sábado, agosto 02, 2025

Discípulos en la tormenta

DISCÍPULOS EN MEDIO DE LA TORMENTA

Vivimos tiempos difíciles, sentimos que la barca puede zozobrar y cabe preguntarnos: cómo ser fieles en medio del vendaval

 Milton Tejada C.

Nosotros y nuestras familias también sufren los efectos de diversas emboscadas y varios indicadores evidencian la precaria situación en que nos encontramos como sociedad: crece la violencia, se cercena la vida de otros y a los dos días ya no es ni siquiera noticia, nos inundan: el “desapego” emocional de los padres, los matrimonios incapaces de una adecuada comunicación, los adolescentes sin timón y un etcétera que prácticamente nos involucra a todos.

 Sólo pinceladas de un contexto en donde nos preguntamos cómo ser discípulos en medio de este vendaval.

 Te tengo una respuesta a esa pregunta: Lectura de la biblia, meditación, oración y contemplación son pasos que buscan constituirnos en discípulos fieles de Jesús, llegando a asumir su mirada y su corazón ante la vida.

 

LECTURA DE LA BIBLIA

¡Cuántas veces reiteramos que la biblia es la Palabra de Dios para nosotros! Hoy en día millones de seres humanos veneran la biblia, pero no todos la leen con igual intensidad. En Hebreos 4,12 nos dice que la Palabra de Dios discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Es decir, nos dice la cantidad de luz que hay en nosotros. Los cristianos necesitamos de ese discernimiento, necesitamos preparar nuestras lámparas, necesitamos leer la Biblia.

Al orar, debemos leer el texto con la convicción de que Dios nos habla, en actitud de interiorización, de discernimiento de lo que hay en nuestro corazón y en nuestros deseos. Leer y callar para provocar el silencio que nos permita escuchar a Dios.

Te recomiendo empezar la lectura invocando al Espíritu Santo., leer de modo pausado y con atención el texto elegido y guardar un momento de silencio interior, recordando lo leído, masticándolo, comprendiéndolo.

 

MEDITACIÓN O QUÉ ME DICE LA BIBLIA

¿Qué me dice el texto que acabo de leer? Puedo reflexionar cada versículo, ahondar, repetir las palabras significativas y, finalmente, aplicar el mensaje a la vida cotidiana o a mi vida cotidiana.

Para lograr completar este proceso de meditación, detente en el sentido de cada frase. Luego, rumia la Palabra, uniéndola con tu vida espiritual, con tu cotidianidad (tu persona, tu familia, tu trabajo, tu iglesia, tu matrimonio, etc.). con la pregunta de hacia qué valores y promesas del Reino apunta.

 

ORACIÓN

Dios me ha hablado. He escuchado su Palabra. Quiere conversar conmigo y estoy llamado a responder a las interpelaciones de Dios en una actitud de adoración, alabanza, agradecimiento, perdón.

Puedo ampliar el texto con otros textos bíblicos. Para esto podemos utilizar instrumentos como el de las Concordancias, por ejemplo, o un conjunto de textos agrupados por tema. En segundo lugar, responder a Dios con adoración, alabanza, agradecimiento, perdón y, finalmente, formular un compromiso de vida espiritual, en lo externo y con el Reino (“Heme aquí, mándame…”).

 

ADORACIÓN / CONTEMPLACIÓN

La contemplación y la adoración es el paso del discípulo que se hace uno con Jesús, así como Jesús y el Padre son uno. Es ver la realidad con la mirada y el corazón de Dios. Es zambullirse en el misterio de Dios, gustar de Dios.

Este paso nos hace fuerte por colocarnos a disposición del Espíritu Santo y poder proclamar con certeza: no vivo yo, es Cristo que vive en mí…

Elige una frase como síntesis de este momento de oración, como bandera que te anima y que puedes recordar en el camino de ser discípulos fieles de Jesús en medio de la tormenta.

 Y no lo olvides, por fuerte que sean los vientos, Jesús está en la barca.

 

GRATA VIDA.

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