sábado, enero 20, 2024

Tips para ser hombres de una sola mujer

 Hombre de una sola mujer

Que tu corazón lata de modo especial solo por ella.

GRATA VIDA PARA TODOS, apreciados amigos y queridos hermanos. 

Dios quiere que tengamos vida y tengamos vida en abundancia, que vivamos con satisfacción todas nuestras relaciones: con Dios, con nosotros mismos, con los demás, con la creación.

 

Les hablo a todos nuestros suscritores de GRATA VIDA, pero les hablo de modo especial a los hombres y más especialmente a los hombres que creen en la fidelidad en el matrimonio, que es el diseño de Dios y es, en mi opinión, la mejor opción para un matrimonio. Ser hombre fiel es ser hombre de verdad.

 

Los hombres de verdad son hombres fieles con sus ojos, con su mente, con sus manos, con sus labios y con sus pies.

 

Mi esposa y yo nos encanta definir el amor como compromiso. Y si los hombres cristianos queremos ser hombres de verdad hemos de asumir que el matrimonio es un compromiso que exige sacrificios, ejercicios, entregas, y mantenernos alejados del adulterio.

 

Al adulterio hoy se le dan otros nombres: “aventura”, “devaneo amoroso”, “escapada” … los hombres verdad no tienen “aventuras” porque son hombres responsables, comprometidos con ser fieles a sus esposas.

 

Sin embargo… hemos de preguntarnos: ¿qué lleva a algunos hombres a caer en el adulterio? ¿Cómo podemos protegernos para que esta tragedia no nos ocurra a nosotros?

 

En Efesio 5,16 se nos dice que “los días son malos” y por eso se nos aconseja: “miren, pues, con diligencia cómo andan, no como necios, sino como sabios” (Ef 5,15).

 

Un hombre sexualmente insatisfecho es especialmente vulnerable a la tentación extrema. 


Hemos de reconocer que todo matrimonio tiene sus momentos “bajos”. En esas circunstancias, el hombre puede “caer en la cuenta” de una mujer en la que nunca se había fijado: la encontramos atractiva, nos sentimos a gusto conversando con ella, es comprensiva…

 

¿Tenemos deseo de que se repitan los encuentros con ella? ¿Buscamos encontrarnos con ella fuera del trabajo? ¿Preferimos que otros no se enteren de estos encuentros? Si la respuesta a alguna de estas preguntas es , el semáforo está en rojo y la recomendación es “batirse en retirada”, “huir” (1 Cor 6,18).

 

Sin embargo, podemos estar en una situación peor cuando pasando alguna de esas situaciones no lo reconocemos y comenzamos a racionalizar:” No es para tanto, sólo almorzamos a veces juntos”.

 

En esta guerra la primera baja suele ser la verdad, no nos autoengañemos.

 

Es una guerra espiritual y cualquiera de nosotros puede caer. Si pensamos que estamos a salvo, entonces el peligro es mayor.

 

Recuerden: un hombre de verdad es fiel a una sola mujer. Y punto. Para serlo, ha de ser fiel con los ojos, con la mente, con los labios, con las manos y con los pies.

 

Lo que cultiva el hombre de una sola mujer

 

Primero, Cultiva una ceguera intencional.

No es la promesa de no ver jamás a una mujer hermosa, mujeres que abundan por doquiera. Hay una diferencia entre una mirada inocente y una mirada lujuriosa. El hombre de una sola mujer demuestra su fidelidad a través de la disciplina de sus ojos.

 

En segundo lugar, la mente es la línea de pelea en la vida cristiana.

Si el enemigo logra influir en nuestra mente, también puede influir en nuestra conducta. En ese sentido, estamos llamados a discernir las ideas buenas de las malas. La tentación no es un pecado en sí, es un llamado a la batalla. Ante ella tenemos que ser agresivos, resoplar, bufar y gruñir, pero nunca una actitud pasiva. Tenemos que adoptar una mentalidad de ataque.

 

En tercer lugar, un hombre fiel a su esposa no es un picaflor.

No coquetea con otras mujeres. No hace bromas diciendo que le gustan otras mujeres. No se divierte contando chistes de sus reuniones con otras mujeres. Asume un criterio: no digo a otras mujeres nada que no pueda decirles cuando mi esposa está presente.

 

En cuarto lugar, el hombre de una sola mujer se cuida de su manera de tocar al sexo opuesto.

No hay nada de malo en dar un abrazo, pero la próxima vez que pienses en abrazar a una mujer, y no estés seguro de la motivación que tienes para hacerlo, no lo hagas. Si quieres abrazar a alguien con una motivación erótica, ve donde tu esposa.

 

Finalmente, si queremos protegernos del adulterio tenemos que comprender el proceso que lleva al adulterio. David pecó con sus ojos, su pensamiento, sus labios y sus manos antes de hacerlo con su órgano sexual. Perdió la batalla antes de meterse a la cama con Betsabé (1 Sam 11,1 ss).

 

El adulterio no comienza con el órgano sexual, sino con la mente. El hombre fiel tiene ojos sólo para su mujer, no peca con sus labios, cuida sus manos y sus pies están dispuestos a huir. Hace falta esta visión para mantenerse alejado del adulterio.

 

Cuando digo que tiene ojos solo para su mujer parece que me contradigo, pues he dicho que vamos a ver mujeres hermosas por dondequiera. Lo que quiero decir es que la mirada que tenemos para nuestras esposas o compañeras es especial. O como suelo afirmar a veces en una traducción propia de Job 31:1: “Hice un pacto con mis ojos, no voy a ver a otra mujer como miro a mi mujer”.

 

Tú puedes ser hombre de una sola mujer. No lo dudes.

 

Grata Vida para todos.

  

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4 comentarios:

Joel Montalvo dijo...

Excelente reflexión, gracias Milton por compartirla y ser instrumento de bendición

Anónimo dijo...

Bendiciones!! Dios lo continúe usando para Su gloria y honra y edificación de las parejas!!

Anónimo dijo...

Dios lo siga Bendiciendo grandemente con mucha salud. Gracias Señor por utilizar al hermano Milton con tan importante comentario para edificar las parejas en los matrimonios.

Anónimo dijo...

Tengo testimonio grande sobre eso ,hay que huir de la tentación y pedir a Dios sabiduría para saber mantenerse alejado de esa tentación que trae desgracia porque el pecado trae sólo eso desgracias hay que buscar cada día más de Dios para estar firmes en lo que no debemos hacer,gracias don milton