“El Profesor Holland: Una enseñanza de vida”
Por Milton Tejada C.
Mr. Holland's Opus (La Obra del Sr. Holland), película estadounidense
de 1995, dirigida por Stephen Herek,1 producida por Ted Field, Robert W. Cort,
y Michael Nolin, con guión de Patrick Sheane Duncan. Protagonizada por Richard Dreyfuss, Glenne
Headly, Olympia Dukakis, William H. Macy y Jay Thomas.
Profesor Holland es presentada como la biografía del profesor de música
Glenn Holland en 30 años de su carrera en la Escuela Secundaria ficticia de
John F. Kennedy en Portland, Oregon, una profesión que irá aprendiendo a
desarrollar y a amar, siendo a lo largo de su carrera cada vez más apreciado
por sus alumnos. “Nosotros somos su mejor sinfonía” resume el cumplimiento del
propósito al cual el Profesor Holland dedicó 30 años de su vida.
En este ensayo se expone como Holland, en el transcurso de su vida como
maestro de música, se enfrentó exitosamente a las tareas evolutivas indicadas por
Erick Erickson, constituyéndose en un ejemplo de cómo la resolución exitosa de
una tarea crea bases para enfrentar adecuadamente la siguiente. En este informe
no se toma la película de un modo lineal, sino que también se toma en cuenta la
tarea de la identidad en el hijo del Profesor Holland y de Iris: Cole Holland.
Además, algunos elementos de la tarea evolutiva no concluyen en una etapa, sino
que se extienden a lo largo de toda la vida como el ser generativo o el vivir
una auténtica identidad. Palabras claves: tareas evolutivas, identidad,
generatividad.
Contenido
Resumen
/ Abstrac
1.
Introducción
2.
Las
tareas evolutivas y el profesor Holland
2.1.
De
la identidad construida a la identidad reconstruida
2.2.
Un
hogar para definir una identidad: Cole Holland
2.3.
Intimidad
2.4.
Envejecimiento:
Integridad frente a desesperación.
2.4.1.
Amenaza
desde lo emocional-afectivo.
2.4.2.
Amenaza
desde lo laboral.
2.5.
Una
generatividad permanente
3.
Análisis
y reflexiones finales
Referencias
bibliográficas
Resumen
“Nosotros
somos su mejor sinfonía” resume el cumplimiento del propósito al cual el
Profesor Holland dedicó 30 años de su vida. En ese transcurso, Holland se
enfrentó exitosamente a las tareas evolutivas indicadas por Erick Erickson,
constituyéndose en un ejemplo de cómo la resolución exitosa de una tarea crea
bases para enfrentar adecuadamente la siguiente. En este informe no se toma la
película de un modo lineal, sino que también se toma en cuenta la tarea de la
identidad en el hijo del Profesor Holland y de Iris: Cole Holland. Además,
algunos elementos de la tarea evolutiva no concluyen en una etapa, sino que se
extienden a lo largo de toda la vida como el ser generativo o el vivir una
auténtica identidad. Palabras claves: tareas evolutivas, identidad,
generatividad.
Abstrac
"We are your
best symphony" sums up the fulfillment of the purpose to which Professor
Holland spent 30 years of his life. In this course, Holland successfully faced
the developmental tasks indicated by Erick Erickson, becoming an example of how
the successful resolution of a task creates basis to adequately address the
next. In this report the film in a linear fashion is not taken, but also takes
into account the task of identity in the son of Professor Holland and Iris:
Cole Holland. In addition, some elements of evolutionary task does not end in a
stage, but extend throughout life as the generative be or live an authentic
identity. Keywords: developmental tasks, identity, generativity..
1.
Introducción
Al
“leer” la película “El Profesor Holland: una enseñanza de vida” (también
titulada “La obra del Sr. Holland”) es posible hacerlo en clave eriksoniana,
valorando lo que significan las tareas evolutivas de la adultez e incluso de
una vejez regenerativa. Sin embargo, la película ofrece más. Y una historia
sigue a la otra, la del padre sigue a la del hijo, porque aunque el profesor
Holland (PH) tiene su punto de partida en una adultez constituida, funcional,
hay que decir que Cole, el hijo (CH) se le ve trascurrir por diversas etapas.
En ese sentido, nos proponemos en este trabajo describir el tránsito de una
etapa a otra y a otra, a través de ambos personajes.
La
sinopsis es simple. La trama se ambienta en el período 1965-1995. Treinta años
de múltiples acontecimientos políticos, económicos, culturales y sociales,
algunos de los cuales estarán de trasfondo. PH, a pesar de que parece que fuese
un músico de talento, se ve obligado a dedicarse a la docencia en una ficticia
escuela de Estados Unidos. Busca sobrevivir económicamente y busca también
hacer un buen trabajo. Al principio, un profesor más que no logra motivar,
despertar interés, pasión por la música en sus alumnos. Sólo cuando cae en la
cuenta de que nadie aprende bien si no parte de algo que le motive –y ese algo
era el rock en los jóvenes de esa escuela- es que comienza a ser efectivo y,
además, su trabajo de sobrevivencia comienza a ser su forma de vida permanente.
Sin
embargo, los cambios traen cuestionamientos, resistencia de parte del asistente
principal, Gene Wolters, así como de la directora Helen Jacobs (esta, luego,
cambia de actitud).
El
otro personaje que gravita en los tránsitos de las diversas etapas de PH es Iris
Holland (IH), su esposa, quien queda
embarazada de CH. Pronto se dan cuenta de que CH tiene una sordera grave. Punto
crítico en la relación padre-hijo. PH, en principio, parece no ocuparse del
niño, no comprenderlo. Sin embargo, ya un adolescente y en un mundo agitado
socialmente (lo cual se presenta en la película con diversas imágenes), la
muerte de John Lennon (1980) es la oportunidad del acercamiento padre-hijo: CH
muestra que sabe y aprecia la música y la profesión del padre y que desea tanto
como los alumnos de PH, aprender, aprender…Luego, en el análisis, veremos que
el alejamiento concluye, se da un acercamiento profundo.
Ya
con 60 años una crisis se presenta en su vida: despedido por recortes
presupuestarios. La pregunta es brutal –y nos la hacemos a veces cuando nos
acercamos a esa edad o ante determinadas rupturas críticas-: valió de algo
haber dedicado su vida a la enseñanza, renunciar a la música como compositor,
cuando no hizo diferencia en nadie y nadie lo recuerda. La Obra de Holland es
la obra de su vida, su música son sus alumnos, la sinfonía compuesta y
ejecutada es el tributo que le rinden.
