para 2020, según el Banco Mundial, en su más reciente informe sobre Indicadores
del Desarrollo Mundial 2012, editado en inglés.
Cándida Acosta
candida.acosta@listindiario.com
Santo Domingo
¿Está la economía
dominicana preparada para dar el salto al desarrollo? Tras dejar atrás la azada y el “colín” y
embarcarse en un proceso de sustitución de producción de bienes básicos a uno
de importaciones para encontrarse hoy en el “ojo del huracán” de la
globalización de los mercados, República Dominicana está obligada a girar su
modelo económico en dos vertientes: en retrospectiva en materia alimentaria y,
a mediano y largo plazo, hacia un mayor impulso de las políticas de
infraestructuras orientadas a atraer una mayor proporción de inversión foránea
que mejore las condiciones de entorno y de empleo.
La economía dominicana se
ha sustentado en políticas que a pesar de estar concebidas de forma adecuada,
su ejecución ha sido insuficiente para que sus pobladores logren el “nivel de
felicidad” supuesto a ser alcanzado a partir del crecimiento del Producto
Interno Bruto como nación y como ingreso per cápita (como persona), dando
origen a una alta deuda social a pesar de 50 años de vida democrática.
Adicional al tema social
está la parte de infraestructura. Aunque se ha logrado cierto desarrollo urbano
en materia de edificaciones, todavía persiste un gran desequilibrio. Según el
informe de Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM),
de 2011, una alta proporción, 2.3 millones de personas, está ubicada como el
24% del total de población desnutrida (dato al 31 de octubre 2011) y datos
oficiales del sector vivienda dan cuenta de un alto déficit habitacional que
supera el millón de unidades y, ni hablar de la cantidad de reclamos de los
pobladores de las comunidades respecto a caminos vecinales, mega obras de
entorno turístico, puentes y elevados.
Hoy día la población
dominicana llega a cerca de 9.5 millones de habitantes, de acuerdo con los
datos del último censo poblacional de la Oficina Nacional de Estadísticas
(ONE). Para 2020 se estima que el número poblacional será de 11.1 millones,
según indicadores mundiales 2012 del Banco Mundial, datos que permiten inferir
el aumento de la demanda de soluciones para el desarrollo local, como de
logística (transporte terrestre, marítimo y aéreo, a partir del
reacondicionamiento y construcción de nuevas obras).
Otros indicadores no son
menos halagueños: la tasa de desempleo amplio (personas que no trabajan) sigue
en 14% y desde 2007 el dato que se tiene sobre el desempleo en jóvenes,
actualizado al 7 de julio 2011, es de un 44% con respecto al desempleo total,
especialmente mujeres, de acuerdo con las informaciones de Naciones Unidas en
su informe sobre los ODM.
Servicios
En materia de servicios, la
economía dominicana tiene su principal fuerte en el turismo, pero según la
Asociación de Hoteles, Bares y Restaurantes, ese renglón que aporta un
1.9% del PIB anual ha estado perdiendo
competitividad con relación a costo-país, faltan infraestructuras y el servicio
primordial que es el eléctrico sigue impactando de manera negativa a los
distintos subsectores productivos.
En este caso, los hoteles
se suplen de energía y agua del subsuelo, a la vez que insisten en que también
requieren del acompañamiento del Estado con obras e infraestructuras que
mejoren el entorno.
En los últimos años, el
gobierno dominicano ha contribuido con el desarrollo de carreteras, puentes y
elevados. Sin embargo, el techo por recorrer
es largo y evidencia la necesidad de una “vuelta hacia atrás” para
encaminar a la nación hacia otros senderos del desarrollo con la reducción de
sus principales brechas como la educación
técnica de calidad y la electricidad. Cada año llegan más de cuatro
millones de visitantes a RD.
Los recursos
Al igual que sus pares de
la región latinoamericana, identificada como la más desigual del hemisferio
Occidental por organismos como el Banco Mundial, en República Dominicana las
necesidades son muchas, pero los recursos son escasos. Y, como la economía,
tiene que hacer frente a la teoría de la administración de la escasez.
De un presupuesto público
de más de RD$430,000 millones anuales en 2012, de los cuales RD$327,238.8
millones provendrían de ingresos tributarios (de impuestos), y un alto déficit
entre la relación ingresos-gastos debido a la cantidad de recursos que hay que
destinar al servicio de deuda (intereses
más amortizaciones) y transferencias al sector eléctrico, y la recapitalización
del Banco Central (BC), asumido tras la crisis bancaria de 2003, los recursos
pendientes para cubrir necesidades básicas de alimentación, salud e
infraestructuras lucen inciertos.
