miércoles, junio 27, 2012

Desde otra óptica / Retos RD

Cándida Acosta es una periodista que ejerce en el Listín Diario. El "corre-corre" del diarismo no permite siempre el análisis, la interpretación, la reflexión... pero en esta ocasión Acosta nos brinda un ejemplo de lo que significa "parar en medio de la prisa". Casi a modo de ensayo -y publicado originalmente en Listín Diario- nos entrega algunas respuestas a la pregunta de si está la economía dominicana preparada para un salto al desarrollo?


Retos presentes y futuros de RD

Población. El crecimiento poblacional de la nación dominicana está estimado en 11.1 millones de personas para 2020, según el Banco Mundial, en su más reciente informe sobre Indicadores del Desarrollo Mundial 2012, editado en inglés.

Cándida Acosta
candida.acosta@listindiario.com
Santo Domingo
¿Está la economía dominicana preparada para dar el salto al desarrollo?  Tras dejar atrás la azada y el “colín” y embarcarse en un proceso de sustitución de producción de bienes básicos a uno de importaciones para encontrarse hoy en el “ojo del huracán” de la globalización de los mercados, República Dominicana está obligada a girar su modelo económico en dos vertientes: en retrospectiva en materia alimentaria y, a mediano y largo plazo, hacia un mayor impulso de las políticas de infraestructuras orientadas a atraer una mayor proporción de inversión foránea que mejore las condiciones de entorno y de empleo.

La economía dominicana se ha sustentado en políticas que a pesar de estar concebidas de forma adecuada, su ejecución ha sido insuficiente para que sus pobladores logren el “nivel de felicidad” supuesto a ser alcanzado a partir del crecimiento del Producto Interno Bruto como nación y como ingreso per cápita (como persona), dando origen a una alta deuda social a pesar de 50 años de vida democrática.

Adicional al tema social está la parte de infraestructura. Aunque se ha logrado cierto desarrollo urbano en materia de edificaciones, todavía persiste un gran desequilibrio. Según el informe de Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), de 2011, una alta proporción, 2.3 millones de personas, está ubicada como el 24% del total de población desnutrida (dato al 31 de octubre 2011) y datos oficiales del sector vivienda dan cuenta de un alto déficit habitacional que supera el millón de unidades y, ni hablar de la cantidad de reclamos de los pobladores de las comunidades respecto a caminos vecinales, mega obras de entorno turístico, puentes y elevados.

Hoy día la población dominicana llega a cerca de 9.5 millones de habitantes, de acuerdo con los datos del último censo poblacional de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). Para 2020 se estima que el número poblacional será de 11.1 millones, según indicadores mundiales 2012 del Banco Mundial, datos que permiten inferir el aumento de la demanda de soluciones para el desarrollo local, como de logística (transporte terrestre, marítimo y aéreo, a partir del reacondicionamiento y construcción de nuevas obras).

Otros indicadores no son menos halagueños: la tasa de desempleo amplio (personas que no trabajan) sigue en 14% y desde 2007 el dato que se tiene sobre el desempleo en jóvenes, actualizado al 7 de julio 2011, es de un 44% con respecto al desempleo total, especialmente mujeres, de acuerdo con las informaciones de Naciones Unidas en su informe sobre los ODM.

Servicios
En materia de servicios, la economía dominicana tiene su principal fuerte en el turismo, pero según la Asociación de Hoteles, Bares y Restaurantes, ese renglón que aporta un 1.9%  del PIB anual ha estado perdiendo competitividad con relación a costo-país, faltan infraestructuras y el servicio primordial que es el eléctrico sigue impactando de manera negativa a los distintos subsectores productivos.

En este caso, los hoteles se suplen de energía y agua del subsuelo, a la vez que insisten en que también requieren del acompañamiento del Estado con obras e infraestructuras que mejoren el entorno.

En los últimos años, el gobierno dominicano ha contribuido con el desarrollo de carreteras, puentes y elevados. Sin embargo, el techo por recorrer  es largo y evidencia la necesidad de una “vuelta hacia atrás” para encaminar a la nación hacia otros senderos del desarrollo con la reducción de sus principales brechas como la educación  técnica de calidad y la electricidad. Cada año llegan más de cuatro millones de visitantes a RD.

Los recursos
Al igual que sus pares de la región latinoamericana, identificada como la más desigual del hemisferio Occidental por organismos como el Banco Mundial, en República Dominicana las necesidades son muchas, pero los recursos son escasos. Y, como la economía, tiene que hacer frente a la teoría de la administración de la escasez.