Una joven alumna que
comparte la pasión por la música, Rowena Morgan, es la excusa para plantear un
dilema al PH: la ilusión de un amor joven frente a la estabilidad de una vida
madura, compartida con su esposa, a quien ama. La ilusión pasa por su cabeza y,
probablemente, por sus emociones.
Este
análisis es en función de algunos de los planteamientos de la teoría
eriksoniana sobre las etapas de la vida en una persona, especialmente la vida
adulta. A diferencia de una historia de vida, no es lineal (porque la película
tampoco lo es, comienza cuando PH tiene aproximadamente 30 años). Se buscará
describir las diversas etapas y elementos dinámicos dentro de esas etapas, las
crisis como puntos de transición, los pasos a nuevas etapas.
A
diferencia de otras exposiciones, la comprensión teórica de las etapas
evolutivas –teoría- se irán presentando ilustrada por el discurrir de la
película, algunos fragmentos de diálogos y frases. Sin embargo, algunas ideas
generales al principio ayudarán a encajar mejor el análisis.
Erikson
plantea algunas tareas evolutivas en la adultez –incluyendo el adulto mayor.
Podría afirmarse que se trata de elementos distintos de diversas etapas de la
vida adulta. Estos son:
- Identidad, tarea propia de la adolescencia y la transición a la adultez. En esta película el PH parte de este como ya resuelto. Sin embargo, CH se presenta en un momento como la identidad en construcción lo cual, como se verá más adelante, logra no en ruptura con su padre, sino en conflicto y reconciliación.
- Intimidad. La tarea de la intimidad adulta se muestra a lo largo de toda la película en una generalmente apacible relación de PH con su esposa, con una amenaza de fisura ante la presencia de Rowena.
- Generatividad. “Una enseñanza de vida” es, en realidad, una película sobre generatividad, pero se trata de una generatividad progresiva, que concluye con una expresión en la Sinfonía tocada por muchos de sus alumnos, impactados por lo que PH sembró en ellos.
- Integridad y gerotrascendencia. El desafío del logro de integridad, de la permanencia, de la fidelidad se hacen presentes en la película. Una mirada a la trayectoria es el sostén, la roca, que permite a PH no sucumbir a dos tentaciones: renunciar a la enseñanza y abandonar el matrimonio.
De
estas etapas se trata este análisis.
De
estas etapas se trata este análisis.
2.
Las tareas
evolutivas y el profesor Holland
2.1.
De la
identidad construida a la identidad reconstruida
Como
se ha señalado, esta es una tarea
propia de la adolescencia y la transición a la adultez. En esta película PH
parte de este tema como aparentemente ya resuelto, pero la elección de la
enseñanza como modo de sobrevivir lleva a redefinir lo que pensó que era y sería:
un gran compositor de música. En principio, la enseñanza la concibe como un
período transitorio. “Cuatro años, a lo
sumo”, le dice Iris, su esposa, en una de las escenas iniciales.
Esta
identidad de partida la ratifica en el primer encuentro con el profesor de
Educación Física, Bill Meister (BM), quien sería luego su mejor amigo. Él le
pregunta sobre lo que ha hecho en los últimos diez años, y PH contesta:
-Tocar música. En realidad, soy compositor.
Al
principio esta identidad construida, esta biografía aparentemente determinada,
se representa mostrando al PH tocando un piano, escribiendo música, aparentando
dirigir una orquesta. El deseo de escribir una sinfonía es el deseo por el
éxito social y cultural, temas propios de todo adulto. El enseñar música parece
una labor escondida que no conduce a ese éxito según parámetros sociales
dominantes. Es un conflicto que se resuelve de modo simple: la necesidad de
generar ingresos para mantener el hogar le obliga, en principio, a la
enseñanza.
Sin
embargo, el entrar en el camino de la enseñanza, lo cual le llevará a
“reescribir” su biografía, reconstruir su identidad, a pesar de tener ya 30
años cumplidos. Esto se percibe con claridad en los primeros 30 minutos de la
película.
Una
primera posición adoptada por PH se puede resumir en la frase “esto no es lo
mío”.
-“Yo no sirvo para eso…”, expresa al
levantarse para ir a dar clases su primer día. Una predisposición que marcará
sus primeros cinco meses en el ejercicio de la enseñanza. Es por eso que al
encontrarse con la directora en el pasillo y ella preguntarle que si está
emocionado (que debería ser lo propio de quien se encuentra en su “vocación”)
ofrece una respuesta “real”, pero difícil:
-“Sólo me saqué el título de enseñanza para tener de
dónde agarrarme y ahora me agarro”.
O
en la conversación con BM le dice que se hizo profesor para tener “tiempo
libre” y componer música (ante lo cual BM se ríe, porque su experiencia es que
ser profesor es una vocación de tiempo completo, no deja tiempo libre).
Con
esa disposición o actitud no logra desafiar a los alumnos, no logra algo que es
fundamental en el enseñar: motivación, que lo enseñado sea significativo para
quien busca aprender. Su primera sesión tratando de dirigir la orquesta escolar
le deja el ánimo en el suelo y el de los alumnos parece igual. No están
interesados, PH no ha logrado interesarles.
Al
final, luego de unos meses y al devolver el resultado de los exámenes bajo esta
lógica, una frase agresiva resume su sentir ante los alumnos. Califica los
resultados de “patéticos” y procede a
prácticamente avergonzar a algunos de ellos. Un alumno es enviado a la
dirección, descalifica a otros.
Gertrude
Land es llamada aparte y PH parece ironizar cuando ella le habla del tiempo que
lleva intentando tocar el clarinete. Se presenta como la típica adolescente en
búsqueda de un lugar, de una identidad, pero lo hace en comparación con su
familia (sus hermanos, sus padres), queriendo ser “tan buena” en algo como
ellos lo son.
Podríamos
decir que, tras cinco meses de docencia, el PH está cayendo. Ni se siente a
gusto con el rol de maestro, no es su vocación, ni puede tampoco desarrollarse
como compositor. Es un momento de
crisis.
Algunos
elementos más contribuyen a que toque fondo. La directora le invita a una
reunión, lo cual rechaza. Ella le contesta con algo memorable:
“Un profesor tiene dos trabajos: Llenar las mentes de
sabiduría, sí, pero lo que es más importante: dar a las mentes un rumbo para
que ese conocimiento no sea inútil. No sé lo que hace usted con el
conocimiento, señor Holland, pero como brújula, es usted un desastre”.
