Es mi cocina, pequeña pero un espacio para desafíos. Hoy
inicio una nueva sección en mi blog. Soy un amante de la cocina. Es mi forma de
relajarme de las tensiones diarias, de agradar a mi esposa y de disfrutar
momentos de creatividad (cocino con lo que tengo a mano, cocino con pasión,
diferente cada vez, por hacerlo… en fin, es parte de los goces que me da la
vida). En esta ocasión, un artículo prestado de Maite Zudaire sobre los
beneficios de los alimentos crudos… fáciles de encontrar, de adobar y
saludables! Si te animas, me envías tu
receta o tus consideraciones. Buen fin de semana!
Alimentos crudos: beneficios para la
salud
El consumo habitual de alimentos crudos favorece la digestión,
el control de la glucemia y del peso, retrasa el envejecimiento y aumenta la
vitalidad
Por Maite Zudaire
Aumentar el consumo de alimentos crudos previene
diversas enfermedades, mejora los síntomas de varios trastornos digestivos
(como hinchazón abdominal, gases, flatulencias o dispepsias), ayuda a retrasar
el envejecimiento y aporta vitalidad. Esto se debe en gran medida a la densidad
nutritiva de los alimentos que se comen, ya que son ricos en nutrientes
reguladores y antioxidantes, y a que los
alimentos crudos contienen enzimas que ayudan a mejorar mucho las digestiones
y, con ello, se optimiza el aprovechamiento de los nutrientes de los alimentos.
En este reportaje se reseñan los principales beneficios de comer alimentos
crudos y se indican cuatro que no pueden faltar en la mesa: ensaladas, fruta
fresca, frutos secos y frutas desecadas.
Los beneficios de comer alimentos
crudos
Los alimentos crudos son ricos en vitaminas, sales
minerales y oligoelementos, fibra, enzimas y otros fitoquímicos que protegen la
salud. Su consumo diario, con las
debidas precauciones de higiene, supone distintas mejoras:
· Más masticación, menos hinchazón
abdominal. Los alimentos crudos, para tragarse bien,
requieren masticarse. Esto redunda en una mejor digestión y, en consecuencia,
en una menor hinchazón abdominal y menos gases. Además, los vegetales crudos
contienen enzimas que ayudan a mejorar las digestiones, por lo que combaten la
dispepsia y la flatulencia.
· Mejora del equilibrio intestinal,
mejores digestiones. Una alimentación rica en alimentos
crudos y con un aporte justo de proteína animal favorece el equilibrio entre
las distintas colonias de microorganismos que colonizan el intestino. Este
equilibrio es necesario para la correcta absorción de nutrientes y la
fabricación de sustancias de gran importancia, como la serotonina, un
neurotransmisor cerebral relacionado con el buen estado de ánimo.
· Más energía vital.
El calor al que se someten muchos alimentos durante el cocinado hace que se
pierda o se reduzca de forma sustancial su contenido en vitaminas y
antioxidantes, y que parte de sus sales minerales queden disueltas en el caldo
de cocción. Aunque hay excepciones (como el tomate, cuyo licopeno antioxidante
es más activo cuando el tomate se ha cocinado), en general, los alimentos
crudos contienen una mayor densidad de nutrientes reguladores. Estos nutrientes
están implicados en procesos de obtención de energía, mediante un mayor y mejor
aprovechamiento de los nutrientes (hidratos, proteínas, grasas). El resultado
es un organismo más nutrido, con más vitalidad y energía.
· Freno al envejecimiento.
El reloj biológico no se para, envejecemos cada segundo, cada minuto que pasa.
Pero el envejecimiento se acelera si el organismo no recibe suficientes
antioxidantes que compensen la acción oxidante del oxígeno que respiramos y de
los radicales libres, producto del metabolismo o de la exposición ambiental (al
tabaco, la polución, la exposición al sol...). Losalimentos más antioxidantes
son ciertos vegetales crudos. Estudios realizados por el USDA en el Centro de
Investigación sobre nutrición humana de la Universidad de Tufts, en Boston,
sugieren que consumir las frutas y verduras más antioxidantes ayuda a
ralentizar el proceso de envejecimiento en el organismo y en el cerebro,
relacionado con el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las
degenerativas, como el Parkinson o el Alzheimer.
· Equilibrio entre sodio y potasio.
Los estudios sobre hábitos alimentarios nacionales e internacionales confirman
un consumo excesivo de sodio -casi duplicado- con respecto a las necesidades
nutricionales, estimadas en 2,4 gramos diarios. Los vegetales crudos son una
excelente fuente natural de potasio, elemento mineral que debe estar en
equilibrio con el sodio para contrarrestar los efectos patológicos de este
último en el aparato circulatorio.
· Estreñimiento.
El malestar mejora si se toman alimentos crudos ricos en fibra, que acelera el
movimiento intestinal, capta agua, aumenta el volumen fecal y favorece la
evacuación. La fibra también ayuda a controlar mejor la glucemia y el peso
corporal, por lo que los alimentos crudos han de estar presentes a diario en
los menús de las personas con diabetes y
con obesidad.
Alimentos crudos en la mesa: cuatro
clásicos que no pueden faltar
Alimentos que por tradición se comen crudos -como
hortalizas en la ensalada, frutas frescas, semillas, frutos secos o frutas
desecadas- son indispensables de los
menús diarios. Son fáciles de servir, su preparación no es laboriosa y
apenas requieren aliños o aderezos. Entre ellos, destacan:
1.
Ensaladas. En todas sus
versiones, formas, elaboraciones, combinaciones y presentaciones. Pueden estar
compuestas por los ingredientes más populares, como la lechuga o la escarola, o
mezcladas con hojas más selectas, como la rúcula, la acedera o los canónigos.
Combinados con otros vegetales, estimulan los cinco sentidos por sus colores,
aromas, variedad de sabores y crujiente textura.
2.
Fruta fresca, en todos los formatos, texturas y
formas (al
natural, en brochetas, en macedonia...). Una idea original es mezclar trozos de
fruta fresca con la mermelada de las tostadas para el desayuno.
3.
Puñado de frutos secos.
Las castañas y las avellanas se han identificado como las más ricas en
antioxidantes, pero todos los frutos secos reúnen un valioso valor nutricional.
Las semillas de calabaza, de lino o de sésamo se pueden añadir a las ensaladas
o a las cremas para hacerlas más interesantes.
4.
Mezcla de frutas desecadas.
Las uvas y ciruelas, los higos, orejones y dátiles son una potente fuente de
energía que concentra los nutrientes valiosos de la fruta fresca, como
minerales, fibra y algunas vitaminas. Un puñado de uvas pasas en la ensalada o
unos orejones mezclados con los copos del desayuno son dos fórmulas deliciosas
para comer más frutas dulces.
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