De un presupuesto público de más de RD$430,000 millones anuales en 2012, de los cuales RD$327,238.8 millones provendrían de ingresos tributarios (de impuestos), y un alto déficit entre la relación ingresos-gastos debido a la cantidad de recursos que hay que destinar  al servicio de deuda (intereses más amortizaciones) y transferencias al sector eléctrico, y la recapitalización del Banco Central (BC), asumido tras la crisis bancaria de 2003, los recursos pendientes para cubrir necesidades básicas de alimentación, salud e infraestructuras lucen inciertos.

Solo en 2011, el presupuesto público fue deficitario en RD$6,929.4 millones con relación al estimado, señalan las estadísticas del Ministerio de Hacienda y ese solo  hecho plantea una interrogante en el porvenir, sobre todo, ante el posible racionamiento de recursos que se produzca como resultado de efectos de la crisis europea o de las restricciones que se vislumbran en el sistema financiero global a partir de las nuevas exigencias de la Norma Basilea III.

 Ante ese panorama, corresponde al Estado embarcarse en un proceso de captación de inversión público-privada que fomente las construcciones de obras para la facilitación de la producción agrícola de vocación exportable y de la industrialización a partir de manufacturas locales.

Datos del Ministerio de Hacienda sobre el endeudamiento  de República Dominicana dan cuenta de un compromiso equivalente al 11.8 del total fijado al 31 de marzo este año con organismos multilaterales, pero en adelante para mantener ese flujo de recursos en un contexo internacional de incertidumbre los gobiernos que se instauren en los próximos años están obligados a firmar un pacto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), entidad que viene a ser la antesala o “el aval” de los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo (BID).

Entorno externo plantea un cambio de estrategias
A dos o tres años para que el mundo europeo, sobre todo de la Eurozona logre salir de la crisis en la que se encuentra, la nación dominicana está abocada a hacer frente al problema de competitividad en el sector eléctrico, el fomento de las exportaciones, la desaceleración de la actividad turística y las remesas y al alto costo interno de la economía, como también al tema de las reformas impositivas.

Una familia ubicada en un grupo de clase media baja como la de Martha García es un buen ejemplo: gana un salario de RD$30,000 y con el ingreso de su pareja y dos hijos que suman RD$50,000 los tres, el ingreso familiar llega a RD$80,000 por mes. Sin embargo, a pesar de que ninguno es sujeto del pago del Impuesto Sobre la Renta establecido por ley en República Dominicana, donde la exención fiscal de ese gravamen es hasta de RD$33,326 por mes, García y su familia pagan una proporción para el retiro y otra para la salud y riesgos laborales y lamentan que esos recursos no les alcanzan para vivir adecuadamente.

Solo de alquiler pagan RD$10,000 mensuales a los que suma otros RD$10,000 de servicios de comunicaciones (Internet, celulares, cable TV); en consumo de energía eléctrica gastan de RD$3,000 a RD$5,000 por mes, a los que suma el gasto de agua embotellada, combustibles y repuestos de vehículos, medicina y alimentos dentro y fuera de casa, lo que según señala la obliga a financiar sus gastos con tarjetas de crédito. Ese es solo un ejemplo de lo que pasa en una familia y que se agrava en el caso de una empresa dominicana, sobre todo, si es pequeña.

A escala global, las naciones desarrolladas del mundo tienen en sus territorios todas las obras necesarias para mantener funcionando el capital.

Sin embargo, la búsqueda de gran rentabilidad ha ido ganando campo haciendo que los recursos giren hacia el otro lado del mundo. De hecho, a la región latinoamericana llegaron US$6,000 millones en el año 2010, según el Banco Mundial, pero para garantizar un retorno más sano las compañías necesitan condiciones para ser competitivas para que las infraestructuras y sus inversiones sean productivas y creen puestos de trabajo.

EL DESAROLLO GENERA CRECIMIENTO Y EMPLEOS
INDICADORES
La economía dominicana, según cifras de organismos como el Banco Mundial, tiene un índice de pobreza global de un 35% de su población (9.9 millones) y una indigencia de 16%. El desempleo sigue siendo elevado (14% ) y, las condiciones de vida de la gente no refleja el bienestar y equidad de oportunidades que se debe sentir tomando en cuenta el crecimiento de la economía y del ingreso per cápita promedio (por persona) que, según economistas como Joseph Stigliz, autor de Instrumentos de Medida de la Economía, enfocado en el bienestar social; o Amartya Sen, con su estudio sobre pobreza y libertad, debe estar reflejada en la población para hablar de equidad y bienestar social.

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