La
reacción emocional la sostiene en su casa. La confrontación interna que sufre
le lleva a externar: “Odio a esa mujer y
odio el enseñar”. Y en medio de esta intensidad emocional viene un hecho
que también, de algún modo, contribuirá a la redefinición de su identidad y
añadirá un nuevo elemento a la misma: “Estoy
embarazada, lo estamos…”, le anuncia IH. Es decir: un maestro que no se
siente satisfecho y que no quiere ser y, ahora, además padre. Una nueva
necesidad a la cual responder.
Aunque
parece un tránsito brusco, de un día a otro, la realidad es que fue un tránsito
que duró cinco meses o más. El regreso a clases es distinto, a tientas e
incluso con desconfianza por parte de sus alumnos, pero es distinto. Se propone
vincular lo tradicional con lo moderno, Bach con lo que realmente motiva a los
jóvenes: el rock and roll…
Celebra,
le alegra lo que descubre y lo comparte con IH:
“Han levantado la mano y ha sido mucho más divertido, ha
sido genial”, proclama entusiasmado.
Ante
la amenaza de una de las alumnas, Gertrude Land, de abandonar el esfuerzo,
parece establecer nuevos elementos de su identidad como maestro. Le pregunta
que se divierte tocando (es esta Gertrude, ya adulta y como Gobernadora, quien
encabeza el homenaje que se le rendirá al PH).
“Tocar música tiene que ser divertido. Se trata de los
sentimientos y de emocionar a la gente y de algo hermoso como estar vivos.
Puedo enseñarle esas notas, pero no todo lo demás”, desafiándola a
tocar la música que lleva dentro de sí y logrando, de paso, que ella se quede.
La identidad del
Profesor Holland ha pasado a una nueva etapa: ahora se asume gozoso como
maestro de música, y goza de esa identidad, ese es él, no es sólo lo que hace,
es lo que es. Su compromiso[1]
con la música permanece, pero adquiere una nueva forma de expresarse, sin
renunciar del todo a la forma aspirada de compositor de música.
Claro,
esta nueva identidad implica una forma de ejercer la profesión de músico:
enseñar, lo cual no está exento de dificultades, desafíos, contrariedades.
Por
ejemplo, en un momento de la película es llamado a la dirección y cuestionado
conjunto por la directora y el subdirector sobre por qué utiliza o enseña rock
and roll. El subdirector llega a afirmar que “el rock and roll, por su propia naturaleza, es el fin de la
disciplina”. La directora, siguiendo esa línea de razonamiento pero no
haciéndola suya, sino preocupación de algunos padres, indica que “hay gente en esta comunidad que opina que
el rock and roll es un mensaje del mismísimo diablo en persona”.
La
respuesta del Profesor Holland deja satisfecha a la directora: “Dígale que yo enseño música y que me
serviré de todo si creo que me ayudará a enseñar a un alumno a que ame la
música”.
Otros
desafíos o retos que se hacen presente en su ser profesor y a los que va
respondiendo positivamente y con mucha dedicación son:
·
Formar
una banda de música que acompañe al equipo de fútbol;
·
Enseñar
a un alumno que no sabe nada de música a tocar un instrumento (en este caso, el
tambor).
Una
primera conclusión que puede estilarse de esta parte es que la identidad es un
proceso dinámico, continuo, aunque tiene sustratos estables (la música, en este
caso).
Una
segunda conclusión –relativa a la identidad de maestro de música- es la
externada por la directora y luego asumida por PH: Enseñar es algo más que
suministrar conocimiento, es enfocar, dar norte. Pero también PH aporta algo
que entra en conflicto con la tradición: se enseña a partir de lo que tiene
sentido para quien quiere aprender (para los jóvenes de ese momento, el rock
and roll).
Erikson
presenta cada dilema como un par de cualidades, donde la resolución es que
predomine lo positivo sobre lo negativo (sin que lo negativo desaparezca
totalmente). En el Profesor Holland predominó el gozo por enseñar y por dar
sentido, dirección, a muchos jóvenes, pero lo negativo fue ver tronchado sus
sueños de ser compositor –especialmente sus sueños de éxito social-, cosa que
cree no lograría como maestro. El tiempo le dirá, para satisfacción de él, que
se equivocó.
Los
conflictos que se presentan los va resolviendo a favor de temas positivos. Por
ejemplo, la sociedad adulta consideraba, en sus pautas morales, que el rock era
malo, pero el Profesor Holland valora, en medio de la crisis, la libertad
creativa (“quiero que amen la música”),
y es en ese carril que también logra solucionar el dilema arte clásico-arte
moderno, porque los dos tienen un sustrato común: expresiones del arte,
distintas, pero arte.
2.2. Un hogar
para definir una identidad: Cole Holland
También se presenta
la definición de identidad que se va dando en Cole Holland y que le corresponde
hacer por su etapa evolutiva. Se trata de una construcción, una definición en
la que la relación con el padre, PH, y el apoyo de la madre son fundamentales[1].
Aunque
diversos autores colocan la adolescencia como el eje de la definición de la
identidad de la persona, desde el punto de vista de la psicología evolutiva y
sus investigaciones ya no es una tarea exclusiva de los adolescentes. Se
prolonga en lo que Juan José Zacarés González ha llamado la adultez emergente.
No hay cortes totalmente bruscos en la mayoría de las personas, sino que las
tareas de la formación de la identidad pueden continuar más allá de la
adolescencia y pueden, como hemos visto en el caso del Profesor Holland,
redefinir lo que consideran que son de acuerdo a puntos críticos o
acontecimientos vitales.
Sin
embargo, sigue siendo la adolescencia el momento oportuno para la creación de
la identidad personal saludable, del cómo concebirse sí mismo, con determinadas
características, tales como ambivalencia y sentido de pasado. Además, se
produce:
·
Sentimiento
de continuidad espacio-temporal, totalidad y cohesión.
·
Conciencia
de tener una personalidad única y valorada por otros significativos.
·
Sentimiento
de dirección y propósito en la propia vida a partir de metas y valores.
Vale
lo citado por Zacarés, siguiendo a Erikson: “He denominado sentimiento de
identidad interior a la integridad/totalidad que ha de lograrse en este estadio
(adolescencia) A fin de experimentar la integridad, el joven debe sentir una
continuidad progresiva entre aquello que ha llegado a ser durante los largos
años de la infancia y lo que promete ser el futuro; entre lo que él piensa que
es y lo que percibe que los demás ven en él y esperan de él” (Erikson, 1971,
pg. 71).