Solo en 2011, el
presupuesto público fue deficitario en RD$6,929.4 millones con relación al
estimado, señalan las estadísticas del Ministerio de Hacienda y ese solo hecho plantea una interrogante en el
porvenir, sobre todo, ante el posible racionamiento de recursos que se produzca
como resultado de efectos de la crisis europea o de las restricciones que se
vislumbran en el sistema financiero global a partir de las nuevas exigencias de
la Norma Basilea III.
Ante ese panorama, corresponde al Estado
embarcarse en un proceso de captación de inversión público-privada que fomente
las construcciones de obras para la facilitación de la producción agrícola de
vocación exportable y de la industrialización a partir de manufacturas locales.
Datos del Ministerio de
Hacienda sobre el endeudamiento de
República Dominicana dan cuenta de un compromiso equivalente al 11.8 del total
fijado al 31 de marzo este año con organismos multilaterales, pero en adelante
para mantener ese flujo de recursos en un contexo internacional de
incertidumbre los gobiernos que se instauren en los próximos años están obligados
a firmar un pacto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), entidad que viene
a ser la antesala o “el aval” de los bancos Mundial e Interamericano de
Desarrollo (BID).
Entorno externo plantea un
cambio de estrategias
A dos o tres años para que
el mundo europeo, sobre todo de la Eurozona logre salir de la crisis en la que
se encuentra, la nación dominicana está abocada a hacer frente al problema de
competitividad en el sector eléctrico, el fomento de las exportaciones, la
desaceleración de la actividad turística y las remesas y al alto costo interno
de la economía, como también al tema de las reformas impositivas.
Una familia ubicada en un
grupo de clase media baja como la de Martha García es un buen ejemplo: gana un
salario de RD$30,000 y con el ingreso de su pareja y dos hijos que suman
RD$50,000 los tres, el ingreso familiar llega a RD$80,000 por mes. Sin embargo,
a pesar de que ninguno es sujeto del pago del Impuesto Sobre la Renta
establecido por ley en República Dominicana, donde la exención fiscal de ese
gravamen es hasta de RD$33,326 por mes, García y su familia pagan una
proporción para el retiro y otra para la salud y riesgos laborales y lamentan
que esos recursos no les alcanzan para vivir adecuadamente.
Solo de alquiler pagan
RD$10,000 mensuales a los que suma otros RD$10,000 de servicios de
comunicaciones (Internet, celulares, cable TV); en consumo de energía eléctrica
gastan de RD$3,000 a RD$5,000 por mes, a los que suma el gasto de agua
embotellada, combustibles y repuestos de vehículos, medicina y alimentos dentro
y fuera de casa, lo que según señala la obliga a financiar sus gastos con
tarjetas de crédito. Ese es solo un ejemplo de lo que pasa en una familia y que
se agrava en el caso de una empresa dominicana, sobre todo, si es pequeña.
A escala global, las
naciones desarrolladas del mundo tienen en sus territorios todas las obras
necesarias para mantener funcionando el capital.
Sin embargo, la búsqueda de
gran rentabilidad ha ido ganando campo haciendo que los recursos giren hacia el
otro lado del mundo. De hecho, a la región latinoamericana llegaron US$6,000
millones en el año 2010, según el Banco Mundial, pero para garantizar un
retorno más sano las compañías necesitan condiciones para ser competitivas para
que las infraestructuras y sus inversiones sean productivas y creen puestos de
trabajo.
EL DESAROLLO GENERA
CRECIMIENTO Y EMPLEOS
INDICADORES
La economía dominicana,
según cifras de organismos como el Banco Mundial, tiene un índice de pobreza
global de un 35% de su población (9.9 millones) y una indigencia de 16%. El
desempleo sigue siendo elevado (14% ) y, las condiciones de vida de la gente no
refleja el bienestar y equidad de oportunidades que se debe sentir tomando en
cuenta el crecimiento de la economía y del ingreso per cápita promedio (por
persona) que, según economistas como Joseph Stigliz, autor de Instrumentos de
Medida de la Economía, enfocado en el bienestar social; o Amartya Sen, con su
estudio sobre pobreza y libertad, debe estar reflejada en la población para
hablar de equidad y bienestar social.
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