Pero
puede que el conflicto por la identidad, la lucha por la identidad, no quede
resuelta en la adolescencia. Se trataría de una resolución negativa que conduce
a una confusión de la identidad, en que el individuo se siente aislado,
incomprendido, pierde la perspectiva del tiempo, se constituye en incapaz de
enfocarse en una actividad productiva, e incluso puede llegar a adoptar una
identidad negativa adoptando roles completamente opuestos del esperado por la
sociedad o por otros significativos como son los padres.
Si
la resolución es positiva, se da un compromiso como una adhesión a un conjunto
de metas, valores y creencias y su consolidación como probables guías para la
acción futura, con sentimiento de fidelidad.
Al
nacer Cole, los padres parecen emitir una especie de determinación sobre las
posibilidades de que el niño sea músico. Una escena, la pareja y el bebé frente
al piano, el PH afirma: “es un músico
nato”. IH asienta: “oía tanta música
cuando estaba en mi barriga, embarazada”. Esta determinación no tardaría
mucho en verse cuestionada o entredicho, cuando descubren que Cole tiene una
sordera cercana al 90%. Es tan duro esto emocionalmente que el Profesor Holland
lo comparte con sus alumnos, hace referencia a Bethoven, músico sordo, pero con
un dejo de tristeza concluye que Bethoven no era sordo de nacimiento, como si
hubiese pocas esperanzas para Cole.
La
relación de la madre con el hijo tiene sus momentos álgidos, especialmente
cuando ella experimenta como doloroso el no poder comunicarse con Cole.
-Yo ni siquiera puedo hablar con mi hijo. No sé lo que
quiere, lo que piensa, ni lo que siente. Ni siquiera puedo decirle que le
quiero, no puedo decirle quién soy yo, quiero poder hablar con mi hijo… me da
igual lo que cueste, yo quiero hablar con mi hijo”, clama llorosa,
mientras abraza al niño que acababa de hacer una rabieta.
Ella
es escuchada. Acuden a una escuela especial, pero el sistema demanda que
durante tres meses los padres tomen tres horas diarias. La directora de esa
escuela les dice:
-Los profesores más importantes que tendrá su hijo son ustedes, sus
padres.
Es un proceso en que la relación madre-hijo se
consolida, mientras que el padre parece un simple espectador.
Se
suceden hechos que contextualizan el transcurrir de la película: la guerra de
Vietnam, los Beattles, Martín Luther King, Richard Nixon. Ya Cole Holland es un
adolescente.
En
la película se produce un diálogo entre el padre y el hijo. Ha sido asesinado
John Lennon. El padre regresa triste a casa. Le dice a su hijo que está en el
garaje que John Lennon ha sido asesinado, un músico, le dice, pero a la vez
descalifica al hijo…
-No lo entenderías…
Y entra abatido a su casa, donde Iris le
manifiesta tristeza por el hecho. Cole también entra y demanda su atención
inmediata, produciéndose un diálogo que la madre traduce en lenguaje de señas
para el profesor Holland.
-Sé lo que es la
música, tú podrías ayudarme a conocerla más, pero no…
Le da la espalda y se marcha y luego vuelve
atrás. Un desafío a su papel de padre y a su identidad de maestro.
-Tú prefieres enseñar
a otras personas antes que a mí.
Queda pensativo. Se desvela. Ella le busca
para que vaya a acostarse.
-Yo sólo intentaba protegerle.
No pretendía herirle, ni disgustarle.
La
respuesta del padre a esta confrontación y a este momento crítico en la
constitución de identidad del hijo, viene por el lado de un gesto práctico, no
de los discursos. El relato se convierte en un relato práctico. El Profesor
Holland decide hacer un concierto para personas sordas auxiliándose, con luces
que se encienden al compás de la música. En la parte final del concierto, le
dedica a su hijo la canción "Beautiful boy" de John Lennon, la cual
interpreta en voz y con el lenguaje de señas para sordos y concluye la canción
con el nombre de su hijo, Cole (en lugar de Sean, como termina la canción
originalmente interpretada por Lennon).
Después
del concierto, ya en su casa, el alejamiento entre Cole y Glenn termina, cuando
éste último "escucha" a un volumen elevado una canción, a lo cual
Glenn sonríe, se acerca a Cole y termina por poner al máximo el volumen de esa
canción. Es un espacio de encuentro de personas, pero también constituyó un
espacio de descubrimiento de su propia identidad por parte de Cole.
Cole
desaparece de la escena y luego se evidencia que ha concretizado su ser
profesor de música. Al escribir una carta a sus padres le indica que ha
recibido una propuesta de una prestigiosa universidad, pero que no sabe si
dejar a los alumnos de la escuela en donde ya imparte docencia. Ha seguido las
huellas de su padre.
2.3. Intimidad
Cuando
se trata de “intimidad madura” algunas ideas son clave en la vida de un adulto.
Un adulto sabe que jamás el otro va a satisfacer todas sus expectativas,
necesidades, pero sabe que esa otra persona potencia quién soy y potencia un
proyecto común, entregando su tiempo y sus recursos, que es lo que se evidencia
en el desarrollo de la vida conyugal de los Holland.
Otras
características indicadas sobre la intimidad son que esta implica:
- Recibir apoyo emocional por parte de la persona amada.
- Entregar apoyo emocional a la persona amada.
- Comunicación profunda, valoración de la otra persona.
- Sentido de sí mismo en la relación y tolerancia a las diferencias.
- Capacidad de constituir lazos estrechos, sin tener miedo.
La
intimidad también implica compromiso, el cual se muestra por conductas que
contribuyen a mantener la unión, sobre todo en momentos difíciles. Implica una
decisión de amar a una persona concreta (por lo menos en la cultura occidental)
y de mantener esa decisión a mediano y largo plazo.
Esto
es importante, ya que una visión limitada de la intimidad tiende a reducirla a
la vida sexual, cuando en realidad, el apoyo emocional es muy importante a lo
largo de toda la vida, y en unas etapas más que en otras. La intimidad no es un
proceso de una etapa de la vida conyugal, es más bien un proceso que recorre
toda la vida conyugal, aunque se manifieste de diferentes formas. Sin embargo,
sí es bueno indicar que las raíces de dicha intimidad se construyen en la
primera etapa del matrimonio, en los primeros años. Es probable hacerlo luego,
pero supone la superación de aislamientos, soledades, que es una manifestación
contraria a la intimidad en la que probablemente hayan vivido las parejas que
no hayan logrado construirla adecuadamente en sus primeros años.
En
el caso de los matrimonios, la intimidad también se alimenta del sexo, de modo
que la trilogía: amor, sexo y amistad conlleva a la pareja a plenitud.
La
intimidad no quiere decir que no haya momentos en que uno de los dos o los dos
tengan sus momentos de aislamientos, e incluso, de aparente separación
emocional. Superar este aislamiento consolidará la intimidad.
El
PH recibe este apoyo emocional casi de modo continuo de parte de su esposa:
- · Cuando regresa a casa cansado, luego del primer día, ella es quien le da un masaje, lo anima y hasta le abre la puerta de que deje el trabajo.
- · Es ella quien se encarga de todos los oficios de la casa mientras, en la primera etapa de ese ser maestro de música, el dedica su tiempo libre a componer.
Y
también ofrece apoyo emocional a su esposa:
- · Cuando ella le anuncia que está embarazada (en el momento más crítico de su definición del rol de maestro), él parece en principio no brindarle el apoyo emocional que ella requiere y que supone la vida de pareja. No está preparado. Sin embargo, muestra mucha sabiduría al reaccionar rápidamente, contarle una historia y dejarla satisfecha…
- · Al nacer el hijo, en el hospital.
Un
conflicto o dilema en el que se juega la intimidad es el equilibrio trabajo-hogar e incluso el equilibrio entre el rol
profesional y el rol de padre. Esto se pone en evidencia en una de las
escenas de la película, cuando Cole regresa con su madre de una feria
científica a la que el Profesor Holland debió ir, pero él está demasiado
centrado en su trabajo y ella demanda de su presencia, le reclama por qué no
fue a buscarlos. Parecen distanciarse.
-Siempre hay algo, lo ves…
-No haber ido no es el fin del mundo.
-Quizás esta mañana no me has oído.
-Te he oído, siempre te oigo.
-El quería que le acompañaras esta tarde…
-¡Oh, Dios! ¿Sabe lo que es más sorprenden? ¡Da igual, no
importa lo mucho que lo intente. Tarde o temprano, haga lo que haga, todo me
sale mal!
-¿Por qué te importa más cualquier otro chico que tu
propio hijo?
-¡Soy profesor, Iris!
-¡También eres su padre!
-¡Las dos cosas! Si hago una, lo abandono, si hago la
otra, abandono el instituto ¿Cómo coño voy a hacerlo todo para todos?
-¡Tienes que tener tus prioridades!
-¡Y las tengo! ¡Es mi hijo y lo quiero y siempre hago
todo por él! ¡Me oyes!
-Pues sabes qué, lo que haces no es bastante, así que
vete a escribir tu música!
Y
mientras ella se marcha, él concluye su expresión de enojo:
-¡Escribir mi música, eh? ¡Escribir mi música! ¡Cuándo
tengo tiempo para escribir mi música!
Pero
la relación de apoyo emocional no se reduce a la pareja. Padre e hijo, luego de
superada la crisis de comunicación y de identidad, se apoyan mutuamente. De
hecho, el esfuerzo emocional del Profesor Holland por mostrar a su hijo su amor
y lo que le importa en un concierto, les acerca. Y Cole Holland está presente
también en el momento más difícil de la vida de Holland, cuando le han
cancelado de la escuela y se marcha. Viene desde donde vive a acompañarle y
hacerse presente en un acto de reconocimiento a su padre (aunque en el momento
en que aparece PH todavía no sabe de tal acto).
Es
decir, que parecen disfrutar de una complicidad, de una sintonía propia de las
intimidades que van madurando. La madre, a su modo, se alegra y goza ese
momento del proceso. Ya se trata de un hijo adulto, reconocido por su padre,
amado por su padre, que a la vez corresponde con amor y reconocimiento a su
padre.
2.4. Envejecimiento:
integridad frente a la desesperación
El
dilema de la integridad frente a la desesperación viene dado al profesor
Holland por dos vertientes. La primera, los cambios que se suceden en el
contexto político-social y la decisión del sistema educativo de prescindir de
la enseñanza de la música y, segundo, la apertura a la posibilidad de una
relación con una joven alumna (Rowena Morgan) que interpela tanto su ser hombre
como su ser profesional y posible exitoso compositor. Es decir, la integridad
profesional y la integridad en las relaciones de pareja.
El
contexto es presentado mediante hechos como la dimisión de Nixon, Jhon
Travolta, el Concorde, la Guerra de Medio Oriente, Reagan como presidente. Se
produce el retiro de la directora Jacobs y esto coloca la dirección del
Instituto en manos de Gene Wolters, quien hasta entonces había sido el
subdirector. Ambos hombres, Wolters y Holland, no se habían caído bien, pero se
respetaban.
2.4.1. Amenaza desde lo emocional-afectivo
En una junta de la
escuela se discuten diversas actividades y Gene comunica que se ha decidido
suspender el concierto porque no hay fondos. En ese contexto, surge la
propuesta de hacer una revista musical, que podría generar dinero. La idea es
apoyada por el profesor de deportes, quien considera que si sus jugadores
participan en la misma sería rentable. A regañadientes, pasa la propuesta. Es
el marco en donde se jugará parte de lo que es el tema de la integridad para el
Profesor Holland.
En los ensayos parece agradarle Rowena. Se
acerca a ella. Le aconseja de modo constructivista, como ha aprendido a
hacerlo. En una escena, ella lo busca en una cafetería. Comparten. Ella halaga
su sentido del humor, su modo de enseñar. “Usted
ama la música y hace que los chicos la amen, quería decírselo”. Él también
la anima a realizar sus sueños. Le indica que tiene un gran talento. Es un
acercamiento que roza lo íntimo y que se manifiesta en el reír juntos, así como
en un momento de ensayo ella ve uno de sus trabajos y, estando solos, le pide
que lo toque para ella. Se sientan cerca y ella le halaga: “Es precioso”.
Está tan impactado que compone algo que
titula “Rowena”, por lo cual Iris pregunta “¿Quién
es Rowena?” y el responde con una falsa respuesta, haciendo alusión a la
mitología.
Un punto culmen en que se coloca la
integridad en juego es cuando al final de la primera función Rowena se acerca
al Profesor Holland y le comunica que hará lo que él le dijo: irse a Nueva
York. El piensa que será luego, pero ella le dice que será al día siguiente en
la noche y le formula la propuesta más directa:
-“Me voy mañana, si
espero no lo haré nunca. ¿Puedes venir conmigo? Ya sé que para ti soy sólo una
niña. Sé que estás casado y tienes un hijo…”.
-Rowena…
-Yo lo sé. ¿No te das
cuenta? Podrías componer música genial. El autobús para mañana por la noche…
Es un llamado al éxito que soñó de joven, a
su primera identidad, un halago además al hombre.
Ese duro desafío a su integridad lo
confronta. Regresa a su casa y en la madrugada hace un recorrido por sus
recuerdos, sus fotos, su relación con Iris y con Cole. Es el momento en que
parece triunfar la integridad sobre el desmoronamiento. Lo establecido sobre la
posibilidad de una pasión –una mujer joven- y de un retorno a un sueño
originario, el de compositor.
Esta elección es presentada por el director
en la puesta en escena de la segunda función, en la cual Iris, la esposa, al
leer el folleto, nota el nombre de Rowena Morgan. Es un momento breve. El
productor enfoca el rostro de las dos mujeres: Iris y Rowena, una elección,
mientras el dirige… es hecho en base a símbolos.
Esta elección por la integridad tiene dos
momentos de cierre. El primero, cuando él aparece en la parada, a la
medianoche, ella aguarda el autobús, se pone de pie, aparentemente alegre, y se
produce el siguiente diálogo:
-Llevas poco
equipaje.
Se sientan. El no responde su apreciación,
más bien pregunta:
-¿Tienes a dónde ir?
-Iré a una
residencia.
-Es el nombre de un
amigo (mientras le pasa un pequeño papel) que tocaba conmigo en la orquesta. Ya
le he llamado. El y su mujer te estarán esperando.
-Yo no lo había
imaginado así.
-Pero es la mejor
manera.
Llega el autobús. Ella se le acerca, parece
buscar un beso que el deposita en la mejilla…
-Adios,
Rowena…
Ese “adiós, Rowena…” es, a nuestro modo de
ver, una ratificación a la integridad y un punto final a esta amenaza.
Regresa a su casa. Se sienta en la cama. Iris
aparentemente duerme. El simplemente dice:
-Te quiero.
-Lo sé, contesta
ella.
La amenaza a la integridad desde el punto de
vista emocional queda anulada, ha sido conjurada. La integridad se impone como
elección.
2.4.2. Amenaza desde lo laboral
En la escena el director juega con detalles
para contextualizar el momento: Año 95, el celular, carros mucho más modernos,
computadoras. El Profesor Holland ha cumplido 60 años.
La escena se produce en el Instituto. Ve a la
maestra Sarah, ya mayor, salir llorando de la oficina del director. Entra él, y
el director le comunica que queda despedido, que queda eliminado todo programa
de música, de arte, de teatro. El director le ofrece darle una recomendación si
la necesita… Utiliza dos frases que constituyen una síntesis de su momento
vital, por un lado, y de lo que ha llegado a significar para él la enseñanza de
la música:
-Tengo 60 años… una recomendación
para la funeraria (cuando
el director le ofrece darle una recomendación).
-Quieren crear una
generación de niños que no tenga capacidad para pensar.
Resiste, pero es inútil. No puede vencer el
sistema. Y confiesa a Bill, su amigo, su miedo, su temor.
-No sabes cuánto te
van a echar de menos!
-En serio lo crees?
-Tú lo dudas.
-Pues si te digo la
verdad, sí. Es gracioso. Me metí en esto casi a la fuerza y ahora es lo único
que quiero hacer. Tu trabajo, toda tu vida… trabajas durante 30 años porque
crees que lo que haces es lo mejor. Crees que interesa a la gente. Después te
despierta una mañana y descubres que no, que estabas en un error, que eres
prescindible. Oh Dios, debería morirme de risa.
Sin embargo, a diferencia de la amenaza
emocional que significó la presencia de Rowena, esta amenaza no es resuelta
saltando a una nueva etapa laboral o logrando que la medida sea desestimada y
volviendo a su posición anterior. La cancelación es un hecho. Sabe que algo
podrá hacer laboralmente (“enseñar música”, “dar clases de manejo”), pero la
resolución viene por el reconocimiento de que, a pesar del retiro o
cancelación, su vida ha sido una vida de generatividad permanente.
En ese sentido, en este ensayo se ha
preferido colocar el tema de la generatividad como final, porque ha sido el
proceso vivido por el Profesor Holland, pero es también el punto final de la
obra.
2.5. Una
generatividad permanente
En
la medida en que el Profesor Holland logra resolver inicialmente el problema de
la identidad –reconstruye a partir de su ser músico, su ser maestro de música-
se convierte en un adulto generativo. En la película se suceden las situaciones
que ponen en evidencia este proceso –aparentemente con una visión
constructivista, en el sentido de partir del que tiene en frente, del alumno,
del joven o la joven, haciendo del aprendizaje un proceso significativo para
ellos, más que una transmisión de conocimientos-.
El
dilema generatividad-estancamiento se presenta en algún momento más en lo
emocional que en lo pedagógico. Al final, casi en el desafío de la integridad,
le parece que ha perdido el tiempo. Que “no ha generado” nada, desgastándose
inútilmente.
Los
siguientes son episodios que indican el carácter generativo del Profesor
Holland:
- · Su motivación a la chica del clarinete, Gertrude Land, quien luego encabeza el reconocimiento a su siembra de toda su vida, ya haciendo el papel de gobernadora.
- · Louis Russ, el deportista al que Bill Meister, profesor de deportes, le pide que le enseñe música para que pueda permanecer en la escuela y a cuyos funerales va porque muere en Vietnam. Dedica horas y horas y busca formas ingeniosas de enseñarle ritmo y armonía, hasta llegar a reconocerlo: “Señor Russ, enhorabuena, ya sigue el ritmo”, indica en uno de los ensayos de la banda.
- · Al aceptar el desafío de organizar una banda de música que acompañe al equipo de fútbol. Es un momento en que se desanima, pero la película muestra que para ser generativos en algunas circunstancias se requiere apoyo, ese apoyo vino de su amigo Bill Meister, el profesor de deportes.
- · Una generatividad que se fue construyendo a lo largo de la vida de su hijo, de modo que Cole Holland siguió las huellas de su padre como maestro, lo cual celebra y lo cual también le lleva a posibles éxitos, ya que en un momento en una correspondencia le comenta a sus padres que ha recibido una propuesta de una prestigiosa universidad.
- · Se lleva a Stadler, un alumno presumido y prepotente, a los funerales de Russ con el propósito de enseñarle que muchos luchan por conseguir lo que desean y de sensibilizarlo para hacerle más humilde.
Esta
generatividad es reconocida de diversas maneras, pero un primer gesto destacado
es el presentado por la directora Helen Jacobs, quien al final de una
graduación lo llama aparte y le informa que se jubila. Le entrega un presente,
una brújula. Una clara alusión a aquella conversación que sostuvieron en un
pasillo al principio de la carrera del Profesor Holland en la que ella le había
dicho que “como brújula es usted un
desastre”.
-De todos los profesores del Instituto Jhon F. Kennedy,
usted es mi preferido, le dice Jacobs.
Una escena siguiente, luego del despido y
cuando se encontraba recogiendo sus cosas en el Instituto, su hijo CH, que se
encontraba ausente, regresa (en el viejo coche del padre). Es un apoyo
emocional, es una forma de manifestar intimidad, relación cercana. Le ayuda a
recoger sus cosas….Entonces, mientras sale del Instituto con una caja con
algunas de sus cosas, se produce la escena final, la del reconocimiento del
Profesor Holland a su trayectoria, sus aportes. Un auditorio lleno de exalumnos
y profesores le recibe, le ovaciona de pie.
Su
esposa, Iris Holland, sube al pódium pues no ha llegado la maestra de ceremonia
y cuenta…
-Cuando se supo que
se suprimía el programa de música y que por tanto mi marido se retiraba… bueno,
jamás he visto una reacción como la que tuvo la comunidad.
Entra Gertrude Land, ahora Gobernadora, quien
toma la palabra y hace de maestra de ceremonia. Es un diálogo que es necesario
transcribir porque refleja el concepto de generatividad igual o mejor que
cualquier descripción hecha desde la psicología:
-El señor Holland ha
tenido una gran influencia en mi vida, en muchas vidas creo, y sin embargo me
parece que él considera gran parte de su vida desperdiciada.
Corría el rumor de
que trabajaba siempre en esa sinfonía suya y que eso iba a hacerle famoso y
rico, seguramente las dos cosas. Pero el señor Holland no es rico y tampoco es
famoso, al menos fuera de nuestra ciudad.
Así que él podría
considerarse un fracasado y se equivocaría, porque ha logrado un éxito que
sobrepasa la riqueza y la fama.
Mire a su alrededor.
No hay una sola vida en esta sala en la que usted no haya influido, y todos
nosotros somos mejores personas gracias a usted. Nosotros somos su sinfonía,
señor Holland. Somos las melodías y las notas de su concierto, y somos la
música de su vida.
(El llora emocionado, mientras le aplauden,
ella continúa).
-Señor Holland, ahora
quisiéramos devolverle a usted algo a cambio, a usted y a su esposa, que junto
con usted ha esperado 30 años para lo que vamos a escuchar. Le rogamos que haga
el favor de acercarse y coger esta batuta y nos dirija esta primera audición de
la Sinfonía Americana de Glen Holland.
(Su emoción crece, llora, besa a su esposa,
abraza a su hijo, y sube).
(En la orquesta aparecen alumnos de diversas
promociones, empezando por la propia Gertrude Land, del 65, del 66, del 82, 85,
76, 79, 83…). Un letrero detrás: Good by Mr. Holland. Al concluir, todo el
mundo de pie…
Es un epílogo a una vida de generatividad
permanente.
3.
Análisis y
reflexiones finales
La película se inicia con un Profesor Holland
cuya tarea evolutiva de identidad,
generalmente correspondiente a la etapa de la adolescencia y juventud, está
definida: “Soy compositor de música”.
Claro está, la identidad no se agota en lo profesional, pero en ese momento se
presenta como un eje estable de la persona y un eje que entrará en juego ante
requerimientos sociales y que empuja a Holland a, diría Erikson, una nueva
transacción, un nuevo “interjuego entre lo psicológico y lo social”, entre lo
referente al desarrollo individual y lo histórico (Erikson, 1971, p. 20).
El perfil profesional asumido por Holland es
confrontado con la obligación de satisfacer la responsabilidad de sostener un
hogar. Sin embargo, no se trata de un acto solo cognitivo, sino que el conjunto
de experiencias positivas y negativas que va viviendo le llevan a modificar su
perfil inicial. Ya no sólo es el “compositor de música”, es sobre todo (aunque
no exclusivamente) un profesor, el Profesor Holland. La experiencia supera la
difusión de la identidad que plantean las circunstancias o quizás sea más
preciso decir que ahora conviven dos elementos de una misma identidad, profesor
y compositor son unificados en el músico.
Esto conlleva, siguiendo a Zacarés González
(2016) a que Holland encuentre en el ser profesor:
- · Una dirección y propósito de vida;
- · El desarrollo de su capacidad de equilibrar sus tendencias internas con la demanda social y familiar;
- · Un sentido de satisfacción y bienestar psicosocial.
En
definitiva, este logro hace posible que Holland muestre control interno,
creatividad, un estilo constructivista de enseñar, un manejo adecuado de la
intimidad y de apego a los suyos, entre otros aspectos que, probablemente,
mostraba de algún modo ya siendo compositor, pero que la nueva realidad le
obliga a revelar y vivir de un modo particular.
En
cuanto a la intimidad, el profesor Holland
muestra un tipo de apego seguro en la relación con su esposa, Iris, lo cual
ratifica cuando es confrontado con una nueva posibilidad: una relación afectiva
con una joven alumna, que además le halaga en su ser músico y su potencial como
compositor.
En
ningún momento se evidencia preocupación seria por el vínculo con su esposa y
aunque en algunos momentos de comunicación entre ellos parece responder a un
estilo en el que se requiere que el conyugue (Iris) haga sus demandas de modo
explícito, se muestra sensible y reacciona satisfactoriamente a la necesidad
planteada (aun en medio del enojo y la discusión tanto con Iris como con Cole,
Holland da muestra de acoger, de recibir, no evidenciando una cerrazón que
podría romper la posibilidad de intimidad y de una relación duradera y
constructiva).
Por
lo tanto, se verifica en esta relación un sentido de pertenencia mutua y de
intimidad (entendida como un fluir compartido de emociones, de apoyo emocional,
de atención al otro/otra), es un compromiso con el bienestar de la pareja.
Erikson
(1970) sintetiza los retos claves de la edad adulta en la crisis “generatividad frente a estancamiento”.
En el caso del Profesor Holland resolver satisfactoriamente esta crisis fue
posible porque previa y paralelamente resolvió el tema de la redefinición de la
identidad. Su ser profesor se convirtió en logro cuando sus metas y éxitos
estuvieron vinculados al ejercicio de la enseñanza de la música. En un primer
momento pareció vivir una negación, un estar en “estancamiento” precisamente en
su ser compositor. Como él mismo indica: el ser profesor era algo de qué
agarrarse para continuar como compositor.
Es
el entrar en el “cuidado” de sus alumnos y alumnas que Holland comienza a ser
generativo (al final de la película, el reconocimiento de los alumnos ratifica
el éxito de Holland en esta etapa evolutiva, a pesar de su sentimiento de
fracaso). Son años en que Holland muestra su madurez psicosocial, que confronta
exitosamente el desafío de también ser generativo para su hijo. Todo es posible
porque, como indica Erikson, logró resolver adecuadamente el tema de la
identidad (redefinir, planteamos aquí) y logró también construir una sana
intimidad, no libre de conflictos, pero sana.
Como
indican Zacarés y Serra (2011) “si el adulto no es capaz de significativos
logros generativos en el particular contexto histórico en el que le ha tocado
vivir, difícilmente podrá derivar un sentimiento de “haber hecho lo que tenía
que hacer” en la fase final de su vida”. Esta generatividad no se reduce al
ámbito íntimo del hogar, sino que se extiende a otros ámbitos: profesional,
social, política, religiosa. Su característica fundamental es el cuidado
intergeneracional. En el caso de Holland puede afirmarse que:
- · Superó adecuadamente el dilema de la generatividad al interior del hogar. Esto implicó conflictos en la comunicación con su hijo, pero su apertura a responder a la demanda de Cole no sólo contribuyó a resolver el tema de la identidad en el joven, sino que estableció la base para una relación emocional positiva entre padre e hijo.
- · Su vinculación con lo social vía la enseñanza se muestra en un ejemplo simbólico: el tomar bajo su cuidado a un joven deportista, sin aparentemente ninguna actitud para la música, y conducirlo al aprendizaje de la misma, así como al hacer de la circunstancia de la muerte del joven en la guerra de Vietnam una ocasión para enseñar a otro alumno la necesidad de salir de sí y de depender de otros.
- · Aunque vinculado a su hijo, muestra generatividad al preparar el concierto para el instituto de sordos, porque da un paso más en la enseñanza de la música al evidenciar que esa población no tiene por qué estar ausente de esta arte.
- · Finalmente –y la más importante- su generatividad se hace evidente en el proceso de enseñanza y se pone de manifiesto o reconoce al final, cuando sus alumnos le dedican un homenaje en su despedida. Es decir, el componente fundamental de la generatividad en esta película es el laboral.
Esto
le impidió ser estéril. Seguir siendo el tipo de profesor que fue en los
primeros meses a la vez que intentaba mantenerse en el papel de compositor como
predominante hubiese significado estancamiento. En cambio, Holland recorre el
camino, con tropiezos, por necesidad y por amor. E increíblemente logra una
síntesis entre su identidad inicial y su reformulación, se define el profesor
exitoso y elabora una pieza magistral, la Sinfonía Americana tocada al final de
la película.
En
lo profesional, Holland, a pesar de haber logrado esto, tiene un sentimiento de
frustración al ser despedido de su trabajo. Es entonces cuando puede, por haber
superado lo anterior adecuadamente, mostrar su sentido de integridad.
Una reflexión final. “El Profesor Holland:
una enseñanza de vida” o “una obra de vida” constituye un buen instrumento para
mostrar las etapas evolutivas de la persona, pero también genera otros temas
que pueden ser analizados. Por ejemplo: el constructivismo en la enseñanza, o
la distribución de roles en el hogar, o los padres como referente a la hora de
construir la identidad en los hijos (incluyendo valores). Estos son temas que
siempre tendrán necesidad de ser entendidos si se desea ampliar el espacio para
el bienestar humano.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
Pérez-Blasco,
J. (2014). Aprender de los grandes
cambios vitales. Universidad de Valencia: Tirant Lo Blanch.
Torres
Jiménez, F. & Zacarés González,JJ. La
adultez emergente: ¿una nueva fase en el ciclo vital? IV Congreso
Internacional de Psicología y Educación “Calidad Educativa”, Almería, 2004.
Villa,
F. & Triadó, C. (2006). El estudio
del Ciclo Vital a partir de Historias de vida: una propuesta práctica.
Barcelona (España): Publicacions & Edicions U.B.
Zacarés,
JJ (2000).Identidad. En Serra, E.
(Dir.) (2000). Master “Aspectos
evolutivos, psicopatológicos, psicoeducativos y sociales de la adolescencia”.
Valencia, UV, Volumen V: Social, pp. 7-41.
Zacarés,
JJ. & Iborra, A. ¿Es posible la
optimización del desarrollo de la identidad en la adolescencia? Intervenciones
más allá del autoconcepto. Cultura y Educación (2006), 18, 31-43.
Zacarés,
JJ & Serra, E. Explorando el
territorio del desarrollo adulto: la clave de la generatividad. Cultura y
Educación (2011), 23. 75-88.
Zacarés, JJ. Desarrollo en la adultez: Psicología del desarrollo personal según
Erikson. Material de Estudio del Master de Psicología de la Educación y
Desarrollo Humano en Contextos Multiculturales (2016), Universidad de Valencia
(I y II).
[1] . Al
menos cuatro actores intervienen en la representación de Coltrane (Cole) Holland,
viéndolo niño, de 15 años, de 16 años, de 28 años.
[1] . Compromiso:
aquello de lo cual la persona se preocupa o valora más, aparece en el centro de
su estructura de identidad. “Por mis compromisos me conoceré a mí mismo y me
daré a conocer a los otros” (Bourne, 1978: 227).
1 comentario:
Este ensayo me encanto. Me permitió dar una mirada en la evolución de mis etapas, y como docente me identifique en algunas ocasiones con el profesor Holland. Para mi la docencia era algo de personas muy mayores, y me llegó a temprana edad, lo que he disfrutado como nada en la vida.
En la etapa de la niñez y la juventud nos formamos y tenemos clara nuestra identidad, y tenemos planes, pero la vida te da sorpresas, y es cuando necesariamente tenemos que ser generativos y productivos.
Superar con éxitos las crisis que se presentan en una etapa, nos va preparando para las siguientes crisis y para la resolución de las tareas evolutivas. La actitud que asumimos es vital.
Pienso que debemos de asumir cada etapa, disfrutarla, re inventarnos y sobre todo trabajar para dejar un legado, para marcar positivamente nuevas generaciones, modelandoles valores éticos y actuando de manera íntegra.
Si no somos generativos, nos convertimos en personas frustradas, estancadas e improductivas.
Bendiciones.
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